¿ESTADO DE QUÉ?
Agustín Blanco Muñoz
Una democracia, nos decía un viejo jurista, se fundamenta en un Estado de Derecho que implica asegurar la justicia de todos y para todos. Es el pilar central de la libertad. Y agregaba el docente: la presencia del derecho significa la ausencia de toda arbitrariedad.
Y estos postulados sirven para acercarnos al campo de la administración de justicia en estos llamados tiempos de revolución. Y la realidad es contundente. Aquí no prevalece hoy el añejo dogma del “imperio de la ley”. Se puso a un lado al barrer la legislación hecha en las antiguas repúblicas y sustituirla por participación y protagonismo revolucionario del “soberano”.
Esto hace posible que en la práctica se haya derogado el llamado ordenamiento jurídico y, en su defecto, establecido un Tribunal Político Revolucionario que corresponde a un Estado que hace del socialismo el centro de su existencia.
Es esta una revolución que empalma su derecho con su razón de ser: una dictadura de la boliburguesía sustentada en un proletariado inexistente, que impone su vigencia a punta de violencia.
Una realidad anunciada desde un principio: vinimos a destruir lo existente para crear un supuesto orden nuevo. Y en 15 años se creó el imperio de los nuevos dueños de la patria. De ellos es el derecho, los poderes, los recursos. La historia les pertenece en todo sentido y dirección.
Y ante esta negación de toda posibilidad de vida democrática y compartida, ante un derecho al servicio de una revolución y toda su gama de arbitrariedades ¿cómo pensar en juicios imparciales?
Si la orden del Alto Mando Político del partido es condenar, el juez debe cumplir o convertirse en enemigo de la revolución.
¿Sobre qué bases se podía esperar que la juez dejara sin efecto las acusaciones de la Fiscalía y declarar libre de culpas a Leopoldo López? ¿Pensarán ahora en librarlo de una condena? Los juristas y políticos implicados en el caso ¿llegaron a pasearse por el atropello de los jueces a Scarano y Ceballos a quienes se les aplicó la justicia PSUV del Estado de qué?
La orden hoy es actuar haciendo saber que aquí el derecho responde a lo que la revolución decida. Y por ello se alerta a la disidencia que a todo el que se califique de enemigo será perseguido en base al derecho del nuevo orden. Sancho, el derecho del sin derecho revolucionario es la arbitrariedad a su máxima potencia! @ablancomunoz abm333@gmail.com
Últimas Noticias, 07 de junio del 2014.
El problema es de nuevo la division del país, lo que a la mayoría indiscutible del país nos parece justo, a la minoria gobernante le parece justo lo que ellos necesitan para conservar el poder.
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