viernes, septiembre 14, 2012

¡LOS TRICOLORES CREEN QUE YA GANARON!






Agustín Blanco Muñoz

Consideramos que la pregunta clave es la siguiente: ¿En qué tiempo y condiciones se puede hacer fraude en unas elecciones automatizadas? ¿Es esto posible? ¿Hay quien lo haga o es una simple inventiva de unos cuantos críticos desarmados y desesperados que ven fraude- trampa por todas partes?

Nuestro artículo anterior: El progreso derrota a los rojos-rojitos, dejó un interesante y curioso registro comunicacional: hubo más de 50 críticas, muchas de ellas en lenguaje pesado, que dejaban de lado el planteamiento general del escrito y se concentraron en el señalamiento que hicimos de los cálculos sobre el tiempo de las votaciones.

Y hubo hasta quienes se consideraron ofendidos y profundamente defraudados porque en el documento se colaron  errores en cuanto a la consideración de los factores intervinientes y en  operaciones primarias como la división. A esos amables y sensibles lectores les pido la indulgencia del perdón y un poco de comprensión para quien no tenía a la mano una calculadora.

Todo esto sin perder de vista que tal vez por esos evitables errores, el planteamiento sobre el tiempo utilizado en el acto de votación no pasó desapercibido. Y eso nos permite ahora esperar una mayor y más fundamentada polémica.

Por esto, le pedimos a este interesante auditorio, que también leerá este escrito, que no pierda de vista el fondo del planteamiento que alude directamente al fraude-trampa-smarmatic que está montado a nivel del CNE y que tiene entre sus  componentes fundamentales el tiempo de votación.

La trampa se inserta en un sistema que comienza en la inversión para la captación, control y conformación de la legión de los llamados votos duros o incondicionales. Pero por encima de esta ventaja, el régimen está apertrechado, a nivel del CNE, quien por la vía de la totalización, tiene previamente establecido el triunfo de la “revolución” por encima de cualquier contingencia. De allí la enorme importancia de controlar la relación voto-tiempo.

A este respecto es necesario recordar lo que para muchos es un lugar común: lo histórico lo define la conjunción hombre-espacio-tiempo y condiciones específicas. De modo que al planificar una acción no se puede dejar fuera el cuándo y el cómo ocurrirá.

Y este tema del tiempo ha sido objeto de muchas consideraciones y ajustes por parte del CNE. En este sentido, la propia vicepresidenta del organismo declara que uno de los objetivos del simulacro del 02-09, es evaluar  el tiempo de duración del ejercicio del voto que en la actualidad se ubica en los 65 segundos. Sin embargo, para la presidenta Tibisay Lucena (UN, 03-09-12,p.16) la duración oscila entre 65 y 90 seg.

Llama la atención que a estas alturas el CNE esté midiendo el tiempo de duración del voto. Pero no es menos significativo   que una autoridad hable de una cifra y otra materialmente la corrija al señalar que hay dos puntos límites que deben tenerse en cuenta.

Esto indica que la cuestión es crucial y que así debe entenderse: ¿Y en qué punto radica la importancia de  que sean 65 o que se llegue a los 90 segundos?

Hagamos las cuentas, calculadora en mano, para no cometer ahora ningún error de cálculo y a partir de los datos de la página web del CNE. Para el 7-0 el Registro Electoral alcanza a 18.802.648. El número de mesas es de 39.322 en 13.809 centros de votación. El promedio de votos/mesas es de 481.

Si estimamos una votación de 16 millones en 39.322 mesas/máquinas da un promedio de 406.8 votantes. Si c/u demora 65 seg, se requiere 7.3 horas/mesas. Pero si el tiempo invertido fuese de 90 seg. se necesitaría 10 hs, con la condición de que haya un flujo constante de personas en cola para votar.

Pero se sabe que esto no ocurre. Por lo general las colas se presentan en las mañanas y en la tarde bajan considerablemente y sólo se presentan si hay un llamado o acuerdo de alguna parcialidad que le interese que se produzca un determinado efecto con una votación a una específica hora.

Esto quiere decir que en el tiempo de vida de las mesas, estimado en 08 horas, se podrían producir muchos menos votos que los totalizados. Y es de esta manera como se procesaría el más elevado REP que se conoce en nuestra historia electoral.

Y ante el argumento acta-testigo de mesa mata fraude, respondemos desde ahora con una interrogante: ¿y es que acaso no se hizo esto en los pasados procesos electorales?

En esta dirección, cobra importancia el control del factor tiempo por parte del organismo electoral. Y por ello tanta insistencia en arreglar los mecanismos para poner de manifiesto que el tiempo del voto/persona es cada vez menor.

A esto han contribuido incluso muchos opositores. Altos dirigentes han declarado que votar apenas les llevó unos 15 segundos y  que por ser una cosa tan rápida y dinámica, todos los inscritos deben votar.

Para ellos, como para muchos de nuestros críticos, el tiempo CNE, como el de Dios, es perfecto. Los tricolores al parecer no creen en fraude y sí en que ya ganaron. ¿Significa esto que dejará de prevalecer la consigna Uh Ah Chávez no se va! afianzada en el tiempo fraude?

Como puede verse la cuestión contable del tiempo es un  factor fundamental para quien monta el fraude-trampa: está obligado a meter el mayor número de votos en el menor tiempo posible porque esta es la manera de justificar una alta, manejable o alterable votación. Si nada de esto se cumple a nivel de verdad, no tiene asidero ni existencia nada que tenga que ver con fraude-trampa a nivel de CNE.

Y a estas alturas ratificamos en todas sus partes nuestro planteamiento, excluido el lamentable error en la multiplicación y división, relativo a la despreocupación de las oposiciones por el tema que más cuida el CNE: el tiempo/voto por ser la propia imagen externa de la fabricación fraudulenta de votos. Ojalá y esté cercano el día en que todos podamos detener este tiempo/voto de ignominia, engaño y perversión. ¡Que historia amigos! T:@ablancomunoz / abm333@gmail.com

El Universal, 14 de septiebre del 2012.


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