La respuesta que nos dio el jefe de los macheteros
fue la tantas veces escuchada: nosotros estamos cumpliendo órdenes. Nos
mandaron a podar todo lo que haga falta para que entre luz en todo este camino
que lleva los usuarios de San Bernardino hacia el cerro.
Y cuando le preguntamos por los motivos de la
búsqueda de la luz dijo que eso se hacía por razones de seguridad, debido a que
detrás de un monte grueso o un arbusto
frondoso se podía esconder un delincuente. Que ellos lo hacían por el bien de
la gente que sube a ejercitarse y evitar que pueda sufrir algún percance.
Repitió que cumplía órdenes.
Al plantearle el argumento de que no se podía
sacrificar la vegetación para garantizar seguridad porque se supone que para
ese fin existe un personal especializado, dijo que en eso no se metía y que él
se limitaba a hacer lo que le mandaban: podar hasta alcanzar la luz, es decir,
depredar todo lo que haga falta para lograr una supuesta seguridad.
Hace menos de dos meses la cuadrilla afincó el
machete, el hacha, la sierra y hoy se repetía la faena. A lo largo del camino
el destrozo. Las cocuizas son uno de los objetivos principales del asedio.
¿Y por qué le quitan las hojas a las
cocuizas? Por lo mismo que le dije. Pero sus hojas no tienen nada que ver con
sombra y al quitarle sus brazos se desequilibran y caen. Si, pero qué se va a
hacer…
Y veo que esas hojas las dejan tiradas o las botan
como basura sin tener en cuenta su alto valor nutritivo. Ah, yo no sabía nada
de eso. De esas hojas se saca un edulcorante de alta calidad que en México y
USA llama ‘Ágave’ que está a la altura de la miel en su capacidad alimentaria.
De eso, le repito, yo no sé nada. La instrucción que
nosotros tenemos se limita a cortar y botar. Son las órdenes que nos dan… Claro,
tiene razón!
Los afilados machetes y la sierra encendida prometían
no dejar en pie ninguna planta que atente contra el paso de la luz que crea la
inseguridad.
¿Quién puede dudar que este es un ex país cada vez
más dimensional en lo que a miserias se refiere? ¿Qué dirá de esto el llamado
Ministerio Popular para el Ambiente? ¿Cómo lo explicará Inparques? ¿Hasta
cuándo la depredación será la característica fundamental de nuestro ambiente?
Frente a todo este poder destructor-masacrador que
hoy atenta contra el Guaraira Rapano, se levanta por lo menos la voz de la
disidencia que mira hacia el porvenir cargado de vegetación, vida y
trascendencia.
agustín blanco muñoz
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