viernes, julio 01, 2005

La arbitrariedad como manera de gobernar

¡NOS CALAREMOS LA POLÍTICA QUE A ELLOS LES DE LA GANA!

Una ilustre diputada, haciendo gala del desparpajo político e ideológico propio de la política actual de este expaís, precisó la posición de su partido sobre los ‘saboteadores’ de la acción parlamentaria del ‘proceso’ en la AN: “somos la mayoría y por ello podemos aprobar lo que nos de la gana, cómo y cuándo nos de la gana. Si ustedes quieren hacer lo que nosotros, pues busquen una mayoría, si no tienen que calársela.” Esto ocurre en el marco de una discusión sobre la reforma al Código de la Persecución (antes Penal) y de la Ley del Banco del Gobierno, (antes BCV).

Y a la hora de la protesta de la oposición, el no menos ilustre presidente de la AN amenazó con sacar de la cámara a un diputado con el ‘auxilio’ de la GN. De inmediato los opositores convocaron una reunión para decidir si se la siguen calando o no. La decisión se expresó así: seguiremos luchando en el seno de la AN. Es decir, continuarán ‘conservando los espacios ganados por la propia voluntad del pueblo’. Prosigue el circo.

¿Y cómo salir de este pesado, agotador y trágico círculo? ¿Es posible formar otra política con miras a construir un futuro diferente? ¿Estamos todos obligados a convalidar y legitimar el proceder de quienes, en nombre de ‘su mayoría’ deciden hacer lo que les da la gana por encima de cualquier ley o reglamento?

La confrontación hoy y aquí crece impulsada por quienes están dispuestos a alimentar dos posiciones. Una que sustenta y aplica la violencia legalizada que permite hacer lo que les salga de sus ganas, jugando al parlamento, las elecciones, el discurso democrático y la práctica del aplastamiento de toda disidencia, mientras concede espacios y tolera todo tipo de corrupción. Otra que se diseña para quienes actúan desde el sitial de lo que llaman oposición.

A ellos se les dice lo mismo que expresa Betancourt en 1959: o se la calan o se van a la violencia ilegal y radical. Pero ocurre que esa oposición argumenta que su mayor acompañante es la soledad y, en consecuencia, que no puede aceptar el desafío de la violencia. Prefiere por tanto seguir en plan de calársela hasta que pueda ocurrir ‘algún milagro que los ponga a valer’.

Esto significa que con esta oposición, no se vislumbra ninguna salida a la crisis que padecemos. ¿Qué pueden ofrecer unos actores que tienen como norma-dogma el cuidado de lo que ya poseen, para seguir disfrutándolo con ayuda de ‘sus lógicas explicaciones’? ¿Es que se han planteado alguna vez hacer una política distinta a la que se elabora desde las cómodas butacas y los modernos micrófonos de la AN, normada por la denuncia permanente que nadie escucha ni procesa?

I
EL RÉGIMEN

La pregunta de una aguda lectora apunta hacia la precisión: ¿Pero es que ellos no pueden o no quieren tomar otra posición? ¿Han caracterizado al régimen para saber a qué atenerse con respecto a sus ejecutorias? No basta aceptar que estamos ante un gobierno autoritario de inclinación fascista-totalitaria, que tiene su mayor logro en la corrupción, y que está dispuesto a enfrentar e impedir toda disidencia y cuadrar estructuras legales e institucionales destinadas a abrirle el mayor espacio al pensamiento único que le dé mayor base de sustentación a la ‘política de las ganas’.

Hay que medir los efectos de esta definición en el día a día. Estamos ante un poder que mantiene invariable la maquinaria de su Consejo Nacional del Fraude Electoral y que pretende profundizar los mecanismos para alimentar la angustia-temor-terror para que el colectivo social se sienta cada vez más comprometido a respetar y convalidar el orden existente y se abstenga de avanzar en los caminos no permitidos.

La decisión autoritaria se expresa en el manejo de PDVSA como una pulpería al servicio del GP, quien se atribuye la capacidad de quitar, poner y disponer de los recursos del Estado como si se tratara de una hacienda personal. Esquema, que corresponde al proceso de desesperanza y castigo, a que ha sido sometida Venezuela por parte de los grandes ‘Gendarmes Necesarios’ que colman el escenario de la llamada política republicana.

¿Pero está muerto el héroe-caudillo-salvador? Hasta ahora sabemos del fracaso de las ‘cúpulas podridas’ de los 40 años. ¿Pero que decir de la copia aumentada y mejorada que conforma hoy la ‘cúpula revolucionaria’ de la corrupción y la perversión?

II
VENECUBA

Este régimen forma parte de un proyecto internacional que ejerce la política a partir de un aparato de destrucción y violencia abierta. En las actuales circunstancias, aplica la ‘violencia de la paz’`que tiene como actor central el ambiente de temor-terror que se siembra en el colectivo. Se quiere controlar así cualquier intento de alterar el orden político imperante. Por ello se tiene conciencia de que el neosocialismo será pacífico pero impuesto a la fuerza. No se consulta la voluntad popular, se le informar lo ya acordado por quienes tienen la potestad de la toma de decisiones.

En efecto, ya a la hora de unir la República Socialista de Cuba y la Bolivariana de Venezuela alrededor del Alba, se funda la República Socialista Integrada de Venecuba presidida por Fidel Castro, con el GP de Secretario Ejecutivo-administrador. Esta unidad va hacia donde le dé la gana a los dueños del llamado modelo socialista del real fracaso, y el cual habrá que calarse mientras no haya quien lo sustituya.

Y no es que hoy Venezuela le regale a Cuba petróleo y bancos sino que se reubican estas instalaciones en el nuevo territorio venecubano, conformado por dos naciones que hoy marchan juntas hacia un ideal que ya no conquistarán a través de heroicas guerrillas sino con una fuerza social que, apoyada en la riqueza petrolera, se convierte en el arma de mayor alcance y proyección.

En efecto, aquí hoy todo está dispuesto para el correcto uso del arma de la manipulación. La idea es hacer sentir que viene la guerra como en tiempos de los libertadores y que mucha gente puede morir en esa gesta. Pérdidas que podrían evitarse si se deja actuar, sin contrapeso, el plan de toma, sometimiento y destrucción de todo lo existente para montar un modelo que ponga esta parte de la “nueva patria” a funcionar como hasta ahora lo hizo la parte isleña.

Hasta hoy todo marcha muy bien para los fines bolivarianos ya agrupados en Venecuba, a través de un nuevo bloque neosocialista con proyección internacional. El manejo de la cuestión política, económica y social está cada vez más garantizada. Y Venecuba es el puntal que traza la estrategia a seguir. Al lado de los compatriotas de la exVenezuela estarán los de la exCuba. Todos los venecubanos de la revolución estarán dispuestos a morir por la defensa del proceso.

Y si faltara otro componente se acudiría a los compañeros chinos para que envíen un contingente ‘colonizador’ a Venecuba con el pretexto de desarrollar las zonas agrícolas. Esta potencia ya recibió lo que puede calificarse como el gran regalo de la orimulsión que sella un compromiso. China estaría dispuesta a defender a quien se comporta tan generosamente con ella, sin que ello signifique disposición a romper ninguna relación con USA. Lo que a la hora del llamado ‘socialismo real’ se conoció como internacionalismo proletario se intenta ahora revivir en el esquema del neosocialismo que nadie sabe qué es, cómo se construye ni hacia dónde va.

Estamos ante un régimen que dice enfrentar al pasado con el propósito de derrumbar el sistema vigente y crear uno nuevo.

¿Pero cuál es la novedad ideológica, política, organizativa que exhibe el proceso de destrucción que se adelanta en este expaís? ¿Cuáles las fuerzas nuevas que imbuidas por un componente ideológico de un signo contrario al establecido, andan hoy en el camino de sembrar un porvenir diferente? ¿Acaso reside esa posibilidad en el componente lucha armada de los sesenta, incorporado hoy a su plena realización en el llamado proceso bolivariano? ¿Tendrá asidero aún la tesis que apunta a la unidad pueblo-ejército-caudillo como un agente de cambio?

Al día de hoy los actuales propietarios de Cuba y Venezuela tienen en el proyecto Venecuba el arma de mayor alcance y proyección. Un arma que no podrán poner a un lado sin correr el peligro de ser barridos. Hay por ello la más firme disposición a hacerse matar en defensa del proyecto birrevolucionario. Pero la otra parte, la que sigue en las butacas y micrófonos de la AN, mantendrá su posición de cuidadora de espacios para dar el aval-legitimación que el proceso de destrucción reclama para seguir haciendo lo que de la gana. ¿Puede resolverse individualmente tan compleja, difícil y comprometedora materia?

III
EL COLECTIVO

Una de las cosas más importantes que nos ha deparado ‘este proceso’ es la inequívoca convicción de que este expaís no resiste más el viejo modelo del gobernante todopoderoso, que actúa como el gran héroe-caudillo. Perdió vigencia el caudillismo democraticista de los 40 años y no había materialmente con quien sustituirlo. Del propio vacío surge la salida que muchos, inclusive él, vieron como transición, pero sin decir específicamente a que se aludía. El hecho es que el golpista que incursiona el 04F-92, mediante un asalto cuartelario negador de todo signo democrático, se convierte por la fuerza de la ‘inercia política’ en el nuevo salvador de la patria, que tomará la democracia como un pretexto para tratar de imponer el neosocialismo.

Desde el 27F-89 hay un rechazo creciente a todo lo que tiene que ver con el viejo y agotado modelo y con lo que se identifica con él. Se deja de creer en instituciones, dirigentes, -líderes-caudillos, partidos, discursos y promesas. Sin embargo, hay una parte que aún no se mueve al ritmo de lo anterior. Desde entonces, la vieja política se empeña en ignorar su liquidación en este acontecer, por su propia incapacidad para dar el salto hacia otra manera de abordar la realidad, y por seguir aferrados a las viejas formas, la ‘bancada parlamentaria’ y los micrófonos altavoces de la complacencia y la legitimación del orden vigente. En ningún caso rompe con el estatuto que la creó y dispuso en el marco de la democracia representativa.

El cuadro habla por si solo de su complejidad. Y por ello debe ser abordado de manera colectiva. Establecer el camino a seguir para cambiar el actual estado de cosas “revolucionarias” compete al colectivo social que no a una individualidad, ni a un partido, grupo o empresa. Es un problema que debe ser enfrentado por todos de manera creadora y con la decisión de tocar fondo. Si el colectivo se limita a buscar otra solución caudillista, no haremos sino darle continuidad a la vieja tragedia heroicista.

Un hacer colectivo capaz de poner a un lado la dirección vertical para dar paso a la forma horizontal del ejercicio del liderazgo. ¿Seremos capaces de recorrer un camino de y para el verdadero enfrentamiento triunfal a los planes autoritarios y totalitarios? La superación de la tragedia Venecuba pasa por la liquidación de los dos modelos de atraso y perversión: el democrático sin democracia y el socialista sin socialismo ni democracia.

IV
EL DEBATE NECESARIO

En el Centro de Estudios de Historia Actual (CEHA) y la Cátedra Pìo Tamayo’ (CPT) de la UCV, nos hemos planteado desde hace mucho la problemática del liderazgo colectivo y las nuevas y necesarias formas de organización. Lo hicimos desde el principio de este gobierno, con la aspiración de que pudieran ser tomadas en cuenta algunas ideas de y para la conformación de una conciencia colectiva. Pero, insistimos, esta labor de concientización y organización es tarea de todos. Proponemos debatir sobre formas-ideas para la construcción del hoy-futuro. Consideramos indispensable abordar lo relacionado con:

1.- El país que tenemos y la suerte que corre en la integración con Cuba, como puntal para la creación de un tal neosocialismo que nadie sabe que es ni cual su significación a nivel local o planetario.

2.- La forma de organizar la dirección de esta sociedad. ¿Vía libre al caudillismo vertical-tradicional o propuesta y creación de un liderazgo horizontal?

3.- La vigencia o no de la vieja política y de los partidos políticos. ¿Hay en la Venezuela actual algún partido político que se salve de ese designio?

4.-La cuestión electoral como negación de futuro y palanca de justificación del ‘modelo revolucionario’ de manipulación y violencia.

5.- EL papel de las instituciones educacionales, militares, económicas, políticas, sociales en la creación de una nueva forma de dirección para la sociedad en general y del Estado en particular.

6.- La inversión de la destrucción en misiones, círculos, reserva, paramilitares, armamentismo, frentes, aparatos de inteligencia.

7.- Creación de un Movimiento Anti-muerte, en defensa de la vida del colectivo, capaz de enfrentar la muerte diaria que ha decretado el aparato de “inseguridad, hambre y desnutrición” del Estado actual.

8.- El nivel de conciencia existente y el que se requiere para avanzar en la lucha por la creación de un país que deje a un lado las integraciones para la confrontación y la violencia. No es la hora de mantener un ex-país sino de luchar por el futuro.

9.- Es el momento de tomar colectivamente una decisión respecto a la sociedad-país que queremos: ¿Construimos una formación social más allá del socialismo y el capitalismo de la destrucción o nos declaramos atrapados por el designio de la tragedia.

10- La violencia como salida inminente a la crisis que padecemos. Si no somos capaces de detener el derramamiento de sangre, nuestra decadencia ético-moral y humano-estructural tocará más fondo. ¿Cumpliremos con el compromiso ideológico y político que nos impone este momento o nos plegaremos a la agonía, la cobardía y la complicidad? abm333@gmail.com
abm333@cantv.net

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