domingo, abril 17, 2005

EL REGIMEN DE LA DESTRUCCIÓN

Aquí la sobre-decadencia ocupa todos los espacios. Degradación al mayor. ¿Y qué nos pasó? ¿Alguna vez fuimos mejores? ¿Tuvimos consistencia en algunos frentes del diario vivir? Nuestra historia evidencia que estamos marcados por la destrucción y que no hemos logrado salir de ella.

La masacre invasora llega hasta esta ‘revolución’. Padecemos hoy un régimen de gran capacidad de destrucción. Estamos atrapados por el pasado, el atraso y las más terribles experiencias. La ‘heroica’ conmemoración del 13A así lo evidencia.

Allí se aprecia una legión de ‘descamisados’ que, como en tiempos de Bolívar y Boves, Zamora o El Mocho Hernández buscan en la guerra las posibilidades de sobrevivencia y que se postran ante un jefe todopoderoso que se hace sentir no con ideas sino con señales de un poder que heredó del viejo y obsoleto caudillismo: ¡Atención…fir… Descansen.. Arm..!!! Un momento que recuerda de alguna manera el escenario de las legiones hitlerianas dispuestas para avanzar contra todo aquello que atentara contra un régimen de y para los verdaderos elegidos de la humanidad.

Pero hay una importante salvedad, este régimen neo-revolucionario y neo-socialista convoca e invierte sumas sin precedentes en un ejército compuesto por gente materialmente abandonada. En principio, los jóvenes que van al ‘servicio militar obligatorio’ no forman parte de estos contingentes, aunque no habrá que descartar que, al avanzar el proceso de liquidación de lo que hoy son las FAN, la juventud vaya a dar fuerza y empuje al ejército de ‘ancianas reservas’ que demuestran de la manera más palmaria el esquema de la sobre-decadencia que caracteriza al presente régimen.

Un atraso-descomposición que se expresa también en el señalamiento de que este ex-país, ante el fracaso del capitalismo y el socialismo, va hacia un neosocialismo del siglo XXI que nadie sabe qué significa, pero que, a partir de una guerra asimétrica, antiimperialista y contraria a la unipolaridad yanqui, producirá una nueva realidad.

Se juega así a la aventura, al mayor hundimiento. A la ‘república’ de la destrucción. Sancho, nada distinto se puede esperar de un régimen que a estas alturas considera que el camino autori-totalitario puede pagar algún dividendo para la construcción del porvenir! abm333@cantv.net

Agustín Blanco Muñoz

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