sábado, diciembre 01, 2007

VOTOS PARA LA VIOLENCIA


No es que viene. Estamos ante un angustiante cuadro de violencia, que el proceso electoral sólo redimensiona. Los votos del ‘Referendo Aprobatorio de la reforma constitucional bolivariana, socialista y revolucionaria’ están cargados de ese terrible componente.

No estamos ante una contienda propia de una democracia sino ante un régimen autoritarista-totalitarista, que impone su maquinaria-violencia-fuerza electoral a partir del manejo a su entera voluntad de todos los mecanismos que proporciona el “Estado de Derecho”. De esto se deriva que, al menos a la fecha, no existe posibilidad alguna de que sufra un revés.

Para el ‘proceso’ está claro desde un inicio que lo electoral le sirve para ganar espacios y acrecentar su mensaje-acción revolucionario, tal y como lo afirma el hoy jefe único (JU) en 1998: ... “Un gobierno o régimen especial, no puede ser un gobierno producto de elecciones y con acuerdo entre los poderes. Nada que intente superar ese modelo de democracia liberal, que para nosotros ya murió, puede provenir de elecciones.” (ABM, Habla el Comandante, p.168).

IMPERIO CONTRA IMPERIO A PASO DE DESTRUCTORES

Por ello hoy va a paso de destructor contra todo vestigio de ‘democracia liberal’ para implantar por la fuerza-imposición la sociedad que se adecue al modelo de imperio que aspira establecer, muy alejado, por cierto, de los intereses populares que dice defender.

El ‘pueblo’, como lo electoral son meros instrumentos al servicio de la ‘revolución’ para fines que nada tienen que ver con justicia social. El JU asume una posición clasista para hacer uso de una polarización que existe mucho antes que él, pero que no tiene intención de modificar. Por el contrario, el mantenimiento de la injusticia y la desigualdad es el combustible que requiere para echar a andar el motor de su ‘revolución’, que no es más que la repetición de la misma historia de dominio, explotación y violencia impuesta por todos los imperios.

Sólo que en vez de izar la bandera del libre mercado y el capital, aprovecha el malestar para aparecer como el mesias de los pobres y explotados del mundo. Una afirmación que no resiste el más mínimo examen de la realidad. Pero que le sirve para declarar una supuesta guerra entre pobres y oligarcas, entre ‘revolucionarios’ y fuerzas del imperio dispuestas a impedir todo cambio. En la práctica lo que se advierte es el surgimiento de un nuevo estamento oligárquico o boliburgurgueriano, que nada tiene que ver con la defensa de los ‘pobres’.

Y este status recién adquirido, acumulado como resultado de unos ingresos petroleros sin precedentes en la historia nacional, es lo que lo obliga, en términos de capital, a tener que librar una ‘guerra imperial’ contra toda fuerza que se le oponga. De allí que hoy la confrontación ha llegado a un nivel radical.
EL ‘PROCESO’ UTILIZA EL VOTO COMO UN
ARMA DE GUERRA

El proyecto revolucionario está totalmente dispuesto a ‘liberar la patria del yugo del imperio y de la oligarquía’, y por tanto obligado a vencer las ‘fuerzas contrarrevolucionarias’, a través de la aplicación de la más abierta violencia y la guerra permanente. Una maquinaria que hace del voto un arma de guerra. Un instrumento que contiene la violencia de la fuerza-imposición.

Y este ventajismo le permite montar el modelo fraude-trampa a fin de que lo electoral produzca los resultados que la “revolución” necesita para continuar su obra de destrucción de la llamada ‘democracia liberal’. Y es tan certera y peligrosa esta guerra que le aniquila al enemigo el frente que defiende (la democracia) con el solo disparo del ‘voto envenenado’ y con su propia intervención en el acto destructor disfrazado de electoral.

En este sentido, el ‘bloque Si’, que hace un llamado a la reconciliación y a apartarse de los caminos violentos, cree no haber caído en la trampa de la violencia, pero es evidente que si cayó en la electoral que, tal y como está planteada, es portadora de las más criminales ráfagas.

DOS BLOQUES PARA LA VIOLENCIA

Los discursos del cierre de campaña de los ‘dos bloques’ en la Avenida Bolívar establecen con nitidez las posiciones. El día jueves predominó, particularmente en el discurso estudiantil, la petición de reconciliación que se inscribe en el mensaje del no a la violencia. Ellos dicen reiterativamente que no caerán en la trampa de la violencia-confrontación a que convoca el régimen con cada una de sus actuaciones.

Y a este pedido el golpista-presidente (GP) respondió con cosas así: Yo se los advierto, si por alguna razón escogen el camino de la violencia, como lo están preparando para el domingo y ponen en práctica el Plan Tenaza que le preparó la CIA, y una vez que el CNE anuncie el triunfo del ‘Si’ comienzan a hacer guarimbas, quema de ciudades, asesinatos, si los oligarcas salen a las calles a protestar contra un supuesto fraude pues nos conseguirán en las calles. No les tenemos miedo. No se equivoquen oligarcas. Ya se equivocaron el 11A-02 y salieron corriendo como ratas.

Y agrega: Yo soy un soldado y juro por Dios y mi madre que si tengo que volver a tomar un fusil, lo tomaré. Pero el imperialismo y la oligarquía no van a derrotar esta revolución, porque aquí la contrarrevolución va a ganar cuando la rata eche pelos.

Y por ello desafía al supuesto ‘contrario dialéctico’ que le pide conciliación, diálogo, paz-tranquilidad. Los utiliza llevándolos al ‘pasquín electoral’ que tan buenos resultados le ha dado hasta el presente, y luego les amenaza con aplastarlos con la fuerza de los disparos, si se les ocurre tomar la calle a desconocer los resultados electorales establecidos por un árbitro que está bajo su ámbito.

LOS ESCENARIOS DE LA CONFRONTACIÓN
EN MARCHA

¿Y qué resultante saldrá de esta confrontación? Un primer escenario muestra al oficialismo controlando el aparato electoral y poniendo a las llamadas fuerzas violentas del Estado a resguardar y hacer valer el dictamen legal del CNE. De ser acatado el llamado a reconocer el veredicto, la violencia quedaría a nivel del fraude-trampa acometido.

Pero si ocurre el anunciado llamado a tomar la calle a defender el voto del robo programado por el CNE, se planteará el escenario de la confrontación directa. Y las fuerzas gubernamentales tendrán en la calle militancia civil y militar dispuesta a hacer respetar la constitución y leyes de la república. El anunciado aplastamiento puede tener un registro trágico.

Si intervienen fuerzas militares para restablecer la legalidad violada por el ‘fraude constitucional’, como ha dejado entrever el general Raúl Baduel, el escenario de violencia sería mucho más profundo y extenso. La proyección de la contienda es muy difícil de establecer, pero en principio se puede pensar en que es poco probable que se levante un contingente capaz de hacer frente a ‘las fuerzas leales’. Y a la vez no hay manera de precisar una eventual injerencia de “la tenaza yanqui”.

HOY Y AQUÍ EL VOTO ES UN DISPARO
CONTRA EL COLECTIVO

En sentido general, las dos fuerzas electorales conducen a una situación de encuentros y desencuentros. Para ellos está permitido el acuerdo-negociación. Pero quienes se han mantenido al margen de esta práctica entienden que el camino para la superación de esta profunda crisis va a más allá de las vías electorales. Y por ello tratan de militar en una dirección diferente a la tradicional, y apartarse del viejo esquema electorero para elaborar una política acorde con los tiempos y circunstancias actuales.

Sólo y de este modo se podrá entender lo que significa hoy el no votar. En sentido estricto es no disparar contra la propia causa de las mayorías. Sólo en la medida en que el voto no sea un arma de destrucción de los grandes intereses podrá significar una auténtica aproximación a la verdadera democracia.

¿VAMOS HACIA UN GRAN DERRAMAMIENTO DE SANGRE?

El presidente de Venecuba, Fidel Castro, según el GP, observa en ‘su última reflexión’, que este pueblo está ante los fuegos del imperialismo-oligarquía que exacerba la violencia e impulsa el magnicidio. Pero no se dan cuenta que esto ocasionaría una guerra civil de consecuencias desfavorables a los intereses energéticos de USA. Y por eso el JU advierte y se defiende cuando dice: si se activa la ‘Operación Tenaza’ no habrá ni una gota de petróleo para el imperio.

Todo esto hace pensar que vivimos uno de los momentos más difíciles y de mayor incertidumbre de la llamada historia republicana de Venezuela. Todas las salidas parecen marcadas por lo rojo-rojito que arroja siempre la violencia. abm333@gmail.com

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