MANIFIESTO DE LOS NO DESCUBIERTOS
12 de octubre de 1992
NUESTRO ES EL TRABAJO, EL FRUTO Y EL
TELAR
Somos el viento que registra y asume el
tormento del hombre masacrado por el invasor. La señal de un tiempo que impone
la continuación de una lucha que es nuestra, como nuestra es esta tierra que
habitamos, aunque tenga por ahora otros dueños.
Somos la lanza que dibuja en el aire el
arco de una historia milenaria, la cima de la piedra que mira hacia el
solsticio, el rito de la primavera, convocando el nacimiento de la vida.
Nuestros son los sueños que se
levantaron sobre este continente con nombre de lluvia y sonoridad de cascada.
Nuestro el trabajo, el fruto y el telar.
Nuestros los caminos que conducen a las
constelaciones, en las que nuestros antepasados leyeron los signos de las
cosechas y de la vida. Nuestras, aunque arrebatadas, apropiadas y destruidas
las voces, el canto y el amor del habitante que levantó la guerra ante el
invasor.
¡NADIE DESCUBRE A NADIE!
¡Nadie descubre a Nadie! No hay
sociedades cubiertas ni descubiertas. Somos vida que se hizo río fértil y
sonoro sobre estas tierras, hasta que llegaron los asesinos con sus
instrumentos de muerte a sembrar desolación y ruina, donde antes florecían
sonrisas sobre los rostros.
Desde entonces quedó planteada la
querella, los términos de un combate entre los supuestos descubridores y los descubiertos, entre invasores e invadidos, entre domesticadores y quienes se
han negado a ser domesticados. Ellos son los No Descubiertos, quienes resisten,
quienes no se entregan ni dan tregua, a pesar de todas las derrotas. Quienes han
guardado el canto ritual de las consagraciones en las naves de la libertad.
LOS NO DESCUBIERTOS
UNA CONCIENCIA Y UNA CONDICIÓN
DIFERENTES
Los No Descubiertos, una conciencia y
una condición diferentes. Porque somos la otra cara de la historia, la historia
anónima y colectiva que escriben los pueblos, a pesar de las minorías que los
rigen y los dominan, la historia luminosa de la resistencia, más allá de toda
muerte impuesta, toda masacre ejercida. La historia de los No Descubiertos. Otra manera de sentir, interpretar y hacer la historia.
Tenemos la fuerza de los ríos, el vigor
de los bosques, la templanza del maguey, la ilusión de la siempreviva y todas
las lecciones que los dioses antiguos dejaron sobre las piedras. Y nos toca
hacer trabajo de artesanía, oficio floricultor, tarea de enjambre y de panal,
para reconstituir la vida que nos fue quebrada, y recomenzar los tiempos de
cosecha y los días de maíz.
DE ELLOS ES LA PROPIEDAD DE 5OO AÑOS DE
INFAMIA
NUESTRO EL INFINITO DE LA VIDA
Nos toca a los No Descubiertos aglutinar
la rebeldía, sembrar caramelos de amor en las luces de los ríos y echar a andar
los días de las risas y el combate. Ellos tienen la propiedad de quinientos
años de infamia y nosotros el infinito de la vida que resucita cada día sobre
la ilusión de los hombres. Ellos tienen la autoría del crimen, nosotros la
razón histórica.
ELLOS TIENEN LA MORDAZA NOSOTROS EL
CANTO
Ellos tienen la mordaza y nosotros el
canto. Ellos tienen su llamada cultura y su ciencia descubiertas para
domesticarnos y nosotros el mágico talismán de una palabra hecha de alas de
pájaros, de piedras de jade, que algún día emergerán de la tierra, del viento y
de las aguas, escribiendo en el corazón de los hombres las señales de la vida
que habrán de instalarse en estas tierras como bienes colectivos.
No han bastado quinientos años para
borrar los vestigios de las ansias alfareras que se anidan en el pecho de los
No Descubiertos. No han bastado los descubridores de ayer ni los criminales de
hoy, para acallar el sueño de justicia, el anhelo de redención, la decisión de
hacer la historia que se aposenta en los pueblos.
No ha bastado ni bastará la represión,
la domesticación, la apropiación para silenciar el canto y la copla, la cuerda
que se tensa en el aire ni el repique del tambor que anuncia los tiempos
nuevos. Ni la cruzada evangelizadora de ayer, ni los propósitos de los
descubridores de hoy, logran borrar las huellas del hombre de estas tierras de
la faz de este continente usurpado.
TENEMOS SÓLO LA PIEDRA Y EL CANTO FRENTE
A LAS ARMAS DE FUEGO Y EL PODER DE LAS MINORÍAS PERO SOMO LOS MÁS
Tenemos sólo la piedra y el canto frente
a las armas de fuego y el poder de las minorías. Pero somos los más. Y somos
muchos y somos fuertes y somos recios.
Y llevamos grabadas en el corazón las
antiguas y nuevas invocaciones, estirpe jirajara, goajira, pemón, arahuaca,
caribe o timotocuica, las lecciones de los gayones, los guaiqueríes o los
yupkas, el horizonte de los tepuyes, el sol de las tierras llanas, y el canto
de neblinas que se posa sobre los páramos. Tenemos el relámpago, el fogón aún
sin encender, la leña aguardando su tiempo de fuego, los sueños recogidos en un
haz.
PROPONEMOS UN DESLINDE NECESARIO
Proponemos un deslinde necesario y
asumimos un compromiso ineludible: el del cambio que nos lleve a hacer causa
común con quienes reclaman hoy los mismos derechos que disfrutan los llamados
descubridores-invasores. No podemos ni nos acordaremos nunca con los
conquistadores y colonizadores actuales, que propician el reparto desigual, la
injusticia, la muerte y la autodestrucción.
No transigimos con la mentira, la trampa
ideológica, la demagogia, el fraude histórico, las razones de los
‘descubiertos’.
Buscamos las raíces para encontrar la
verdad y la historia que corresponde a los pueblos, a sus luchas, sus combates,
sus derrotas, para convertirlas en victorias.
Vamos más allá de las mentiras oficiales
para advertir la inmensidad de la destrucción y la infinita posibilidad que
tienen los pueblos de levantarse sobre los reveses, en sus anhelos de ser
alfareros y constructores de un tiempo distinto. De ser cantores del porvenir.
EMPRESA PACIENTE Y SILENCIOSA QUE VA
ABRIENDO CAUCE Y BRECHA EN LA HISTORIA DESCUBIERTA
El cuestionamiento que adelantan los No
Descubiertos va a ritmo de escalada, o a nivel subterráneo, convocando
rebeldías inéditas, llamando a la organización de los poderes creadores.
Empresa paciente y silenciosa, que a pesar de los obstáculos, va abriendo cauce
y brecha en la historia descubierta.
De allí la fuerza inagotable, presente
en cada insurrección contenida, en la decisión de los pueblos por conservar su
estirpe verdadera de flor y canto para convocar, en esta hora de los No
Descubiertos, a la creación de una sociedad de justicia, belleza y amor, que
sea la base del país que estamos obligados a construir.
12 de octubre de 1992 / 12 de octubre
del 2014
Cátedra Pío Tamayo
Centro de Estudios de Historia Actual
Universidad Central de Venezuela
Si algo descubrimos es nuestra propia ignorancia acerca del otro. Hermoso y revelador manifiesto, Mery.
ResponderBorrarMagnífico trabajo!.
ResponderBorrarComparto, porque COMPARTO!...👍👏👏💞🌹
ResponderBorrarEste es un material excepcional. De gente pensante que sabe de que habla.
Historia, poesía y compromiso.Felicito y doy las gracias a la Cátedra PT y
al Centro de Estudios de Historia Actual y en particular a Mery.