EL DISCÍPULO MÁS APLICADO DE RÓMULO BETANCOURT
Rómulo Betancourt y Carlos Andrés Pérez son dos de los personajes más odiados por la “izquierda” venezolana. Y esto queda claramente patentizado con el enfrentamiento que hacen estas fuerzas con la utilización de la guerrilla rural y urbana. Una lucha armada que fue respaldada directamente por Fidel Castro y “su” revolución cubana, a la par que por la Unión Soviética.
Esta lucha armada se fortalece también con la incorporación de la propia disidencia de Acción Democrática que en Abril del año 60 se divide para dar origen al Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR) que se identifica con la lucha adelantada por el Partido Comunista de Venezuela (PCV) a lo largo de la década de los 60 en el marco del “experimento democrático” iniciado en 1958. Este es un tiempo en el que se extiende y profundiza el cuestionamiento a estos personajes.
Y lo interesante es que hoy, es posible registrar que estos ex presidentes están en proceso de ser “rescatados” y admirados por la reflexión de intelectuales de aquella “izquierda”. Una señal emana de la Fundación Rómulo Betancourt, presidida con orgullo por Manuel Caballero. Otra, por las hipótesis expuestas en esta obra de Agustín Blanco Muñoz. Éstas serían las primeras pistas que se desprenderían de esta investigación.
El rechazo del título de “Padre de la Democracia” para Betancourt habría sido sostenido siempre por los acusadores directos de Pérez. Entre los argumentos sobre las razones de su defenestración, seguiría en vigencia el debate histórico-político-cívico-militar que nos habría conducido al 18 de octubre de 1945.
LA OPORTUNIDAD DE LA VENGANZA
Se hace presente la hipótesis de la “oportunidad de la venganza” de los defenestrados “históricos” de aquella época, quienes la asumirían en 1992-93 en el papel de “notables”, guiados por Arturo Úslar Pietri, Rafael Caldera y Ramón Escobar Salóm, para destruir la “democracia del heredero predilecto”, ante la incomprensión de los partidos políticos y de la sociedad en general, utilizando las instituciones de la democracia y sembrando su propia destrucción.
En su entrevista con el autor el 9JUNIO2010, CAP expresa: “Si, todavía a esta hora continúa la persecución contra mí. Y hoy no me persiguen mis enemigos políticos de los tiempos de la democracia. Ahora el testigo está en manos de estos señores que se hacen llamar revolucionarios y a cuyo frente está Hugo Chávez. Los cascarones vacíos llamados partidos políticos como el de Rafael Caldera y Acción Democrática en manos de El Caporal, le dejaron el campo abonado al autoritarismo de hoy para que comenzara un nuevo período de persecuciones contra mi persona por formar parte de quienes nos hemos convertido en contrarios a todo lo que pasa hoy en nuestro país”.
“Por ello sabemos que estamos pagando el alto precio que se nos cobra por ser consecuentes con la idea del respeto a la institucionalidad democrática.”
¿A QUÉ CONCLUSIÓN SE LLEGA DESPUÉS
DE LA LECTURA DEL LIBRO?
La Cátedra Pío Tamayo-CPT mantiene intacta la tradición de la seriedad de sus investigaciones, no puede haber sospecha de que se trata de un homenaje al personaje, ni al hombre, aun cuando esa será necesariamente la conclusión al reflexionar sobre los acontecimientos y el proceso que quedan expuestos y aclarados en la obra, en los contrastes de la Venezuela política y su democracia a partir de 1989, con sus expresiones fundamentales como la del 27-29FEB, que la CPT bautizó “Masacre Venezuela”, ejecutada por los mismos comandantes que gobernarían con Hugo Chávez a partir de 1999, como la propia defenestración del acusador y, con mayor claridad, con la “nueva nación” que impone con el engaño y la represión el régimen totalitario militar establecido.
Agustín Blanco Muñoz presenta en este Tomo No. 22, el más reciente aporte a su investigación iniciada en los años 70, publicada en la serie “Testimonios Violentos”: ¡YO SIGO ACUSANDO! HABLA CAP , a partir de 29 entrevistas realizadas entre 1979 y 2010, y una adicional reciente con el defensor judicial Alberto Arteaga Sánchez.
ESTE NO ES UN LIBRO ADECO
Este no es un libro “adeco”, a pesar de que queda desempolvada, analizada y retratada la historia de Acción Democrática y de la democracia de partidos que se extinguió con CAP y que acentuó Caldera. Salen a la superficie de la historia actual, las evidencias y los actores de la ejecución exitosa del plan de destrucción de los partidos políticos y del proyecto de democracia venezolana que identificaba a Venezuela, con prestigio continental y mundial, de la que CAP había demostrado ser uno de sus más determinados promotores y defensores, y una de sus víctimas más emblemáticas.
UN JUICIO SEVERO CONTRA AD, COPEI
Y SUS DERIVADOS
El juicio es severo, en cuanto al desempeño de los liderazgos de los partidos políticos fundamentales, AD y COPEI, y de sus “derivados”, expresado de forma directa en la descomposición de las instituciones, y de la sociedad, que determinó en conjunto el exterminio de la democracia y condujo a la instauración de un régimen totalitario sustentado por la institución militar, que eliminó el Estado de Derecho e institucionalizó el irrespeto intensivo de los Derechos Humanos. Estimamos que esta apreciación sería compartida con la reflexión en el progreso de la lectura de este documento.
Al mismo tiempo, también se podría entender que el espíritu democrático habría seguido vivo en el colectivo, desde que germinó como aporte de valor ideológico y estímulo para el proceso de nuestra independencia de los invasores católicos-españoles. Así habría permanecido el espíritu colectivo, como la aspiración nacional para liberarnos del control y sometimiento de los intereses de la globalización, para construir una democracia verdadera, distribuidora equitativa de las obligaciones y los derechos y beneficios de los ciudadanos y para ellos.
DISFRAZ DE DEMOCRACIA PARA LA IMPUNIDAD
Para los golpistas, parte del disfraz de esa nueva democracia requería de la destrucción de su liderazgo, primero con el bombardeo militar hasta de la propia familia, durante la etapa del uso abierto de las armas, después sería anunciada durante la farsa de la participación democrática con el sufragio, la fritanga de las cabezas de los líderes de los partidos políticos, con la promoción de la violencia extrema, atribuida cínicamente a la “delincuencia común”, a pesar de que en 2007 la lista de asesinados arribaba a los 100 mil, con más del 90% de impunidad, con más de 6 mil cadáveres relacionados con casos de “exterminio”. Cinco mil indiciados correspondían a funcionarios militares y policiales.
LA MANIPULACIÓN DE LA OPINIÓN PÚBLICA
CENSURA Y LA VERGUENZA DE LA AUTOCENSURA
La identificación de la democracia como uno de los valores de nuestra nacionalidad, explicaría porqué ha sido necesario que adicionalmente a la represión con las propias armas de la República , por la traición a la patria sembrada en los verdaderos valores internos de las Fuerzas Armadas, desde la Academia Militar , ha sido indispensable que la otra base de sustentación del régimen totalitario haya sido la manipulación de la opinión pública, en lo que ha sido el plan preciso de control progresivo y permanente de la información, comunicación y opinión, mediante el control de los medios de comunicación social. Desde la censura clásica hasta el cierre, modulando la proliferación de la censura y promoviendo la vergüenza de la autocensura.
La manipulación de la opinión pública no permitió que fuese interpretada adecuadamente la estrategia totalitaria, que como primer paso concretó la promesa del desarrollo del proceso constituyente, mediante la promoción de un Sistema Electoral al nivel de nuevo Poder Público Nacional bajo control de la Sociedad Civil, que en realidad ha sido columna fundamental del diseño y organización del mayor fraude político-electoral, permanente y continuado, de la historia del planeta.
LA ALIANZA DE LOS ‘DEMÓCRATAS’ CON CHÁVEZ
PARA DEFENESTRAR A CAP
Entonces, a los vengadores del 18OCT1945 se adicionarían las aspiraciones de Rafael Caldera para igualar en el ranking de la historia tanto al padre como al hijo de la democracia, en cuanto a la duplicación de períodos constitucionales ejerciendo la jefatura del Estado, ambos grupos encuentran en el golpismo militar del grupo de Hugo Chávez un instrumento útil para contribuir con la defenestración de Pérez. Ninguno habría evaluado apropiadamente el riesgo que representaba tal ajuste de cuentas dada la fragilidad que vivía el experimento democrático, en decadencia y asfixiado en su renovación.
En ese delicado cuadro de la política nacional, Pérez sometió al Poder Ejecutivo que dirigía y a los demás poderes públicos a pruebas, con las que pretendió actuar dentro del juego de la democracia; sin embargo, se desprendería de la investigación que, aún también como víctima, habría en realidad jugado con la democracia, cuando, ante las graves circunstancias políticas y sociales vigentes en el momento del inicio de su segundo gobierno, comprometería la expectativa del éxito de sus promesas electorales y la esperanza del colectivo, basadas ambas en su primer gobierno.
GOBERNAR CON LA TECNOCRACIA
En el “juego democrático”, aceptaría CAP la recomendación para que su defenestrado Canciller en el primer gobierno, asumiera la Fiscalía General de la República. No percibió la realidad política ni militar de 1989, la de un país que apostaba a la repetición de la “Venezuela Saudita” que no podría repetirse, mientras él consideraba sólidas las instituciones democráticas para someterlas a las pruebas que no soportarían.
MILITAR
Pérez tampoco entendió la realidad institucional militar y lo demostró, dando a la institución militar el tratamiento contrario a la confianza que colocó en los demás poderes públicos, su manifiesta desconfianza sobre la capacidad de los líderes militares para respaldar las instituciones y la democracia, y cuando los responsables de las Fuerzas Armadas acusaron, arrestaron y solicitaron el enjuiciamiento de los conspiradores encabezados por Chávez, los despreció y los contradijo, resquebrajando la disciplina militar y estimulando el curso de los planes golpistas dentro del Ejército.
DE RELEVO
Conjuntamente con Caldera, ambos habrían tenido la mayor responsabilidad en la anulación de las generaciones políticas democráticas de relevo. Las instituciones quedarían definitivamente en el aire, y este sería el vacío que permitió que los “emergentes” se instalaran mediante los mecanismos de la propia democracia, asumiendo también parte del agravio, en su condición de hereders militares de los agravios de su clase, también originados en el 18OCT1945, pero “que sólo estarían relacionados con la democracia para un uso tipo careta”.
Este documento en particular, nos permite apreciar la verdadera condición del Estado y de la nación, que explicaría porqué Agustín Blanco Muñoz ha extendido la condición de ex país, hasta la de ex nación, ex estado y ex ciudadano. La conclusión no puede ser más clara: ¡descomposición!
Una farsa de defenestración que anunciaba la farsa generalizada de la democracia del Estado venezolano. El inicio de una sucesión de farsas que se extenderían a todos los ámbitos, ganando cómplices y luego socios siempre dispuestos a subir al escenario.
Percibir la descomposición requiere en primer lugar de olfato, y éste parece haber sido afectado por la pérdida de los demás sentidos, cuando tanta pestilencia no despierta la alarma y la movilización general para detener los brotes de totalitarismo que crecen, se multiplican y se fortalecen cada día.
LA DESCOMPOSICIÓN PRODUCE
CEGUERA COLECTIVA EN EL LIDERAZGO
Una descomposición que produce la ceguera colectiva de nuestro liderazgo, incapaz de reconocer el monstruo disfrazado de elecciones de todo tipo y orden, que sin embargo, encuentra niveles de insensatez escandalosos, que participan y promueven en roles de “oposiciones”, en una comparsa de una farsa que pretende representar una democracia.
Pero el sentido más escaso de los golpistas y oposicionistas en el escenario, militares y civiles, es el del oído. Se rehusan a escuchar el clamor, la angustia, la desesperación y el terror popular. Disimulan desde el escenario como si tampoco percibiesen las contorsiones de desesperación espontánea, no controlables, que se manifiestan entre el público, escogido y autorizado para aplaudir la farsa, para televisarla en una cadena nacional interminable.
UN DOCUMENTO PARA COMENZAR A SOSPECHAR QUE
HEMOS PERDIDO NUESTRAS LIBERTADES
Este documento contribuye no sólo a que ciegos, sordos y sin olfato comiencen a sospechar que hemos perdido nuestras libertades, que la violencia necesariamente crecerá, que dará un salto en su componente represivo hasta ahora disimulado por la acción del “hampa común”, desconociendo los “secuestrados” políticos, sino para que también reconozcan que es ridícula la opereta sin sentido y sobre todo criminal de unos alcaldes, gobernadores y legisladores municipales, regionales y nacionales, que asociados con el régimen contribuyen y contribuirán cada día más a justificar la usurpación de los poderes públicos nacionales, y también las persecuciones y los cadáveres de los verdaderos demócratas que rechazamos esta pantomima, confundidos en la estadística de los más de 19 mil asesinados del 2009 y los más de 150 mil desde 1999.
Aparece entonces con claridad la necesidad de construir colectivamente una política diferente. Que pasaría primero por la revisión de las otras estructuras de nuestra sociedad. Los valores que conducen nuestra nación, los valores o más bien los anti-valores que nuestras élites han seleccionado para definir un rumbo equivocado, como ha quedado evidenciado en esta investigación, pero adicionalmente, también queda al descubierto que esos valores y ese rumbo no son los que aspira y por los que vive el colectivo venezolano, sino que más bien los rechaza.
EL COLECTIVO JAMÁS SERÁ COMPLACIDO
POR LOS PIRATAS
También estaría claro que el colectivo jamás será complacido por los piratas y por la tripulación cómplice que ha tomado el control de la nave. El rescate de los valores “a bordo” y del rumbo, requerirá de la fuerza latente en el colectivo transformada en acción, capaz y abundante para neutralizar la violencia revolucionaria del crimen organizado transnacional.
Sólo la comprensión de la realidad actual, de la verdadera naturaleza del régimen, con la que contribuye este “SIGO ACUSANDO”, permitirá que la dirigencia por “dar a luz” el colectivo, muestre su fuerza y su capacidad de violencia para restablecer la paz, en el reclamo del reconocimiento de sus legítimos derechos y aspiraciones hoy usurpados.
HAY QUE DISTINGUIR ENTRE LA ACCIÓN COLECTIVA
Esta obra permite distinguir esta acción colectiva del engaño de la tradicional violencia, definida por la investigación documentada en esta serie de “Testimonios Violentos”, de manera de no confundirla con la diseñada desde la invasión al suelo americano: “...la violencia a través de la cual se conduce a las masas populares a participar directa y espontáneamente en el proceso mismo de su dominación y explotación”. (ABM . Modelos de violencia en Venezuela. 1974).
Rómulo Lares
07 de diciembre del 2010
Excelente artículo, excelente libro. Lo leo.
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