La situación es cada vez más difícil. La violencia cobra
mayor fuerza debido a una polarización impuesta que, a pesar de ser mayoritariamente
rechazada, siembra un terror que sirve al mantenimiento del actual proceso y
genera frustración y falta de perspectiva.
No se trata, sin embargo, de una violencia inédita.
Su presencia ha sido permanente en nuestra historia republicana y está en la
base y origen de este ‘proceso’. Hoy se redimensiona para poder profundizar una
tal revolución que ha llevado a este expaís a convertirse en Venecuba y a
identificarse con la violenta revolución cubana.
Por todo esto no son extrañas las palabras de José
Vicente Rangel: “No sé si estamos consciente de lo que se le viene encima al
país. Que la amenaza en ciernes es real. Mucho más de lo que fue antes. Que los
factores que se oponen al actual proceso político, económico, social e
institucional que conduce Hugo Chávez están dispuestos a todo. Incluyendo
derramar sangre. Porque nunca antes estuvo tan claro para ellos lo que se
juegan”.
Según JVR, la oposición va a unas elecciones en un
clima que se ha encargado de enrarecer y en el cual se enmascara una guerra no
declarada, que resume las “características de conflictos donde las
partes se juegan el todo por el todo”.
Y finalmente señala: que la oposición al no reconocer
el proyecto revolucionario que se adelanta y alejarse de una posición
democrática se siente obligada a incursionar por los caminos de la violencia
“contando para ello el peso que ejercen sobre ella poderes fácticos desplazados
y el apoyo del exterior”. Por este camino esa oposición y en particular
sectores muy específicos “quieren que los venezolanos nos matemos”. (JVR, UN,
14/05/12, p.22)
Este discurso parece responder al que horas antes
realizó Henry Ramos Allup: “Yo hablé en Miami de hechos de violencia que se van
a desatar y quiero ser más preciso: a partir de junio próximo el plan es crear
disturbios de calles y saqueos con colectivos que han ido constituyendo, todos
dependientes del PSUV, para contribuir con esta estrategia de alteración del
orden público que eventualmente justifique una intervención militar o un estado
de excepción”.
Y agrega: “Ellos (PSUV) están previendo en primer
lugar, que su mejor candidato que es Chávez no llegue a las elecciones. Si
ellos estuvieran seguros no andarían descomponiendo un clima en el cual los
principales perjudicados van a ser ellos. Me temo, por la guerra de sucesión
que hay dentro del chavismo, que ellos piensan que si pierden las elecciones
generan un caos para negociar desde una posición de fuerzas, porque ellos saben
que ningún gobierno surgido de una posición de fuerza puede sobrevivir en esta
época”.
Esto quiere decir que el escenario de elecciones sin
Chávez está unido al Golpe de Estado y a conmociones civiles tal y como lo
expuso Castro Soteldo en Abril. (HRA,
EU, 12/05/ p.1/2).
Los dos bandos se acusan de promover la violencia.
Según JVR la oposición lo haría para tratar de impedir la continuación del
chavismo en el mando-poder. Para HRA la violencia provendrá del PSUV por temor
a que su candidato no llegue a las elecciones y así promover un estado de
conmoción que les garantice el dominio de la situación y acomodar el cuadro
electoral a su conveniencia.
Todo parte de que el cáncer le impida al GP
participar en las elecciones. Sin embargo, a la fecha ninguno de los presagios se
ha cumplido, y el PSUV sigue manteniendo que será su candidato y que no sólo
puntea en la casi totalidad de las encuestas sino que hay factores
internacionales que apuntan en la misma
dirección.
Recientemente los
precios de los bonos venezolanos bajaron debido al informe del Bank of
America de Merrill Lynch, en el que se señala que el alto nivel de apoyo
electoral de Chávez ‘restringe las posibilidades de un cambio hacia políticas
de mercado más amigables en el futuro cercano’ (EN, 12/05, p.05).
Si nos apartamos del escenario del ‘desenlace fatal’,
nadie pone en duda el triunfo del GP a través del voto-tarifa, y el aparato
fraude-trampa. Por grande que sean los baches de este régimen, incluyendo las
acusaciones de narcoestado, no tambalea porque no existe una fuerza política
capaz de administrar sus debilidades.
Las oposiciones están a esta hora enfrentadas por la
llamada tarjeta única que el candidato unitario desechó definitivamente. Unidad
electoral pero con ambiciones separadas.
¿Qué va a pasar entonces en términos del corto plazo
que concluye el 7-0? La prédicas de paz, concordia y amor del aspirante
concuerdan con la Venezuela bonita en la que ‘amor con
amor se paga’. Pero este último amenaza constantemente con aplicar su poder de
fuego si hace falta porque ya no es ‘el mismo pendejo del 11A -02’ .
El GP se inscribirá como candidato en junio, entrará
en campaña en julio y una vez obtenido el triunfo se procederá a asegurar la
ampliación del espectro venecubano. Estamos ante un proceso dirigido por la
alta jerarquía cubana que, entre otras cosas, ha manejado integralmente el capítulo de la enfermedad
del GP.
Las oposiciones, “unitariamente fraccionadas”, no
podrán ir muy lejos. El gran enemigo de estas dos empresas es el descontento
creciente del colectivo, no controlado
ni por la tarifa oficialista ni por los ofrecimientos opositores, y que puede desesperarse
y encontrar apoyo en el orden civil y militar organizados, y producir un
escenario de luchas cada vez más violentas, imposible de saber hasta donde nos
puede llevar.
¿Y cómo evitar este terrible escenario? Sólo con la
activación de una fuerza organizada y consciente, en términos de Movimiento de
Movimiento (MdM), con su organización horizontal de mira al porvenir y hacia la
nueva historia, podrá impedir la catástrofe de una violencia que viene con todo
y que cada día se insinúa más como verdad permanente que no impedirá sino que
consolidará el triunfo oficialista del 7-0. ¡Qué historia amigos! Twitter:
@ablancomunoz
Agustín Blanco Muñoz
El Universal, 18 de mayo del 2012.
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