ANTE AL ATROPELLO CONTRA LA CÁTEDRA PÍO TAMAYO
SERGIO SÁEZ
Fue para mi
motivo de orgullo y gran regocijo regresar a mi querida Universidad Central de
Venezuela, después de largos años de ausencia, para incorporarme a la Cátedra
del pensamiento libre Pío Tamayo, regentada por más de treinta años, por el
Profesor Agustín Blanco Muñoz, Profesora Mery Sananes y Profesora Danielita
Barrolleta, y participar en las discusiones que generan sus diversos temas del
acontecer de nuestro país.
Escuchar
expresar las ideas sobre los acontecimientos de propia voz de sus protagonistas.
Participar en los más descarnados y agudos análisis de los diversos problemas
que aquejan al país y los planteamientos de las posibles salidas a los mismos.
Todo ello dentro de un clima de respeto, pluralidad y libertad de expresión,
que ha caracterizado a la Universidad Central de Venezuela.
Lamentablemente,
las circunstancias “polarizantes” del país, pareciera obligar a las autoridades
de esa casa de estudios, a tomar partido entre “contendores”, y ello ha
conducido, a quitarle el espacio físico donde se había venido desarrollando las
actividades públicas de la Cátedra, la Sala “E” de la Biblioteca de la UCV.
Lugar tradicional e histórico para las diversas actividades extracurriculares
de la UCV, desde su fundación.
No se ha dado
difusión a las razones que motivaron tal desacertada decisión, aparentemente
surgida de las máximas autoridades de esa, nuestra casa de estudios. Hoy en
manos de la primera generación de excelsos profesores de la misma, defensores a
ultranza de la autonomía universitaria, por lo que el hecho debe y tiene que
ser considerado como lamentable, especialmente en “la casa que vence las
sombras”.
Tal medida
atropellante, no acaba con la Cátedra, que ostenta con orgullo resultados
palpables de más de treinta años de actividad, que no pueden ser desconocidas
con una simple orden solapada, sin huella escrita.
Queda por
tanto, como integrante de esa excelsa cátedra, solicitar de las autoridades de
la UCV, subsanen el atropello y restituyan el lugar y hora de celebración de la
Cátedra. Y recordarles que la historia honra a sus protagonistas, pero también
los condena al juicio eterno de la humanidad, y sus muy honorables padres
merecen se les honre y respete su memoria.
Vaya a
Agustín, Mery y Danielita, mi reconocimiento por la labor rendida y mis deseos
que se corrija la lamentable situación, que espero sea pasajera.
SS
Auditor Social
Caracas; 20 de julio de 2014
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