viernes, mayo 27, 2016

¡OLIVER NO LO PODÍA CREER!



¡OLIVER NO LO PODÍA CREER!
Agustín Blanco Muñoz

Teníamos planeado hablar sobre la presentación de nuestro más reciente libro: No vale, yo no creo, habla Orlando Urdaneta, el lunes 30/05 a las 4pm en la Sala E / UCV,  que a su vez es un acto dedicado a la memoria siempre viva de Pedro León Zapata. Allí estarán Mara Comerlati, Miguel Delgado Estévez, Manlio Sardi y la voz del propio  entrevistado.

Pero  del tema nos apartó la tragedia del niño que en febrero pidió ayuda por las redes para   la quimioterapia que le había impuesto un linfoma y que ya nunca más estará cerca de un caramelo. Este 25 de mayo,  el dulzor de su vida se alejó al no conseguir el medicamento necesario.

Hace apenas semanas, el niño de 7 años pedía  por su salud y la paz de todos. Pero  como tantos otros, no fue atendido, porque aquí sigue vigente la ley del asesinato silencioso y el olvido inmediato.

Hace exactamente un año, César, otro niño de 7 años se suelta de la mano de su madre en una calle de Coro y cae en una alcantarilla. Dora trató de auxiliarlo y ambos mueren. En medio de la conmoción y escándalo, el oficialismo habló de establecer responsabilidad. No se volvió a referir el asunto.

El 24/02/15, en San Cristóbal,  apenas publicado el Decreto 8610 del Min. Defensa que autoriza el uso de armas de fuego en manifestaciones, un policía dispara y asesina  al niño Kluibert Roa de 13 años. De esto si acaso habrá recuerdos.

Lo mismo se puede decir de casos como el de Franklin Brito, el agricultor que reclama sus derechos con una huelga de hambre y que la revolución  secuestró hasta que estableció su asesinato el 30/08/10.

Si este registro de muertes se expone en algún escenario de los que se consideran como democráticos, seguramente se dirá: No, no lo podemos creer. Tampoco Oliver Sánchez  llegó a creer que lo dejarían morir. Esto ocurre cuando una dictadura de esta postmodernidad es capaz de refugiarse, utilizar y manipular los llamados símbolos y coberturas que permiten las falsas y groseras democracias.

El debate que hacemos con Urdaneta toca precisamente los tiempos de podredumbre de la cuarta república y  de su heredera. Cuesta creer los destrozos presentes y los que se anuncian. De esta situación todos somos culpables. Unos por acción y otros por omisión, complicidad o cobardía!

Sancho, aquí, por desgracia,   creemos y soportamos hoy todas las maldades y maldiciones que nos imponen! @ablancomunoz

Últimas Noticias, 28 de mayo 2016.





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