viernes, enero 13, 2006

¿QUEDA DEMOCRACIA EN ESTE EXPAIS?

LA DISCUSION PROPUESTA en nuestro artículo anterior tuvo eco y se nos pide plantear elementos-hipótesis sobre el futuro de la democracia. ¿Hasta dónde llegará la destrucción de lo poco que había? ¿Cómo detener el proyecto autori-totalitario disfrazado de "democracia revolucionaria" o SS-XXI?

1. Lo poco que queda de la democracia implantada a partir de 1958, cuya idea comienza a gestarse alrededor de 1928 y que adquiere cuerpo liberal en 1936, no está representado y materializado hoy por el oficialismo ni por "sus oposiciones". Ambos, en tanto instituciones, perdieron legitimidad y credibilidad-ascendencia para presentarse como instancias para el resguardo, administración o defensa de la democracia.

2. La primera gran crisis está dada por el enfrentamiento entre los modelos liberal-democrático y el "comunista", impulsado por la experiencia cubana. Al violento anticomunismo de Betancourt le responde una lucha armada que intenta acabar con la naciente democracia y establecer un régimen "socialista". Pero una vez derrotada y pacificada, se identificó como firme aliada del proyecto liberal-burgués.

3. El "comunismo" comenzó a convivir con el liberalismo. Pero no avanza la democracia. El 27F-89 marca el fracaso-agotamiento de ese modelo. Muchos golpistas salieron a "combatir a los alzados". El colectivo dejó de creer en instituciones, partidos, dirigentes, doctrinas, promesas.

4. Los jefes golpistas del 92 se presentan ante el colectivo como los nuevos salvadores. Y con el triunfo del candidato-golpista en Dic-98 se perfila la idea de dejar atrás las cúpulas podridas de la democracia e implantar las del golpismo, para crear una democracia verdadera, participativa, revolucionaria. Discurso del mismo fracaso.

5. El colectivo, que desde 1989 no se junta con los partidos, se acuerda en 1998 con un movimiento que se presenta como contrario dialéctico de ellos. Pero, se ve obligado a marchar y protestar con quienes asumen, junto con "dirigentes de su sociedad civil", la dirección de las jornadas que se realizan desde el paro del 10/12/01 hasta el RRP del 15/08/04.

6. Después de haber sido llevado como cordero al RRP el colectivo reacciona en forma espontánea: no volverá a participar en elecciones regidas por el fraude. Asume directamente el ejercicio de la democracia en este ex país.

7. El 04D-05 el colectivo cumplió su decisión mientras "las oposiciones" fueron a una abstención que no corresponde a las negociaciones adelantadas por Blyde-Rodríguez alrededor de las capta-huellas. Si triunfan en su solicitud ¿por qué se retiran?

8. El mismo 4D las oposiciones ven surgir la Asamblea gubernamental dispuesta al ¡"Sí, señor Presidente! Y anuncian unas primarias con miras a participar en una contienda, a sabiendas que por el efecto fraude y complicidad-oposición, el GP ya ganó el 03/12/06.

9. Desde su perspectiva democrática, el colectivo se mantendrá al margen de elecciones-CNE. Y no se dejará manipular-utilizar por los traficantes del voto.

10. La abstención del colectivo el 04D es la máxima expresión de una democracia que los destructores quieren absorber o vencer porque es un peligro para ellos. Sólo el colectivo organizado puede tocar el futuro y construir la democracia. abm333@gmail.com
Agustín Blanco Muñoz

1 comentario:

Pankar dijo...

DECÁLOGO DE LA REVOLUCIÓN

Pablo Mora



moraleja@telcel.net.ve

Profesor Titular, Jubilado, UNET

San Cristóbal, Táchira, Venezuela

http://www.poesia.org.ve

http://www.poiesologia.com











PRIMERO. El verdadero hombre, el verdadero pueblo, no miran de qué lado se vive mejor, sino de qué lado está el deber, de qué lado el devenir de la utopía, el sueño. Aprende a ver, a pulsar las grandes injusticias, los grandes ideales, a considerar las grandes patrañas o mentiras. Faro que traza porvenires, cada pueblo profundiza aceleradamente los conocimientos, la cultura general y la conciencia pública de puertas adentro y de cara al mundo, siendo su mayor aporte a la humanidad su propia Revolución, en defensa de los valores humanos para los seres más humildes en su justiciero afán de libertad.









SEGUNDO. Es posible soñar, el sueño forma parte de nuestra realidad, consecuencia legítima de la genuina utopía concreta, enarbolando, profundizando y perfeccionando el respeto y la comunicación con el pueblo de modo participativo, en la convicción de que la revolución social radica en la capacidad del hombre para transformarse a sí mismo, transformando su entorno. Sin cultura no hay libertad posible. La alfabetización ha de signar todo desarrollo cultural, haciendo que cultura y nación constituyan binomio indisoluble proyectado hacia la futuridad, vinculado con los sueños, con la dimensión humana de cada territorialidad, espiritualidad, en esperanza abierta hacia las conquistas e ideales.









TERCERO. La fuerza del pueblo es realmente invencible, y la fuerza del pueblo unido, por supuesto, indestructible. Los fusiles se toman y se cargan y se disparan cuando ello es necesario, cuando no queda otra salida, cuando morir o matar es la única alternativa que resta para reconquistar la dignidad. Pero la Revolución ha de hacerse para poder enterrar los fusiles de una vez y para siempre.









CUARTO. La Revolución es paz, y por eso cuesta tanto. La fuerza es el recurso definitivo que queda a los pueblos. Nunca un pueblo puede renunciar a la fuerza, pero la fuerza sólo se utiliza para luchar contra el que la ejerce en forma indiscriminada. Se puede iniciar obligadamente con el camino de la lucha armada, un camino muy triste, muy doloroso, cuando no se pueda hacer otra cosa. Mas si la aspiración del pueblo a su bienestar se puede lograr por medios pacíficos, eso es lo ideal y eso es por lo que hay que luchar.









QUINTO. Por la palabra comienza toda revolución, en la medida en que sólo se consigue evitar los equívocos e hipocresías cuando la palabra realmente dice lo que significa. La Revolución tiene como propósito que cada uno cuente con su palabra, piense con cabeza propia, enriqueciendo con sus ideas el patrimonio colectivo. Ser revolucionario es tener una postura revolucionaria en todos los órdenes, dedicar su vida a la causa de la revolución de los pueblos, a la plena redención de los pueblos oprimidos y explotados.









SEXTO. La justicia —pan del pueblo— casi siempre hambrea al hombre. Ante un pueblo con justicia, sobra el arma. Defender los derechos del pueblo pareciera subversión. Se empieza por la palabra. Al pie de ella, nace el pueblo. De nada sirven los dirigentes si no son respaldados, seguidos y empujados por esas miles de anónimas personas, mujeres y hombres, que conforman eso que llamamos “pueblo”. En aprieto, el pueblo apela a la pólvora. Despierta la conciencia, se encienden las pasiones, surge la tormenta que arrasa, renueva, restaura, limpia, purifica. Al precio de su sangre, insurge el pueblo en busca de palabra. Se rebela. Desaforado, corre tras el pan. La guerra, el último remedio, sólo medio; el fin, la paz.









SÉPTIMO. Perdida la palabra, al pueblo no le queda sino asirse a la pólvora para reencontrar el camino, que puede ser de mucha o poca sangre. Las revoluciones que empiezan por la palabra, a las veces concluyen con la pólvora de manos del pueblo, de los hombres. Tendremos que elegir entre empuñar los fusiles o las manceras de los arados. Frente a toda dificultad, confiar en las capacidades humanas para crear, sembrar y cultivar valores e ideas, apostar por la humanidad, compartir la hermosa convicción de que un mundo mejor es posible.









OCTAVO. Cada uno tiene su encuentro con la historia. Cada uno tiene su Moncada. Ante los reales dominios de la violencia, abramos camino entre los dioses y los lobos que asechan la esperanza. Cantémosle a los que luchan por un pedazo de pan. Salvémonos todos con las mismas manos y las mismas sombras. Saludemos al Sol, al Sol del Mundo que haremos. Compartamos fracasos, esperanzas, ternuras y arrecheras; soledad, naufragio y suerte. Confiemos en el pueblo y busquemos en él los nuevos marcos teóricos ajustados a las nuevas realidades. Antes o después, los pueblos siempre encuentran su camino. La revolución es una necesidad histórica, un hecho inevitable. De pueblo en pueblo, la revolución un día llegará. Podrá el día estar lejano, mas signado; y ninguna reforma, ningún artificio, ninguna represión podrá evitar su adviento.









NOVENO. Luchemos por crear, paso a paso, un orden más justo, más libre, más pleno, que permita que cada cual, respetando a los otros, pueda expresar su propio credo, sus propias ideas, avanzando por cauces democráticos hasta donde sea posible. Las ideas pueden más que las armas por sofisticadas y poderosas que éstas sean. La paz consiste en el fomento de un orden nuevo mediante la acción solidaria de los hombres. La paz pasa a través de la revolución —la revolución integral—. Tiende a realizar una humanidad nueva. Es cuestión de crear la tierra nueva, asumiendo personal y comunitariamente el riesgo de la aventura humana. Sólo una tierra distinta hará menos increíble el cielo.









DÉCIMO. Definitivamente, grabar el sueño entre los árboles, desentrañar los secretos al asombro, tener mucha imaginación para ver la realidad, asumir absurdos, enigmas, laberintos y zozobras; perpetuar la gloria del mundo en un grano de maíz, mantener la espada en la trocha que corresponda abrir, compartir la luz al mismo tiempo que la noche oscura, encender lámparas en el túnel de la infamia enloquecida: empuñar las manceras del arado en el lugar apropiado, en el momento apropiado y en la circunstancia apropiada.





San Cristóbal, Táchira, Venezuela. Lunes, 16 de enero de 2006





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