lunes, julio 17, 2017

HELICÓPTERO EN HORA CERO


HELICÓPTERO EN HORA CERO
Agustín Blanco Muñoz

Tiene todos los elementos de una producción cinematográfica. La típica novela del hombre-héroe- todopoderoso. Ya hay quienes lo ven como un individuo que reúne  los requisitos para asumir la condición de nuevo vengador y salvador.

Surge como de la nada la tarde del 27 de junio. Urgente, última hora: un helicóptero, supuestamente robado en La Carlota y conducido por un desconocido, y se supone que acompañado, atacó con unos 15 disparos la sede del Min. Interior y luego se dirigió a la sede del Tribunal Supremo de Justicia al cual lanzó disparos y 4 bombas, una de las cuales no estalló.

En ninguno de los ataques hubo víctimas. ¡Seguiremos informando. Por nada del mundo se aparte de nuestra sintonía. Los próximos capítulos amenazan con más emociones!

De inmediato el  aparato de seguridad estatal abrió averiguaciones sobre lo ocurrido. Nadie tenía idea del asunto. No funcionó ningún tipo de alerta, radar ni nada parecido. Alguien roba un helicóptero y cumple una misión sin que nada lo ponga en evidencia o en peligro. Ni siquiera un sustico.

¿Tendrá algún precedente un evento de esta naturaleza? Apenas es posible recordar aquel avión que aterrizó en la Plaza Roja en Pekin en 1987, conducido por el adolescente Matías Rust o los aterrizajes y los dramáticos y espeluznantes  vuelos de Batman.

El 28/07/17 el  Min. Interiores Reverol declara que se ha activado la alarma roja internacional contra aquellos que atacaron la sede del MIJ y el TSJ desde un helicóptero, que fue localizado abandonado en Osma, Estado Vargas.

Señala además que estaba tripulado por Oscar Pérez, un oficial desertor del CICPC, vinculado con la CIA, con la Embajada Norteamericana y nada tendría de extraño que tenga protección de alguna buena brujería, tipo babalao.




Sólo faltó por referir que Pérez hizo valer su ojo pelao para evadir un simple aterrizaje y tratar de lograr, como en efecto lo hizo, un aterri-topochos. Su nave bajó con cuidado y se abrió espacio en la siembra. Allí pudo el arriesgado aviador, abastecerse de los topochos necesarios, para tener las fuerzas requeridas y remar la lancha que le llevaría a alta mar, vía un simulado exilio.

Y quede claramente establecido que el propietario de la parcela es el único detenido en este affaire. Y se le investiga hasta las últimas consecuencias por ser productor de ese energético alimento que se califica como el máximo culpable de la fuga del piloto del siglo. ¡Productores de topochos, contad con la cárcel aun cuando seáis inocentes!

En esta misma fecha, el 28/06, el Min. Información hace la narrativa del “atentado”. El Min. Defensa es el último en pronunciarse. A nivel internacional fue escasa la atención prestada a este acontecimiento que luce,  desde un inicio, como un espectáculo que inspira  muy poca credibilidad.

Este episodio, con todos los rasgos de lo novelado y  del humorismo bufo, se pone rápidamente a un lado. Se convirtió en un silencioso hazme reír. Porque a tan noticioso atentado no se le consiguió patas ni cabeza. Por donde se le miraba aparecían puros agujeros.



Pero en la noche del 13 de julio en una especie de arte y magia, reaparece en la Plaza Altamira el excéntrico  hombre helicóptero. Se presentó en moto  a participar en el “homenaje a los caídos”. De inmediato se hizo centro de atención. Fue entrevistado por medios nacionales e internacionales. Todo un héroe en plena faena.

Para Oscar Pérez, una vez que el pueblo decida el domingo 16, comenzará la “hora cero” que dará paso a la “calle sin retorno”, el trancazo nacional y a la huelga general indefinida. Se echará el resto, ni un paso atrás, porque no hay nada que perder.

Reitera el aviador de este modo que vamos hacia un enfrentamiento radical  llamado a impedir las elecciones para elegir los miembros de la Constituyente convocada para el 30 de Julio.

Y  con la misma facilidad con que llegó, y una vez lanzado su jugoso discurso, Pérez se retiró sin problemas de un escenario que siempre está vigilado e infiltrado, gracias a sus facultades de capitán de altísimas maravillas.

El tipo emprendió su vuelo de retirada por las puertas más voluminosas e iluminosas. Mientras,  La totalidad de las policías se hicieron las desentendidas y cinco días después no hay el más mínimo comentario de las mismas sobre el personaje que, supuesta y penosamente, “más y más buscan”.

¿Pero habrá alguien que aún piense que Oscar “Batman” Pérez es un opositor que forma parte de quienes encabezan las luchas contra esta dictadura?

La Mesa de la Unidad Democrática (MUD) no se ha desmarcado del   contenido de su discurso la noche de su sorpresivo aterrizaje. ¿Será que lo está estudiando como próximo secretario general?

El aparato represivo del Estado, a su vez, ha guardado estricto silencio respecto al “desafío del hombre del helicóptero”. El patuque se hermana con la burla y la confusión.

Y la conclusión parece muy clara: ya es inevitable la guerra entre la imposición constituyente y el respectivo rechazo de la  MUD. Los dos monstruos llevan sus partidarios a una confrontación que se mantendrá en un contexto de violencia.

Ratificará su imposición la parte que tiene la mayor fuerza. Y como en la casi totalidad de las guerras,  los vencidos habrán dejado en el camino buena parte de los recursos y la credibilidad que les quedaba.

 ¿Se asumirá entonces la guerra permanente o se irá hacia el armisticio-paz luego de profundizar más esta tragedia? ¿Habrá alguna mesura para detener los escenarios de la muerte?

¿Se seguirá jugando aquí al ofrecimiento de la  conquista de una libertad que hasta hoy, y por desgracia, sólo deja un registro profundamente trágico?

¿Algún día quedará en el olvido y desechado todo anuncio de los aviadores de la aventura de supuestos beneficios compartidos?  

¡Qué historia amigos!


abm333@gmail.com / @ablancomunoz
17 julio 2017

2 comentarios:

Unknown dijo...

Muy bueno...

Unknown dijo...

conFUSIÓN genera la poca capacidad de respuesta de represión de un régimen represor y la falta de posición de la oposición, acerca de este personaje y sus acciones.