Querido Muammar, sé que estás pasando por las dificultades que te está creando una contrarrevolución que no has liquidado. Error mayor.
Yo te lo recalqué, cuando en Margarita te entregué la réplica de la Espada de Bolívar que camina por la América Latina, para que la pusieras a lo mismo por allá.
Y te dije: no olvides que tu revolución como la mía dependen de nosotros y que el imperio y aliados andan buscando como acabarnos por la vía del magnicidio o el golpe de Estado.
Te advertí que tenías que ponerte pila y copiarte de mí la idea de mantener un aparato supuestamente democrático que te librara de la acusación de dictadores como Ben Alí o Mubarak.
Yo, desde un inicio, me hice pasar por un demócrata que venía a introducir cambios en una situación de grave crisis. Y así me gané al reformismo.
Pero yo iba por el cambio del sistema y con esto me embolsillé a los radicales. Y sin mayores aspavientos, gané espacios y hoy soy materialmente el dueño de quienes algunos por ahí califican de ex país.
Y mi plan no era nuevo. Yo ingresé a las fuerzas armadas para conspirar. Yo creo que nací con esa ambición de poder. Imagínate que mí abuela Rosinés decía: ¡cará a ese muchacho lo que le gusta es mandar!
Y, en efecto, desde que me metí en las FAN, esa era mi única meta. Y a los 10 años ya estaba conspirando contra la democracia corrupta y asesina.
En medio del despelote del 27F-89 vimos que no había gobierno y que si no es por la actuación de la fuerza armada, el estallido social se lleva en los cachos al gocho y su tren gubernamental.
Este levantamiento produjo condiciones favorables, que no aprovechamos por falta de organización y fue a fines del 91 cuando estuvimos listos para dar el golpe.
El 04F-92 nos lanzamos y fracasamos pero luego la gente atendió nuestro llamado electoral y arrasé con la presidencia el 06/12/98. Después he ganado algo así como 12 o 14 elecciones.
De modo que nadie me puede acusar de dictador, porque además, siempre he ganado con la ayuda de las negociaciones adelantadas con ‘las oposiciones’.
Por eso hoy avanzamos tranquilos hacia la construcción de un socialismo cada vez más profundo, concreto y trascendente. ¡Eh!
Y no olvides, hermano Muammar, que sólo la revolución paga dividendos. En un inicio sabíamos que el socialismo sólo lo puede imponer la dictadura del proletariado, si lo hay. Pero nosotros superamos a Marx y a Engels y demostramos que unos golpistas militaristas revolucionarios como nosotros, podían convertirse en una vanguardia que está y seguirá vigente.
Por eso yo metí a socialistas a todos mis compañeros militares. Y a eso le sumé mis otros tarifados en misiones, consejos comunales, cooperativas, milicias, comunas.
Y si alguien se me alza le aplico la fuerza del Estado para controlarlo. Así tengo asegurado mi mando-poder hasta que me de la gana por la vía del fraude-trampa, la compra-venta de votos y el quiquiriguiqui que hacemos con las oposiciones.¿Eh?
Por todo esto te digo que debes declararte en emergencia y liquidar la contra que está ligada al imperio y sus aliados para atacarte.
No puedes dejar que las protestas tomen más cuerpo. Recuerda mi 11 de abril del 2002. Me dejé de tontería. Apliqué la violencia a tiempo y mira donde estoy.
Insisto: tienes que salvar tú revolución a como dé lugar. Tú y yo somos el todo de nuestros procesos. Si morimos se acabarían nuestras revoluciones, Fidel siempre lo dice.
Tú y yo, más allá de ser presidentes, como bien lo dijiste, somos los líderes, los salvadores, los mitos, símbolos, guías de la revolución. Los gloriosos hijos de Bolívar y Fidel.
Los elegidos para traer esplendor y futuro a nuestras patrias. Y nos rinden el debido y obligado culto, veneración y respeto.
Y por ello hay que mantener un control cada vez mayor del colectivo, desde la primera niñez. Y para esto es muy importante que las nuevas generaciones sólo piensen socialistamente.
Para eso ya tenemos un plan Canaima para envenenar a los niños con un pensamiento único.
No olvides que debemos empaquetar a todos los que podamos en la construcción del socialismo del siglo XXI, y que hagamos valer nuestra grandezas en cada paso que damos. Pero siempre dando la sensación de que somos demócratas.
Fíjate, por ejemplo, el problemón que tenía con la huelga de hambre de los estudiantes de derecha pidiendo la libertad de los presos políticos.
La protesta crecía, y como aquí hay muchos que me identifican contigo, me tuve que sacudir de un posible Efecto Gaddafi y les ofrecí poner en libertad condicionada a unos presos que tienen cumplida la pena. Aceptaron y los desmantelé.
Cosas así son las que tienes que hacer. Inventa un tal llamado al diálogo y di que estás dispuesto a montar una democracia como la mía, con una oposición como la que me ayuda a mí, y te aseguro que estarás en el mando-poder hasta más allá de tu muerte.
No hace falta que te inmoles. Pero, si por alguna razón caes, no te olvides que tienes donde llegar. Aquí te recibiremos, con las honras que te mereces, para seguir luchando, desde las trincheras que sea. Revolución, socialismo o muerte, venceremos! Twitter: @ablancomunoz
El Universal, 25 de febrero del 2011.
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