Estamos a medio siglo de los levantamientos cívico-militares
conocidos como Carupanazo y Porteñazo. Momentos claves en la conspiración
contra el régimen de Rómulo Betancourt, denunciado como autócrata por los defensores de la legalidad constitucional.
El gobierno califico a la vez a los alzados de traidores a la patria y de castro-comunistas.
Pero este tipo de argumento no se usa el 18Oc-45 o el
04F-92. En el primero se juntan la Nueva Escuela Militar y la
Civil , para acabar con el gobierno de Medina e impulsar la democratización del voto.
El 24Nov-48 la militarada encabezada por Pérez
Jiménez asume el mando-poder y el 23E-58,
un golpe de las dos Escuelas, con
el agregado del PCV y el voto positivo USA, acaba con la dictadura e impone la
llamada democracia representativa, en cuyas bases está la confrontación con el
recién nacido modelo cubano.
Para RB era fundamental detener toda amenaza contra
la democracia mientras que las excluidas fuerzas de izquierda solicitaban un
cambio de régimen.
En ese contexto se producen las derrotas de las
fuerzas insurgentes en 1962. A Betancourt no le tembló el
pulso para mandar a matar.
El cap. J. T. Molina Villegas llamó a la rendición
para salvar vidas. En Puerto Cabello los capitanes Manuel Ponte Rodríguez y
Pedro Medina Silva, no pudieron impedir la masacre.
El 04F o el 27N-92 el gobierno no
aplicó el exterminio. En ambos casos se produjo la rendición de los alzados y
se les trató en forma comedida.
Pero a la larga ese golpismo encuentra asidero en el quiebre
económico y social. Y apoyado en el descontento expresado por el colectivo el
27F-89, avanza a pasos de vengadores contra la democracia representativa para
convertirse en entidad revolucionaria. El golpismo obtiene ahora el rango de gesta heroica.
Se le coloca al lado del golpe contra el poder
español 1810-11, para darle continuación
a la Independencia. Nace así el golpismo
revolucionario y socialista que deja atrás el castro-comunista y
socialdemócrata de los 60’.
De esto hablamos en el último encuentro que tuvimos
con Medina Silva. Para él era un
compromiso golpear todo autoritarismo y negación de la democracia. Por ello, dijo:
no acompaño la llamada revolución bolivariana, cada vez más apegada al destrozo
y humillación de esta querida Venezuela. Sancho, terrible el tiempo de los
celebrantes de la destrucción!. T:@ablancomunoz
Agustín Blanco Muñoz
Últimas Noticias, 05 de mayo del 2012
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