viernes, enero 19, 2007

LA BURLA DE LA RUPTURA HISTÓRICA

http://www.artesur.com/toscano/ati9.htm
http://artesur.com/toscano/alicia_toscano.htm

La comunicación de Cira Carmona Pino tiene tono de regaño y reclamo: pero es que usted, profesor, no parece darse cuenta que aquí se ha producido una ruptura histórica, un ‘cambio para siempre’, y que ya Venezuela no volverá a ser lo que fue. La disposición del movimiento revolucionario es avanzar a paso de vencedores. Ya superamos la transición de 3000 días y ahora lo que viene es revolución pura.

De aquí en adelante vienen cambios profundos, verdaderas transformaciones. Por eso el presidente, que usted no se cansa en llamar GP, ‘jefe único’ o Hegemón, anunció recientemente una serie de medidas encaminadas a ponernos en posesión del socialismo del siglo XXI. Muchos no sabemos qué es eso, pero tenemos confianza en que mi Comandante en Jefe lo aclare en los próximos días.

En este sentido se decretó la formación del partido único, una ley habilitante para que el ejecutivo haga las leyes que considere convenientes para impulsar los cambios. Y vendrá una educación, una reforma territorial, una seguridad-policías, una economía, fuerza armada y un poder comunal que serán los motores de la nueva sociedad. Ahora sí es verdad que llegó la ruptura histórica.

La pregunta inevitable ante este testimonio apunta a discernir si sabemos de qué hablamos. Ahora nos enteramos que aquí acaba de concluir una era de transición y que se está decretando el inicio de una nueva que nos llevará al socialismo del siglo XXI.
En principio, la transición se refiere al tiempo de construcción de un nuevo modo de producción, una nueva realidad, un nuevo orden. En este sentido, por ejemplo, el marxismo señala al socialismo como una etapa de transición entre el capitalismo y el comunismo.

Es la eliminación progresiva del Estado explotador y la creación de las condiciones históricas para la desaparición de la sociedad regida por la lucha de clases y, en consecuencia, de la desigualdad. Es la hora de la satisfacción plena de las necesidades y con ello el advenimiento de la libertad.

Al fin el hombre libre del ‘fetichismo de la mercancía’, la alienación, el mercado, el control del Estado, la policía y, lo más importante, de la propiedad. El suelo, los frutos, la producción son de todos. Queda atrás el poder que se manifiesta a partir de la conciencia de ‘lo mío y lo tuyo’.

Y si no hay nadie a quien vencer, controlar o dominar no tiene espacio la violencia, la policía y los llamados centros de administración de justicia. Esto es lo que se conoce como la ‘utopía del comunismo’ que no se ha alcanzado en ninguna parte.

Es más, ni siquiera se ha logrado implantar el socialismo tal y como lo establece la doctrina-postulados de Marx y Engels. Hasta hoy el proletariado, la clase obrera explotada, no ha tomado el poder en ninguna parte. En la práctica esta clase ha sido sustituida por una ‘vanguardia’, supuestamente portadora de ‘claridad-conciencia’ y de condiciones para la representación.

De modo que, a través del ‘centralismo democrático’ los trabajadores designan sus representantes ante las estructuras del poder. Una ‘representación’ que, en cada oportunidad, termina por conformar una burocracia estatal revolucionaria. Una clase explotadora más que en el fondo nada tiene que ver con proletariado ni utopía pero sí con la puesta en práctica de otras formas de dominación.

Y aquí nos conseguimos con un problema ético-moral que lleva a preguntar por la naturaleza del hombre, por su condición natural. Para una corriente de interpretación el hombre nace y es malo por naturaleza y sólo Dios puede controlarlo. Para otra el hombre nace bueno pero la sociedad lo corrompe. Por ello su salvación o mejoramiento está en el cambio de la sociedad. Sobre estas dos posiciones descansa buena parte de la teoría social.

Y hasta el presente no se ha podido demostrar la viabilidad del comunismo. Y las religiones y los regímenes de fuerza, siempre recubiertos de ‘legalidad, libertad y democracia’, siguen a la cabeza del control de la sociedad.

El concepto de ruptura histórica está unido al de ‘salto histórico’ y al de ‘revolución’. En los tres casos se alude a transformación radical, cambio total de las estructuras de una sociedad y aparición de un hombre y una moral nuevos.

Para que haya una verdadera ruptura se requiere en principio un cambio del modo de producción que implica a la vez un cambio en la forma-orden de vida de una sociedad. Y tal como lo hemos planteado desde 1978 (Clases sociales y violencia en Venezuela) en el mundo prevalece el modo de producción explotador, en el cual el llamado socialismo sólo ha constituido una modalidad productiva, que no ha sido capaz de romper la esencia explotadora que define el modo de producción vigente.

Por esto procede la interrogante en relación con la ruptura-revolución-salto de que se habla aquí: ¿una quiebra que no irá más allá de los cambios de forma y niveles de explotación? ¿Dónde, cómo, cuándo las llamadas ‘revoluciones sociales’ produjeron la utopía del hombre libre de todo tipo de explotación-alienación-destrucción?

¿Qué significa, en consecuencia, decir que este régimen va ahora, firme y retadoramente, hacia la ‘ruptura histórica-salto-revolución’? ¿Hay motivo para convocar a una celebración cuando ni siquiera se tiene conciencia de hacia dónde vamos?

¿Habrá que festejar la trampa-irresponsabilidad de anunciar un socialismo adjetivado con un siglo XXI para hacer saber que se habla, a lo interno de la lucha contra la implosión, y a lo externo de una disputa por la hegemonía entre poderes imperiales con igual capacidad para la muerte-destrucción y el total desprecio-utilización del colectivo?

¿Cómo negar que una vez más se utiliza el socialismo para esconder el peor y más atrasado autoritarismo-caudillismo-militarismo? ¿Socialismo o hegemonía del siglo XXI? ¿Llegó la hora de cuál ruptura histórica? ¿Hasta cuándo el engaño-burla-perversión en nombre de una tal revolución que nadie logra definir, determinar ni justificar en el plano de lo histórico-concreto? abm333@gmail.com


1 comentario:

Anónimo dijo...

Caro senhor Agustin Blanco Muñoz,

Parabéns não só pela lúcida percepção da realidade sociopolitica expressa no artigo, mas também pela coragem de publicá-lo.

ESSE NOS PARECE, é o Modus operandi do comunismo-socialismo reconfigurado em castrismo-chavismo (ideologia-petro-narcodólares) que agora sob a 'nova direção' do Foro São Paulo volta ameaçar – acometido por novo surto da síndrome da psicopatologia esquizofrênica e criminosa que autojustifica a extrema violência e o terror revolucionário – 'histórica e filosoficamente' - pela convicção messiânica dos ditadores e seus fervorosos adeptos que acreditam terem compreendido o sentido do 'dogma do processo histórico mundial', que lhes conferiria uma 'consciência tranqüila e o sono dos justos', mesmo após as maiores barbáries, pelo simples na absolvição pela dogmática da história de todas as ponderações de ordem moral.

Como 'missão' - assaltam, roubam, matam, mentem descaradamente, apóiam os ditadores sanguinários esquerdistas, sob a alegação de que realizam sua 'missão histórica' e, quando pegos em flagrante, dissimulam cinicamente, inventam 'conspirações' contra a democracia, seja para fingir que a defendem seja para demonstrar ao mundo os perigos que ela correria sem a 'proteção' deles, muito embora sejam os verdadeiros inimigos da democracia ao promoverem o caos e a anarquia.

O TOTALITARISMO - que muitos confundem com regimes tirânico, autoritário ou ditatorial, somente se esclarece à luz do seu avanço na sociedade e na inversão que ele inflige no imaginário da democracia, através de técnicas gramscistas de domínio das mentes (Antonio Gramsci). No Brasil, inclusive, assim como nos demais países latinos americanos - paradoxalmente vem-se instituindo, insidiosamente, seja pelas sucessivas tentativas de abolição da pluralidade, pela divisão/conflito de classes (ricosxpobresxelites 'brancas'), quer pela promessa/esperança de um mundo social igualitário ('outro mundo possível').

O objetivo é reconfigurar o Estado-partido que quando no poder tenta prescrever o que deve ser a sociedade, ocupa o lugar da sociedade civil (sempre em nome do povo), 'enquadrar' a imprensa que não comunga com seus 'ideais', substitui as instituições, destrói as classes, formando os 'devotos' uma nova classe - a 'nomenklatura'.

A LIBERDADE DE IMPRENSA, na estratégia totalitária necessariamente deve ser abolida, se já não está anulada pelo desrespeito as demais liberdades ou quando há subserviência ao poder, ao dinheiro, e às pressões de setores públicos e privados. As rádios e TVs somente podem funcionar mediante concessão do Estado e essa licença pode ser revogada. Da mesma forma, não há liberdade de imprensa quando o governo compra o 'silêncio' dos meios de comunicação com a propaganda oficial ou quando a Justiça dá guarida às demandas contra jornalistas que denunciam malversações de dinheiro público e a corrupção.

Nesse desiderato cujos 'fins justificam os meios' - degrada e procura confundir de uma vez só as instâncias executiva, legislativa, judiciária, policial e administrativa e aí forjar em um mesmo ator onisciente e onipotente - O Estado total, reunindo no seu interior e exterior o domínio do poder, do saber e da lei. Assim, em uma cadeia única de identificações - o Povo será o Partido, o Partido o Estado, o Estado o 'Egocrata' – guia supremo, representado, no caso, pelo 'jefe único', o 'comandante supremo' que encarna a totalidade do poder e da sociedade, sem precedentes na história das tiranias e dos déspotas da Antiguidade, avançando para além da relação de representação e da crítica da opinião, cuja palavra infalível e imagem 'gloriosa' imagina ser o infinito, ocupando o espaço coletivo para veneração paranóica dos estatistas.

O MARXISMO-LENINISMO - absolutamente aético – renuncia à fundamentação moral do socialismo pela sua negação ética, em função da luta de (sem) classes e do terror revolucionário.

Wladmir Ilich Lênin – é claro como a luz meridiana: "Subordinamos nossa ética à tarefa da luta de classes". Desta forma só pode ser reconhecido como moral o que servir aos interesses do proletariado. Somente com o auxílio da luta de classes, levada com energia, poderia ser acelerada a evolução historicamente necessária. O profeta maior do socialismo - Karl Marx falou em abreviar as inevitáveis "dores do parto", considerando "a violência como parteira da história." Lênin, diz mais: "A ditadura do proletariado, porém, isto é, a organização da vanguarda dos oprimidos, para guindá-la à classe dominante, com o objetivo de sujeitar os oprimidos, não pode simplesmente produzir uma ampliação da democracia.

Juntamente com a poderosa expansão do democratismo ..., a ditadura do proletariado traz uma série de limitações da liberdade para os opressores, os exploradores, os capitalistas ..., sua resistência precisa ser rompida à força. É claro que, onde existe opressão, onde existe violência, não há liberdade, nem democracia." (Lênin, Staat und Revolution , zit. n. Ausgewälte Werke, Bd, II, Moskau , 1947, 225).

O 'profeta delles' – complementa: "É moral tudo o que serve para destruir a velha sociedade exploradora para unir todos os trabalhadores em torno ao proletariado que está criando uma nova sociedade comunista." Wladmir Ilich Lênin, Colected Works (1923), XVI, p. 142-145

Assim, os maiores crimes, a extrema violência, o terror revolucionário e todo o tipo de barbárie – são 'legitimados' histórica e filosoficamente pela convicção dos ditadores e seus adeptos por acreditarem no 'sentido do processo histórico mundial', que lhes conferiria uma consciência 'tranqüila' e o 'sono dos justos', e, conseqüentemente, a 'absolvição' pela dogmática da história de todas as ponderações de ordem moral.

A prática confirma – todos os sanguinários ditadores comunistas – estão sendo julgados pela história falsificada pelo esquerdismo, como o moribundo Fidel Castro – cujos adoradores antes dele morrer já estão fazendo 'peregrinação' à Ilha cárcere.

Nisso, é claro, superaram até ADOLF HITLER, com sua expressão lapidar: "Ninguém perguntará ao vitorioso se mentiu ou disse a verdade."

Porto Alegre/RS, 20/01/2007 – Um excelente final de semana – Rivadávia Rosa - Advogado