martes, octubre 09, 2012

HISTORIA HOY 09/10/12 - ¿CAEN LAS REVOLUCIONES POR LA VÍA ELECTORAL?


ABM, Caracas, CPT-CEHA-UCV, 1998.


¿CAEN LAS REVOLUCIONES POR LA VÍA ELECTORAL?

Eso simplemente no se conoce. Ninguna de las llamadas revoluciones ha registrado la toma del poder por la vía electoral. Ni lo contrario: no se tiene noticia de que ninguno de los regímenes de la ‘cortina comunista’ haya caído por haber perdido unas elecciones.

El derrumbe de la URSS no tuvo nada que ver con cuestiones electorales. Y Cuba tiene ya más de medio siglo de lo que llama revolución  y transformó lo electoral en una manifestación más del pensamiento único. Lo electoral simplemente ratifica y le da mayor '’legitimidad democrática’ a lo dispuesto por el partido y los hegemones del régimen.

¿Y si no hay palanca electoral para el cambio político habrá que acudir a la violencia?

Hugo Chávez señala en ABM, Habla el Comandante. Caracas, 1998, p.461, que la vía pacífica y la violenta es una falsa dicotomía porque aquí todo es una gran guerra. Esto quiere decir que hasta lo electoral es una manifestación de violencia y que el propio voto se le convierte en voto-bala.

Y de aquí deriva la política  que se junta a una poderosa inversión para construir la maquinaria de dominación que parte y se mantiene como centro y eje del poder establecido  a punta de violencia y luego legalizado y legitimado por el “pacífico sistema electoral”.

¿Pero es indispensable e inevitable la violencia para cualquier cambio?  Ya hay ejemplos concretos de lo que es la fuerza social como arma fundamental. El 11A-02 o en la Yugoslavia de la dictadura revolucionaria de Milosevic, vimos el palacio gubernamental cercado y el régimen caído. Una fuerza social consciente y organizada puede adquirir jerarquía de agente de y para el cambio de la sociedad.

¿Seguiremos aquí alimentando el ‘voto-bala’?


Agustín Blanco Muñoz

1 comentario:

M.V. José G Pachano R dijo...

Sin hacer mucho esfuerzo de memoria,Sabemos que NO,las Revoluciones no salen por via electoral, sólo se legitiman ante los ojos del planeta, cuando los ciudadanos acuden votar.