sábado, marzo 25, 2006

VENEZUELA: HISTORIA DE UNA FALSIFICACION


En La Paragua no hay expectativa alguna por la bandera de las ocho estrellas. Para esta gente la preocupación fundamental es su subsistencia. La pequeña minería termina en el camino del capital que controla el área. Esta actividad está prohibida para la minería pobre o artesanal. Para los señores mineros de las altas inversiones rige la ley del privilegio. Por las aguas del Río Bravo se desplazaba una pequeña embarcación. Fue avistada por funcionarios del ejército. La versión oficial apela al viejo argumento de ‘la voz de alto’ y el ‘caso omiso’. La autoridad no tuvo otro recurso que disparar.

EL CICLO REPRESIÓN-PROTESTA-MÁS REPRESIÓN

El Teniente Alexander Guerra tomó su arma larga y de nada valió el grito de que se trataba de pescadores y no de mineros. Ya su disparo tomaba el rumbo de lo certero. Simón Manrique, de 36 años, cayó abatido. Poco después, en La Paragua, como señal de protesta, la sede del TO-5 fue incendiada. Los militares abrieron fuego contra lo manifestantes. Una nueva víctima: José González, de 43 años. El descontento aumenta. Los habitantes de La Paragua se apostan en la Plaza Bolívar y desde allí exigen la salida del TO-5 y el regreso del Comando Nº 8 de la GN. Y se manifiesta desacuerdo ...“con las declaraciones del general de división del ejército Wilhem Becerra, comandante del No. 5, quien aseguró que lo sucedido en La Paragua fue ‘un pequeño accidente’, en el cual murieron un pescador y un comerciante de una comunidad minera, por disparos realizados por efectivos del Ejército. Desde entonces, el pueblo, ubicado al noroeste del estado Bolívar, está militarizado.” (EN, 17/03/06, p. B/24).

¡DISPARAR PRIMERO Y AVERIGUAR DESPUÉS!

Un ‘pequeño accidente’ produce dos muertos y tres heridos. El registro es bajo en atención al aparato represivo-militar montado. Subyace la advertencia. La represión puede crecer, y producir muchos muertos más. La militarización está presente en La Paragua y a lo largo de este ex-país, así como la orden clara y enfática del presidente Betancourt (RB): disparen a matar y luego averiguen quién era y qué hacía. Lejos ha llegado esta maquinaria de violencia que tomó la calle en los 60 y que aún la mantiene.

DOCTRINA BETANCOURT AL SERVICIO DE LA ‘REVOLUCIÓN’

Y mientras la sangre corre en La Paragua, en Cumaná la policía reprime una manifestación de estudiantes de la Escuela Técnica. El arma fundamental fue la bomba lacrimógena. Los muchachos huyeron. De un techo donde se había refugiado cayó el joven Jorge Luís González. Su muerte fue instantánea (EU, 17-03-06, 4-22). De nuevo el disparo de la doctrina Betancourt ahora al servicio de la ‘revolución bolivariana’.

LAS CALLES SON DE LA POLICÍA

Y el mismo martes, en la Barinas del sonado caso CAAEZ, las subsecuentes protestas y ‘dos intentos de secuestro al señor gobernador’, se toma una medida radical: el Decreto 085 que prohíbe las manifestaciones callejeras “porque las calles son y serán de la policía”. Una medida que evidencia desesperación y abierta disposición a utilizar el aparato represivo en todo sentido y dirección. Es la práctica de la suspensión de garantías permanentemente utilizada por RB. Es evidente que también en Barinas se dispara primero y después se averigua.

LA INDETENIBLE AUTO-EXALTACIÓN DEL GP

Y el mismo disparo autoritario se hace en el caso de los llamados símbolos patrios. Todo comenzó con la aguda pregunta de la pequeña descendiente del GP. Muy parecida, por cierto, a la niña que hizo exhibir el muy ilustre ministro de educación en el Aló GP el 05/03/06 para que, con apenas 8 años se lanzara un discurso político que tenía como propósito central la exaltación del Nuevo Padre de la Patria. Un texto que no está en capacidad de entender, pero que se lo pueden poner a leer, haciendo uso y abuso de la frescura-ingenuidad de su infancia, en medio de un programa que tiene como objetivo abonar el camino para que crezca aceleradamente el culto al “muy querido, venerable e inextinguible héroe-caudillo, máximo y eterno jefe de la revolución”.

DE LA DERECHA OLIGÁRQUICA A LA IZQUIERDA
REVOLUCIONARIA

Y aquí hay que ubicar a la descendiente cuando se dice que es la autora de la aguda observación: ¿Y por qué el caballo indómito mira hacia la derecha? De inmediato el sabio presidente e investigador abrió operaciones y llegó a la conclusión de que la oligarquía plasmó allí unos de sus signos básicos: la derecha. Pero eso se acabó. Porque ahora el cuadrúpedo mirará hacia la izquierda donde está la “revolución”. Se cierra así aquel discurso escolar según el cual el caballo indómito representa la independencia y la libertad que nunca darían marcha atrás.

Ahora el caballo va hacia adelante llevando la espada de Bolívar a caminar por América Latina con la idea de implantar el socialismo del siglo XXI en diferentes países, apoyado en el ‘movimiento indigenista’, representado por la lanza, el arco y la flecha, y el campesinado en la ‘revolución’, sintetizado en la figura del machete. El atraso-pasado es evidente. El indigenismo actual no puede ser medido en términos de estos símbolos. Las etnias hoy conviven materialmente con la llamada “cultura occidental”. No constituyen una sociedad pura e incontaminada. Ni los afro-descendientes conforman una estructura aparte y especial que sirva de base y fundamento a la “revolución bolivariana”.

EL PLANTEAMIENTO RACISTA DEL
PRETENDIDO MESTIZAJE

Indispensable en consecuencia redefinir los términos. Porque no tendría nada de extraño que, en este marco de confusión, también se considerara la existencia de euro-descendientes, como especie de grupos étnicos paralelos que se incluyen a la vez en el marco del llamado mestizaje o mezcla de etnias. No hay sociedades formadas por grupos étnicos puros. Y por ello precisamente resulta una redundancia hablar de mestizaje. Hablar de sociedades puras y mezcladas es un planteamiento enteramente racista y significa otra falsificación.

INVENTAR UNA ‘CLASE CAMPESINA’

Un razonamiento similar puede hacerse en el caso del campesinado. Esta clase desapareció de nuestra estructura social desde hace un buen tiempo. La Venezuela rural materialmente quedó en el pasado. El proceso de industrialización, independientemente de su distorsión, acabó con ese trabajador de un campo que representó la pobreza, el atraso, el pasado. La inscripción del capital industrial en esos territorios cambia la naturaleza del espacio y el hombre. El antiguo campesino adquiere ahora la condición de obrero al servicio de una industria que ocupa un territorio que pasa a ser de agrícola a agro-industrial.

Por ello, hablar de ‘revolución agrícola’, reforma del agro, lucha contra el ‘latifundio’, es referir una realidad inexistente en el día de hoy. Aquel campesino nada tiene que ver con estos tiempos y circunstancias. Pero es de advertir que a nivel político le resulta importante al ‘proceso’ contar con una ‘clase campesina’ como base-apoyo de su gestión. De modo que si no existe, está dispuesto a inventarla-falsificarla, aunque de ese modo se le hunda aún más en el atraso-pasado.

BOLÍVAR SE ADUEÑA DE LOS TRIUNFOS DE PIAR

Y en el caso de la bandera el atraso no se queda atrás. Se procede a cumplir con el decreto de Bolívar de 1817 que ordena incorporar a Guayana a propósito de su unión al grupo de provincias que apoyan la independencia. En este caso las decisiones corresponden a Bolívar a quien, la historia de la falsificación, señala como el líder que “completó” la emancipación de Guayana. En verdad esta labor la realiza el Gral. Manuel Piar, quien tiene un rango militar de altura. Pero es un jefe inmerso en un contexto de enfrentamientos, rivalidades, rencillas y lucha de intereses. Y se entendió que estaría tratando de sublevarse y que la patria peligraría con una traición en tan difíciles circunstancias.

LAS OSCURAS CIRCUNSTANCIAS DEL FUSILAMIENTO DE PIAR

La idea inicial se encamina a apartar a Piar de este escenario ‘por sedicioso, desertor y traidor’. Y en cuanto se abre el proceso que ordena El Padre de la Patria se sabía el resultado. El 16 de octubre de 1817 era fusilado el ‘mulato de Curazao’. Las circunstancias son muy oscuras y comprometen directamente a Bolívar. En medio de una confederación de caudillos fusila a quien ha mostrado mayor capacidad militar. No es posible negar, por ejemplo, la conspiración permanente de Mariño. ¿Se habría propuesto Bolívar alguna vez lograr su fusilamiento?

LA DELACIÓN Y ENTREGA BOLIVARIANA
DE MIRANDA

Y este acto contra Piar nos devuelve a 1812, cuando después de la capitulación, un grupo de patriotas encabezados por Bolívar delatan y entregan a Miranda a quienes lo veían como el culpable directo de los planes independentistas. La visión historiográfica, según la cual los ideales de Miranda y Bolívar son los mismos conforma una dimensional falsificación. El llamado ‘sueño bolivariano’ de la emancipación y unidad del mundo colombino en una sola patria, es el punto central del programa de Miranda. Visto este panorama, El Libertador podía pensar a la altura de los acontecimientos del año 17, en Guayana, que había llegado la hora de ‘su bandera’ de ocho estrellas. Esta es hoy también la bandera del nuevo Libertador.

DE LA BANDERA DE MIRANDA A LA DEL GP

La bandera de las siete estrellas que representan a Caracas, Cumaná, Barinas, Barcelona, Margarita, Mérida, Trujillo y luego Guayana ya no es la de Miranda. ¿Pero dónde están las estrellas del resto de las provincias? Suponemos que por esta incongruencia desde un inicio no se le hizo caso a la decisión de Bolívar del 20 de noviembre de 1817, pero en este momento, se convierte en el argumento perfecto para hacer el cambio de símbolos que corresponde a toda ‘revolución’.

LA OCTAVA ESTRELLA DE VENECUBA

La bandera de las ocho estrellas tipifica la República Bolivariana y Socialista siglo XXI de Venezuela. Sólo un criterio de esta monta puede explicar que se utilice hoy el decreto de Bolívar, que él mismo desecha en la práctica cuando asume el proyecto de la Gran Colombia. Su problema entonces no es de número sino de crear la “Patria América”. La consabida estrella es un pretexto para ver representado un socialismo que se hermana con el cubano para crear a Venecuba. Dos naciones en una con dos presidentes o con presidente y vicepresidente.

EL ABSURDO DE UNA REPÚBLICA BOLIVARIANA

Este cambio de símbolos se encuadra en el contexto de una “revolución” que comenzó por quitarle el nombre a esta República de Venezuela y pasarla a República Bolivariana de Venezuela. Una denominación que toca el absurdo. Las repúblicas –las cosas públicas- son o están en un determinado lugar-espacio. Por eso Venezuela, Bolivia o Colombia, son ‘cosa pública’, y aunque aludan a sus creadores no quedan calificadas por ellos. Pero cuando se dice que esta ‘cosa pública’ es bolivariana lo que se quiere es determinar que es de y para los bolivarianos, y no de quienes no lo son. Se consolida así la polarización. Hay quienes obtienen beneficios y quienes no tienen acceso a ellos. Es la Venezuela bolivariana para los oficialistas o ‘revolucionarios’. Y para el resto no hay patria a menos que se devuelva y pida perdón por estar colocado en el ámbito propio de los traidores.

PATRIA Y FUTURO SÓLO PARA BOLIVARIANOS


Hoy sólo los patriotas bolivarianos tienen patria y futuro. El resto está atrapado por la perversión representada en unos símbolos que pertenecen al siglo XIX a pesar de que se les comercialice como del siglo XXI. El atraso, mientras pueda, se viste de progreso, perspectivas y futuro. La Venezuela del siglo XIX sigue viva en una batalla grupal y del mayor desgaste. Miranda y Piar parecen haber quedado condenados a causa de la grandeza que les caracterizaba. Sin embargo, la falsificación, en muchas oportunidades, ha querido presentarlos como responsables de fracasos y traiciones. Esta es la conducta de la historia dispuesta por los grandes héroes triunfadores. Allí se inscribe la decisión de hacer de la historia un simple agente de manipulación que se hace presente en cualquier momento de ‘nuestra historia republicana’.

PROSIGUE LA FALSIFICACIÓN DESTRUCTORA

Las ‘oligarquías’, los ‘federales’, los guzmancistas, el ‘caudillismo de la desintegración’, las dictaduras, ‘democracias’ y la propia ‘revolución’ son agentes de y para la permanente falsificación. Por ello, a la hora de las protestas de La Paragua y la correspondiente represión, nos encontramos ante el mismo signo de la masacre permanente que acomete una historia falsificadora que ejerce su oficio de destrucción de todo aquello que no se ajuste a sus pautas y mandamientos.

Atacar la minería artesanal es obra de los grandes capitales apoyados por las fuerzas estatales que son sus pares en el mantenimiento de la injusticia-desigualdad. Sin embargo, se echará mano de las ‘investigaciones hasta sus últimas consecuencias’ para jugar una vez más, a la necesaria e inevitable falsificación que justifique la actuación, en este caso, de los demócratas revolucionarios. Pero allí quedaron los nuevos ‘fusilados’. ¿Hasta cuándo caerá falsificada y abatida la historia del colectivo? ¿Seguiremos de destrucción en destrucción o se alzará vuelo hacia la construcción de un auténtico país?
abm333@gmail.com
Agustín Blanco Muñoz
Publicado en El Gusano de Luz, 24/marzo/2006.

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