lunes, junio 04, 2012

LOS MACHETEROS DEL AVILA




La respuesta que nos dio el jefe de los macheteros fue la tantas veces escuchada: nosotros estamos cumpliendo órdenes. Nos mandaron a podar todo lo que haga falta para que entre luz en todo este camino que lleva los usuarios de San Bernardino hacia el cerro.


Y cuando le preguntamos por los motivos de la búsqueda de la luz dijo que eso se hacía por razones de seguridad, debido a que detrás de  un monte grueso o un arbusto frondoso se podía esconder un delincuente. Que ellos lo hacían por el bien de la gente que sube a ejercitarse y evitar que pueda sufrir algún percance. Repitió que cumplía órdenes.



Al plantearle el argumento de que no se podía sacrificar la vegetación para garantizar seguridad porque se supone que para ese fin existe un personal especializado, dijo que en eso no se metía y que él se limitaba a hacer lo que le mandaban: podar hasta alcanzar la luz, es decir, depredar todo lo que haga falta para lograr una supuesta seguridad.



Hace menos de dos meses la cuadrilla afincó el machete, el hacha, la sierra y hoy se repetía la faena. A lo largo del camino el destrozo. Las cocuizas son uno de los objetivos principales del asedio. ¿Y  por qué le quitan las hojas a las cocuizas? Por lo mismo que le dije. Pero sus hojas no tienen nada que ver con sombra y al quitarle sus brazos se desequilibran y caen. Si, pero qué se va a hacer…



Y veo que esas hojas las dejan tiradas o las botan como basura sin tener en cuenta su alto valor nutritivo. Ah, yo no sabía nada de eso. De esas hojas se saca un edulcorante de alta calidad que en México y USA llama ‘Ágave’ que está a la altura de la miel en su capacidad alimentaria.



De eso, le repito, yo no sé nada. La instrucción que nosotros tenemos se limita a cortar y botar. Son las órdenes que nos dan… Claro, tiene razón!

Los afilados machetes y la sierra encendida prometían no dejar en pie ninguna planta que atente contra el paso de la luz que crea la inseguridad.


¿Quién puede dudar que este es un ex país cada vez más dimensional en lo que a miserias se refiere? ¿Qué dirá de esto el llamado Ministerio Popular para el Ambiente? ¿Cómo lo explicará Inparques? ¿Hasta cuándo la depredación será la característica fundamental de nuestro ambiente?

Frente a todo este poder destructor-masacrador que hoy atenta contra el Guaraira Rapano, se levanta por lo menos la voz de la disidencia que mira hacia el porvenir cargado de vegetación, vida y trascendencia.  

agustín blanco muñoz

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