Así llegamos, precisamente, a la condición de ex-país. Permanentemente andamos de trampa en trampa. Un montaje-performance sustituye a otro. Y en ningún caso se hace gala de honestidad. Colón trae y aplica la trampa de los espejitos. Y desde entonces el ‘culto y civilizado’ e invasor europeo tomó por pendejo al hombre originario de estas tierras.
LA TRAMPA REVOLUCIONARIA
A Emparan se le juega sucio y se le hace creer que el colectivo lo desprecia. La independencia se queda en los héroes-caudillos, encargados de enfrentarse y destrozarse los unos a los otros. Los dictadores hacen de la trampa su arma y verdad preferida. Los demócratas la multiplican para hacerle creer al colectivo, con la aplicación de todo tipo de ofrecimientos-promesas y de consignas-publicidad-manipulación, que lo fundamental es imponer la ficción como el primer actor de la obra que adelantan. Y la trampa adquiere su más agigantada forma en la llamada revolución bolivariana y socialista a lo siglo XXI.
Ahora no solo se da continuación a la misma y perversa trampa sino que se pondera y magnifica. Nadie antes tuvo tanta capacidad y recursos-posibilidades para avanzar en la falsedad, en la distorsión de todas las cosas, que esto que se ha denominado revolución bolivariana y que hoy adquiere el mote de socialista siglo XXI.
Y aquí se exhibe una trampa colosal. Se juega al cambio de lo adjetivo, la forma, lo circunstancial. No se toca lo esencial. Simplemente se asume la trampa para aplicar una especie de malabarismo pero con un mensaje cruzado.
LA TRAMPA REVOLUCIONARIA
A Emparan se le juega sucio y se le hace creer que el colectivo lo desprecia. La independencia se queda en los héroes-caudillos, encargados de enfrentarse y destrozarse los unos a los otros. Los dictadores hacen de la trampa su arma y verdad preferida. Los demócratas la multiplican para hacerle creer al colectivo, con la aplicación de todo tipo de ofrecimientos-promesas y de consignas-publicidad-manipulación, que lo fundamental es imponer la ficción como el primer actor de la obra que adelantan. Y la trampa adquiere su más agigantada forma en la llamada revolución bolivariana y socialista a lo siglo XXI.
Ahora no solo se da continuación a la misma y perversa trampa sino que se pondera y magnifica. Nadie antes tuvo tanta capacidad y recursos-posibilidades para avanzar en la falsedad, en la distorsión de todas las cosas, que esto que se ha denominado revolución bolivariana y que hoy adquiere el mote de socialista siglo XXI.
Y aquí se exhibe una trampa colosal. Se juega al cambio de lo adjetivo, la forma, lo circunstancial. No se toca lo esencial. Simplemente se asume la trampa para aplicar una especie de malabarismo pero con un mensaje cruzado.
En este sentido, este último grito del socialismo no tiene nada que ver con ‘la toma del poder por parte del proletariado’ y mucho menos con la dictadura del proletariado, que significa la puesta en práctica de un período de transición en el cual se crearán las condiciones para la implantación del comunismo. Es el tiempo de la progresiva eliminación de los grandes poderes del Estado burgués, pero ahora con el advenimiento a su seno del proletariado viene un proceso de cambios continuos y cada vez más consistentes.
HIJA MAYOR DE LA PERVERSIÓN
De todo esto se aparta la agenda de la llamada revolución socialista del siglo XXI. Y se separa porque es la hija mayor de la perversión y la mentira-trampa. Porque en este caso no hay siquiera el más mínimo asomo de rompimiento con la estructura de clases vigente. Y es que esto no es posible mientras se actúe en los términos y condiciones que establece un cuadro de clases y los correspondientes intereses nacionales e internacionales.
Esto quiere decir que no es posible hablar de una nueva sociedad, nuevas relaciones sociales-propiedad en los límites de la permanencia-mantenimiento del mismo modo de producción que alude a un sistema que incide en el cuadro histórico de un tiempo determinado. Si no se toca el fenómeno de las clases más allá de la generalidad que oculta toda particularidad se están dando espacio al ingreso de todo tipo de ocultamiento y desviación de la realidad.
DEL ANTICOMUNISMO AL SOCIALISMO XXI
El llamado ‘proceso bolivariano’ está montado sobre la base de un proyecto lleno de trampas-falsedades. Jesús Urdaneta Hernández, por ejemplo, de los juramentados en el Samán de Guere el 17 de diciembre de 1982, alude en muchas oportunidades que a él nunca le dijeron que la lucha que se libraría tenía como finalidad la implantación del socialismo visto como camino hacia el comunismo. (ABM, Habla el comandante irreductible. Caracas, CPT-UCV, 2003)
Y el GP en Habla el Comandante (1998) se acoge a la fórmula de ‘yo no soy marxista ni antimarxista’ y afirma: “Yo no puedo adueñarme ahora del pensamiento marxista y declararme como tal porque no conozco. Yo nunca leí El Capital. He leído elementos del marxismo, pero en forma superficial. Para yo decir: soy marxista, debería conocerlo a fondo. (…) ¿Soy cristiano? No. No conozco la teoría cristiana ni la practico.” (Caracas, CPT-UCV, p. 398).
¿Y cómo es eso que ahora se declara marxista a lo Fidel Castro y a lo Che Guevara y a lo Marx, Engels, Lenin, Mao, Stalin? ¿Y cómo se explica que ahora vea planteamientos comunistas en La Biblia, en Jesús y Bolívar que pasan a ser para él materialmente fuentes de inspiración de los clásicos del marxismo?
SOCIALISMO MARXISTA, CRISTIANIZADO
BOLIVARIANO E INDIGENISTA
El propósito de este menjurje es quitarle toda peligrosidad al marxismo y hacerlo aparecer en un contexto de conciliación y hermandad con la pretensión de replantear una utopía que lleve a pensar en la puesta en práctica de mecanismos y estructuras sociales destinadas a reconquistar los valores de la producción y la justicia sociales, la solidaridad, fraternidad, libertad, amor y de esta manera derrotar y hundir al capitalismo.
A esto se suma las raíces indigenistas que están llenas de socialismo, el socialismo utópico de Simón Rodríguez, los planteamientos de Artigas o Zamora contra los privilegios. Y sobre este ‘basamento teórico’ se levantan los proyectos cooperativistas y el asociacionismo, los planes de economía endógena y del trueque, las aldeas universitarias o las ciudades comunales.
SOCIALISMO SIN PROLETARIADO
PERO CON BOLIBURGUESIA
Se trata de articular un conjunto de políticas destinadas a avivar la lucha de clases como arma para la completa destrucción de la ‘oligarquía’, burguesía en sentido estricto. Pero en las frustradas experiencias pasadas, se hablaba de un estadio en el cual el proletariado supuestamente toma el poder y procede a la construcción del socialismo y a la extinción progresiva del Estado burgués y de su sociedad capitalista.
¿Pero dónde y cuándo dio resultado este planteamiento? ¿Qué refiere lo concreto-histórico en el llamado socialismo de Estado de la URSS, China, Europa del Este, Cuba, Vietnam, Corea? El Estado en supuesta extinción y la burocracia se tragaron la lucha de clases y plantearon más bien una abierta conciliación de la ‘clase revolucionaria’ con el capital de la clase ‘derrocada’. Y de allí salió un producto: la burocracia estatal. La clase de los nuevos privilegios que ya comienza a percibirse con mucha nitidez en el caso de los boliburguerianos.
En este sentido y dirección se puede advertir que la clase obrera y la pobreza en general no encuentran en ‘la nueva sociedad’ una salida a su crisis histórica. Ahora ha pasado a ser, simplemente, materia prima de la política del nuevo asalto que se le produce al colectivo.
Y en el caso del proyecto vigente hoy en este ex –país, recubierto como está de ‘democracia y revolución’, es evidente que se acudió a la mejor de las trampas para llegar al fondo del engaño. El llamado proyecto bolivariano, al ver descubierto el vacío de su propuesta apela al socialismo, pero no al clásico sino ‘al que no asusta’, al que se basa en la ‘vía pacífica aún inédita’, en el voto y la supuesta conservación de la democracia’, en el respeto de la religión y de la libertad de expresión.
¿SOCIALISMO DEMOCRÁTICO?
El socialismo que no expropia sino que nacionaliza, que no hace valer la fuerza-decisión-violencia del proletariado para la toma del poder. Simplemente procede a ofrecerle a una buena parte del colectivo el supuesto disfrute de una porción importante de la renta petrolera. Se tarifa la clase pobre para mantenerla en el más profundo estado de indefensión, a la par que mediatizada y dispuesta a servir a los intereses de la nueva dominación, que se caracteriza por no producir rupturas históricas a ningún nivel. Por ello continua aquí el dominio del capital o de las relaciones económicas internacionales por otros medios.
¿PODER POPULAR VERTICAL?
En este marco hay que analizar el megaproyecto de los Consejos Comunales, al cual el GP hoy le concede el peso mayor de su revolución socialista. ¿Estamos ante la implantación pacífica de un ‘poder de poderes comunal’? ¿Un poder popular con una estructura estatal vertical? ¿Un poder comunal que ahora será mandante ante un gobierno que simplemente ejecuta? ¿Cómo insertar este discurso en el contexto de un régimen autoritario-militarista y con firme inspiración totalitaria?
Según este nuevo discurso-trampa el GP socialista habrá de delegar en los CC el trabajo que corresponde al Estado. De modo que ahora recae sobre estos CC la responsabilidad de la vivienda, el empleo, la satisfacción de las necesidades, la seguridad, las obras públicas, la salud. Son los encargados de hacer los diagnósticos, elaborar los proyectos y solicitar los fondos.
¿Qué quiere decir esto exactamente? ¿Será así como se delegará también en los CC la tarea de enfrentar a la llamada oligarquía, burguesía o riqueza para que entregue sus privilegios? ¿Por cuáles medios? ¿La violencia radicalizada? ¿Y a dónde irán a parar estos beneficios? ¿A manos del colectivo o a engrosar los fondos de la clase boliburgueriana o nuevos ricos del mando-poder?
LA BOMBA ATOMICA POSITIVA
¿A QUIÉN BARRERÁ?
Esta delegación vertical del Estado o del GP en los llamados CC representa un nuevo reparto. Pero no del bienestar sino de la columna central sobre la que se levanta este régimen: la corrupción. Y para eso hay suficientes recursos aún. Se distribuye a la base social, de modo que la complicidad constituya el engranaje central de sostenimiento de un régimen incapaz de abordar por sí mismo los problemas de la desigualdad, la inseguridad y el padecimiento.
De este modo, el ‘Hegemón’ busca ampliar su dominio y los mecanismos que le permitan garantizar su permanencia indefinida en el poder. A los CC se suman las misiones-tarifas y la reserva militar, con el cometido de convertirse en ‘Bomba Atómica Positiva’ para ‘barrer los viejos valores capitalistas e impulsar el socialismo’, todo en el marco del Proyecto Socialista y Revolucionario Simón Bolívar. (GP, Cadena 18/01/07)
LA TRAMPA COMUNAL PARA LA DEFENSA
DEL ENGAÑO REVOLUCIONARIO
Los CC, entonces, están previstos, no como un mecanismo real de participación, en un sentido horizontal, sino como una trampa comunal, subsidiada con sumas billonarias, destinada a delegar la responsabilidad del gobierno y a crear la mayor estructura de control social, mecanismo de complicidad-negociación, y base domesticada para la pervivencia, pacífica o violenta, de este régimen que está muy lejos de cualquier utopía que se plantee la transformación del hombre y la sociedad. abm333@gmail.com
HIJA MAYOR DE LA PERVERSIÓN
De todo esto se aparta la agenda de la llamada revolución socialista del siglo XXI. Y se separa porque es la hija mayor de la perversión y la mentira-trampa. Porque en este caso no hay siquiera el más mínimo asomo de rompimiento con la estructura de clases vigente. Y es que esto no es posible mientras se actúe en los términos y condiciones que establece un cuadro de clases y los correspondientes intereses nacionales e internacionales.
Esto quiere decir que no es posible hablar de una nueva sociedad, nuevas relaciones sociales-propiedad en los límites de la permanencia-mantenimiento del mismo modo de producción que alude a un sistema que incide en el cuadro histórico de un tiempo determinado. Si no se toca el fenómeno de las clases más allá de la generalidad que oculta toda particularidad se están dando espacio al ingreso de todo tipo de ocultamiento y desviación de la realidad.
DEL ANTICOMUNISMO AL SOCIALISMO XXI
El llamado ‘proceso bolivariano’ está montado sobre la base de un proyecto lleno de trampas-falsedades. Jesús Urdaneta Hernández, por ejemplo, de los juramentados en el Samán de Guere el 17 de diciembre de 1982, alude en muchas oportunidades que a él nunca le dijeron que la lucha que se libraría tenía como finalidad la implantación del socialismo visto como camino hacia el comunismo. (ABM, Habla el comandante irreductible. Caracas, CPT-UCV, 2003)
Y el GP en Habla el Comandante (1998) se acoge a la fórmula de ‘yo no soy marxista ni antimarxista’ y afirma: “Yo no puedo adueñarme ahora del pensamiento marxista y declararme como tal porque no conozco. Yo nunca leí El Capital. He leído elementos del marxismo, pero en forma superficial. Para yo decir: soy marxista, debería conocerlo a fondo. (…) ¿Soy cristiano? No. No conozco la teoría cristiana ni la practico.” (Caracas, CPT-UCV, p. 398).
¿Y cómo es eso que ahora se declara marxista a lo Fidel Castro y a lo Che Guevara y a lo Marx, Engels, Lenin, Mao, Stalin? ¿Y cómo se explica que ahora vea planteamientos comunistas en La Biblia, en Jesús y Bolívar que pasan a ser para él materialmente fuentes de inspiración de los clásicos del marxismo?
SOCIALISMO MARXISTA, CRISTIANIZADO
BOLIVARIANO E INDIGENISTA
El propósito de este menjurje es quitarle toda peligrosidad al marxismo y hacerlo aparecer en un contexto de conciliación y hermandad con la pretensión de replantear una utopía que lleve a pensar en la puesta en práctica de mecanismos y estructuras sociales destinadas a reconquistar los valores de la producción y la justicia sociales, la solidaridad, fraternidad, libertad, amor y de esta manera derrotar y hundir al capitalismo.
A esto se suma las raíces indigenistas que están llenas de socialismo, el socialismo utópico de Simón Rodríguez, los planteamientos de Artigas o Zamora contra los privilegios. Y sobre este ‘basamento teórico’ se levantan los proyectos cooperativistas y el asociacionismo, los planes de economía endógena y del trueque, las aldeas universitarias o las ciudades comunales.
SOCIALISMO SIN PROLETARIADO
PERO CON BOLIBURGUESIA
Se trata de articular un conjunto de políticas destinadas a avivar la lucha de clases como arma para la completa destrucción de la ‘oligarquía’, burguesía en sentido estricto. Pero en las frustradas experiencias pasadas, se hablaba de un estadio en el cual el proletariado supuestamente toma el poder y procede a la construcción del socialismo y a la extinción progresiva del Estado burgués y de su sociedad capitalista.
¿Pero dónde y cuándo dio resultado este planteamiento? ¿Qué refiere lo concreto-histórico en el llamado socialismo de Estado de la URSS, China, Europa del Este, Cuba, Vietnam, Corea? El Estado en supuesta extinción y la burocracia se tragaron la lucha de clases y plantearon más bien una abierta conciliación de la ‘clase revolucionaria’ con el capital de la clase ‘derrocada’. Y de allí salió un producto: la burocracia estatal. La clase de los nuevos privilegios que ya comienza a percibirse con mucha nitidez en el caso de los boliburguerianos.
En este sentido y dirección se puede advertir que la clase obrera y la pobreza en general no encuentran en ‘la nueva sociedad’ una salida a su crisis histórica. Ahora ha pasado a ser, simplemente, materia prima de la política del nuevo asalto que se le produce al colectivo.
Y en el caso del proyecto vigente hoy en este ex –país, recubierto como está de ‘democracia y revolución’, es evidente que se acudió a la mejor de las trampas para llegar al fondo del engaño. El llamado proyecto bolivariano, al ver descubierto el vacío de su propuesta apela al socialismo, pero no al clásico sino ‘al que no asusta’, al que se basa en la ‘vía pacífica aún inédita’, en el voto y la supuesta conservación de la democracia’, en el respeto de la religión y de la libertad de expresión.
¿SOCIALISMO DEMOCRÁTICO?
El socialismo que no expropia sino que nacionaliza, que no hace valer la fuerza-decisión-violencia del proletariado para la toma del poder. Simplemente procede a ofrecerle a una buena parte del colectivo el supuesto disfrute de una porción importante de la renta petrolera. Se tarifa la clase pobre para mantenerla en el más profundo estado de indefensión, a la par que mediatizada y dispuesta a servir a los intereses de la nueva dominación, que se caracteriza por no producir rupturas históricas a ningún nivel. Por ello continua aquí el dominio del capital o de las relaciones económicas internacionales por otros medios.
¿PODER POPULAR VERTICAL?
En este marco hay que analizar el megaproyecto de los Consejos Comunales, al cual el GP hoy le concede el peso mayor de su revolución socialista. ¿Estamos ante la implantación pacífica de un ‘poder de poderes comunal’? ¿Un poder popular con una estructura estatal vertical? ¿Un poder comunal que ahora será mandante ante un gobierno que simplemente ejecuta? ¿Cómo insertar este discurso en el contexto de un régimen autoritario-militarista y con firme inspiración totalitaria?
Según este nuevo discurso-trampa el GP socialista habrá de delegar en los CC el trabajo que corresponde al Estado. De modo que ahora recae sobre estos CC la responsabilidad de la vivienda, el empleo, la satisfacción de las necesidades, la seguridad, las obras públicas, la salud. Son los encargados de hacer los diagnósticos, elaborar los proyectos y solicitar los fondos.
¿Qué quiere decir esto exactamente? ¿Será así como se delegará también en los CC la tarea de enfrentar a la llamada oligarquía, burguesía o riqueza para que entregue sus privilegios? ¿Por cuáles medios? ¿La violencia radicalizada? ¿Y a dónde irán a parar estos beneficios? ¿A manos del colectivo o a engrosar los fondos de la clase boliburgueriana o nuevos ricos del mando-poder?
LA BOMBA ATOMICA POSITIVA
¿A QUIÉN BARRERÁ?
Esta delegación vertical del Estado o del GP en los llamados CC representa un nuevo reparto. Pero no del bienestar sino de la columna central sobre la que se levanta este régimen: la corrupción. Y para eso hay suficientes recursos aún. Se distribuye a la base social, de modo que la complicidad constituya el engranaje central de sostenimiento de un régimen incapaz de abordar por sí mismo los problemas de la desigualdad, la inseguridad y el padecimiento.
De este modo, el ‘Hegemón’ busca ampliar su dominio y los mecanismos que le permitan garantizar su permanencia indefinida en el poder. A los CC se suman las misiones-tarifas y la reserva militar, con el cometido de convertirse en ‘Bomba Atómica Positiva’ para ‘barrer los viejos valores capitalistas e impulsar el socialismo’, todo en el marco del Proyecto Socialista y Revolucionario Simón Bolívar. (GP, Cadena 18/01/07)
LA TRAMPA COMUNAL PARA LA DEFENSA
DEL ENGAÑO REVOLUCIONARIO
Los CC, entonces, están previstos, no como un mecanismo real de participación, en un sentido horizontal, sino como una trampa comunal, subsidiada con sumas billonarias, destinada a delegar la responsabilidad del gobierno y a crear la mayor estructura de control social, mecanismo de complicidad-negociación, y base domesticada para la pervivencia, pacífica o violenta, de este régimen que está muy lejos de cualquier utopía que se plantee la transformación del hombre y la sociedad. abm333@gmail.com
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