viernes, marzo 30, 2007

LA IMPLOSIÓN Y EL ‘JEFE ÚNICO’


Aquí lo único que se conoce en el mundo de la unidad es al ‘jefe único’. Como dijo el secretario general de uno de esos partidos que no saben si irán o no al matadero unido, el golpista-presidente (GP) es padre y madre de quienes le rodean, y sus poderes son los llamados a quitar pesares y favorecer necesitados.

Un hombre afiliado a las viejas tesis aristotélicas retomadas por Bolívar en Angostura, según la cual unos hombres nacen para sabios y otros para ignorantes, en medio de ‘desigualdades naturales’ que no pueden salvarse y que le permiten ubicarse entre quienes nacen con la grandeza incorporada.

De allí nacen los llamados poderes mítico-mágico-religiosos que sirven para definir y determinar liderazgos entendidos y vistos como héroes, caudillos o jefes todopoderosos.

Una ‘empresa’ que ha pagado tan buenos dividendos, que para nada extraña que los altos poderes económicos nacionales e internacionales, se hayan montado en la producción de tan importante mercancía de tanta utilidad en el control de una sociedad.

En el caso de la Venezuela actual estamos ante un líder que sigue la misma y vieja escuela que sirvió de centro de formación al llamado liderazgo del siglo XIX y que está activa hasta el presente. Entonces y ahora brilla el positivismo que justifica al ‘gendarme necesario’ para controlar una sociedad ‘levantisca, impulsiva y desordenada’ que debe ser llevada al plano de la obediencia para que pueda disfrutar de los beneficios de la libertad, la democracia y hasta de las ‘revoluciones’. El socialismo siglo 21, en este sentido, no es más que una cobertura-disfraz de ese mismo positivismo.


Sin esa especie de representación de Dios en la tierra, no puede concebirse la buena actuación-hacer de un hombre incapacitado para gobernarse a sí mismo y, en consecuencia, obligado a apelar al supremo César, el hombre hecho Dios y gobernante

Este esquema, llevado a leyes y políticas, le ha servido tanto a demócratas como a dictadores, ‘socialistas’, liberales o comunistas.

Y es impactante el discurso de la justificación. En la juramentación de los ‘propulsores’ del partido único el 24/03/07 el GP señalaba que cuando visitó en plena gravedad a Fidel Castro le dijo: ‘Tú no te puedes morir’. Y éste le contestó: ‘Quien no se puede morir eres tú!’ Y agregó: ¿Has pensado lo que pasaría en Venezuela si tú desapareces? Aspiraría este, aquel, el otro y quién sabe cuantos más.

Se desataría la anarquía y desaparecería el control que ahora ejerces ante cualquier disidencia. Y el GP le da la razón a su padre y maestro cuando recuerda las veces que se ha visto obligado a decirle a algunos aliados lo siguiente: ‘un momento compadre, aquí el jefe soy yo’.

Para el GP en Cuba nada se alteró con la salida de Fidel del poder porque ahí está consolidada una ‘revolución’ sobre la base de un partido único. Y habría que agregar la base del pensamiento o del control político, ideológico y policial de la población. Eso no tiene nada que envidiarle a la maquinaria totalitaria de cualquier procedencia.

Y hacia ese universo nos conduce el plan macabro y atrasado del GP. Él siente que su misión es la destrucción de todo vestigio de democracia y libertad.

En nombre de la revolución, el colectivo le sirve de pretexto para impulsar una política personalista, autocrática, militarista , populista y de firme inclinación totalitaria, dispuesta para favorecer a su grupo-entorno, a una capa-clase que basa su ingreso-riqueza en los servicios que presta a ‘la causa’.

Una nueva riqueza, los ‘boliburguerianos’, que, a lo interno de la ‘institución revolucionaria’, lucha por la obtención de los mejores beneficios.

La contradicción y sus efectos son flagrantes: por un lado el Ser Supremo y por el otro quienes se reproducen a ‘su imagen y semejanza’, incorporando la señal del robo en términos de una elaboración creciente y cada vez más productiva a los fines clasistas.

Esto es lo que puede explicar la implosión que se desata hoy a nivel gubernamental. Es la lucha con todo tipo de arma por las posiciones de poder. En cualquier caso de corrupción se puede ver el enfrentamiento entre ‘mafias’.

Un ejemplo está en la denuncia adelantada por ‘Ultimas Noticias’ sobre la llamada ‘Conexión Iraní’. Ahí están en juego más de 250 mil millones de Bs. Dos ‘mafias’ se acusan. Una de ellas, la sindicada de tener la mayor responsabilidad, cuenta con el espaldarazo que le brindó el GP el 25/03/07. Y eso significa que no pasará nada significativo.

El enfrentamiento AN y TSJ por la modificación que hizo el más alto tribunal del artículo 31 de la Ley de Impuesto sobre la Renta, se inscribe en el mismo esquema de la implosión. Todo parece apuntar a que se produjo algún desencuentro en las altas negociaciones. De allí la confrontación de intereses defendidos con los más fieros cuchillos.

Al final, sin embargo, el todopoderoso llamará al orden y se producirá algún acuerdo transitorio. Pero la descomposición proseguirá empujada de manera violenta por la implosión, que no llegará a ningún punto de quiebra por contar con el apoyo que le brindan ‘las oposiciones’, tal y como lo demostraron el 03D-06 otorgándole a este régimen la más abierta y contundente relegitimación.

¿Cómo negar entonces que el GP sea el máximo dirigente de un colectivo sometido por la tarifa-populismo y por unas ‘oposiciones’, cuya política está guiada por el mismo credo positivista? ¿Podrá salirse de la condición de país provisional o ex-país mientras todos estemos inmersos en el marco del pensamiento y la acción del pasado-atraso-padecimiento? abm333@gmail.com

Publicado en El Universal.com, 30 de marzo del 2007

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