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realizada por Cristina González
Articulista de Noticiero Digital, El Universal digital y Últimas Noticias, historiador y profesor universitario, Agustín Blanco Muñoz insiste en sus recientes escritos en la necesidad de construir una fuerza colectiva que pase la página de los caudillos y salvadores de la patria. Muchos de los que han comentado sus ideas consideran esta una propuesta, de momento, utópica.
-¿Cómo cree que debe conquistarse esa fuerza colectiva?
-En primer lugar, hay que dejar de un lado los análisis a partir de la emoción y remitirse a los hechos. La política gubernamental de los últimos años ha sido muy clara, Chávez no va a entregar el mando por la vía electoral. En relación a eso, existen dos polos en la población: los que creen en el voto y los que optan por el plomo. Pero ya Chávez en 1998 en el libro de mi autoría Habla el comandante dijo que la salida a la crisis política que vive Venezuela era violenta, por ende, quienes piensan en salidas pacífico-electorales tradicionales no saben de qué están hablando, y están echando mano de la emoción y la subjetividad.
-Ante este cuadro, ¿cuál es la salida: electoral o violenta-armada?
-Ni la una, ni otra. Desde un comienzo, aquí lo que ha estado planteado es un proceso de destrucción del país, tanto de lado opositor como del gubernamental, para construir supuestamente una nueva sociedad. No hay constructores por ningún lado. Por ende, tenemos que abrir la puerta a la historia de la construcción.
-¿Cómo cree que se logra eso?
-Digamos, primero cómo no se logra: no se alcanza un cambio cuando sólo se cambia de hombre o de firma, y eso es lo que hemos hecho desde 1958. Aquí no ha habido un cambio sustancial en ningún campo de la vida social, política o económica; y muchos menos una ruptura, sino una continuidad que antes se llamaba democracia representativa pero que hoy le cambiaron el mote por socialista. Para romper de manera definitiva con eso, hay que crear otro esquema y otra forma de interpretar la historia. Tenemos que dejar de pensar en la historia de un salvador, ya sea Simón Bolívar, Betancourt o Chávez, para empezar hablar de la historia de un pueblo. Es otra perspectiva totalmente diferente.
-¿Pero usted cree que eso implicaría una trasformación total del pensamiento del venezolano, de su educación, de la cultura? ¿Sería esto un cambio muy lento?
-Sí, es necesario cambiar la mentalidad. La solución no está en salir de Chávez para meter a Rosales. No planteo soluciones fáciles e inútiles porque no ando buscando votos, ni fama ni dinero. Me he dedicado a reflexionar sobre este país y sé de lo que estoy hablando. Estoy convocando a la gente a trabajar en otro sentido, por una historia grande. ¿Es posible construirla? Sí, es posible ¿Es una quimera? No, no lo es. Es la historia que tiene como protagonista al colectivo. Es decir, la sociedad ya no sería un agente pasivo sino que actúa para construir la realidad.
-¿Cuál sería el primer paso que tendrían que dar los venezolanos para empezar a formar parte de esa historia grande?
-Construir una organización que va de lo más sencillo a lo más sencillo. Nunca a lo más complejo. Consiste en crear comités por una historia grande. Un comité contra la destrucción de Venezuela, porque ese es el objetivo, enfrentarse a la destrucción y promover la construcción o la reconstrucción. Esos comités van a comenzar por estudiar lo que es, lo que está pasando y lo que va a pasar en Venezuela. Van a crear otra conciencia, otra perspectiva, otra forma de actuar y proceder. Y cuando esa nueva forma de pensar se haya masificado en una red tendrá mucha más fuerza que cualquier iniciativa violenta.
-¿Y de allí no saldría un líder?
-El liderazgo sería horizontal y no vertical. Aquí no va a salir uno, van a salir muchísimos líderes, porque se crearía una historia horizontal y no la vertical que hemos conocido hasta ahora. Esta nueva historia tiene otro punto de partida que es la gente. Aquí no hay salvadores, ni caudillos, ni libertadores.
-¿Algo así ha pasado en otro país?
-Ojalá hubiera pasado. Y por eso, se puede ver a Estados Unidos o a Bolivia dependiendo de líderes que no aguantan más tiempo. Esto sucede porque la convulsión histórica no es sólo venezolana, sino que es mundial. Hemos sido criados con la idea de que fuimos descubiertos e inventados en 1492, y no podemos aceptar esa condición. En realidad, somos gente desde hace por lo menos 20 o 30 mil años de historia. Es decir, que no fuimos ni descubiertos, ni inventados, sino que fuimos invadidos en 1492 y lo seguimos estando hoy en día. De allí deriva el problema de que vivimos en una historia pequeña y debemos salta a una grande.
-Algunos foristas plantean que si se produce un fraude hay que salir a la calle a protestar. Otros proponen estar en los centros de votación hasta que abran las urnas. ¿Esto no podría ser el primer paso para la construcción de la fuerza colectiva?
-Chávez habla de batallones, pelotones, brigadas, es decir, la conformación de un cuartel electoral. Por otro lado, la oposición invita a la gente a salir de sus casas para vigilar el proceso comicial. Ambas propuestas conducirán a un enfrentamiento, a que miles de pendejos terminen en una bolsa negra.
-Entonces, ¿usted propone la abstención?
-No, eso sería un contrasentido con lo que estoy planteando. Cada quien que se arme con su conciencia y decida. Si tú crees que deberías ir a votar, ve y vota. Si tú crees que tienes que quedarte en el sitio para combatir a los batallones, pues ve y combate a los batallones. Tenemos que exigirle a cada quien su responsabilidad y su decisión bajo conciencia. Ya basta de llamados, y de ser serviles. La historia no va a cambiar ya sea que pongan al señor Rosales o a cualquier otro personaje. Lo único que te digo, en favor del análisis histórico, es que no sabes si mañana puede haber una circunstancia imponderable.
-¿Cómo cuál?
-Un infarto masivo de alguno de los grandes actores, todos somos hijos de la muerte. Algo así podría cambiar muchas cosas, pero eso sería especular. En principio, siguiendo el curso de lo que está planteado el día de hoy, no hay ningún escenario que permita dudar que estos señores ganarán el 3 de diciembre. Nadie ha hablado de lo que sucedió el 4 de diciembre. Allí hubo muchos negociantes, muchos traficantes electorales implicados, y ellos mismos son los que hoy llaman a votar, sin decirle a nadie lo que realmente ocurrió en las elecciones parlamentarias del año pasado. -
¿Usted y la cátedra Pío Tamayo como piensan difundir esta tesis de la fuerza colectiva?
-Lo hemos hecho pero tenuemente, queremos hacerlo con más vigor. Pero te advierto que en medio de esta confusión que vivimos no es fácil promover ideas que vayan más allá del esquema A y B. Sin embargo, con el tiempo la gente se va a ver obligada a buscar otros caminos y es allí cuando van a empezar a aparecer los resultados. -
¿Pero ya no será muy tarde para el país?
-Los países no se manejan con el esquema de tarde o temprano. Todo el mundo magnifica la presencia de Chávez, pero el problema va mucho más allá de eso. La historia no puede estar reducida a un hombre, por eso hay que cambiar el esquema.
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