Agustín Blanco Muñoz
Consideramos
que la pregunta clave es la siguiente: ¿En qué tiempo y condiciones se puede
hacer fraude en unas elecciones automatizadas? ¿Es esto posible? ¿Hay quien lo
haga o es una simple inventiva de unos cuantos críticos desarmados y
desesperados que ven fraude- trampa por todas partes?
Nuestro
artículo anterior: El progreso derrota a
los rojos-rojitos, dejó un interesante y curioso registro comunicacional:
hubo más de 50 críticas, muchas de ellas en lenguaje pesado, que dejaban de
lado el planteamiento general del escrito y se concentraron en el señalamiento
que hicimos de los cálculos sobre el tiempo de las votaciones.
Y
hubo hasta quienes se consideraron ofendidos y profundamente defraudados porque
en el documento se colaron errores en
cuanto a la consideración de los factores intervinientes y en operaciones primarias como la división. A
esos amables y sensibles lectores les pido la indulgencia del perdón y un poco
de comprensión para quien no tenía a la mano una calculadora.
Todo
esto sin perder de vista que tal vez por esos evitables errores, el
planteamiento sobre el tiempo utilizado en el acto de votación no pasó
desapercibido. Y eso nos permite ahora esperar una mayor y más fundamentada
polémica.
Por
esto, le pedimos a este interesante auditorio, que también leerá este escrito,
que no pierda de vista el fondo del planteamiento que alude directamente al
fraude-trampa-smarmatic que está montado a nivel del CNE y que tiene entre sus componentes fundamentales el tiempo de
votación.
La
trampa se inserta en un sistema que comienza en la inversión para la captación,
control y conformación de la legión de los llamados votos duros o
incondicionales. Pero por encima de esta ventaja, el régimen está apertrechado,
a nivel del CNE, quien por la vía de la
totalización, tiene previamente establecido el triunfo de la “revolución” por
encima de cualquier contingencia. De allí la enorme importancia de controlar la
relación voto-tiempo.
A
este respecto es necesario recordar lo que para muchos es un lugar común: lo
histórico lo define la conjunción hombre-espacio-tiempo y condiciones
específicas. De modo que al planificar una acción no se puede dejar fuera el
cuándo y el cómo ocurrirá.
Y
este tema del tiempo ha sido objeto de muchas consideraciones y ajustes por
parte del CNE. En este sentido, la propia
vicepresidenta del organismo declara que uno de los objetivos del simulacro del
02-09, es evaluar el tiempo de duración
del ejercicio del voto que en la actualidad se ubica en los 65 segundos. Sin
embargo, para la presidenta Tibisay Lucena (UN, 03-09-12,p.16) la duración
oscila entre 65 y 90 seg.
Llama
la atención que a estas alturas el CNE esté midiendo el tiempo de duración
del voto. Pero no es menos significativo
que una autoridad hable de una cifra y otra materialmente la corrija al
señalar que hay dos puntos límites que deben tenerse en cuenta.
Esto
indica que la cuestión es crucial y que así debe entenderse: ¿Y en qué punto
radica la importancia de que sean 65 o
que se llegue a los 90 segundos?
Hagamos
las cuentas, calculadora en mano, para no cometer ahora ningún error de cálculo
y a partir de los datos de la página web del CNE. Para el 7-0 el Registro Electoral
alcanza a 18.802.648. El número de mesas es de 39.322 en 13.809 centros de
votación. El promedio de votos/mesas es de 481.
Si
estimamos una votación de 16 millones en 39.322 mesas/máquinas da un promedio
de 406.8 votantes. Si c/u demora 65 seg, se requiere 7.3 horas/mesas. Pero si el
tiempo invertido fuese de 90 seg. se necesitaría 10 hs, con la condición de que
haya un flujo constante de personas en cola para votar.
Pero
se sabe que esto no ocurre. Por lo general las colas se presentan en las
mañanas y en la tarde bajan considerablemente y sólo se presentan si hay un
llamado o acuerdo de alguna parcialidad que le interese que se produzca un
determinado efecto con una votación a una específica hora.
Esto
quiere decir que en el tiempo de vida de las mesas, estimado en 08 horas, se podrían
producir muchos menos votos que los totalizados. Y es de esta manera como se
procesaría el más elevado REP que se conoce en nuestra historia
electoral.
Y
ante el argumento acta-testigo de mesa mata fraude, respondemos desde ahora con
una interrogante: ¿y es que acaso no se hizo esto en los pasados procesos
electorales?
En
esta dirección, cobra importancia el control del factor tiempo por parte del
organismo electoral. Y por ello tanta insistencia en arreglar los mecanismos
para poner de manifiesto que el tiempo del voto/persona es cada vez menor.
A
esto han contribuido incluso muchos opositores. Altos dirigentes han declarado
que votar apenas les llevó unos 15 segundos y
que por ser una cosa tan rápida y dinámica, todos los inscritos deben
votar.
Para
ellos, como para muchos de nuestros críticos, el tiempo CNE, como el de Dios, es perfecto. Los
tricolores al parecer no creen en fraude y sí en que ya ganaron. ¿Significa
esto que dejará de prevalecer la consigna Uh Ah Chávez no se va! afianzada en
el tiempo fraude?
Como
puede verse la cuestión contable del tiempo es un factor
fundamental para quien monta el fraude-trampa: está obligado a meter el mayor
número de votos en el menor tiempo posible porque esta es la manera de
justificar una alta, manejable o alterable votación. Si nada de esto se cumple
a nivel de verdad, no tiene asidero ni existencia nada que tenga que ver con
fraude-trampa a nivel de CNE.
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