Luis Marín nos hizo llegar el video de la serenata para Elena Brito que le ofreciera el Grupo Coral Acerita, dirigido por Clarisa Weil. Nosotros nos sumamos a este hermoso gesto y convocamos a multiplicarlo, a convertir este sencillo acto en una canción colectiva que haga resonar el gesto de coraje, valentía y transparencia que la Familia Brito ha asumido como respuesta al vejamen y autoritarismo de este régimen.
La acción aún solitaria de esta familia es un ejemplo y una lección para este expaís, sumido en su más grande destrucción. Solos, han llevado adelante una protesta pacífica, en reclamo ante un atropello que ha sido aquí realizado e impuesto a millones de personas.
El silencio y la pasividad nos convierten en cómplices de una acción que desmerita de nuestra condición solidaria y fraterna.
El reclamo de la familia Brito, llevado adelante hasta la decisión de morir, por Frank Brito, es una lección que debemos asimilar.
Para detener esta destrucción necesitamos miles y miles de Britos dispuestos a correr todos los riesgos, en función de salir de este régimen caracterizado por la corrupción, la imposición, el dominio de todos los poderes, y el crimen continuado.
Esta serenata contiene una de nuestras mejores armas: la canción. Y hay que comenzar a cantar y a actuar en consecuencia, a todo dar y en todo este territorio tomado y secuestrado por el GP y su maquinaria.
Saludamos solidarios a la familia Brito y llamamos a convertir el espíritu navideño, en un verdadero canto para impulsar los tiempos que estamos obligados a construir.
Esta serenata a la señora Elena de Brito es conmovedora
por muchas razones:
La primera, es la absoluta soledad, desamparo e indefensión
de la familia Brito; que es un símbolo de la situación en que
se encuentra cualquier familia venezolana.
La segunda, porque es a las puertas de la OEA, que permanece
impasible ante el clamor de una población desesperada; más o
menos como podía estar en los tiempos del Rey Herodes, bajo
el poder insensible de Roma.
Tercera, este pequeño (gran) gesto de compasión es registrado en
forma casera, con una camarita personal, sin iluminación apropiada,
casi a oscuras y resulta radiante, resplandeciente, como una estrella;
pero, ¿no es ese el símbolo de Belén? La humildad más absoluta
que abre paso a la verdadera grandeza...
Cuarta..., y así podríamos seguir y faltaría mucho que decir. Por lo
que mejor oigan la serenata, vean las fotos, lean los testimonios:
esta es la verdadera Venezuela de hoy, la que sufrimos cada día,
en el más estruendoso silencio.
Pero no obstante hay esperanza, mientras haya conciencia.
Gracias a "la tía" de Roberto Weil, que es Clarisa Weil, directora del
Grupo Coral La Acerita, que recien cumplió sus 30 años (el grupo, no
Clarisa) de vida artística.
LUIS MARÍN
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