domingo, abril 10, 2005

El desarrollo endógeno: ¿atraso o competitividad?


La Cátedra Pío Tamayo y el Centro de Estudios de Historia Actual del IIES/FACES/UCV, invitan al foro titulado El desarrollo endógeno: ¿atraso o competitividad? cuyo objetivo central es debatir sobre lo que se ha dado en llamar como Modelo de Desarrollo Endógeno. Y a este respecto es indispensable partir de una interrogante central: ¿Es este la verdadera vía para alcanzar el desarrollo económico y social? ¿Quedó atrás el modelo capitalista, el socialista o la ‘tercera vía’? ¿Estamos ante una novedad en el terreno de la formulación y puesta en práctica de nuevas políticas económicas? ¿Tiene Venezuela el privilegio de haber logrado la luz mayor de y para el desarrollo económico y social? ¿Se convertirá Venezuela, con su economía endógena, en el modelo y envidia de muchos países?

Sin duda que la temática es del mayor interés. Porque nos situamos ante el problema de la búsqueda de fórmulas adecuadas para garantizar el mejor aprovechamiento de los recursos naturales y humanos en función de conformar una economía sólida, productiva y competitiva. Esta ha sido y es una aspiración de cualquier sociedad organizada. ¿Cómo resolver el problema de la producción? ¿Hacia dónde dirigir los esfuerzos? ¿En qué, cómo y cuándo invertir? ¿Cómo resolver el problema central de la distribución? ¿A qué tipo de mercado apelar?

Hasta el presente no ha sido fácil alcanzar metas distintas a las establecidas por el capitalismo. Y es en este punto donde se origina un importante debate: ¿Es posible hoy una producción que ponga a un lado las leyes del capitalismo para establecer una producción social libre de explotación? ¿Apunta hacia este registro del Modelo de Desarrollo Endógeno?

En este sentido es evidente que se impone la revisión de las teorías del desarrollo que se manejan a la fecha. El primer problema que confrontamos es que las diversas teorías económicas que intentan dar repuesta a estas interrogantes. Teorías que por lo general se hermanan a proyectos y lineamientos de orden político que a veces hacen verdaderamente incompatibles los deseos con las realizaciones. En segundo lugar, se impone resolver lo relativo a la factibilidad de un desarrollo local o regional al margen del propio desarrollo del mundo. ¿Cómo contemplar una iniciativa local, sin tomar en cuenta el contexto global al cual pertenece?

A lo largo de todos los ambientes políticos y académicos está admitido que el desarrollo tiene que concebirse como un fenómeno global-total. Por ello, cuando se habla de Modelo de Desarrollo Endógeno se plantean necesariamente otras preguntas: ¿Responde la propuesta de ‘desarrollo endógeno’ a consideraciones estrictamente económicas o prevalecen en el planteamiento más bien objetivos y fines de orden político inmediato?

¿Cómo se ha de caracterizar la economía de un país que en nuestro caso específico, se define por su carácter eminentemente rentista petrolero? Esta condición que hace pasar al país de la economía agrícola a la petrolera, trajo como consecuencia el abandono de lo que hasta entonces se calificó como campo. Y desde el descubrimiento del Pozo Los Barrosos, a comienzos del siglo pasado y hasta la fecha, ese campo se transformó en otra realidad, con otras relaciones de producción. La agro-industria y el engorde de terrenos se convirtieron en nuevos e importantes actores de la Venezuela Actual.

¿Es posible ahora y a partir de decisiones políticas crear una nueva estructura productiva del campo encabezada por campesinos asistidos por el Estado a nivel de tierras y créditos? ¿Cuál es la diferencia entre este esquema y el que se aplicó a la hora de la Reforma Agraria promovida por la república puntofijista? ¿Habrá que admitir que la novedad en este caso es enmarcar la nueva propuesta en el modelo del desarrollo endógeno? ¿Se resuelve el problema entonces con un proyecto de reestablecimiento y repoblación del campo y sacándolo de toda contaminación capitalistas?

El problema del desarrollo en América Latina creyó tener en el modelo de industrialización, basado en la sustitución de importaciones una vía para que las diferentes naciones salieran de lo que calificó como subdesarrollo, una fase previa al desarrollo en el cual los ingresos por persona no alcanzaban siquiera para la subsistencia. Este fracaso se explicó por las relaciones de dependencia, por la situación de neocolonialismo y, en fin, por la supeditación de los ‘mercados periféricos’ a los centrales o ejes de dominación.

La reacción contra ese mundo fue la subversión, el enfrentamiento armado y revolucionario al monstruo invasor. En la segunda mitad del siglo XX en América Latina se producen muchas políticas dirigidas a enfrentar al centro imperialista por excelencia. Los movimientos revolucionarios se hicieron cada vez más fuertes y constantes. De allí nace la Revolución Cubana o el movimiento guerrillero colombiano, sin dejar de lado los casos venezolano, boliviano, centroamericano. Y hoy ¿está planteado acaso replantear el combate contra ‘el yanqui invasor y causante de nuestra ruina económica y social? ¿Se considera de nuevo llegado el momento de impulsar una guerra de liberación?

Consideramos que en este punto hay que situarse para entender la venta que se hace hoy de un ‘modelo propio’ de economía. En lo sucesivo, la Venezuela Bolivariana tendrá una economía nuestra, bolivariana, autóctona. Vamos a producir para cubrir los requerimientos de nuestra alimentación. Se acabó la dependencia en el campo de los alimentos.

Pero esta economía no es para quedarse allí. Es también el punto de partida para conformar un país de economía firme que pueda emprender un camino independiente y que a la larga le proporcione los mecanismos indispensables para asumir posiciones autónomas que le permitan enfrentarse al mercado central tradicional USA. Y este sería a la vez el punto de arranque para una política que tendría como objetivo central emprender una guerra por la multipolaridad y de ataque al ‘imperio unipolar yanqui’. Y la gran palanca para dar esta pelea es el neosocialismo.

Desde este punto de vista, la experiencia del socialismo real, una vez consumado su fracaso, es la vuelta atrás hacia los modelos que habían sido estigmatizados: la propiedad privada, el desarrollo del capital, la incorporación a los mercados mundiales . Un socialismo que se volvió globalexplotación. Aquel lema del internacionalismo proletario, que se aspiró sirviera de base a la globalización del modelo socialista, lo adoptaron, desarrollaron y perfeccionaron los grandes dueños del capital. Hoy en el mundo rigen las leyes de la globalexplotación, y a ese mercado aspiran ingresar o ser admitidos todos los países del orbe, en particular quienes se habían excluido de él.

¿Qué significa eso para nosotros? Lo primero que hay que recordar es que en las teorías ‘revolucionarias’ que se generaron y desarrollaron a la par que los grandes movimientos sociales latinoamericanos, los más ortodoxos hablaban de cumplir a cabalidad las fases del capital para crear las condiciones de explotación que permitieran el surgimiento de la conciencia de clase que daría al traste con el Estado capitalista y diera el paso al Estado obrero. Esa fue otra gran trampa de la teoría y la práctica económicas, que han dejado secuelas muy graves, desde el punto de vista de su incidencia en las llamadas políticas revolucionarias.

Pero no sólo eso, lo que se requiere hoy, en este mundo unipolarizado, es precisamente generar condiciones en las cuales los países sometidos a sus leyes sean capaces, en su condición de productores de materias primas, de negociar mejoras en las relaciones de desigualdad. Y el propio sistema da los instrumentos para hacerlo, precisamente a través de la democracia y la participación. Pero ¿se trata de una participación a nivel del regreso a viejas prácticas económicamente ineficientes? ¿O la participación para exigir condiciones de otra calidad y condición al imperio?

Es en ese marco que situamos la discusión sobre desarrollo endógeno y que formulamos la pregunta: ¿atraso o competitividad? ¿Es posible avanzar en mejorar las condiciones de vida de la gente a través de esta práctica? ¿Tiene sentido la propuesta del autobastecimiento en un mundo globalizado en el cual se pueden adquirir productos a menor precio y a la vez vender productos a un precio mayor? ¿Qué se busca? ¿Un enfrentamiento discursivo al imperialismo o la generación de políticas económicas destinadas a mejorar la pobreza , miseria y violencia que rigen hoy para una parte significativamente alta de la población mundial? A ese debate convocamos.

PONENTES INVITADOS
VÍCTOR ALVAREZ
Ministro de Industrias Básicas y Minería
HUMBERTO GARCÍA LARRALDE

Este Foro se realizó el lunes 04 de abril del 2005, en la Sala “E” de la UCV, a las 6 pm. El Ministro no asistió

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