jueves, febrero 22, 2007

EL 27F-07 Y LA ESPECULACIÓN SOCIALISTA

Dieciocho años después del 27F-89 la tragedia es dimensional. Y lo peor es que aún no sabemos qué ocurrió entonces ni dónde estamos hoy. Sólo tenemos claro que sigue la misma miseria.

La misma red que integran la incertidumbre-inseguridad, controles-escasez-acaparamiento, ineficiencia-burocratismo, centralización-estatismo-autoritarismo.

El mismo poder presidencial que todo lo dispone y decide. ¿En qué consiste el ‘cambio para siempre’ y ‘la nueva era’ que aquí se altavocean?

Los periódicos día a día refieren los mismos partes de hambre y muerte, desempleo, inflación e inseguridad. Las mismas penas en la misma gente.

Y todos tenemos en la mente la imagen que se publicita por todas partes para hacernos saber que ‘el especulador es un criminal’ que debe ser denunciado. Porque si no se hace nos convertimos en cómplices. Aunque la especulación, expresada en escasez, siga gozando de muy buena salud.

Y no es algo que acaba de nacer. Ha sido el juego-respuesta de una parte del capital cuando se ve presionada o atacada por un similar o interlocutor con carácter de rival.

Y lo importante es determinar lo que está detrás del fenómeno, establecer sus causas. La especulación se da porque hay condiciones propicias. Se trata por lo general de un medio en el cual la producción es deficiente. Hoy está socializada.

Y ‘los particulares’ entienden que están obligados a salvar las deficiencias de la producción. Pero por las razones del maquillaje-acomodo se va a la sustitución.

De este modo el aparato productivo del Estado termina tomado, intervenido y puesto al servicio de una causa ‘superior’ por un contingente en el cual predominan quienes proceden de su propia estructura.
En este sentido, la especulación está hoy en Mercal como estuvo ayer en el Plan Bolívar 2000. El ‘Estado Socialista’ toma para sí funciones que antes cumplían particulares explotadores. Y desde esas posiciones se profundiza todo género de corrupción. En esto se aplica la continuidad administrativa. ¿Se logrará su modificación con la ley de los especuladores contra la especulación?

Estamos ante males que nada tienen que envidiarle a los que produce el gobierno de Carlos Andrés Pérez II y el 27F-89.

Sólo que en aquel momento prevalece, clara y abiertamente, la cartilla-guillotina del FMI que hoy fue cambiada por la ‘habilitante revolucionaria y comunera’ a la cubana.

Ahora se trata de poner a un lado todo pasado democrático, para hacer bueno el anuncio del fin del ‘período de transición’ (que nadie sabe qué puntos comprendió) que, ‘irremisiblemente’ nos coloca en el camino de la construcción del socialismo del siglo XXI.

La idea-objetivo en este momento va mucho más allá del trazado por las leyes habilitantes del 2001, primera avanzada para el fortalecimiento de los poderes estatales, que condujeron a la inmensa crisis político-social-militar que se inicia con el paro del 10/12/01 y que se extiende hasta el 15Ag.-04, cuando se produce el “triunfo” del GP en el Referendo Revocatorio por la vía del fraude-trampa.

Hoy estamos ante la decisión de impulsar e imponer nuevas leyes habilitantes que permitan continuar la construcción de las bases económicas, políticas, ideológicas, sociales e institucionales para implantar el llamado socialismo del siglo XXI.

Un ‘socialismo’ que, de entrada, cuenta con un Estado que ha comenzado a andar por la sendas de la burocracia revolucionaria y que tiene como pilar principal a esa capa boliburgueriana de la nueva riqueza surgida al calor del ‘nuevo poder’.

El “aplastante triunfo” del oficialismo el 03D-06 y el inmediato reconocimiento opositor de esos resultados en ‘limpios y transparentes’ comicios, ponen en manos del régimen una suma de poderes que ahora aprovechan en forma integral.

Puede marchar sin tropiezos en la elaboración de las leyes que quiera en la seguridad que ni siquiera habrá protestas. No hay temor entonces a una reacción en cadena contra la ‘habilitación’ del socialismo comunero del siglo XXI.

Hoy no existe una oposición dueña de la calle como en 2002-03. El aparato de control y para-revolucionario es significativo. Cuenta con misiones, círculos, frentes, destacamentos, brigadas. reservas, FA, ‘cuerpos de seguridad del Estado’, aliados extranjeros.

Todos bajo la digna orientación de jugosas tarifas para que se haga a plenitud el trabajo de impedir todo acto que pueda desestabilizar la ‘revolución’.

No importa los métodos a utilizar pero los resultados tienen que contemplar la continuación del ‘proceso’. ¿Pero quién alcanzó el control político y social total? ¿Qué sociedad se resigna indefinidamente a padecer?

De este modo se dan la mano el 27F-89 y lo que está planteado hoy aquí. En ambos casos lo esencial es impedir la desestabilización, cualquiera sean las consecuencias.
En este sentido, ‘la sublevación social’ contra las medidas económicas de CAP produjeron una fosa común de ‘La Peste’ cuya cuantificación aún no se ha determinado.

Una acción “desestabilizadora” en la actualidad nos podría recordar aquella fecha u otros momentos en los cuales las “revoluciones” salen a defenderse de las ‘contra-revoluciones’, dejando al paso los muertos que sean necesarios e inevitables.

Por ello cada ‘proceso revolucionario’ porta las bolsas negras para sus respectivos ‘sacrificados’.

Y en esto se juntan el capitalismo y el llamado socialismo explotadores.

El camarada Stalin en esta Venezuela crea e impulsa una desestabilización que sólo podrá detener con la “violencia revolucionaria”, multiplicando el padecimiento de ayer.

¿Estaremos dispuestos a sumarnos a la sumisión que le dé cada vez más espacio a la dominación boliburgueriana? ¿Nos cuadramos todos con el socialismo de la especulación, la desestabilización y la implantación del aparato productivo estatal comunero y socialista siglo XXI? abm333@gmail.com
El Universal, 23 de febrero del 2007




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