AGUSTÍN BLANCO MUÑOZ
PROCESO DE
FORMACIÓN Y DESARROLLO
DE LA HISTORIA ACTUAL EN VENEZUELA
Ponencia presentada en el
19 al 21 de julio del 2007
Universidad de los Andes,
Mérida
“A los
tradicionalistas convendría recordarles
lo que tantas veces se ha dicho contra ellos:
Primero. Que si la Historia es, como el tiempo,
irreversible,
no hay manera de restaurar lo pasado.
Segundo. Que si hay algo en la Historia fuera del
tiempo, valores eternos,
eso, que no ha pasado, tampoco puede restaurarse.
Tercero. Que si aquellos polvos trajeron estos lodos,
no se puede condenar el presente y absolver el pasado.
Cuarto. Que si tornásemos a aquellos polvos
volveríamos a estos lodos.
Quinto. Que todo reaccionarismo consecuente
termina en la caverna o en una edad de oro,
en la cual sólo, y a medias creía Juan Jacobo
Rousseau.”
Antonio Machado[1]
[1] “Juan de Mairena”, Obras Completas. Madrid, Plenitud,
l956,pp.1002-03
INTRODUCCIÓN
La pregunta luce procedente: ¿qué puede llevar a quien se maneja en el terreno de la Historia, a
plantearse lo Actual como un objetivo capaz de servir de base o fundamento para
la creación de una rama específica de la disciplina? ¿Quién puede negar con
base-rigor que la Historia es ciencia de lo actual? ¿Pero cómo y por qué
hubo necesidad de plantearse la creación de esa disciplina? ¿Por qué una
disciplina sobre lo que tiene que ser el centro de lo que generalmente se
denomina como Ciencia de la Historia?
A mediados de la década de los
sesenta y teniendo como única guía a Marc Bloch, comenzamos a pensar en darle
relevancia y concreción al discurso
sobre la necesidad de estudiar ‘lo contemporáneo’. Desde un inicio no
entendimos cómo se podía estudiar historia sin tomar en cuenta el tiempo en el cual vivíamos. Y
caímos en cuenta, sobre la marcha, de que aún el estudio de lo que se nombraba
como contemporáneo no constituía una garantía de que se tocase lo que se estaba
actuando.
Porque esa contemporaneidad
tiene límites y condiciones: no es posible ir más allá de lo que permite
la documentación, las posibilidades de la crítica, los intereses de los actores
y la objetividad. En ese momento sentimos que era indispensable superar estos
escollos y proceder a echar las bases y comenzar a andar en dirección a crear
una instancia en el marco de la Historia que cumpliera la finalidad que por
principio le estaba encomendada a esa disciplina.
Propusimos formarnos en medio de una experiencia académica en y para el
estudio de lo actual. Con esto no solo decíamos que era algo consustancial a la
Historia que aquí no se hacía sino que nos atrevíamos a manifestar nuestra
voluntad y disposición para transitar el camino que permitiera el surgimiento
de estudios sobre lo que estaba pasando en ese momento en el país: el proceso
de la lucha armada.
Entonces, para el período lectivo 67-68 concretamos nuestra oferta de
‘Seminario Optativo’ sobre Historia Actual en la Escuela de Historia de la
Facultad de Humanidades y Educación de la UCV. Han transcurrido cuarenta años
en los cuales hemos desplegado una actividad de investigación enmarcada en ese
objetivo.
Hemos percibido otras acciones con el mismo propósito, aunque se
difiera en el abordaje teórico-práctico, pero sin que se deje a un lado el
rasgo que define a muchos intentos historiográficos: mantenerse en el camino de
la obtención de un conocimiento que sirva para mantener en alto ‘los viejos conceptos’ que contribuyan a dar vida a la falsa historia. La del
encubrimiento de la realidad para tapar la verdad de lo actual. Lo que define
el hoy y el mañana. Por ello cuando convocamos a hacer Historia Actual dijimos
simplemente: ¡Atrevámonos, al fin, a
hacer Historia!
I
CONCEPTO Y LÍMITES DE LA
HISTORIA ACTUAL
(La historia o es actual o no es
historia)
Con Marc Bloch la Historia es una unidad dialéctica de pasado, presente
y futuro que permite entender la
ausencia de linderos en el manejo del tiempo del hombre. ...“La incomprensión
del presente nace fatalmente de la ignorancia del pasado. Pero no es, quizás,
menos vano esforzarse por comprender el pasado si no se sabe nada del
presente.”... De allí que se concluya en que...“Esta facultad de captar lo vivo
es, en efecto, la cualidad dominante del historiador.”... [2]
Quien no tiene noción de lo que esto significa en el plano de lo humano-histórico,
difícilmente puede plantearse comprender el mundo del cual procede ni el mundo
hacia el cual va. Porque la historia, en definitiva, o es Actual o no es
Historia.
Pero ¿cómo captar lo vivo si los
intereses económicos, políticos, sociales o estatales tienen completamente
secuestrados o tapiados los documentos-huellas para impedir su llegada al
archivo? ¿Cómo desconocer que es mucha la documentación que no supera la prueba
del tiempo mediatizado por los intereses de la clase-capital o por la clase política?
Porque, en todo caso, se trata de
impedir que el historiador cumpla su cometido principal: desentrañar los
arcanos, la raíz-causa de los males que hoy nos asedian.
¿Cómo salvar esta situación que termina ubicando al historiador en el
plano de la imposibilidad de captar lo vivo
...“los sucesos más inmediatamente captables”? [3]
La salida está en la propia realidad: es necesario captar lo vivo a partir del
propio testimonio, de las huellas de lo vivo y teniendo en cuenta el
legado-conocimiento que nos otorga el
pasado. Y sin olvidar en ningún momento que la historia, más allá de los
señalamientos de tantos teóricos y ‘prácticos’, no es ciencia del pasado, sino
ciencia de y para lo actual.
Y esto reclama un alto nivel de conciencia. Porque quien no sabe donde
está parado ni como llegó al lugar,
simplemente será llevado o conducido. Nunca irá por su
decisión-determinación. Esta es la historia hecha por quienes deciden y no
por quienes actúan.
DE LA HISTORIA INEXORABLE A LA
HISTORIA PORVENIR
Comprender, por consiguiente, no significa hacer del conocimiento un
acopio de ideas que otros han configurado para darle una interpretación
determinada al acontecer precedente,
sino, por el contrario, partir de la
historia actual, validar, corregir, rectificar y aprehender lo ocurrido con
miras a que el presente-porvenir tome la dirección que aspiramos otorgarle, y
no la que cuenta con el peso ‘inexorable’ de una historia impuesta.
En nombre de esa historia que, una vez forjada, parece adquirir una
especie de autonomía que se conforma en imposición, se han escrito muchas
páginas y elaborado múltiples visiones historiográficas que intentan descifrar
ese especie de destino y hacerlo científico, en términos de categorías
renovadas.
HISTORIA PASADA CONSTRUÍDA POR PROPIETARIOS
ACTUALES
En cada caso se soslaya lo que es esencial: el conocimiento de la
historia tiene sentido en la medida en que se convierte en un instrumento para
cambiarle el curso predeterminado que se le ha asignado materialmente desde sus
propios orígenes. Y lo que es más importante. Ese quehacer, esa interpretación
del pasado está definitivamente enraizado en la historia actual que se pretende
ocultar o tergiversar. El pasado, desprovisto de presente y futuro, se
convierte en instrumento para forjar una historia que sólo atiende a los
intereses de quienes, desde lo actual, pretenden entronizar sus privilegios y
extender sus dominios.
En ese viejo y largo historiar, sintetizado en listados de fechas,
datos, personajes y “hechos heroicos”, el hombre queda excluido como actor. Es
sólo el peón que otros colocan en la casilla correspondiente para que vaya a
librar una batalla que no le pertenece para después regresar a los límites de
su inexistencia como hacedor de historia.
LOS ENEMIGOS DE LA OTRA HISTORIA
Replantearse el concepto de historia, desde el punto de vista de Bloch
y ampliarlo, extenderlo, enriquecerlo, es una tarea difícil que conlleva en su
paso muchos enemigos. Significa ante todo cuestionar la propia estructura sobre
la cual se erige el oficio de historiar y obliga a una revisión de todo el
conocimiento formulado con anterioridad y a buscar en el presente, no sólo las
huellas que deja el pasado sino los signos del porvenir que se ha de construir.
HISTORIA CONSCIENTE, HISTORIA
SUBVERSIVA
Una historia cuestionadora, subversiva, que tropieza con la misma
indiferencia de quienes constituyen sus verdaderos actores, acostumbrados como
han estado a ser agentes pasivos de una historia ajena. La Historia Actual es,
por consiguiente, consciente, crítica. Movimiento que se configura en sí
misma y que es capaz de advertir sus propias contradicciones, de abrir las
grandes visiones de lo ocurrido y por ocurrir, no de manos de un destino ciego
y aciago, sino del hacer colectivo de un hombre dispuesto a fundar el mundo
sobre nuevas bases.
II
LA HISTORIA ACTUAL:
UNA EXCLUÍDA DE LA ESCUELA DE
HISTORIA
(La experiencia desde la Escuela
de Historia de la UCV)
Es evidente que esta conciencia la fuimos aprehendiendo a través de nuestra pasantía por la Escuela
de Historia de la Universidad Central de Venezuela, de la
cual somos egresados. Allí el nivel libresco y atrasado de la Historia dejaba
planteado un cúmulo de interrogantes que los docentes, con escasas
excepciones, no estaban dispuestos o capacitados
para responder.
Y salirse de ese oscuro y limitado pasadizo no era válido por cuanto no existía otra
posibilidad. La corriente romántico-positivista revestida en algunos casos de
materialismo histórico llenaba el panorama.
Y por supuesto, en medio de estas corrientes metodológicas y
cientificistas, había toda una disposición
para satanizar cualquier intento por romper los moldes tradicionales de
la historia que se enseñaba. El propio Enrique Bernardo Núñez, quien en su
Discurso de Incorporación a la Academia de la Historia, la caracterizaba como
baratillo de historia e historia enteca y amañada[4].
Y quien así se expresaba no era digno de ser estudiado o seguido como
orientador.
Para enfrentar este descompuesto ambiente fundamos, a comienzos de
1964, el Círculo de Estudiantes
de Historia para debatir y
difundir otras ideas sobre el estudio, comprensión y utilización de la historia
y la historiografía. Allí queda plasmada nuestra primera visión de la Historia
Actual, recogida incluso en los Cuadernos del CEH que editamos en ese tiempo.
Llevamos otras voces distintas a las del curso diario. Entre otras tuvimos la
suerte de conocer y escuchar en plan de reflexión histórica al Maestro y
filósofo Juan David García Bacca, para quien la Historia, que con Marx era la
ciencia por excelencia, tenía -y tiene- que ser actual y transformadora.
En plena década de los sesenta y setenta, no sólo éramos testigos sino
actores de una historia actual que se contradecía, chocaba, contra las nociones
aprendidas y asimiladas por la vía de la ‘represión académica’. Lo que ahora
acontece no se correspondía con lo precedente. Las interrogantes comenzaron
a aflorar y con ello la búsqueda de
nuevas visiones, perspectivas, puntos de vista.
Posteriormente, ya como docentes, nos enfrentamos a esta problemática.
En el año lectivo 67/68 propusimos en la
Escuela de Historia de la UCV un
‘Seminario Optativo’ sobre Historia Actual. Y específicamente para estudiar la
lucha armada que en esos momentos se desarrollaba en el país.
Lo primero era enfrentar el reto y establecer las razones que
consideramos valederas para proponer y adelantar el estudio de lo que ocurría
en el propio momento en el cual se realizaba el estudio.
Se trataba de deslastrarse de la vieja creencia de que la historia tiene que ver sólo con lo viejo y gastado y
no con lo vivo y actual. Por ello una y otra vez apelamos a Bloch. Pero eso no impidió que se levantara la
objeción de las fuentes y la objetividad en medio del señalamiento que hacía
ver la imposibilidad de historiar el acontecer-proceso que no ha llegado a un
punto culminante. Y esto a pesar de que expusimos muy claramente en el programa
de la asignatura lo que eran sus objetivos: estudiar lo actual con las fuentes
de que de se dispone y con el riesgo que implica el acto en sí mismo.
DE LAS FUENTES AMAÑANADAS A LA HISTORIA SIN
FUENTES
Sobre las fuentes se dijo una vez más que no hay Historia sin fuentes y
que la proximidad de los ‘hechos’ impide tanto el acopio de documentos como su
decantación. Sobre la subjetividad se argumentaba que la parte interesada
estaba impedida de hacer un estudio científico de un ‘suceso’ que tocara sus
fibras e intereses. Estos reparos tenían una misma procedencia: la escuela
positivista que orienta nuestros estudios históricos desde el siglo XIX.
Hemos escrito la historia a partir del molde de la ciencia
físico-natural, estableciendo leyes funcionales que son las que supuestamente permiten que una sociedad
actúe en una u otra dirección. De aquí
que se consideren los
‘hechos-sucesos’ como entidades autónomas que definen lo histórico. La
Historia, en consecuencia, es el estudio de “los hechos sucedidos en la
sucesión de la humanidad”. En este sentido, se está lejos de entender que la
reconstrucción histórica no es una acumulación de datos relativa al
acontecimiento. Tiene que partir de un propósito-convicción de que lo principal
es la suma-agregado de conceptos,
apreciaciones, interpretaciones que emanan de una concepción científica de la
Historia. Y si se carece de esa concepción el trabajo del historiador se limita
a la acumulación de datos carentes de
contenido y proyección.
LO HISTÓRICO NO ES PRIVILEGIO DE
LA GENTE DE A PIE
Esto es precisamente lo que nos coloca en el territorio de una historia
para el estudio de fragmentos, momentos aislados, hechos. De allí, por ejemplo, el discurso que
nos hace ver que no todo ‘hecho’ es
histórico. Éste está indefectiblemente ligado, por lo general, a una condición:
que sea producido por persona importante, de peso social, económico, político,
militar. Sólo la gente importante puede hacer historia. El común o ‘de a pié’
nunca producirá un ‘hecho’ que pueda ser catalogado como histórico. Este es el
esquema romántico-positivista que cuida de la exaltación del héroe-individuo.
Los grandes hombres de los ‘grandes hechos’ y paras la cual el colectivo, es
sólo el punto de apoyo para la realización de los planes diseñados por el
‘hombre salvador’.
Apartarse de esta concepción romántica y la positivista implica dejar a
un lado buena parte de la historiografía que se ha producido en el corto
período de lo que se conoce como Venezuela. Este es el ciclo de la historia
heroica, exaltación del héroe y sus hazañas. La descripción-narración de ‘los
hechos’ sin perder detalles y manteniendo la secuencia cronológica.
UNA HISTORIA QUE NO TRASCIENDE
EL INVENTARIO
Lo cuantitativo es la clave de este tipo de estudios. El examen de la
batalla implica la relación exhaustiva de los componentes, las armas y los
pormenores de cada uno de los ‘sucesos’ de los
cuales debe presentarse los más completos informes. Una historia que en
ningún caso trasciende el inventario. La suma de los detalles de las acciones
promovidas en función de contribuir al mantenimiento, por ejemplo, del orden y
el progreso. Del ‘gendarme necesario’ y de la tranquilidad ciudadana’.
HISTORIA DESCRIPCIÓN
Se trata de un positivismo
spenceriano que se hermana con el liberalismo para producir la más acabada
conducción de una sociedad. Estos son los mecanismos que se aplican en estas
tierras desde el momento en el cual se produce la invasión. Desde entonces el
dueño-propietario lo controla todo. Es
ahora una sociedad de señores y sometidos. Una historia definida y determinada por los intereses en
juego. Basta entonces la suma-descripción de ‘hechos-fenómenos’.
III
LA ESCUELA HISTÓRICA DE LOS
DESCUBRIDORES
(¿Cómo se produjo la ruptura con
la concepción descubierta de la Historia?)
Estamos ante una
historiografía que tiene esa señalada misión: registrar los hechos con los
cuales además se tiene un completo acuerdo. Y en este caso no se piensa sólo
en romanticismo y positivismo. Si
miramos hacia el conocimiento levantado por los llamados ‘Cronistas de Indias’,
llegaremos a la conclusión de que éstos, en muchos casos le sirven de
guía-orientación y hasta de fuentes, a los historiadores de esa sociedad invadida.
Y se trata de un historiador que se ha dedicado a registrar y aceptar
cuanta ‘escuela’ tenga por delante. Su misión es actuar a favor de la
justificación de la empresa de exterminio que adelanta ‘la civilización
europea’ de manos de la ‘iglesia redentora’. No se plantea en ningún momento la más mínima duda que
pudiera abrirle posibilidades a interpretaciones o al debate sobre lo ocurrido.
Es la historiografía que adelantan “los descubridores” y que está llamada a
convertirse en un modelo en este ‘nuevo mundo’.
Por ello, al volver la mirada sobre nuestros ‘orígenes’ de hace 514 años hallamos que al
lado de la masacre está la obra que la avala. Se saca a relucir entonces los
argumentos relacionados con la razón y la civilización de que carecían los
‘inferiores’ que habitaban en estas “tierras de gracias” tan colmadas de
metales preciosos.
LA HISTORIA INVENTADA DE UNA
SOCIEDAD INVENTADA
Y por ello, esa sociedad
que fue supuestamente descubierta, asume
el comportamiento que se le impone. Hace gala por tanto de su condición de inferior, de ‘sociedad
creada e inventada por una raza superior’ como sostiene el pensamiento imperial
que en forma tan precisa recoge O’Gorman[5].
Y desde entonces el estigma del
inferior marcha al lado de una historia
de la justificación escrita por quienes, en plan de vencedores, se convierten
en los dueños de estas tierras y de su propia gente. Los suavemente llamados
‘descubiertos’ no tienen un conocimiento propio.
LA HISTORIA ENCUBRIMIENTO
El sometimiento trae incorporada la correspondiente teoría que ‘los
colonos’ están obligados a consumir y aplicar. Están incorporados desde ese
momento a la práctica del encubrimiento de la propia maldad que los afecta. Lo
importante para las fuerzas de la dominación-control es mantener la
ignorancia-engaño.
Y la aplicación de estos
instrumentos no se limita al tiempo de la implantación de la condición de descubiertos.
A lo largo de nuestro tiempo-historia la
dominación de diferentes señales la ha mantenido en alto. La sociedad que asume la denominación-etiqueta de independiente, no entiende en principio
que esto es algo que le corresponde sólo
a las minorías que alcanzan la independencia para ellos en tanto jefes de los descubiertos. Se
trata de una independencia que le sirve a los ‘nuevos dueños’, descendientes de
los ‘descubridores’ iniciales, para armar su república de los descubiertos que
tiene como primer gesto la defensa de los intereses de Fernando VII y actuar
como y requerir el tratamiento-consideración de descendientes de los
descubridores, con todo y lo que eso significa en el campo de los privilegios.
HISTORIOGRAFÍA DESCUBIERTA DE
LOS DESCUBRIDORES
Y a lo largo del llamado período republicano ha prevalecido la misma realidad y la misma
convalidación teórica. Y de esta manera
la sociedad republicana ha contado y cuenta con su historiografía estrictamente
apegada a los cánones de los descubridores que actúa con un doble velo. Por un
lado para ocultar nuestra verdadera procedencia y tratar de borrar los miles de
años de historia previos a la invasión de 1492. Y por el otro para mantenernos
apegados a la idea-condición de descubiertos.
Importante en este sentido
advertir como un instrumental previamente dispuesto, obliga a las
mayorías a permanecer en las posiciones acordadas y establecidas en el pasado.
Lo importante es que la mentalidad del descubierto se llene y vuelva a llenar
de datos, detalles y todos los pormenores del vacío y la elementalidad. Se
trata en todo caso de sociedades manejadas a nivel de cúpula, tal y como lo
dispone la ‘doctrina de los descubridores’. Y esto es lo que define el cuadro
histórico-historiográfico aún vigente en esta sociedad.
EL COMPLEJO ENTRAMADO DE UNAS
CIENCIAS DEL PASADO
Advirtamos, sin embargo, que la maquinaria historiográfica de los
descubridores-descubiertos se cubre con toda la gama de atuendos que le
proporciona el conocido entramado de las ciencias sociales. Es la
historiografía de la compra-venta que se aleja considerablemente de la
posibilidad de establecer las líneas maestras del proceso que nos corresponde
reconstruir o proyectar. Y de esto trata precisamente la Historia Actual. Su
propósito no se confunde con lo
episódico. Se propone tocar el
centro-esencia de la realidad: la acción del hombre en el tiempo-hoy y en el espacio-aquí.
Una ciencia que compromete en el oficio no sólo a quien
tradicionalmente se ha ocupado de la reconstrucción de los actos de los hombres
en el tiempo y el espacio. Ahora se impone llegar a la convicción de que la
Historia Actual, en tanto desafío-reto, se monta sobre los signos e intereses
opuestos al orden vigente. Por ello se le tiene como una acción subversiva. Su
propósito es desordenar lo establecido
para favorecer nuevos intereses y
posiciones.
UNA HISTORIA DE Y PARA EL
COLECTIVO
En términos del marxismo llegó a decirse que se trataba de producir un
salto para darle cabida plena a los puntos de vista e intereses del
proletariado. Hoy estamos obligados a ir más allá de este criterio y entender
que se trata de poner en acción al colectivo que, en sentido estricto, va más
allá de una clase específica para juntar a todos los que en alguna medida han y
siguen siendo ignorados, dejados de lado o simplemente utilizados para hacer la
‘historia de los otros’. [6] En este sentido entendemos que a la hora de
querer historiar lo actual por lo menos no es productivo actuar de manera individual. La captación de lo vivo
tiene que implicar lo vivo. No es posible un estudio de las acciones de los actores del momento haciendo
abstracción de su propia intervención. Y esta es la novedad del estudio de lo
actual.
IV
HACIA UN NUEVO CUADRO
TEÓRICO-METODOLÓGICO
(El nuevo cuadro teórico-metodológico
y el estudio de la lucha armada)
La tesis de los No Descubiertos,
que sólo es posible a partir de la
concepción de la Historia Actual,
permite plantear un nuevo cuadro
teórico-metodológico para el estudio de las situaciones que por su proximidad
aún nos tocan. Es posible ahora, a partir de esta perspectiva, hacer abstracción de una parte importante de las
viejas tesis de la objetividad y sumar
al actor en plan de testimonio a contribuir a elaborar la propia historia en la
cual está implicado.
En el caso de nuestra investigación sobre la lucha armada en la década
de los sesenta, se plantea el levantamiento de testimonios de los diferentes
frentes en los cuales se expresa esa acción. Y es la suma de textos-palabras lo
que arma la base o materia prima para proceder a ahondar en las labores del
conocimiento de un tiempo, unas circunstancias y un hacer.
LA HISTORIA ACTUAL SE NUTRE DE
LAS FUENTES VIVAS
Las ‘fuentes vivas’ proporcionan diferentes versiones de un acontecer
que, al ser organizadas en temas y sometidas a crítica e interpretación pueden
convertirse en punto de partida para tener noticia con alguna certidumbre de lo
ocurrido en un tiempo y circunstancias específicas. A partir de esas fuentes se
puede comenzar a definir la tipicidad y peculiaridad del acontecer que
determina un período que, por la fuerza
de sus contenidos, se puede llegar a considerar como significativo y
trascendente.
En el caso de la lucha armada es evidente que se trata de un episodio
clave en el curso de lo que genéricamente se conoce como la etapa
democrático-representativa o ‘cuarta república’. Esta política-acción fue
calificada como la propia anti-democracia. A la violencia aplicada por el
aparato estatal le responde ‘la violencia revolucionaria’ que estaba encuadrada
y hermanada con el proyecto cubano que apuntaba hacia el desarrollo de una
revolución que produjese la transformación radical de la sociedad.
En este sentido, el período de la lucha armada está firmemente
inspirado en lo que entonces se llamó el ‘espejo cubano’. El pacto inicial con
el Partido Comunista y el Movimiento de Izquierda Revolucionaria se fractura en
el momento en el cual estos ‘revolucionarios’ deciden abandonar la línea de la
lucha armada y pasar al repliegue-pacificación.
Esta enmienda se venía cocinando, como mínimo, desde fines del 64 y
tiene uno de sus principales puntos culminantes en el año 67 cuando Cuba rompe
con una parte de los ‘revolucionarios’ y privilegia sus relaciones con aquellos
que no habían ‘traicionado la lucha armada’.
EL PASO DE LO ACTUAL HACIA EL
PASADO
En el marco de esta ponencia
interesa poner de relieve que al
estudiar la lucha armada a partir de la documentación existente y el aporte
testimonial de muchos actores, llegamos a sentir la necesidad, para efectos de
la interpretación y proyección, de
reflexionar sobre el proceso social venezolano. ¿Cómo explicar, cuál el sentido
y fundamento de esta lucha? ¿Qué se quería en definitiva? ¿La implantación en
Venezuela de un régimen como el cubano? ¿Cómo llega una sociedad a tener en su
seno este tipo de lucha que exhibe un radicalismo que a la larga se torna en un
compromiso y hasta complicidad-negociación con la parte que se decía enfrentar?
[7]
Estudiando lo actual caímos en cuenta de que era necesario abordar lo
relativo a las luchas sociales y políticas en la historia venezolana para poder
ubicar en términos causales lo que ahora presenciábamos a veces con un dejo de estupor. ¿Es acaso
nuevo, inédito el comportamiento de quienes se presentan como los ‘patriotas de
la lucha armada’ y la revolución nacional y en parte de la internacional?
V
LA REVISIÓN DE LOS ANTECEDENTES
(El contexto anterior a la lucha
armada)
Indispensable entonces ir al estudio de momentos anteriores. Nos
detuvimos en el inicio de lo que para muchos es la Venezuela moderna, la que
aparece a la hora de la muerte de Gómez. Rastreamos el proceso que se inicia en
1908 en el trabajo: De Gómez a Lusinchi:
La misma libertad[8].
Para el momento ya habíamos iniciado nuestra exploración en el perezjimenismo y
publicamos: Pedro Estrada Habló[9] y Habla
el General Marcos Pérez Jiménez[10]. Caracas,
CEHA-CPT, 1984.[11]. Posteriormente
trabajamos con Jorge Maldonado Parilli y produjimos: El Otro Jefe de la SN[12]. Levantamos otros
testimonios de este tiempo. Entre ellos destaca el que hiciéramos con Rafael
Pinzón.
La revisión de este período nos resultó de particular interés para
tomar el pulso de las luchas que se
convertirían en puntales en el derrocamiento del régimen y en la consecuente
creación de las estructuras y ambiente en los cuales se desarrolla la
democracia representativa siempre al servicio de los mismos beneficiarios de la
tragedia histórica que está ubicada en los hombros de este ex-país.
UN CENTRO PARA EL ESTUDIO DE LA
HISTORIA ACTUAL
Y es que ya para 1975, cuando nos planteamos la creación del Centro de
Estudios de Historia Actual[13],
con el objeto de sistematizar y profundizar nuestras investigaciones sobre lo
vivo, nos habíamos dado cuenta que era absolutamente necesario e impostergable
ir de lo actual hacia el pasado en búsqueda de las raíces-causas-puntos de
partida de las cosas que hoy llenan nuestro cuadro histórico.
Consideramos que era suficiente con la revisión del trabajo de conjunto
sobre el proceso social venezolano que es nuestro primer libro en el campo
historiográfico. Esta obra: Modelos de violencia en Venezuela[14] fue escrita en
1972 y se publica en 1974. Pero en nuestras discusiones en el CEHA se decide
que es necesario ampliar nuestra visión de
pasado con el objeto de ver si aumentaba nuestra clarificación sobre lo
que vivimos. Escribimos entonces: La
Otra Cara de la Historia Nacional, publicado en parte de los 80 y los 90 en
el ‘Suplemento Cultural’ de Ultimas Noticias.
Eso hizo que nos detuviéramos en lo que para muchos es el punto de
partida de nuestra historia: el descubrimiento de América. Y fue allí donde
encontramos los elementos esenciales para la comprensión de nuestro proceso
social.
La búsqueda y visión de los ‘no descubiertos’ permitió ir más allá del
saber establecido y puntos de vista que hasta entonces habíamos manejado sobre
nosotros mismos. Nos situó sobre el significado de soberanía mental-pensamiento
propio. Y caímos en cuenta que esto es lo que no hemos tenido a lo largo y
ancho de nuestro continente. Porque hemos pensado y actuado con la mentalidad de los otros. Los invasores que
no se quedaron en disparar sus armas y adueñarse de tierras, frutos y hombres. Fueron más allá. Destrozaron
conciencias e impusieron simples estructuras mentales de vacíos y miserias.
Resacas, mentiras y padecimientos.
Y desde entonces la convicción de que somos la resultante de la
historia que se inventó para nosotros. Y agradecemos y veneramos al “valiente
invasor que produjo la más profunda y terrible masacre jamás conocida”.
Con nuestras Jornadas sobre Los No Descubiertos[15] creamos no
sólo un movimiento de opinión. Propusimos una condición y una conciencia
distintas. Una nueva forma de concebir la historia. Llamamos al cultivo de la
historia para la transformación. A la que sirva para arrancarnos el estigma de
los ‘inferiores descubiertos’. El sentimiento de minusvalía humano-mental. La
desjerarquización-sometimiento. Los contenidos fundamentales de esta propuesta
los recogimos en: El Libro de los No Descubiertos[16].
Caracas, CEHA-CPT, l992.
Y aquí están las bases y fundamentos para una Historia Actual que tiene
que ser el punto de partida para el encuentro con un futuro cargado de
perspectivas de grandeza y creación. Un porvenir de ‘idealidad avanzada’, tal y
como lo señala Pío Tamayo’, ese gigante del pensamiento a quien conseguimos en
el camino de la búsqueda de una teoría-acción para la construcción de una
realidad que apunte hacia un mundo de
alguna libertad.. Y en esta dirección ha marchado la Cátedra, creada en 1983[17], que lleva el nombre del poeta y pensador
tocuyano que es puntal del grupo de los radicales de lo que se ha conocido como
generación del 28.
Pero un radicalismo a tal punto
creador que fue capaz de percibir que aquí no había condiciones en el campo del
conocimiento y por nuestra idiosincrasia y sentido religioso para la
implantación del comunismo. De allí su proposición para que se creara un
movimiento que tuviera en la ‘idealidad avanzada’la idea-visión de un cambio a
favor de ‘los granujas’, los que siempre han estado pisados. Materialmente
debajo de la suela de la alpargata.
Y procedimos a rescatar, publicar y difundir la obra de este
‘adelantado’ en muchos ámbitos del pensamiento y el hacer político[18].
A él se debe entre otras cosas, el primer esquema para una historia de
Venezuela que asumiera el compromiso de develar el fondo causal, las
responsabilidades y complicidades de la monstruosidad que había recaído sobre
esta sociedad. Ese material, con el título de Carta a un Amigo Mío fue publicada en la Colección Cuadernos
Floricultores de la CPT.[19]
Hoy estamos en la organización del
archivo de Pío que en vida puso en nuestras manos su hermana Clementina
Tamayo en un gesto de desprendimiento, amor y confianza al cual no fallaremos.
De alguna manera lograremos publicar este material.
En sentido estricto, desde 1975 con el CEHA y desde 1983 con la Cátedra
‘Pío Tamayo’ hemos tratado de abrir camino hacia la conformación de las
condiciones mínimas para la creación de un pensamiento nuestro que sea capaz de
servir de plataforma y orientación para la historia que tenemos que hacer hoy.
Por ello hemos intentado avanzar en lo teórico y en lo práctico investigativo.
VI
LA INVESTIGACIÓN SOBRE LA DÉCADA
VIOLENTA
La investigación sobre la lucha armada de los sesenta está recogida en
la obra: La violencia en la Venezuela
actual: 1958-1980[20]. En la misma se
utilizó, como antes se reseñó, el testimonio oral, previa realización del
estudio que nos permitiera sistematizar la técnica hasta el punto de cuidar
adecuadamente la selección de los participantes. El recorrido en esta
experiencia comenzó en la propia década de los sesenta. La afinamos a la hora
de nuestro primer curso sobre Historia Actual en 1967-68 y la hemos continuado hasta
el presente. Contamos con un archivo de palabra-testimonio que
sobrepasa las tres mil horas de grabación. Hasta el momento hemos procesado un diez por
ciento. Se ha publicado 17 libros en el marco de la colección Testimonios
Violentos.[21]
Como puede apreciarse en lo publicado hay obras de tres momentos:
dictadura, lucha armada y ‘revolución bolivariana’. Y esto tiene una
explicación: la historia actual sigue montada sobre la huella del hacer
colectivo e inquiere del propio actor su participación en el esclarecimiento de
su propia acción. En este sentido es clave la relación de los testimonios de
uno y otro tiempo. Ello permitirá, por ejemplo, captar la supuesta
“continuación de la lucha armada en la revolución bolivariana”. O, por lo
menos, hacer el inventario de lo que
llamaríamos la herencia o lo que le dejó la lucha armada a los tiempos que
siguen.
LA HISTORIA ACTUAL EN EL
DOCTORADO DE FACES
Esta área de investigación no solo ha sido materia-objetivo del CEHA y
la CPT. Desde 1987 dictamos un seminario
sobre la temática en el Doctorado en Ciencias Sociales de la FACES / UCV. De
modo que la historia actual no se ha
limitado sólo al aspecto político. Se ha trabajado desde el cuadro económico,
social, geográfico, militar y político
hasta temas monográficos que tienen que ver con las fuerzas armadas, clases sociales, instituciones de la
‘democracia’ o la ‘cultura’. La labor de
desarrollo de nuestro proyecto de Historia Actual quedaría limitada si no se
tiene en cuenta los proyectos de investigación concluidos y los que permanecen
vigentes[22].
UN RECINTO PARA LA IDEALIDAD
AVANZADA
La tarea de extensión del CEHA se realizó inicialmente a través de
actividades a las cuales se invitaba a
sus miembros a disertar sobre lo que se investigaba. El 04 de octubre de 1983 se creó la CPT, órgano
de difusión-extensión del CEHA, que ha realizado un trabajo ininterrumpido.
Cada semana se ha llevado a
discusión el tema relevante de la
actualidad. Cada lunes la CPT actúa desde la Sala “E” de la UCV. En la actualidad
tenemos un registro de centenares de actividades (seminarios, jornadas,
conferencias, foros, debates). Ahora nos preparamos para celebrar los 25 años
de esta ‘Cátedra Andante’, cuyo proyecto se extendió a Aragua, Carabobo, Lara,
Mérida, Trujillo, Táchira y Zulia.[23]
Esa labor de extensión del CEHA
y la CPT se lleva a los medios de comunicación
organizadamente desde comienzos de los años 80. Desde entontes a esta
parte se han publicado centenares de materiales. Las columnas ‘En Respuesta’ e
‘Historia Actual’ tienen más de 25 años de vida. Hoy contamos también con una
presencia virtual que en google tiene un importante registro de entradas.
VI
A MANERA DE CONCLUSIONES
Hay que repetir en voz alta, historiadores
–y precisamente en cuanto que historiadores-
que el pasado no obliga.
No hay que hacerse ilusiones.
El hombre no se acuerda del pasado,
siempre lo reconstruye.
El hombre aislado es una abstracción.
La realidad es el hombre en grupo.
Y el hombre no conserva en su memoria el pasado
de la misma forma en que los hielos del Norte
conservan congelados los mamuts milenarios.
Arranca del presente y a través de él,
siempre conoce e interpreta el pasado.
Lucien Febvre[24]
En suma, a lo largo de cuatro décadas nos hemos ocupado de una labor
específica: contribuir a impulsar, crear y desarrollar el estudio de lo actual.
Hacer concreción algo que para el tiempo del inicio de nuestro trabajo no iba
más allá de la prédica o consideración teórica. Hoy el discurso de llevar a lo ‘más
contemporáneo’ adquiere el nivel factual. Y al lado de los aportes del CEHA-CPT
hay otros de significación e importancia.
Es evidente, en consecuencia, que en nuestro campo historiográfico se
han inscrito elementos que han obligado a la revisión y la actualización de
contenidos. Cada día está más desdibujado en este ámbito la vieja creencia de
que la historia es ciencia del pasado. Y en la tarea de poner a un lado esta
‘tesis’ participan historiadores de la nueva escuela y profesionales de otras
áreas como la comunicación social o la sociología que han entendido a plenitud
la necesidad y urgencia del estudio científico de lo actual.
En muchos casos se puede advertir que hay más deseo-disposición que el
cumplimiento con requisitos teórico-metodológicos para cumplir con la tarea
encomendada. Con esto se puede abrir la puerta de la continuación de la
elaboración de la historia amañada y falsificada. Pero a la vez esta empresa
que podemos calificar como desviada o fallida puede servir de elemento para la
crítica y evaluación comparativa de otros intentos de abordar científicamente
el tratamiento de lo actual.
En cualquier caso hay que celebrar la producción de elementos para un
debate sobre lo actual. No importa su procedencia y objetivos. En todo caso
tiene que imponerse la apertura y amplitud propias de la democracia. De modo
que lo único que hay que aspirar de cada manifestación sobre lo actual es que
no se afilie al fanatismo o la persecución. Lo importante y deseable es la
actitud creadora y militante, comprometida y rigurosa. La acción colectiva. Y
fundamentalmente la práctica de una Historia Actual que no se ponga al servicio
de ningún proyecto dogmático, mercenario
y politiquero.
De ese modo se puede concebir y pensar en la posibilidad de una
Historia Actual que se abra espacio a lo largo del camino latinoamericano[25].
En este sentido interesa la reflexión
que sirva para el debate sobre
las formas de impulsar la esencia del propio desarrollo de la historia que, en
definitiva, tiene que convertirse en un instrumento al servicio del colectivo,
si es que se admite el señalamiento que hace Bloch respecto al compromiso que debe asumir el historiador con
su sociedad: “Porque siempre nos parecerá que una ciencia tiene algo de
incompleta, si no nos ayuda, tarde o temprano, a vivir mejor.”[26]
La historia y las ciencias sociales en general hoy están obligadas a
hacer de lo actual un punto central de interés. De no ser así, de no haber historia
económica, política, social, militar, actual, será muy difícil concebir el
desarrollo de la sociedad y de la ciencia. En síntesis sin el conocimiento de lo actual, no hay ciencia
verdadera.
[4] Enrique Bernardo Núñez, ‘La Historia de Venezuela’,
Discurso de Incorporación a la Academia Nacional de la
Historia. CFR. Agustín Blanco Muñoz, Para Desordenar la Historia. Caracas , Círculo de Estudiantes de Historia, 1973, pp.147-185.
[5] Edmundo O’Gorman, La invención
de América. México, FCE, 1958.
[6] Este tema lo hemos trabajado y debatido ampliamente desde nuestras
primeras investigaciones, entre otras: Revolución e investigación social.
Caracas, Desorden, 1972, Metodología,
investigación y sociedad. Caracas,
FACES/UCV, 1981, Investigación, alfarería y carpintería. Caracas,
CPT/CEHA/UCV, 1988.
[7] Interesa
señalar que cuando dirigíamos ese primer
curso de Historia Actual, en condición de profesor instructor contratado,
se produjo el allanamiento del gobierno del doctor Rafael Caldera a la UCV , de donde es egresado. Esta circunstancia fue
aprovechada por el director de la
Escuela
para mantener su negativa a solicitar la apertura de la prueba de oposición
para mi ingreso como personal de escalafón. Por ello, al negarme a cumplir con
los lineamientos establecidos por las autoridades impuestas a partir del año
70, fui expulsado de la Escuela. Y no se me reintegró una vez
finalizada la intervención. El veto lo mantenía la corriente que dominaba la
institución. La persecución llega al punto que en 40 años no se ha permitido
que yo vuelva a pisar esa Escuela. La
Historia Actual , que nace en esos espacios en 1967, no tuvo ni tiene cabida en esa
institución, cuyos programas atienden a
la concepción de la Historia que finca en 1492 el inicio de
América. Lo anterior es lo
precolombino, un oscuro período en el cual no se puede afirmar que hubo
historia porque no está comprobada la existencia de gente y escritura. Sólo el
descubrimiento ‘crea e inventa’ este continente. Los descubiertos de esta
Escuela, “autónoma y democrática”, aún persiguen. Sin embargo, nuestra
actividad docente y de investigación no
ha tenido este tipo de tropiezos en la FACES , donde laboramos desde hace 40 años.
[12] ABM, Habla la Dictadura. Jorge Maldonado Parilli. Habla el otro jefe de la SN.
Caracas , CEHA-CPT-UCV, 1992.
[13] La
creación de este organismo corresponde a la necesidad de formalizar un
instrumento para canalizar y darle mayor rigor científico y práctico a la tarea
de conformar y difundir la Historia Actual , como
instrumento básico para aprehender la realidad y como herramienta para la
conformación de un porvenir que tuviese como actor fundamental al colectivo,
que no al héroe-caudillo que define y rige la ‘historia tradicional’. Entre sus
fuentes primarias está el Círculo de
Estudiantes de Historia, que fue puntal de este debate y que produjo
materiales para su difusión y la Revista Desorden (1972-1976), que constituyó
otra importante referencia en el intento de
reinterpretación de la historia. Esta revista produjo 12 números que
contienen materiales que pueden ser de interés para quien desee rastrear los
momentos de este proceso. Sin embargo, no debemos dejar de mencionar, que no es sino hasta el año 2006 cuando el
Consejo de la FACES reconoce oficialmente al Centro
de Estudios de Historia Actual, como unidad de investigación, a solicitud
del Instituto de Investigaciones
‘Rodolfo Quintero’, ahora dirigido por la Dra. Sary Levy. Se logra de este modo la primera ayuda del
CDCH para el CEHA desde su fundación en 1975.
[15] La idea de los No Descubiertos la trabajamos
a partir de nuestras primeras labores de investigación sobre lucha
armada en 1965 y en las otras labores de este tipo recogidas en nuestras las
obras iniciales (El orden en la historia
nacional, 1972; Modelos de violencia
en Venezuela, 1974, Oposición Ciudad-Campo en Venezuela, 1976 y Clases sociales y violencia en Venezuela,
1978. En esta última obra proponemos un nuevo esquema para la periodificación
de la historia de América. Pero es a principios de la década de los ochenta
cuando se concreta la posición de Los No
Descubiertos que luego deviene en el Movimiento de Los No Descubiertos. La I
Reunión
Preparatoria del Congreso Continental de los ND, se desarrolla en la misma
Universidad de los Andes, en la cual hoy nos encontramos. Posteriormente se
desarrollaron Reuniones Anuales en diversas partes de la geografía nacional que
culminaron con el Congreso Continental de los No Descubiertos en 1992. Cada una
de estas Jornadas produjo importantes materiales sobre la temática que pueden ser
consultados en los Archivos de la CPT. Posteriormente hemos organizado, desde el CEHA y la CPT , cada octubre, debates y foros
sobre la materia.
[17] La CPT
surge con un doble propósito: rescatar y difundir la obra de Pío Tamayo, así
como crear un organismo para la extensión, capaz de romper el cerco académico y
abrir el debate y la discusión hacia círculos más amplios. Era fundamental
crear un espacio que permitiera el libre debate de las ideas que elaborábamos
en el CEHA. En este sentido, el trabajo de investigación que
ininterrumpidamente hemos adelantado en el IIES-FACES-UCV tiene
como base teórico-metodológica
precisamente la historia actual,
fundamento para la comprensión de la realidad política del país, el
continente y el mundo. La
CPT se inició en 1983 en Caracas. Luego
se crearon estafetas piotamayistas en Mérida, San Cristóbal, Trujillo, Maracay,
Valencia, Carúpano, Guatire-Guarenas, La Guaira , Maracaibo, etc. Cada una de estas entidades funcionaban con total
independencia y autonomía, pero en el marco de las ideas piotamayistas. Quedó
de ese trabajo un importante caudal de materiales y testimonios.
[18] A la fecha se han publicado tres
volúmenes de la Obra Rescatada de Pío Tamayo: Pío Tamayo: un combate por la vida y Diario del Floricultor I y II.
I: Venezuela 1958: otra derrota popular.
Caracas, CPT/CEHA/UCV, 1992.
II: Venezuela 1960: ¡La lucha armada va! Caracas,
CPT/CEHA/UCV, 1992.
III: Venezuela 1961:
¡Disparar primero y averiguar después!. Caracas, CPT/CEHAUCV, 1992.
IV: Venezuela: 1962. El Carupanazo: la chispa que no incendió
la pradera. Caracas, CPT/CEHA/UCV, 1994.
V: Venezuela 1962-1963. El Porteñazo: trágica expresión de
una aventura. Caracas,
CPT/CEHA/UCV, 1995.
VI: Venezuela 1963-1965. La Paz democrática: liquidación de la lucha armada. Caracas, CPT/CEHA/UCV , 2000, 246 p.
VII Venezuela 1965-1967. La violencia pazdemocratizada.
Caracas, CPT/CEHA/UCV, 2002.
VIII Venezuela 1967–1968.
Lucha armada y juego electoral. Caracas, CPT-CEHA-UCV, T.VIII, 2004, 208 p.
IX Venezuela
1968–1971: El extremismo pacificado y enfrentado.
Caracas, CPT-CEHA-UCV, T. IX, 2004, 296 p.
X Venezuela 1972–1980: De la pacificación asesina al caso
Niehous. Caracas, CEHA-CPT-UCV, T.X, 2004,
230 p.
[21] 1 El
23 de enero: habla la conspiración. Hablan Jóvito Villaba, José Vicente
Azopardo, Hugo Trejo, Oscar Centeno Lusinchi, Martín Parada, Wolfgang
Larrazábal, Edgar Sanabria, Manuel Azuaje, J.D. Moncada Vidal, Carlos Savelli
Maldonado y Diógenes Caballero. Caracas, UCV, 1980. 424 p.
2 La
lucha armada: hablan cinco jefes. Gustavo Machado, Pompeyo Márquez, Pedro
Ortega Díaz, Guillermo García Ponce y Teodoro Petkoff. Caracas, UCV, 1980. 414
p.
3 La
lucha armada: hablan 6 comandantes. Elegido Sibada (Magoya), Luben Petkoff,
Anselmo Natale, Luis Correa, Juan Vicente Cabezas (Pablo) y Alfredo Maneiro. Caracas,
UCV, 1981. 414 p.
4 La
conspiración cívico militar. Habla El Guairazo, Barcelonazo,
Carupanazo y Porteñazo. Manuel Quijada, Carlos Larrazábal, Ricardo
Sosa Ríos, J.T. Molina Villegas, Armando Arcila Pérez, Omar Echeverría, Víctor
Hugo Morales, Héctor Vargas Medina, Tesalio Morillo, Elonis López Curra,,
Carlos Canache Mata y Rafael Solórzano Bruce. Caracas, UCV, 1981.456 p.
5 La
lucha armada: la izquierda revolucionaria insurge. Hablan Domingo Alberto
Rangel, Simón Sáez Mérida, Celso Fortoul, Jorge Dáger y Héctor Pérez Marcano.
Caracas, UCV, 1981. 386 p.
6 La
lucha armada: hablan tres comandantes. Lino Martínez, Moisés Moleiro y
Américo Martín,. Caracas, UCV, 1982. 378 p.
7 Habla
la dictadura. Pedro Estrada habló. Caracas, UCV, 1983. 346 p.
8 Habla la
dictadura. Habla Marcos Pérez Jiménez. Caracas, UCV, 1983. 432 p.
9 Venezuela: historia de una frustración. Habla D.F. Maza Zavala. Caracas,
UCV, 1986.
10 AD:
Memorias de una contradicción. Habla Gumersindo Rodríguez. Caracas, UCV, 1989.
11 El otro jefe de la S.N. Habla
Jorge Maldonado Parilli. Caracas,
UCV, 1992.
12 Venezuela: del 04F-92 al 06D-98. Habla el Comandante Hugo Chávez Frías. Caracas, UCV,
1998.
13 Habla Jesús Urdaneta Hernández. El comandante irreductible. Caracas, UCV, 2003.
14 Habla Herma Marksman. Hugo Chávez me utilizó. Caracas, UCV, 2004.
15 La
Maisantera Chávez. Habla Luis Valderrama. Caracas, UCV, 2005.
16 Del proyecto al proceso. Habla Joel Acosta Chirinos. Caracas, UCV, 2006.
17 Habla el que se fue. Mensaje de
Carlos Ortega. Caracas, UCV, 2006.
La oposición ciudad-campo en Venezuela. 1974-1976.
Clases sociales y violencia en Venezuela. IIES/FACES/CDCH/UCV. 1980-1985
Los No Descubiertos: la otra cara de la historia. IIES/FACES/UCV. 1986-1990
La historia del pueblo No Descubierto de Venezuela y América. IIES/FACES/CDCH. 1991-1997.
La violencia en el discurso del poder y del pueblo americano: 1492-2000. IIES/Doctorado/FACES/UCV. 1997
La historia del deporte en Venezuela. IIES/FACES/CPTD . 1998.
Problemas de la
Venezuela Actual. Doctorado FACES, 2002.
Medio siglo
de democracia, socialismo y revolución en Venezuela: 1958-2008. IIES/FACES/CDCH.
2006.
[23] Es importante señalar que todo el
trabajo de extensión realizado por el CEHA-CPT ha quedado registrado en
grabaciones, lo que constituye el mayor Archivo
de Testimonios Orales del país. En la mayor parte de los casos, se produjo
igualmente la reproducción de los materiales presentado para el debate, lo que
constituye el más importante archivo de historia actual del país y de América
Latina.
[25] La propuesta de organización de un Congreso Latinoamericano sobre Violencia
y la creación de un Archivo Latinoamericano
sobre Violencia la realizamos en La Habana en 1983. Luego de una larga espera de un mes y a pesar de estar
recomendado “políticamente el proyecto” la funcionaria oficialista dijo que su
gobierno no tenía posibilidades de
impulsarlo. Algo similar nos ocurrió con el ‘gobierno revolucionario
sandinista’. Hoy sólo contamos con el Archivo
sobre Violencia en Venezuela en nuestros propios espacios. Pero crece la
idea y la práctica de la Historia Actual. Hablando
sobre este tema con Manuel Moreno
Fraginals en Sao Paulo, Brasil en l990, me señaló que no se podía esperar que
en su país pudiera haber alguna
inclinación por la historia actual porque esta se entendía como tarea exclusiva
del partido y más concretamente de su Secretario General Fidel Castro.
Estuvimos de acuerdo que llegará el día en que esta sea labor del colectivo y
no de un gobernante.
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