¿ADIÓS A MI VENEZUELA QUERIDA Y CORRUPTA?
Agustín
Blanco Muñoz
¿Qué decir
sobre la situación que padecemos? ¿Este desastre tiene remedio o es mejor que
quien pueda apague la luz y se vaya con sus macundales para otra parte?
Antes hemos
señalado que 14 años del llamado gobierno socialista sin socialismo son
suficientes para convencer hasta a los
más fanáticos que por esta vía sólo se puede llegar a un barranco.
Se quiso
poner en vigencia un capital-socialismo de Estado con mercado propio y el
fracaso fue estrepitoso. Aquí hoy no hay producción ni funcionan los mecanismos
de importación. La inflación crece. Y no podrá
frenar sin cambios económicos
sustanciales.
La deuda aumenta.
Los chinos son los nuevos y grandes beneficiarios. Y siguen más gestiones. Las reservas
internacionales van en picada. La desconfianza en el bolívar ya es dimensional.
Hay una marcada carencia de divisas para satisfacer la demanda para importaciones de alimentos y materias primas. La especulación con el dólar
sigue su ascenso, lo que hace aún más escabroso el cuadro económico. Algo muy
difícil de superar.
Y el
problema radica no sólo en el déficit fiscal, la baja capacidad operativa, la
casi nula producción sino también en el robo
público o corrupción.
El discurso
de Nicolás Maduro sobre el tema es explosivo. El 21 06 13 en Carabobo relacionó la patria con la corrupción.
Dijo que frente a la banalización de la idea de patria, hay que recordar que
ahora tenemos patria verdadera. Y a renglón seguido señaló que ante este flagelo “hay que cortar todo lo que haya
que cortar para que haya patria”. ¿Dónde está entonces la patria verdadera?
Y si la corrupción
niega la patria y esta república ha
tenido un registro permanente de corrupción, es evidente entonces que aquí no
ha habido patria.
La situación
es particularmente comprometedora. Por una parte se observa una gran
intranquilidad social, debido a problemas sustanciales por la escasez de
alimentos. Y por otra nos conseguimos con una administración pública
deficiente y cargada de la corrupción que daña
en forma proporcional y directa la acción de gobierno.
En principio
se hizo creer que la base y fundamento de la gestión denominada socialista del
siglo XXI, era radicalmente diferente a la anterior. Sin embargo, dada la señal
de alarma que lanza NM, es inevitable advertir que la corrupción de hoy nada tiene
que envidiar a la ejercida en “la cuarta”.
Y no es la
única identidad con aquel tiempo y sus instituciones. Esta es una llamada
revolución igualmente montada sobre un molde neoliberal que ha servido para que
el gran capital obtenga los más altos beneficios que se conocen en el período
republicano. El alto capital bancario-financiero nunca alcanzó mayores
fortalezas.
Y esta es
una de las grandes paradojas de este tiempo. Mientras se desarrollan altas
cúpulas del capital, la miseria da vuelta hacia los sectores de la pobreza y
hasta la clase media baja. Se aprecia en tales circunstancias lo que significa
el agotamiento de un modelo capitalista con capacidad para mantener el orden-estabilidad
en lo social, político, militar
e institucional.
Un cuadro de
resultados cada vez más lamentables que es examinado en el comando superior de
Venecuba para establecer las medidas a
tomar y pasos a ejecutar. Lo más significativo radica en la decisión de dejar a un lado el llamado modelo
socialista para concentrar los esfuerzos en el desarrollo de estructuras
capitalistas que permitan una mayor inversión extranjera y un mercado a nivel
de las exigencias de esta sociedad.
Hay claridad
en esa instancia respecto a que la salvación de la denominada revolución socialista y bolivariana
está en el propio capitalismo, en el barril de petróleo bien pagado en el mejor
de los mercados. Y la salvación de esta experiencia sirve para lograr el mismo
propósito en la totalidad de Venecuba.
Una
dimensión en la cual se desarrolla la novedad de un socialismo que nada tiene
que ver con clase obrera y lucha de clases sino con el dólar petróleo como
entidad financiera. Al igual que en la totalidad de experiencias de este tipo
no hay el propósito de cambiar relaciones y modo de producción. La gran novedad de esta “integración revolucionaria”
es que se sostiene a punta de renta petrolera.
Por más de
medio siglo se ha mantenido una revolución a noventa millas del imperio pero
que no ha significado peligro alguno para su seguridad. De ella se ha obtenido
más bien beneficios: es la mejor evidencia de las posibilidades de lo que se
conoce como socialismo.
Y a la hora
en la cual aquí se habla de revolución y de seguir el ejemplo cubano, pero con
la particularidad de permanecer en el mercado petrolero yanqui, se le da luz
verde a sus ejecutorias. Por ello desde un comienzo de este proceso hemos
sostenido que se trata de una revolución made in USA.
Y hoy, ante
esta hecatombe se concluye que es
necesario dejar cada vez más atrás al comandante gigante, supremo y eterno que
hizo las mayores inversiones para obtener el más alto producto a nivel socialista. Sin
embargo, en la práctica sólo se llegó al más calificado capitalismo salvaje.
Todo esto
significa que aquí puede seguir la prédica, el discurso, los gestos y la mímica
socialista, pero lo concreto-histórico está cada vez más identificado con el
capitalismo destructor, que hace buena
el arma de una corrupción que opera con su disfraz socialista.
Y no falta
hoy quien mire hacia Brasil. El descontento tomó la calle sin partidos ni
“mesas unitarias”. Una población ya cansada de la domesticación politiquera
reconquista su capacidad de protesta y exige cambios en la orientación
política. El movimiento adquiere tal fuerza social que los guardianes del orden
ya disparan y matan.
No es el
caso de promover aquí ningún tipo de violencia sino de impulsar la fuerza
social organizada y consciente para lograr verdaderos cambios históricos y
ciudadanos a quienes ni siquiera les pasa por la mente la posibilidad de dejar
a la deriva a su muy querida Venezuela. ¡Qué historia amigos! T:@ablancomunoz / abm333@gmail.com
El Universal, 28 de junio del 2013
Profesor, uno de los mejores artículos que le he leído. Una reflexión verdaderamente profunda.
ResponderBorrarJavier Ascanio
Mis respetos al Dr Muñoz, como siempre muy acertados sus análisis. Esperemos que los que aun se encuentran engañados por las dádivas que les han entregado, despierten y se den cuenta en la gran trampa que nos tendieron logremos enmendar el camino antes que sea irremediablemente tarde.
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