¿DICTADURA CON ESTADO DE DERECHO?
Agustín Blanco Muñoz
El debate sobre el carácter o condición del Estado venezolano es hoy una
materia de obligada e inaplazable precisión para enfrentar la confusión que se expresa diariamente en el
discurso político supuestamente opositor.
Muchas veces, a nivel de la acción política, se hace referencia a la
dictadura y al dictador Nicolás Maduro. Pero no es extraño ver a las mismas
voces pedir su renuncia porque “viola permanentemente la constitución
y leyes de la
República Bolivariana de Venezuela”.
¿Y sobre qué base y fundamento se hace esta solicitud a la institución
presidencial o a alguna otra? ¿Se ignora
acaso que la propia admisión del espacio para esa solicitud niega la existencia
de una dictadura?
¿Cuántos y cuáles dictadores han renunciado a su dominio para apegarse a
la Constitución
y leyes de una República? ¿Dictador se devuelve por su cuenta y riesgo hacia la
democracia y la libertad?
UNA DICTADURA CON BARNIZ DE DEMOCRACIA
Sólo en una democracia de estricto apego a la constitución y las leyes
procede una solicitud de renuncia presidencial. Hacerlo en una dictadura
militar-policial-civil, barnizada de democracia, es darle pleno reconocimiento
a sus pretensiones de aparecer como lo que no es.
Y en esta misma dirección, cuesta entender el razonamiento de unas oposiciones que esperaban una renovación genuina, democrática
y constitucional de los poderes públicos, tal y como corresponde a un Estado de
Derecho. Y llegan incluso a participar
en el proceso de selección de los candidatos, legitiman y al final se retiran.
DONDE NO HAY ESTADO DE DERECHO IMPERA
LA ARBITRARIEDAD
Todo este juego, que incluye la negociación cómplice de miembros de la MUD, contribuye a tapar la acción dictatorial imperante. Decir, por
ejemplo, que la decisión del TSJ de nombrar a los integrantes del CNE y demás
poderes públicos porque no hubo mayoría calificada en la AN, es inconstitucional,
significa creer que aquí ha habido constitucionalidad y que es ahora cuando el ‘Supremo
Tribunal’ actúa en forma inconstitucional.
¿Cómo y por qué perder de vista que donde no existe Estado de Derecho
hay todo el espacio para la arbitrariedad?
El problema para las oposiciones radica
en que necesitan admitir la existencia
del tal Estado de Derecho, para mantener viva su participación en el sistema electoral, que es la única política
que conocen, aprueban y practican, en la
lucha por conquistar el mando-poder.
LAS OPOSICIONES APARENTAN DESCONOCER QUE EL RÉGIMEN
VIGENTE CONTROLA EL APARATO ELECTORAL
Y en medio de esta contradicción aparentan desconocer que el régimen
vigente tiene tomado el aparato electoral y
asegurados sus triunfos. Según
ellos están “blindados” para defender sus votos. Y para esto convocan a una votación masivo-gigantesca para
supuestamente impedir todo ventajismo en las próximas elecciones
parlamentarias.
Por razones de subsistencia, dado que sólo dependen de la cuota de poder
parlamentario o regional, aceptan la ‘normalidad’ de una maquinaria electoral
regida por el fraude-trampa continuado.
ANTE EL DESABASTECIMIENTO Y LA DESESPERACIÓN LAS
OPOSICIONES NO SE DAN POR ALUDIDAS
Y hoy, cuando nos conseguimos con un colectivo-pueblo viviendo la peor situación
de desabastecimiento de lo que se conoce como Historia de Venezuela y crece
una desesperación propia de los estados de guerra, la dirigencia
política opositora oficial ni siquiera se da por aludida. Para ellos esta es una materia en la que no pueden intervenir, por carecer de una política llamada a
enfrentar problemas tan sensibles en el orden social.
Y sabe tanto la MUD, como demás componentes de las oposiciones oficiales,
que la única arma de que disponen es decirle a la gente: vamos todos a ganar
las parlamentarias, construyamos una mayoría y después mejoramos la situación.
Entretanto, parecen decir entre líneas, dispónganse a calarse esta inmundicia.
Y en medio de este cuadro no falta quien, en plan de defensa o ataque, nos
pregunte: y ustedes qué proponen. ¿Se quedan sólo en la crítica?
NUESTRA PROPUESTA DEL MOVIMIENTO
DE MOVIMIENTOS (MdeM)
En diferentes oportunidades hemos propuesto el Movimiento de Movimientos
(MdM) como política para enfrentar esta
dictadura militar-policial-civil. Es la convocatoria al descontento de la
mayoría que se aparta cada vez más de las minorías polarizadas del gobierno y
sus fuerzas unidas y cómplices de la
MUD.
El objetivo es poner en acción la fuerza social, el colectivo organizado
y consciente para impulsar una política distinta a las conocidas y
prevalecientes hasta el presente.
Pero se trata de una política que debe nacer de ese colectivo y no de
ninguna jefatura o “vanguardia” que se abrogue la condición de “caudillo
necesario”.
Tampoco creemos en soluciones que partan de la trajinada convocatoria al
golpismo, concebido a partir de exámenes directamente influidos por el logro de
objetivos inmediatos. Estos son pasos que atienden más a lo emocional y la desesperación que al examen que
permita avizorar las reales
posibilidades de enfrentar una dictadura de las características de la que rige
hoy esta ex república.
UN MdeM HERMANADO CON UNA
CONSTITUYENTE DE CALLE SIN CNE
Desde la calle se impulsaría colectivamente el cambio político y con él
muchos otros. Pero esto sólo es posible si no se juega a la confusión, la
negociación y la complicidad. Todo lo
demás tiene que ver con la exacerbación
de la violencia.
AVANZAR PARA DEJAR ATRÁS ESTE EXPAÍS
Y lo decimos en forma muy clara: aspiramos dejar atrás este expaís y juntar fuerzas
sociales verdaderamente democráticas para la construcción de la Venezuela, donde las
colas de la miseria y la humillación no tengan espacio y la vida empiece a lograr auténticas y reales
posibilidades. ¡Qué historia amigos!
Historia Hoy, 10 de enero del 2015.