martes, enero 09, 2007

¿AHORA SÍ EL REINO DE LA FELICIDAD?


Hoy y aquí seguimos supuestamente montados en las máquinas de la felicidad. Vamos de alboradas. Más allá de la gracia de los Dioses. Y decimos una y otra vez que este es el camino. Porque los escondites son sello de consolación, necesarios e inevitables, en una sociedad que anda a expensas de los administradores de miserias.

Son los mismos que levantan por todas partes las banderas del bienestar social. Esto es algo que asumimos como una de nuestras mayores defensas contra el gran vacío que domina nuestras vidas. Según esta ‘doctrina’ aquí todas las acciones deben estar encaminadas al mantenimiento y profundización de la felicidad. Y esto equivale a manifestar una esperanza que adquirió el rango de lo permanente.

LA RENTABLE MERCANCIA DE LA FELICIDAD

Hoy como ayer se juega a la felicidad como manera de favorecer la quietud de las mayorías y el beneficio de los privilegiados. Al colectivo se le manipula de la manera más brutal y perversa, pero se le hace sentir realizado a partir de la aplicación de una maquinaria publicitario-comercial que les vende la mercancía al precio-costo del engaño-felicidad.

En esta compra-venta se basa la casi totalidad de nuestra política. El comercio-ofrecimiento de una ficción que comprende desde la democracia y la libertad hasta la felicidad y el bienestar. El ofrecimiento por encima de toda realidad.

Y es este un ciclo que se renueva permanentemente. En cada campaña electoral de este período como a la hora de los viejos levantamientos caudillistas se ofrece el ‘ahora sí’ de una Venezuela que, al fin, se alargará los pantalones para encontrarse con la felicidad en todas sus manifestaciones.

LA FICCION DE BIENESTAR

En nuestra última gesta electoral vimos jugar abierta y descaradamente al populismo. Unos ofrecían continuar el programa de grandes beneficios revolucionarios y otros un proyecto que dejaba atrás lo existente para proyectarse a la totalidad de un colectivo cargado de carencias de todo tipo. El mismo ofrecimiento centenario. La vieja forma de engañar y pervertir. La ficción de bienestar-felicidad al costo de la más aberrante humillación.

De esta última experiencia el colectivo no se ha recuperado. Fue tal el nivel de manipulación que ni siquiera los triunfadores montaron fiesta. Es gente que ya se sabe tristemente utilizada. Los derrotados, llevados a punta de engaño, aún no salen de su sorpresa ante una dirigencia que declara que los utilizó como fuerza para crear un gran movimiento de oposición, con el cual, democráticamente, se proponen enfrentar al régimen vigente.

EL ENGAÑO DE LA POLÍTICA Y LA
POLÍTICA DEL ENGAÑO


Esto recuerda la política que pone en práctica el PCV en 1964. Con el pretexto de reagrupar las fuerzas de la lucha armada para un empuje final, se lanza la política de la paz democrática que, en fondo, era sólo una manera de impulsar de manera disimulada la rendición que terminara en un proceso de pacificación. Entre los padres de esta iniciativa se encuentra Teodoro Petkoff, que hoy parece haber obtenido el título de gran padre para una operación similar a la de hace cuatro décadas.

Cuando este personaje declara que ‘nunca nos montamos pajaritos preñados con el triunfo de Rosales’, es inevitable hacer la relación con aquella propuesta-engaño de paz democrática que servía para decirle a la militancia en armas que con esa política se prepararía una ‘reagrupación de fuerzas para una embestida final contra el betancourismo’ y para prepararse a nivel de dirección para acabar cobardemente –mediante la mentira-engaño- con la lucha armada.

Hoy la Unidad-Rosales sirve supuestamente a lo fines de crear una oposición, pero no para enfrentar sino para servirle de ‘compañero dialéctico’ a un régimen que cada día da mayores muestras de desprecio a todo lo que tenga que ver con un proceder democrático y equilibrado.

O DESLINDAMOS O ALIMENTAMOS
EL CÍRCULO DEL DESGASTE


En este momento el colectivo está distante del mensaje político. Quedó escarmentado. Pero no pasará mucho tiempo en esta situación. Pronto se le aplicará una buena carga de publicidad para llevarlo a una posición que les convenga a unos y a otros de los componentes de las fuerzas de la destrucción que actúan sobre este ex-país. Y todo se hará en nombre de la ‘felicidad del pueblo patriota y soberano’ o del ‘pueblo capaz de enfrentar la ignominia’.

Lo hemos dicho y es inevitable repetirlo: mientras el colectivo esté controlado y manipulado por las fuerzas de la destrucción, será una fuerza que lucha en dirección al beneficio de sus captores y usurpadores. La felicidad del colectivo sólo puede generarse en su pensamiento-conciencia y manos-acción.

De modo que se produce el deslinde, o se da continuación al círculo del desgaste-liquidación de un colectivo a quien se le lleva permanentemente a defender causas que para nada le pertenecen.

SOBRE LA CONSTRUCCIÓN DEL FUTURO

A la hora del inicio de la ‘era de la radicalización revolucionaria’, que parece apuntar hacia el ‘reino de la mayor felicidad’ que tiene como epicentro el fracasado socialismo y, en particular la experiencia cubana, resulta impostergable la revisión crítica de lo actuado por quienes se enfrentan a esta reincidencia en el fracaso.

Sobre este tema, sobre la construcción del futuro desde la perspectiva del colectivo, debatiremos en la Cátedra ‘Pío Tamayo’ de la UCV (Sala ‘E’, 6pm) a partir del lunes 15/01/07. abm333@gmail.com


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