Agustín Blanco Muñoz
¡Buenos días Don
Antero! Y buena salud para este año que muchos llaman nuevo y reciclado otros. Pero profesor, ¿qué es eso de año reciclado? Entiendo
que la cosa aplica a materiales que se recuperan para un segundo uso. Pero ¿los
años se pueden reciclar?
Mire Don Antero, cuando se habla de una especie de año reciclado se alude al manejo del tiempo pasado que se presenta, por vía del engaño, la manipulación y la demagogia, como un producto nuevo. Así el ‘viejo tiempo’ registra los mismos contenidos y sólo exhibe cambios de numeración. La misma barbarie.
No lo entiendo mucho profesor, porque he escuchado que con los años se pasó de la barbarie a la civilización, de lo malo y atrasado a lo bueno, moderno y cada vez más avanzado.
Sí, es lo que llaman progreso, avance científico, tecnológico, un mundo feliz, dichoso. ¿Pero eso es verdad? ¿Qué dice la actual situación mundial de la salud con el Covid 19? ¿Le importa al gran capital los miles y miles que fallecen por hambruna crónica o enfermedades curables que cada día se presentan como menos curables?
¿Quién puede negar la existencia de una industria mundial de la salud en beneficio de los dueños del capital? ¿Cómo ocultar que esta sociedad ha sido llevada a los extremos de la droga, a la muerte creciente, al crimen planificado y ejecutado de manera permanente, al abandono humano? ¿Qué es entonces lo que sirve de lo civilizado? ¿Tiene entre otros poderes la capacidad para reciclar incluso al conglomerado social?
Desde la aparición de la propiedad los beneficios corresponden a los señores y para los desheredados, base de la riqueza ajena, están todas las miserias, la misma barbarie con cambios de forma.
¿Eso significa, profesor, que no ha habido ni hay civilización? Le insisto, Don Antero, si la hay, pero al servicio de la barbarie. Por ello el grueso de la población mundial anda permanentemente en busca de los medios para la subsistencia o en espera de la muerte inevitable.
Y mientras persista este aterrador cuadro, seguirán vigentes los mismos Estados, Iglesias, políticos, partidos, que hacen causa con los capitales para que continúe “la dominación civilizada siglo XXI”. El espectáculo criminal del 06E-21 en EEUU y el de este ex país del 05E-21, por citar dos ejemplos, anuncian más tragedias del odio y el “perdón”.
El primero está ante la evidencia de la misma historia de siglos determinados por la hegemonía imperial. Y el segundo tiene el pesar y dolor de las entidades sometidas, bloqueadas, controladas y mantenidas en zozobra.
Así es Don Antero. Y esta situación se complica más con el avance de los “imperios emergentes” dispuestos a intensificar la guerra contra una primera potencia del mundo que está ahora asediada por la ‘supremacía blanca’ y la ‘resistencia negra’.
Dos polos en pleno ejercicio del fanatismo y la polarización, que contribuyen a debilitar la fuerza del ‘imperio grande’ que anunció su propia decadencia, al permitir que la barbarie de siempre tomara por la fuerza el palacio de gobierno el 06E-21.
El supremacista Trump se vio desplazado, al no haber sido el elegido para firmar las decisiones del capital financiero, en defensa del avance de las nuevas huestes dominantes. Fuerzas dispuestas a plantear y poner en marcha la guerra de los imperios de mayor capacidad bélica de la historia contra lo que ven como poder en decadencia y contra lo que se conoce como gente, población o soldados.
El ganador, a la vez, será otra cara de una misma tragedia, en una disputa en la que las mayorías no pasan de ser piezas de uso.
Sancho, por eso hoy, a nivel global, el discurso sin preocupación de humanidad del “nuevo orden económico”, apunta hacia la planificación de una guerra, de muerte y destrucción sin precedentes, por la supremacía imperial.
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