Queremos dar inicio a estas Jornadas por una Nueva Venezuela, convocadas por voluntad y pedido de muchas voces que sienten la necesidad de disentir de la política que hoy y aquí se adelanta, trayendo a este recinto a un compañero de andanzas, a un amigo y a un hombre que supo estar por encima de los polos que arman una unidad de y para el control del mando-poder, para actuar de acuerdo a lo que entendió como lo justo.
En esta hora en la que un grupo de habitantes de este ex país decide asumir la responsabilidad de una disidencia, de una desobediencia que, para decirlo con Henry David Thoreau, pone al hombre empeñado en hacer lo que considera correcto, por encima de un ciudadano esclavizado a una ley que crearon los grandes poderes para controlarlo; nos conseguimos en el camino de nuestra inclinación disidente, con voces, ejemplos, huellas como las que dejó ese hombre verdadero que recibió el nombre de Pedro Medina Silva.
Ese guariqueño, nacido en la Venezuela de los años 20 que hizo carrera militar, que conspiró y que llegó a cumplir en sus búsquedas con tareas políticas que consideró de avanzada, es un militante, ante todo, de la acción consciente capaz de forjar un porvenir diferente. Perucho fue, es y será un disidente. Un espíritu de la disconformidad. Un militante de la búsqueda de la otra manera de hacer las cosas. Otra forma de concebir y emprender, de vivir y hacer.
Una vez que las acciones de la década de los 60 derivaron al fracaso, comenzó la diáspora, los acomodos, negociaciones. Al momento de la derrota de la lucha armada, Perucho se fue quedando a un lado de la actividad política pero en ningún momento al margen de la disidencia, la inconformidad, la desobediencia.
Y lo traemos a esta aula de la disidencia, para que contribuya con su huella de cultivador de empeños, decisiones y cambios, al forjamiento de otra realidad, de esa nueva Venezuela que debemos construir. Por eso hoy está aquí con nosotros.
Objetivos: Estas Jornadas tienen un doble propósito: debatir temas que signifiquen aportes-ideas-proyectos para la construcción de una Nueva Venezuela, libre de ataduras y alejada de la condición de ex país, y servir de punto de encuentro a quienes están completamente desplazados y puesto en minusvalía política por la asfixiante trampa de la polarización.
COMENTARIO INICIAL
Un grupo de amigos y asiduos de esta Cátedra propusieron la realización de un debate sobre las formas de organizar el colectivo en la actual coyuntura de este ex país. Basan su solicitud en las limitaciones que existen en un medio en el cual los espacios políticos están tomados, tanto por los actuales propietarios del mando-poder, como por el complemento o aspirantes a ocupar esa instancia de decisión. Esta es la mejor expresión del más pleno ejercicio de la polarización.
Esta es la prédica-mensaje que han vendido y difundido los dueños del mando-poder. Según ellos, alcanzaron la polarización y eso significa que el mando-poder es de uno o de otro. Que se puede hacer el juego de la alternancia o la simple negociación para lograr que quien dice ser oposición actúe en concordancia con quien ejerce el mando-poder en condición de socio o de simple cómplice.
Todo esto pasa por una consideración importante: los dos posiciones que están alrededor del mando-poder saben que ellos representan la minoría de la población electoral, que en el mejor de los casos supera el 50% mientras alrededor del 45% no pertenece a las dos polaridades y se convierte en un polo-peligro que debe ser mantenido fuera del juego-alcance del poder. La masa-pueblo simplemente debe atender las directrices que le dictan sus dirigentes.
El pedido de debate sobre la actual polarización toca otro ángulo: el que tiene que ver con unos medios de comunicación que están unidos a los factores políticos que pugnan por repartirse y disfrutar el mando-poder. La polarización de las dos minorías cuenta con el apoyo irrestricto que brinda el pacto gerencial-financiero con los medios de comunicación. De modo que política y medios arman una sola y única unidad para la realización de la política espectáculo regida por la manipulación de y para la compra-venta de electores.
Y no hay que perder de vista que lo central en todo esto es el dominio sobre ‘el poder electoral’. El voto es el arma-bala-mercancía de una guerra que gana quien es portador de mayores recursos y, por tanto de posibilidades para acomodar a su antojo la respectiva maquinaria electoral. Estamos entonces y hoy más que nunca ante un gran negocio electoral que muy poco o nada tiene que ver con posiciones ideológicas sino con la propia sobrevivencia de las llamadas revolución y oposiciones democráticas.
Plantean finalmente los peticionarios que consideran indispensable trazar las grandes coordenadas para proceder a la organización del colectivo de este ex país. Una organización destinada a enfrentar al monstruo de la polarización para que la mayoría conquiste su legítima posición.
Ante este planteamiento, el CEHA y la CPT, en el marco de la amplitud de criterios y el pluralismo que le caracteriza en tanto espacio para el debate de todas las ideas, considera procedente adelantar unas jornadas sobre una temática que interesa a la comunidad en general. Un debate que no tiene aristas partidistas pero que se inscribe en la posición de la disidencia que parece completamente válida en un universo en el cual los espacios de y para la política están secuestrados por la llamada polarización. De modo que la Disidencia tiene hoy y aquí toda pertinencia.
Coordinadores
Agustín Blanco Muñoz / Mery Sananes / Danielita Barrolleta
Tlfs 6052536 / 6052563 (0416) 638-7320 (0414) 333-6515
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