viernes, febrero 17, 2006

!EL LIDER-BUCHE SOY YO!


EL GP VIAJÓ al Zulia a entregar créditos. Un incidente lo saca fuera de sí. Da muestras de agotamiento y de ser portador de un gran estado de descomposición. Una especie de figura del siglo XIX y comienzos del XX que intenta convencer sobre la naturaleza y propiedad de su reino.

En esta ocasión, miembros del soberano querían ser escuchados por la única instancia gubernamental a la que aún le queda alguna credibilidad. Pero el ‘cerco de seguridad’ no les permitió hacer sus peticiones. Entonces procedieron a gritar: “Chávez, amigo, queremos hablar contigo”.

El estallido del jefe fue inmediato: ¡a mi no me van a chantajear. Si siguen gritando, me paro y me voy! El GP percibe en ese momento la quiebra de su liderazgo y a un colectivo que ya no ve en él una figura con ascendencia-autoridad, sino a quien la condición de agente de la riqueza petrolera le permite comprar respaldo a su status. De allí su grito: ¡El líder soy yo!

¿PERO QUIÉN PUEDE CONCEBIR a un caudillo del siglo XIX explicando a la gente cómo y porque es un ‘salvador’ y reclamar a la vez respeto y consideración? A esta hora él acepta que su reino es un artículo de lujo que se basa en un precio y no en una ascendencia. De allí su expresión: Cuando yo hablo todo el mundo debe guardar silencio. Tienen que respetarme. La desesperación es evidente. La inseguridad cunde.

¿Quién puede concebir a un Carlo Magno, Nerón, Napoleón, Stalin, Hitler, Fidel Castro o en el plano nacional a un Bolívar, Guzmán Blanco, Gómez, Pérez Jiménez o Pérez con dudas sobre el líder? En este caso el efecto prepotencia se invierte y conduce al GP a admitir que el colectivo perdió la confianza en él.

Atrás quedó la apoteosis de 1998 cuando la gente delira por el ídolo-héroe. Su discurso habla por sí solo: Esa gente quiere que yo los atienda, pero no puedo partirme para ir a hablar con ellos. ¿Y la unidad caudillo-pueblo-ejército? Una parte importante del colectivo afecto al chavismo, pero descontento por sus ejecutorias, no votó el 04D-05 y en las actuales circunstancias no lo hará el 03D-06. Es gente que ya no cree en su magia y sus banderas y que sabe que aquí lo único válido es la tarifa que no llega a todas partes debido a la multiplicidad de gastos en la inversión de compra de voluntades a nivel nacional e internacional.

HOY ESTAMOS ANTE un colectivo que se desgañita y un GP afirmando una condición de líder sobre la que él mismo ya duda. Y su respuesta es un desconocimiento al derecho de esa gente a ejercer el reclamo de ser escuchado y atendido por quien creó su instancia como la única que todo lo puede y resuelve: ¡Señores! ¡Yo soy el líder! Nunca lo olviden.

¿Y es éste el líder que aspira lograr 10 millones de votos para zamparlos por los buches a todos los opositores? Su quiebra está a la vista. Y por ello ahora es más que necesario mantener la maquinaria fraude-trampa electoral para su triunfo el 03/12/06. ¿Pero habrá pensado el GP lo que se le viene encima cuando la crisis de liderazgo se junte a las luchas internas Caín/Abel, al cuadro internacional que nos ubica ahora al lado de la causa iraní, al mayor destrozo de la economía, la destrucción de una FA sustituidas por las reservas presidenciales y del orden histórico en general? ¿Consumirá buches-fraude para la subsistencia? abm333@gmail.com
Agustín Blanco Muñoz
Publicado en El Universal, 17 de febrero del 2006.

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