Orlando Urdaneta
un venezolano
exiliado, disidente, irreverente, dolido
Agustín Blanco Muñoz,
No Vale, Yo
no Creo.
Habla Orlando Urdaneta.
Caracas, Cátedra Pío Tamayo
Colección Testimonios Violentos
Nº 27, 2015.
456 pp.
LA INTRODUCCION
UN ENCUENTRO DONDE LA
PALABRA CORRE LIBRE
2016, cambio de personal en la Asamblea Nacional y un nuevo libro del
historiador de lo actual, Dr. Agustín Blanco Muñoz.
En esta oportunidad entrevista al polifacético marabino, exiliado,
irreverente, disidente y otras cosas más,
Orlando Urdaneta, cuyo desamor a la causa revolucionaria chavista, le ha
hecho “merecedor” a la expatriación, aunque su irreverencia parece haberse desarrollado
en la 4ª R, ante el lógico desacuerdo con una supuesta democracia
representativa, no comprometida con el pueblo y retroalimentada más tarde, con
la fantasmal aparición de un también supuesto “socialismo S.XXI”, cuyo
propósito es terminar lo emprendido por la primera, convertirse en “democracia”
participativa y protagónica pero, fundamentalmente, destruir al país.
Se trata de un libro-compendio de 7 entrevistas entre OU y ABM, a lo
largo de 5 años, donde la forma o estructura de la entrevista deja la
percepción de un encuentro donde la palabra es libertad de expresión, sin temores ni extravíos, una carga de esperanza
grande y la respuesta, sin recelo.
La espontaneidad-ansiedad de OU determina la composición, orientación e
hilo discursivo; obliga al entrevistador a orientar didácticamente la búsqueda
de la respuesta deseada, posible, sin abusar de grandes interrogantes, dada
dicha espontaneidad, como insistir en la especificidad de los temas tratados en
procura de esa respuesta tanto acertada como esperada que por momentos nos hace
pensar en un proceso reiterativo; es como precisar los torrentes de la vertiente
en procura del río que desagua las tormentas (tragedia vivida).
Las ideas que inducen las preguntas del entrevistador, parecen
desglosadas en el alumbramiento de cada entrevista, desahogo del tiempo
transcurrido, carga de frustraciones y propósito sin enmienda aparente,
percepción y experiencia del entrevistado.
NO VALE, YO NO CREO
PASAPORTE HACIA EL
ESPACIO-TIEMPO DEL EXILIO
Una, si se quiere, larga introducción de 23 páginas permite la presentación de una resumida forma curricular,
de intenso contenido histórico, de parte del entrevistado. Son 32 subtítulos convertido
en contenidos breves para rápida lectura: la vida infantil, adolescencia, el
hombre del compromiso consigo mismo y su país, hasta recordar al escritor de
¡”No vale, yo no creo”!, tal vez, el pasaporte
hacia el espacio-tiempo del exilio, donde el compromiso se colma de esperanza.
En la introducción, ABM, a juicio nuestro, demuestra dos cosas que lo
involucran con el entrevistador y motiva al lector a incursionar en la
discusión del contenido del libro: una manifiesta capacidad de resumir los
eventos histórico-políticos relevantes del país actual, permitiendo la comprensión-relación
entre la forma y contenido del texto y, lograr en el lector, previo al
desarrollo discursivo del entrevistado, imaginar la vivencia del exiliado, más
que entender el exilio como castigo a la disidencia y el derecho del
entrevistado a “decretar” para sí la libertad de palabra como razón de
protesta.
UN PROCESO QUE
TRANSCURRE ENTRE LA ESPERANZA Y EL EXTRAVÍO POR LA TRAGEDIA VIVIDA
Percibimos entonces, envoltura de esperanza en el exiliado como si fuese
derecho o principio, hasta ser transformada en necesidad permanente, utilizada consciente o no, para calmar la
ansiedad-producto del extravío provocado
por la tragedia vivida, mezcla de frustración, soledad, necesidad de la
tierra-vida, todo, enfocado como síntesis de cuanto nos hace envejecer entre
sueños de retorno y encuentros.
Una introducción llena de contenido histórico abreviado, relacionada con
los primeros años de exilio, donde ABM asocia la realidad emotivo-política de
OU, cuyo pensamiento, más allá de la necesidad personal de sostener una crítica
permanente, a veces insoportable entre cercanos, sostiene lucha igualmente
constante entre la soledad-realidad del camino impuesto y el tránsito de las
edades, siempre, indiferente.
Pero, ahí no queda todo, en la propuesta introductoria percibimos otra
batalla librada en su momento por el entrevistado, entre la tragedia-sentimiento
y la realidad vivida como tesis sintética del hombre, de manera integral y, por
qué no, advertimos enfrentamiento entre el hombre pensante con ansias de
libertad y las ideas no compartidas que han de ahogarse en el silencio de la
soledad impuesta que en las primeras de cambio condujeron a posible angustia y
a momentos depresivos, no siempre denunciados.
El gran medicamento: la familia, el trabajo y la amistad requerida.
EL LIBRO
HABLA ORLANDO URDANETA
NECESIDAD DE
DESLASTRARSE DE LA HIPOCRESÍA
POLÍTICA Y LA FALSA
HUMANIDAD
416 páginas y 775 subtítulos aproximadamente, entre preguntas,
respuestas, coincidencias, disidencias e intentos de convencimiento entre uno y
otro de los participantes; más enfrentamiento de preguntas y respuestas, el
diálogo fraterno y constructivo, estemos o no de acuerdo los lectores, con la
temática desarrollada.
Como toda lectura, debe ser gozada con suficiente libertad o confianza para
entender e interpretar el contenido, precisando ante todo, la posición asumida
por los personajes centrales y formar parte del diálogo como confrontar lo
propuesto, de ser necesario, con la misma libertad.
El lector puede entender que son 416 páginas de desahogo de quien pudiera
haber entendido y asumido el exilio, inicialmente, como prisión, situación de
angustia, soledad, frustración, lucha interna de sobrevivencia ante el
compromiso permanente de la existencia como ser pensante, lejos del terruño y con
mayor razón, si el exiliado es
“maracucho”, por su idiosincrasia particular y el apego a la tierra-madre.
¿Acaso, necesidad por deslastrarse de la hipocresía política y la falsa
humanidad existente?, y como respuesta, confesiones y “arrepentimientos” del
hombre por su acción ciudadana en contrapartida, a un cúmulo de expresiones sentimentales
con tendencias de virajes, ante “una” política que impone desdoblamientos de ideas
y actitud ante nuestros semejantes, gobiernos y la sobrevivencia misma; Pudiera
resultar cruel el exilio si apelamos al sentimentalismo humano o comparamos con
la enfermedad terminal que como por arte de magia, cambia la conducta y
capacidad de comprensión del hombre que la padece.
En fin, un contenido, aún no explorado pero imaginamos situaciones
derivadas de la Introducción elaborada por ABM, el historiador de lo actual, es
posible que al final de la lectura debamos revisar lo expresado aquí pero,
queremos correr el riesgo a la autocorrección; por ahora, asumimos esto como
prueba perceptiva del alcance de nuestra imaginación.
Culminada la lectura, no hubo necesidad de cambios en el análisis.
ENTRE LA COMPLICIDAD
Y LA CULPABILIDAD
Aspectos discutibles: En medio del discurso surge la necesidad de
involucrarnos en las propuestas conceptuales del entrevistado; tomemos por
ejemplo, 2 de ellas:
Complicidad y culpabilidad: En uno de
los pasajes del libro se plantea la equivalencia
entre ambos términos. OU considera que son diversos y ABM lo “convence” de su
equivalencia, apoyándose en el criterio político de Pío Tamayo; de inmediato,
OU acepta pero, luego, lo niega (p-38).
Como “participante” en la discusión, me gustaría decir: El sentimiento que
produce la actitud cómplice pudiera resultar de alta densidad ante la culpabilidad.
La primera golpea la conciencia hasta el fin de los días, enfrentamos temores,
indecisiones, falta de personalidad, poco carácter, emotividad, etc. La segunda,
de ser comprobada ha de satisfacer la acción realizada, más allá del
arrepentimiento, por deliberada o voluntaria.
Por encima del efecto del hecho cometido, la culpa no deja de reflejar
responsabilidad y compromiso personal, no necesariamente aceptado por el resto
de la sociedad o leyes. No obstante, se pudiera pensar que una cosa (complicidad),
trae a la otra (culpabilidad), desde el punto de vista jurídico, si y solo sí se
comprueba, a menos que estemos inmersos en una dictadura de poderes.
Hay casos, donde la complicidad conlleva colaboración o connivencia
(tolerancia hacia quien comete la falta; ejemplo, el mandatario que tolera la
corrupción de su subordinado ante la
cosa pública, con el objetivo de tenerlos bajo control político, tal como
ocurre en el caso de los dictadores).
Por supuesto, tocamos el asunto porque OU se considera “cómplice o
culpable” de hechos políticos, al no haber sido capaz de protestar y denunciar
lo no compartido. Decir que todos somos culpables de la tragedia vivida en
Venezuela por haber aceptado la dictadura de Chávez y sus seguidores, obligaría
a realizar cierta abstracción del “todo” connivencia en relación al
país-totalidad.
¿CÓMO Y POR QUÉ
ENJUICIAR A TODOS LOS VENEZOLANOS POR “IGUAL”?
Ante la “confesión” de OU, cabría preguntar: ¿estuvo en capacidad de
denunciar o tolerar la tragedia que se avecinaba y no lo hizo?; él sabrá si es
culpable o inocente; y debería, según respuesta, auto-someterse a juicio,
perdonarse o enjuiciarse y después tomar la decisión que le parezca correcta o
conveniente, pero, ¿Cómo y por qué enjuiciar a todos los venezolanos por
“igual”?
OU está tan convencido de la culpabilidad de todos con relación a la
tragedia vivida en Venezuela y “no vale la pena establecer diferencias
cuantitativas” entre complicidad y culpabilidad como afirma el entrevistado,
pero, al considerarla “iguales”, olvida estimar
los aspectos cualitativos que a juicio nuestro, las hace diversas en lo conceptual
(esencia) y en los efectos que de ellas pueda derivarse.
LA DEMOCRACIA DE LOS
CORRUPTOS Y MÁS CORRUPTOS
Democracia: 100x100 de acuerdo
con los juicios emitidos por OU en relación a la supuesta democracia
representativa. ¿Cuál democracia? Pregunta, ¿La de corruptos y más corruptos? Responde,
rápida reflexión a una de las inquietudes del entrevistador; es más, pudiéramos
agregar otra interrogante: ¿La proyectada actualmente como participativa y
protagónica?, no olvidemos que ambas están unidas por un hecho común, la hipocresía
de sus dirigentes y la corrupción en rol casi, de “categoría” histórica.
ABM lanza una excelente pregunta para quien ha estado involucrado en la
política de Venezuela, confirmado con su situación y posición de exiliado:
¿Cuándo es que esa democracia de los 40 años comienza su periodo de extinción?
Antes de recibir respuesta alguna, el entrevistador sugiere íconos de la
historia nuestra, dando oportunidad al entrevistado de seleccionar la
preferente: El 27F-89, La defenestración del presidente Carlos Andrés Pérez, El
04F-92, El 27N-92, 1998, cuando “triunfa
el Golpista Presidente” y “Cuando Cuba impone el llamado Proyecto Cubano como
instrumento político-ideológico y doctrinario para mantenerse en el poder y
hoy, en lugar de Venezuela, Venecuba”. ¿Qué piensas de esto?
LA QUINTA REPÚBLICA
NO ES SINO LA COLA DE LA CUARTA
OU, intentando responder, más allá de considerar que la “nueva
democracia” no es la quinta, sino la cola de la cuarta república, por tener el
mismo olor, color y funciones, considera someramente entre las causas: El
27F-89 como abreboca y la defenestración de CAP como “Espada de Damocles” y
coloca argumento discutible: “precisamente, cuando CAP presenta el Primer
Proyecto Económico serio en muchos años para sacar a Venezuela de la crisis,
con los mejores hombres de todas partes”, se produce su caída” (41).
No olvidemos la elaboración de interesantes “Planes de la Nación”, sin
respuesta económico-política y la presencia de Gumersindo Rodríguez, el genio
de la planificación de la representativa. Aquellos planes no eran más que
pequeños artilugios o mecanismos demagógicos,
propios del engaño permanente de los llamados demócratas, ¿Cómo afirmar que
aquel proyecto económico sería la panacea de aquella crisis a la que hubo sido
sometido el país por voluntad del césar y gracias a su caída no pudo
desarrollarse?
Esa afirmación es tal vez de las pocas cosas sin sentido, extraídas del
discurso de OU; además, ¿Por qué caer en contradicción cuando se habla de
igualdad entre las dos “democracias” referenciadas, por su olor, color y
funcionalidad?
CALDERA UN PERSONAJE
MAQUIAVÉLICO
OU continúa en su análisis político bajo la orientación y “atajo” (atajar,
detener, interrumpir, contener), del historiador de lo actual y plantea algo
que resulta interesante: “El 04F-92 sienta las bases de un personaje
maquiavélico: Rafael Caldera” quien acude a un discurso diferente al “académico”
que nos tenía acostumbrado; ahora, populachero, izquierdoso, pasado de moda e
hipócrita que atrae al chiripero o “mierdero” (término este último, incorrecto,
a nuestro juicio), a quien OU acusa de haber colaborado con el arribo de Chávez al poder, después del sobreseimiento
otorgado (¿Acaso venganza contra su otrora partido COPEI y la “democracia” que
quiso marginarlo?) Y, como afirma el entrevistado, “sucesor presidencial”.
No advertimos en el entrevistado, una respuesta contundente en relación
al fin de “la” democracia de los 40 años en Venezuela, actitud que compartimos
porque resulta difícil seleccionar la respuesta entre las diferentes
sugerencias ofrecidas por ABM.
EN LAS PREGUNTAS Y
REPUESTAS HAY MÁS
PREOCUPACIÓN POR LOS
EFECTOS QUE POR LAS CAUSAS DE LA
TRAGEDIA
Sin embargo, quisiéramos decir, a juicio nuestro, que tanto entrevistador
como entrevistado se han preocupado más por los efectos de la tragedia, antes que
de las causas. Consideramos que el desmantelamiento de los 40 años de
“democracia representativa” se cocina al interior de la Venezuela saudita,
durante el periodo CAP I, cuando no fuimos capaces de planificar el futuro
inmediato y mediato del país; cuando existiendo los recursos producidos por la
renta petrolera, el Gobierno no atendió a las súplicas y necesidades del pueblo,
mientras la corrupción despuntaba entre el poder y sus aliados; ahí está el
epicentro de las causas que provocarían el posterior tsunami político y sus
consecuencias históricas.
No se debe olvidar cuanto está experimentando el chavismo en la actualidad:
caen los precios del crudo por debajo de $37, el PIB desciende
considerablemente, se ha despilfarrado buena parte de US$1 billón de ingresos por concepto de renta
petrolera, las reservas internacionales han descendido en un año,
aproximadamente, 43,6% y la corrupción en su etapa de mayor esplendor; afloran necesidades de las masas no
satisfechas por el Estado-gobierno y deciden votar por el cambio, trascienden
cualquier ideología, el amor por el “comandante eterno” y cualquier dirigencia
política.
SEGÚN OU EL 11A-2002
NADIE HIZO NADA
Más allá de la discusión conceptual, con o sin razón, es la preocupación
revelada por OU cuando ha estado informando en relación a los hechos del
11A-2002, y queriendo “cerrar” su exposición lanza una especie de queja-expiación como si quisiera enmendar aquel hecho
histórico: “Lo que para mí sigue siendo una incógnita es que nadie hizo nada”
(44). ¿Será por eso que acusa y enjuicia diciendo: todos somos culpables?
Posiblemente, el contenido de la frase en cuestión, nos permite entender
al entrevistado que por momentos, rompe con la esperanza y fija su atención en
la “cárcel” simbólica del exilio pero, en otros ratos, retoma la esperanza como
el “derecho” que lo induce a proponer sueños de libertad, a nivel de conciencia
y suponer la inmediata reconstrucción o recuperación de Venezuela.
Es el momento coyuntural del discurso aprovechado por ABM para
preguntarle: ¿Con quién hacer la batalla contra oposición y gobierno?, más allá
de que ambos están de acuerdo en considerar que con uno u otro bando, el país
no tiene salida.
OU responde: “Con nosotros…, somos muchísimos…, estamos de acuerdo y claros en que el objetivo
principal es salir del horror y hacer un país inmediatamente como Dios manda”
(47).
Por supuesto, la respuesta amerita otra interrogantes: ¿Quiénes o
cuantos son los muchísimos?, bajo la supuesta existencia ¿Qué ofrecerías a ese
“chiripero”?, no al que llevó a Caldera a su segundo y último gobierno que
calificaste de “mierdero”, tal vez, por lo numeroso del grupo; el que has de
seleccionar, interesado en pelear a cambio de promesas, ¡Ah!, no cuentes con
numerosos miembros de la clase media, no están acostumbrados al sacrificIo,
sino a los beneficios.
EN OU HAY UNA MEZCLA
DE SOBERBIA, FURIA, IMPOTENCIA
Y UNA PEQUEÑA DOSIS
DE HUMOR
También percibimos en la forma de decir las cosas el hombre exiliado, una
mezcla de soberbia, con algo de furia, gotas de rabia, extracto de impotencia y
pequeña dosis de “humor”; lo entendemos pero, llamar “mierdero” al “chiripero”
de aquel momento electorero nos resulta una expresión fuera de contexto, son
parte del pueblo con el que todo político cuenta para lograr sus objetivos y
propósito.
Recordemos al Presidente-dictador, constructor de la tragedia que vivimos
los venezolanos disidentes, cuando expresara por radio y televisión: “Nos ha
ganado la mierda”, por haber perdido el Referendo
Revocatorio del 2D-2007, al pretender que el pueblo votaría por la reforma de
69 artículos de la Constitución vigente (1999), con la finalidad de cambiar “la
bicha roja, por la azul”. ¿Alguna diferencia con las palabras del entrevistado?
EN MOMENTOS EL
ENTREVISTADO SE CONVIERTE
EN ENTREVISTADOR
Otro aspecto interesante en el desarrollo del libro es apreciar como OU,
por momentos, asume la posición de entrevistador y coloca a ABM como entrevistado;
actitud involuntaria como circunstancial; por ejemplo, después del
planteamiento inmediato anterior, se plantea dos razones extremas para salir de
la tragedia a la que ha sido sometida Venezuela por el chavismo: una, la
salida electoral, negada previamente por
ABM, a quien OU se lo recuerda y apoya: “…por un lado está eso que tú desechas
de plano, que se llama la salida electoral, pasada por los CNE que ya
conocemos” (47) y “la vía violenta tradicional, la clásica” (Ídem), para luego,
preguntar a ABM, con cierto aire de aparente “ingenuidad”, ”¿Habría que convocar
entonces, a esa violencia?” (Ídem).
Esa manera de interrogarse e interrogar pone en evidencia el sentido de
violencia, para reordenar al país; OU sabe lo que quiere pero, no está claro en
cómo llevarlo a efecto; entonces, nos preguntamos: ¿El exilio es el castigo por
ejercer el periodismo el 11A-2002? Eso solo ocurre en dictadura.
El 11A-2002: Se inicia con una multitudinaria marcha que “decide” continuar hasta Miraflores, lo que haría reaccionar
de manera violenta, al Gobierno y seguidores. Puente Llaguno sería centro de resistencia y defensa de sostenidos
del Gobierno. Disparos de “acá y de allá” desencadenaron el resto de los
acontecimientos.
OU, según la lectura, es testigo directo de acontecimientos; durante
aquel día, la multitud, incentivada por dirigentes e intereses políticos,
reclama y protesta la arrogancia y acción política del gobernante-dictador; por
momentos, OU creyó saber cuánto se cocinaba entre altos jefes militares y dirigentes políticos que
como pastores, “cuidaban y controlaban el rebaño”.
Hablamos de cocinar porque el entrevistado confiesa haber estado
sesionando con un grupo (pelando verduras), y en otro recinto se encontraban
altos jerarcas del “movimiento”, ocupados en la preparación del guiso. ¿Acaso
un solo Carmona había en el grupo que garrote en mano ambientaba el encuentro
con la piñata, dispuesto a repartirse el cotillón?; sin embargo, solo se
destaca a uno de ellos (el civil), haciendo el ridículo como repartidor de
ministerios y como el que reparte se queda con la mejor parte, él lo haría con
la presidencia de la República (posiblemente, chivo expiatorio de ambiciosos
generales).
Es probable que aquel Carmona haya sido incentivado por los que en el
teatro esconden el rostro tras el telón, para ver la actuación del payaso (en
el buen sentido simbólico del personaje), intentando complacer a ciertos
uniformados y tal vez, a él mismo. Complacer a personajes que envidian la
posición del césar, que sueñan con poseer fortuna para ser “grandes”.
PARA OU LA GESTA DEL
11A FUE VALIENTE Y EL
DESARROLLO RIDÍCULO
La gesta del 11A-2002 “fue valiente y el desarrollo ridículo” (74). Un
pueblo derrochando valentía y los repartidores de cargo haciendo el ridículo o
intentando sacarle provecho al esfuerzo de la protesta¸ ahora, uno se pregunta
¿Qué buscarían en Miraflores, más allá de la muerte de voluntariosos y
pacíficos protestantes?, ¿A buscar qué? ¿Acaso pretendían atemorizar al dueño
del teatro y protagonista de la obra? Parafraseando al entrevistador, ¿Cómo
explicar a tiempo esa parte de la historia que permanece oculta por años, según intereses?
Luego, otro extremo, el problema
no es convocar a resolver la tragedia que vivimos con violencia, el problema como diría el guatemalteco Arjona,
es que la convocatoria tenga eco en la población, bloqueada en la actualidad
por cantos de “paz”, dádivas para la
subsistencia y el “derecho” al voto, no aceptado por ambos coautores del libro,
más allá del peso bruto de la tragedia que continúa presente.
EL REGRESO A LA
SALIDA ELECTORAL
El abanico de interrogantes es grande y no podemos afirmar: ¿Cuál será
la respuesta de las masas y del Gobierno, después del 6D-2015?, ¿La “nueva” AN
resolverá el drama del desabastecimiento, el desempleo, la acción de la
delincuencia, la salud y la educación?, de no ser así, la población del
sufragio creerá en el incumplimiento de promesas electorales y ¿Pensarían los
dirigentes en la posibilidad del reclamo violento o serán superados por la
masa? ¿Perdería interés la acción violenta en la solución de nuestra tragedia
política? Incluso, si el libro ha sido construido en la realidad de 2015, el 6D
¿Provocará cambios en el las reflexiones
de OU en relación a la acción violenta sugerida y ambos coautores en la salida
electoral?
Lo que resulta evidente es que después del 6D-2015, OU y ABM, están casi
obligados a incorporar para Venezuela, la salida del voto como posibilidad, más
allá del riesgo de no ser permitida por el mismo Gobierno, según la reacción
constatada en la actualidad, asumiendo además, sus rechazos a la oposición.
Por supuesto, a medida que nos adentramos en el discurso relacionado con
las primeras entrevistas, la retórica es al llamado de la violencia para
liquidar la tragedia vivida, no obstante, por momentos, advertimos cierto
desgaste a dicha retórica como almacenamiento de críticas, producto de la
ansiedad por resolver la condición de exiliado.
El tiempo de espera resulta largo y no se vislumbra otro tipo de salida;
el acriticismo se vuelve en contra del entrevistado, estresa, soledad y
silencio están presentes, más allá de los contactos sociales, podemos caer en situación
de morbilidad corporal como espiritual, irreversibles.
SOY DE LA IGLESIA DE
NUESTRO SEÑOR EL DÍA QUE SACÓ A LOS TIPOS A PATADAS DEL TEMPLO
Por cierto que una de las cosas simpáticas del discurso de OU, durante
las primeras entrevistas, no olvidando su vocación de humorista, es la
religiosa, combinada con sabor a violencia “…soy de la Iglesia de nuestro Señor el día
que sacó a los tipos a patadas del templo, esa es la Iglesia mía, la otra no me
sirve” (81). Solo cabe una pregunta: ¿Antes o después del exilio? La pregunta
tiene sentido porque ahora en la actualidad es un hombre ganado por la meditación.
ALTAMIRA
LA PLAZA DE LOS
GENERALES
Altamira, la plaza de los generales: Más allá del encuentro cívico-militar, de intercambio de ideas y
desahogo de generales expulsados y retirados, de manifestaciones esperanzadoras
con ansias de libertad; más allá de los
Goveia voluntariosos, custodios de la Tragedia forjada por la
“revolución-Chávez”, El Exilio como
propuesta inversamente proporcional: “…siempre es amargo, sabe a pérdidas, sabe
a distancia, sabes que no se recuperan jamás” (84).
Al parecer, la política se vive, se disfruta, se siente o se padece sin
dejar de producir placer porque hasta los fracasos, cuando hay esperanza,
pueden generar placer.
El exilio en cambio, resulta lo contrario, además, de simbolizar una
especie de “prisión en libertad”, es esencia y “lógica” de las respuestas no
esperada del contrario, capaz de generar angustia, tristeza, pena; como alude
OU, crea sentimiento de pérdida y las distancias que cada vez desaparecen en
las relaciones geopolíticas del mundo, nos parecen infinitas; “somos agua,
pendiente abajo en cuenca cerrada”.
Buscar la esencia del exilio en los primeros momentos, no es buscar el
concepto, es encontrar el tiempo adecuado para inventar silencios, hurgar el
pasado, sentirnos culpables o satisfechos de la acción realizada y sin llegar a
juicio alguno, desear capacidad suficiente para escapar. Es esa búsqueda la que
permite huir de la impotencia, romper con soledad e incorporarnos al proceso
histórico que nos corresponde.
¿VIOLENCIA O
MANSEDUMBRE?
Por ahora, la interpretación-experiencia de OU, con la esencia del
Exilio, es el efecto diario que podemos contemplar y aceptar como relaciones en
un nuevo hábitat que marca pautas de convivencia.
La lucha ha sido tenaz, sin poder acertar el camino de la violencia o el
de la mansedumbre que brinda la meditación y la fe, porque después de tanta
retórica-violencia, tal vez, cansado de ella, nos dice: “Yo soy hombre de fe”
(87); por supuesto, no especifica si es por convicción ideológico-política,
familiar, amistad, y aún cuando menciona a Dios cada vez que puede, ha
confesado preferirlo por la hazaña contra “los tipos que sacó a patadas del
templo”. Aunque sería prudente preguntar,
cuál es el sentido y significado de su fe.
No obstante, más allá de lo absurdo que resulta a veces la violencia, en
su favor, el Señor demostró la necesidad
de acudir a ella, según circunstancia; así podemos entender el enfoque de OU en su discurso, si lo
hemos interpretado bien, estemos o no de
acuerdo.
En este sentido, recordamos a nuestra madre cuando al enterarse de
nuestra pelea callejera con algún vecino, pedía explicación del hecho y optábamos
por acudir a una excusa casi siempre inventada, para evitar el castigo correspondiente; “está bien, decía,
porque no creo en hombre con sangre de horchata en las venas; generalmente es
hipócrita, cobarde y mentiroso, y no soportaría un hijo cobarde”.
OU ESTÁ CONSCIENTE DE
NI PODER RECUPERAR
LO PERDIDO
OU está consciente de no recuperar lo perdido y cada día en el exilio (primeros
momentos de su estada), implica acumulación de pérdidas y crecimiento de las
distancias; he ahí la causa de “su” violencia, el incentivo de una lucha
incomprendida por muchos, su crítica constante, inservible para algunos, como
también, la confesión de “fe”.
Entonces, ¿Podemos justificar su retórica violenta, la acumulación de
crítica sobre crítica, la constante ansiedad
por escapar de la tragedia viva, las promesas cambiantes a su ego, la
reiteración “interminable” de un discurso sin horizonte limitador?
¡Sí!, lo justificamos tanto por su condición social como humana porque
por encima de sentir que ha estado perdiendo ante la tragedia viva, de manera
irreversible (que ya es bastante), el camino de retorno suele hacerse cerrado e
“infinito”. Eso pesa en el cuerpo, más allá del tiempo de las edades y el
espíritu se reciente en el silencio de la impotencia como recinto.
Lo que no justificamos en OU es dejarse vencer por el exilio (algo
superado en la actualidad), e inventar que no quiere regresar a la tierra madre
con argumento que no dejan de ser concretos pero, ¿Y el humor?
Si el entrevistado no es capaz de involucrar el humor en su tragedia
como acostumbra hacerlo con la de otros, o no es buen humorista o realmente es humorista
perdedor; por qué la duda, por qué confesar: “…ya no hacía humor…, no podía
hacer humor, no me nacía…” (100).
OU DEBE CONSTRUIR
HUMOR AUN EN MEDIO DE
SU DESGACIA
¡Craso error!, ¡craso error!, vives hablando y recordando a Pedro León
Zapata (lo nombras una 39 veces aproximadamente), te llenas la boca diciendo:
“zapata era el gran gurú”, pero no concientizas que sobrevivió a la furia de
Chávez utilizando sus armas favoritas: la caricatura como parodia específica y
el humor; tú mismo, recordarás (en este instante imagino), cuando estabas al
lado de Zapata reconocías que 2 eran suficientes como equipo; recordarás (imagino
de nuevo) que juntos eran “invencibles” y hacían humor de cuanta persona,
animal o cosa soliese pasarles al frente.
Esa fuerza de carácter que aún conservas has de explotarla construyendo
humor, aún en medio de tu desgracia (problemas de la cronología definido por
las entrevistas, resuelto en la actualidad), sé profesional (disculpa el
regaño, sin querer ofender), piensa menos en la tragedia e intenta salir
adelante. Demuestra a tus oponentes que eres guerrero victorioso (Ya sabes, dar
consejos es sencillo, difícil es aceptarlos).
NEGAR AL HUMORISMO
INDUCE AL DERROTISMO
Negarte al humorismo induce al derrotismo, a la confesión, cuando dices:
“…nosotros somos los responsables de lo que nos está ocurriendo. Nosotros lo
hicimos posible con nuestra conducta, con nuestro silencio [muy difícil de
creer esto último pero, lo aceptamos], con nuestra acción o con nuestra
inactividad en momentos imprescindibles de una cosa o de otra” (96).
Entonces ¿Por qué acusar a todos los venezolanos de la tragedia que vive
el país?, ¿Para aliviar tu carga personal?, o ¿Por haber sido en cierto grado
de culpa, irresponsable contigo y tu familia? Te llamamos “irresponsable”
porque poseedor de esa arma poderosa, humorismo,
te negaste a utilizarla en su momento, para salir adelante, involucrando a
la familia más allá de lo necesario en la tragedia referenciada.
Luego, no conforme con eso, te sientes arrepentido: “Yo lo que quiero es
salir de esto” (108) y para colmos, divagas hacia el camino de la utopía
posible: El próximo país tiene que ser verdadero, como Dios manda, uno que
nunca hemos tenido (109).
Ese divagar y otras ideas propuestas genera un lenguaje íntimo, propio
de “soledad” y encontramos planteamientos que lo confirman: “Una de las cosas
que yo no puedo hacer es regresar” (85), “nuestro final es muy triste mientras
no podamos regresar a Venezuela” (Ídem), para luego emerger en la frase
optimista: “…si nosotros podemos volver a Venezuela, si podemos rehacer el
país, tenemos muchas oportunidades. Y además la oportunidad de hacerse uno
viejo haciendo cosas buenas” (Ídem).
Pero, “amigo”, continuamos justificándote, “no es lo mismo dar consejos
que recibirlos”. Ud. Es el exiliado, nosotros vivimos la tragedia casi completa
pero, bajo el abrigo de la madre tierra.
OU DESDE TITIRITERO
INFANTIL A HOMBRE DE RADIO TV TEATRO ESCRITOR HUMORISTA PERSEGUIDO POLÍTICO Y
EXILIADO
Todo un personaje: Después de un
discurso “intranquilo”, de acusaciones y confesiones, parece emerger otro OU
(posiblemente esta actitud tenga algo que ver con el tipo de preguntas del
entrevistador o del hábitat-exilio aceptado, donde se desenvuelve el entrevistado;
ansiedad y violencia parecen quedar por momentos, a un lado, percibimos una
especie de remanso, es el momento de hacer memoria relacionada con su
existencia personal; el tránsito del niño que nace, crece, acude a la escuela, ser
adolescente y caminar en el tiempo de las edades hasta hacerse profesional,
desde titiritero infantil a hombre de radio, televisión, teatro, escritor,
“humorista”, perseguido político y exiliado.
Entonces, resulta emprendedor y crítico de los gobiernos de turno (mamá
siempre repetía: “¡Cuidado!, la lengua es castigo del cuerpo”), luego, la
tragedia y la confesión de culpabilidad, cosas del futuro.
OU comparte con ABM la experiencia del trabajo, las andadas políticas y
sus consecuencias, habla de humorismo y humoristas; el entrevistado siente la
satisfacción de haber trabajado con los mejores pero, se niega hacer humorismo
porque no le nace ¿Y la familia, donde queda?
El problema de nuestro personaje surge cuando el entrevistador menciona
situaciones que giran alrededor de la palabra política; cambia de temperamento,
se convierte en crítico impulsivo, nadie funciona correctamente, todo está
podrido, hay que cambiarlo todo; se enfurece como si estuviese acondicionado
psicológicamente a esa palabra.
¿Tendrá algo que ver el cine en esa conexión política-cerebro?
Preguntamos porque OU afirma: “nuestro cine…, nace directamente desde la
controversia política” (169).
Pero, también tiene la excusa-argumento: “…y siendo que tomamos una
formación política e intelectual, no fuimos de quienes accionaban políticamente
el país… porque nos daba asco meternos en esa cosa” (Ídem).
Luego, intenta compensarse asimismo, al señalar: “…cumpliría… los 40
años hablando pistoladas por una radio, diciéndole de toda vaina a todos los
gobernantes y a todas las políticas equivocadas, injustas, ajenas, en especial
a la gente” (170).
Mamá siempre aconsejaba: “cuando viajes en autobús no escupas por la
ventana hacia adelante”; no explicaba por qué; todo dependía de nuestra
conducta. Otras veces decía: “lo que niegues ser, serás”. Casi nunca
entendíamos el mensaje encerrado en sus palabras pero, ella ponía a prueba
nuestra honestidad, capacidad y obediencia. Era la manera de enseñar y aprender
en determinado momento de la existencia.
Entonces, cuando somos niños, la política resulta ser como el sexo, da
asco pero, luego, nos gusta y nos sentimos “arrastrados” por ello.
REFLEXIONES
POLÍTICAS, PROPUESTAS, CRÍTICAS
CONFORMAN BUENA PARTE
DEL LIBRO
Reflexiones políticas, conceptos propuestos, críticas reiteradas contra los
gobiernos, partidos políticos y personas, conforman buena parte de la
estructura-contenido del resto del libro y cuando tiene tiempo de reposo, se
concentra en su propia historia de trabajo y persecución; ora critica a quien llega
a su memoria, ora recuerda al amigo y al que dejó de serlo, su paso por
Televén, Globovisión y su retorno al primero de los canales; la muerte de uno
de sus escoltas, la invitación a Miami para recibir un premio y el ¡quédate en
el exilio!.
Son muchas las cosa vividas y las que faltan por vivir; algunas de
aquellas, inconclusas, otras, posiblemente extraviadas en la incomprensión
lógica, por demás, de una permanente culpabilidad.
OU, a lo largo de las entrevistas, particularmente, las primeras 4, se
advierte desbocado, mediante un criticar constante, sin descanso, culpando a
todos de la tragedia-Venezuela y aunque culmina el total de entrevistas
haciendo lo mismo, es una crítica tranquila.
Por momentos semeja a la fiera herida lanzando zarpazos tanto al
presente como a las sombras del pasado, siempre, buscando culpables. ¿Acaso,
remordimiento de haber podido lograr algo más efectivo a lo hecho?
Mientras buscábamos respuesta en el libro, el bosque de críticas era
extenso; en momentos de reposo comenta aspectos interesantes de su vida
personal, su trabajo y acoso político, ora critica a quien asoma a su memoria,
ora recuerda al amigo, su estada en Televén y particularmente en Globovisión,
donde al parecer, lo utilizaron (o se dejó utilizar) porque querían salir de él
y no terminaba de arrancar; el retorno a Televén, la muerte de uno de sus guardaespaldas,
la invitación a recibir premio en Miami y el ¡Quédate, que estás pillao”, la
espera de la familia, en fin, días de resistencia en la brava existencia del
hombre que construye su destino en un “mea culpa” permanente, más allá de la
frase cargada de humor y rencor político: “No creo en amor de puta ni en amigo
policía” (la p. la ha de buscar el interesado).
EN LA CUARTA
ENTREVISTA EL GUERRERO ENTRA
En REPOSO
Precisamente, en la 4ª entrevista, del 24 de agosto de 2013, el guerrero
entra en reposo, habla de matrimonios, 2 hijos; la distancia, cada vez más larga
para el retorno y el reencuentro; un tercer hijo, extraviado entre la venganza
(común en las féminas) y el querer, sin tomar decisión aún del reencuentro con
el padre; otro matrimonio, 2 hijas, para continuar entre mujeres como él mismo
afirma.
Interesante, pasado el tiempo, percibir
armonización entre el exilio, el
trabajo y la familia, según el dicho: “donde fueres haz lo que vieres”, todo se
cuadró para aceptar las costumbre estadounidenses; el guerrero ha de participar
en labores de mantenimiento de la vivienda y apelar a la cocina para ganar
puntos con la jefa de la casa, superando, por supuesto, costumbres latinas
En ese sentido, los miembros de la familia trabajan o estudian y parecen
dispersos pero, “cuando coincidimos lo disfrutamos mucho” (328).
CON El PASO DEL
TIEMPO OU ENTIENDE QUE
ENVEJECEMOS
Ahora, con el paso y “peso” del tiempo de las edades y del exilio, OU es
el hombre que detiene la mirada para admirar el paisaje por inmediato o pequeño
sea, con la misma intensidad del momento existencial reclamado. Es momento de
entender que envejecemos y comprender que toda manifestación de vida es una
bendición de la Naturaleza y el Universo y formamos parte de ella; cuestión que
escapa a nuestra atención cuando jóvenes porque cada cosa tiene su tiempo.
Ese despertar del sentido de observación es también resultado de la
incursión de OU en el mundo del budismo, de la meditación, del reencuentro con
el espíritu que habita en nosotros y cuando jóvenes, lo olvidamos, de ahí la
frase que nos brinda como aprendizaje: “…la aceptación es mucho más importante
que el arrepentimiento” (336) porque cuando aceptamos los hechos, hay
responsabilidad del acto cometido y un alto sentido de la moral traducida en
principios y valores; el arrepentimiento implica lo contrario: irresponsabilidad,
amoralidad, carencia de principios y valores, sin hablar de cobardía, un poco
de hipocresía y pare de contar.
Indudablemente, el tiempo entre una entrevista y otra nos resulta
extenso y advertimos pérdida en el hilo del discurso, obligando a entrevistador
y entrevistado, a reiterar pasajes tratados con anterioridad pero, no todo es
pérdida, nos permite percibir en el discurso, cambios emocionales del
entrevistado, a lo largo de 5 años del proceso de intercambio.
Entonces, de haber cerrado el tiempo cronológico de las entrevistas,
tendríamos otro libro y no el que estamos revisando y el entrevistado hubiese
tenido tiempo, no para deslastrarse de
amarguras y ansiedades, pero sí para no hacerlas reiterativas mientras se
adaptaba a un nuevo sistema de vida que al parecer logró en “poco” tiempo; sin
olvidar cuanto le queda pendiente como retornar y contribuir con la
reconstrucción de Venezuela y el reencuentro con “Orlandito”.
SU INCURSIÓN EN EL
BUDISMO
Estamos seguros que la incursión en el budismo ha servido a OU para
perdonarse las debilidades y faltas estimadas; aceptarse como somos es la
primera manifestación de perdón porque rechazamos el arrepentimiento; es cuando
vamos al encuentro del espíritu que mora en nuestro cuerpo, comenzamos a
exaltar la belleza del paisaje sobre el cual posamos la mirada, empezamos a ser
humanos, aunque algo tarde.
En efecto, la respuesta de OU no se hace esperar y la resume ABM en uno
de los subtítulos: “Si alguien le cuenta este exilio, nunca le va a parecer un
exilio” (337).
El entrevistado parece entrar en momento de nuevo reposo, las críticas
se hacen intermitentes, las que afloran se refieren a la formación de los
muchachos, al comportamiento de la familia, la dependencia familia-tecnología y
coloca la suya como posible ejemplo, mediante el uso del celular y la fractura en la comunicación.
¡Casi de improviso!, parece regresar al pasado-presente y retoma la
crítica política sobre el país, los gobiernos, los partidos políticos, la
oposición pero, ha bajado de intensidad la llama de la violencia que se hace
intermitente en lo que resta de discurso, hasta el final, donde cambia lo
bravío de su retórica por una breve y estupenda frase, después de darle la
razón al entrevistador: “Si logramos cambiar la percepción de la gente,
podremos comenzar a ver efectos” (451).
SIN EDUCACIÓN NO
HABRÁ CAMBIO NI TRANSFORMACIÓN
Educar, educar, educar, sin educación no habrá cambio ni transformación
duradera. Y “yo quiero creer y hacer por Venezuela” (Ídem). El guerrero no
entrega las armas, entiende cómo y cuándo usarlas y ABM tuvo que ver mucho en
ese cambio de actitud comprensiva, todo un maestro, didáctico.
Para ir cerrando nuestro análisis del libro, conclusiones: Estamos ante
un popurrí de situaciones problematizadas casi de manera personal por el
entrevistado, donde emite conceptos, transmite violencia, incomprensión de los
demás, siempre comparando con la suya, sin decirlo, de manera reiterativa en
cada una de las 7 entrevistas realizadas. Rechaza como todo ser consciente y
responsable, la política del disc Jockey, por complaciente, en defensa del
líder, inexistente.
Aún en la entrevista celebrada el año 2014, habla de la relación Chávez,
Fidel Castro, Nicolás Maduro, hampa, militarismo, oposición (MUD), colectivos;
toda una cadena política que de cerrarla por los extremos, tendríamos un collar
de perlas y Cuba como medallón.
Esta situación induce a la preparación de OU para combatir al lado de
otros venezolanos con la finalidad de derrocar el Gobierno-Maduro.
RETÓRICO-VIOLENTO
Regresa la retórica-violencia al tope del discurso, ABM insiste en
privilegiar el camino de la paz y OU concibe que el objetivo es expulsar a los
cubanos de Venezuela, el propósito: “montar un nuevo país” (431).
Por supuesto, quien se ha negado hacer humorismo los primeros años de
exilio, nos brinda una serie de entrevistas donde no deja de hacerlo, con
mezcla de “blanco y negro”, romanticismo, emotividad y retórica-violencia, y en
momentos de extravío, se pierde en la contemplación del amor, la culpa, el
reclamo al colectivo, situación personal aún reflejo de la ansiedad que se
vuelve tranquilidad.
Lo que tal vez, desconoce OU es que muchos conciudadanos pudieran cambiar
gustosos, aquella su residencia por la de acá, más allá del estigma-exilio.
Allá hay vida, acá, olvido y miseria, no
hay comida y si hubiese, el dinero no alcanzaría para adquirirla, la inflación acaba
con todo, no hay medicina, se nos mueren niños, adultos y ancianos por la
desidia o “limpieza” del Gobierno que robó y consumió todo en libre albedrío.
Sabes, este 2016, antes que “Feliz año” será “mal año”; las colas se
triplican porque no hay abastecimiento (mamá decía: “el hambre es mala
consejera” ¿Qué pasará?), los bachaqueros sufriendo la carencia de “commodities” y pérdida de
tiempo en colas, sin beneficio alguno y el Gobierno vendiéndonos un país
“potencia de economía productiva”, mientras el hambre y la muerte acosan.
Entonces, preguntamos: ¿Harías el cambio? Nadie tiene por qué enterarse
y podemos deshacerlo después de hacer mercado.
Otro aspecto interesante del discurso es el control que va ejerciendo
ABM sobre la emotividad del entrevistado como si lo fuese llevando a dar la
respuesta pensada, evidente al final de la última entrevista (referenciada
anteriormente, p451).
NO VALE, YO NO CREO
Finalmente, queremos terminar dicho análisis con la participación de ABM
al cierre de la 6ª entrevista el 4 de Enero de 2015:
“Mira Orlando, ante tu discurso, que en mi opinión refiere más un deseo
o aspiración cargada de emociones que un programa de hechos, me permito
expresarte que por los momentos, y aunque con disposición a inventariar y
procesar nuevos argumentos, te digo, solo y expresamente, lo siguiente: ¡No
vale, yo no creo” (439).
RSY.
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