jueves, febrero 25, 2010

¡AQUÍ TODOS SOMOS ENEMIGOS!



Cuando escuchamos decir a José Albornoz, Secretario General del PPT, en tono de complacencia, que “Henry Falcón no se entrega al enemigo” (EN, 23/02/10), recordamos palabras de Pedro Estrada, el segundo y terrorífico director de la SN: “Venezuela es un país de amigos”.

Y para probarlo señalaba sus amistades del lado opositor y la ayuda que les habría proporcionado, hasta el punto de concederles escondites a muchos de ellos para que burlaran el cerco de la propia policía que comandaba.

Y, en efecto, en nuestras conversaciones con él, pudimos constatar que, aún en un tiempo tan difícil, la amistad parecía estar, al menos en algunos casos, por encima de posiciones políticas e ideológicas (ABM, Pedro Estrada Habló, 1983).

Pero este ex-país hoy, según Albornoz, está tomado por los enemigos que se enfrentan a los enemigos. Y ambos ven también como enemigos a las mayorías que no creen en ellos.

En este sentido, los no alineados o nini completan el cuadro de la Venezuela de los Enemigos.

Y es por esto que cada uno de ellos busca adueñarse de las fortalezas del contrario. Porque la idea no es conciliar sino aplastar.

Esto lo entienden con mucha claridad los enemigos que ocupan el mando-poder y que, desde un inicio, consideran que la llamada ‘revolución’ sólo podía y puede mantenerse en medio de la unidad geopolítico-histórica que conforma VENECUBA el 2003.

En un principio no se prestó mayor atención a este señalamiento de la unidad de las dos revoluciones que hoy reafirma The Economist (11-02-10) al considerar que Venecuba es el producto de una invasión, pero esta vez sin disparar un solo tiro.

Y esta visión de los enemigos es rechazada por los oficialistas que proceden a exaltar las invasiones de los sesentas y a héroes como Antonio Briones Montoto (VEA, 23/02/10, p.09) muerto en el desembarco en Machurucuto.

Pero las oposiciones no terminan de entender el alcance de esta invasión que ahora tomó la vía de la penetración en todos los órdenes.

De modo que “los hermanos internacionalistas cubanos” están metidos por todas partes, como “esclavos modernos”, controlando todo lo que tiene que ver con “la revolución”, para enfrentarse a dos enemigos: el imperio aliado de las oposiciones y la oligarquía en plan golpista- contrarrevolucionario, y los grupos de enemigos que al interior del PSUV y sus aliados se enfrentan a cuchillo abierto y sucio.

Una implosión en la cual sacan la parte más jugosa y rentable los boliburguerianos y que lleva a los muchos grupos de enemigos a buscar posiciones y acomodos, tal y como se ha visto en los últimos años.

Su más reciente expresión es el affaire Henry Falcón que, en principio, quiere quedarse con los enemigos de casa y con planes a nivel personal y con su “nuevo partido” para el futuro inmediato y mediato.

Y esto porque en el PSUV, Falcón carecía de mañana. Ahora, como se ha dicho, tiene la posibilidad de presentarse como fórmula electoral para el 12, cuando su partido salga, por enemigo y traidor, de la coalición gubernamental.

Entonces la popularidad del GP será menor y al candidato, enemigo, traidor, oligarca, ‘contra’ e imperialista lo apoyaría buena parte de la implosión oficialista y ‘las oposiciones’ que conseguirían la fórmula salvadora para derrotar al golpismo que ocupa la presidencia de esta ex-república de este ex-país.

Las montoneras de enemigos miembros del liberal-positivismo del odio siglo XXI, actúan hoy aquí a paso de destructores, para mantener esta sociedad sumida, en términos fascistas, en la enemistad y el desprecio hacia el otro.

Continúa así el escenario de una guerra permanente que potencia los enemigos del país que tendrá que ser y que se recubre de democracia y elecciones para confundir la fuerza-conciencia-acción de un colectivo dispuesto a luchar, contra toda la ‘esclavitud-explotación moderna’ de los enemigos de Venezuela. abm333@gmail.com

El Universal, 26 de febrero del 2010.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Profesor, si todos somos enemigos y nada más andamos buscando para matarnos ¿entonces no hay nada que hacer? ¿Es esto lo que usted quiere decir?

Javier Figueroa

Anónimo dijo...

SE REPITE LA HISTORIA

En Rusia, en 1917, los bolcheviques contaban únicamente con unos
cuantos miles de hombres. Desde el punto de vista aritmético, sus
fuerzas eran ínfimas. A pesar de ello pudieron apropiarse del poder y
someter a toda la nación porque no encontraron oposición ideológica
alguna.

No había en el vasto imperio de los azares ningún grupo ni partido que
fuera partidario de la libertad económica.

No existían autores ni profesores, libros, revistas ni diarios que
declaraban que la ausencia de regimentación burocrática era el único
medio de hacer al pueblo ruso tan próspero como fuera posible.

— Ludwig von Mises

EF