¡ESTA INDEPENDENCIA SIGUE DANDO RISAS!
Agustín
Blanco Muñoz
Un crítico
del artículo anterior, cuyo contenido no captó, nos señalaba que en este
momento no puede tener espacio la cobardía para llamar a la gente a que se vaya
del país, a cuenta de que lo consideremos un expaís que hoy sólo tiene independencia
para la pata del régimen.
Y concluyó: lo
que hay que hacer hoy es sumarse a la oposición que llama a luchar por la
independencia en todo y contra este bolivarianismo que esconde el comunismo al
que nos quieren condenar. Y en esta tarea es esencial pelear contra el
presidente ilegítimo Nicolas Maduro.
Indispensable,
antes que todo, clarificar que en la anterior publicación señalamos que aquí no
se trata de agarrar los macundales e irse, sino de formar parte de las luchas
que está obligada a emprender la fuerza social, en forma consciente y
organizada, para enfrentar sin violencia el orden de destrucción vigente.
Y si este es
el objetivo central, se impone dejar de lado consideraciones secundarias, tocar
lo relativo a la independencia, la oposición, sus acciones y el camino de lucha
que consideramos adecuado para el momento actual.
A 202 años
de su declaración la independencia no ha traspasado el nivel de mera denominación.
La forma de nombrar un tiempo y una lucha fratricida. Nos guiaron a sentirnos
independientes a fuerza de declaraciones sobre nuestro máximo valor: la patria-país-nación.
Y todo arropado por la autonomía, soberanía, fraternidad y libertad.
Las
declaraciones y juramentos de independencia continúan. Es nuestra mayor épica. El
discurso de orden para el orden establecido no cesa. Crece ahora más que antes
porque es superior el nivel de la mentira.
Pasamos del
estadio supuestamente democrático de la independencia al socialista que es transición
hacia el comunismo. Algo que aquí no tiene fundamento alguno y que hasta hoy ha
fracasado donde se ha intentado.
¿Pero de
dónde proviene esta independencia? Venimos de la guerra de los independientes
que luchan por mejoras para su condición de blancos criollos con privilegios e
ilustración. La misma que en 1830 mantuvo vigente la esclavitud y que en 1859
se abre a otro momento de la guerra entre los grandes poseedores y sus
defensores, contra aquellos que levantan la bandera de pan, tierra y libertad.
La misma que
se vuelve Pacto de Coche. Dictadura guzmancista, castrista, gomecista.
Transición. Revolución para volver a la dictadura que dará paso a la democracia
y ésta a otra supuesta revolución. Un camino de independencia de los dueños del
mando-poder.
Pero los
bolivarianos-socialistas-comunistas de hoy dicen que su independencia en nada
se parece a la creada por los blancos criollos. Ahora hay independencia y
patria para todos. Hasta para los hambrientos y moribundos. Y aumentan el
cretinismo patriotero, para más burla y engaño. En el fondo se ríen de quienes
creen en la independencia que nada tiene que ver con ellos.
Y ante el
hundimiento en que nos ha colocado la independencia de la llamada revolución,
no se trata de ir a formar filas con una dirigencia opositora expresamente
interesada en lograr su específica y particular independencia.
Esto
significa que estamos ante una fuerza que en lo político, ideológico y
programático no se diferencia de la que dice querer sustituir, que esconde su
militancia neoliberal, detrás de la mascarada del socialismo.
Esta es la
misma oposición que convalida la maquinaria del fraude-trampa-CNE ,
que tiene como única política la acción electoral, sin descartar que puede
tener fracciones que piensen y actúen bajo una orientación golpista. Una
oposición cuyos enfrentamientos internos ya están a nivel de la “guerra de los
audios” y que, definitivamente, no se diferencia radicalmente de la política
que tuvo vigencia en los llamados 40 años de democracia ni en lo actuado en
estos tres lustros del llamado socialismo.
¿Quién puede
pensar que la actual situación económica y los
problemas de la estabilidad-gobernabilidad sería superada por un
gobierno de esta oposición de la misma “nueva independencia”?
Y si la salida
a este terrible cuadro no está en los actores y acciones de la actual
confrontación que impulsan y mantienen las cúpulas politiqueras ¿hacia dónde
tendrán que dirigir los esfuerzos las mayorías que no suscriben un bando u
otro?
La
disidencia, protesta, inconformidad, indignación o como quiera llamarse, se
inclina cada vez más hacia la realización de acciones no programadas por
cúpulas partidistas.
La actual
situación mundial obliga a la
implantación de luchas renovadas. Las viejas formas tienden a quedar en el
desuso-agotamiento. Las élites independientes de todos los países siguen
disfrutando. Se ríen de las mayorías que siguen a la espera de la
independencia-libertad-patria. Los pobres del mundo o Venezuela no tienen
independencia.
Porque hasta
hoy la independencia es declaración para la libertad y disfrute de los
privilegiados de todos los países. ¿Qué hacer entonces hoy aquí?
Lo hemos
manifestado y reiteramos. Ha llegado el momento de emprender tareas que toquen
la raíz de nuestra realidad. O se hace esto o permanecemos en la convalidación
de lo actuado por las cúpulas-minorías de cualquier signo.
Asumimos la
posición de quienes impulsan una constituyente que sea expresión de la fuerza
organizada y consciente del colectivo. Que no se parezca en su contenido y
proyección a las que se limitaron a cambiar constituciones para dejar intacta
la realidad social, económica e institucional.
Pensamos en
una constituyente originaria. En la verdadera reconstrucción de lo que hoy
tiene la condición-realidad de expaís en el cual la élite independiente
constituye hoy la instancia de los dueños y señores que asumen el derrotado
disfraz del socialismo-comunismo.
Y conste:
estamos ante una actuación pacífica y apartada de toda práctica violenta y CNE ,
pero armada de la fuerza del colectivo dispuesto a hacer de su insatisfacción
histórica una profunda, contundente y tenaz arma de lucha.
Entonces la
independencia no seguirá dando risas. ¡Qué historia amigos! Twit:
@ablancomunoz abm333@gmail.com
El Universal,
05 de julio del 2013.
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