miércoles, octubre 11, 2006

OTRA CARTA A RAFAEL RATTIA



Rafael

Cuando me llamaste para decirme que ibas a enviar tu ensayo sobre Tiempo de Guerra, señalaste que ese es un libro desgarrador. Y tu excelente nota recoge y trasmite esa idea. Sí, tienes toda la razón, este testimonio de La Poeta quedó para el registro de un tiempo, sus actores y la tragedia que les tocó cargar y que aún cargamos. Porque ¿cómo hace uno para escapar a ese tiempo de tanta conmoción? ¿Cómo dar espacio al olvido de los compañeros que quedaron en el camino y a nuestra propia condición de un tiempo que al final terminó en la negociación y en los 'pasquines electorales'?

Rafael, en realidad, no puedo menos que festejar que una gente de tu calidad y condición, asuma la tarea del rescate de este texto para los tiempos que vendrán. Y déjame decirte que nosotros en la Cátedra trabajamos con la convicción de que se trata simplemente de dejar regadas algunas ideas, testimonios, registros de un tiempo lleno de dolor y aspiraciones que algún día alguien recogerá y tal vez le sea de alguna utilidad. Es la conciencia de trabajar para las 'generaciones' que vendrán. Dejarles, como quería Pío Tamayo' más de lo que nosotros recibimos.



Sí, Rafael, estoy de acuerdo contigo en el papel de fuego, grito y combate que le asignas a la poesía en estos tiempos de tan hondas heridas. Y creo también, aunque suene como parte interesada, que trabajos como el de Mery son necesarios en las manos de quien se acerque a ese que es este mismo tiempo. Porque esta poeta en medio de su conflicto militante, familiar y hasta amoroso, saca fuerzas para empuñar su palabra de reclamo respecto a quiénes son los muertos de esta guerra.

¿Los que quedaron en el camino o los que creen seguir en el camino? Y por ello a la hora de la muerte de Fabricio Ojeda señala: "la muerte de un hombre sentencia la vida / de muchos hombres / digamos de una vez por todas / quiénes están con esta guerra.


Para la Poeta era necesario en aquel momento determinar, deslindar para saber dónde estaba la revolución: porque una cosa es andar haciendo la teoría / de la revolución / y otra / hacer la revolución / y hay muertos que matamos nosotros.

Aquí salta el desgarramiento a que tú aludes. Nosotros matamos o nos matamos. ¿Pero nosotros hacemos una revolución? ¿Entonces qué es una revolución?

Y dentro de esta gran duda o duda mayor se inscriben más preguntas: "si la guerra no es más / que este largo combate por el hombre / para que el hombre regrese al fin / a una morada distinta / entonces / qué aguardamos. ¿Qué esperamos para hacer una revolución que nos aparte de la "revolución" que hacemos en la pura teoría y que nos permite ser los mismos de siempre?

Rafael, para nada pensaba yo verme escribir hoy sobre cosas de poesia. Tu eres el único culpable de llevarme a ese Tiempo de Guerra y a ese libro desgarrador, como lo calificas. Recibe un abrazo grande de este amigo que tanto te quiere.

Agustín Blanco Muñoz

No hay comentarios.: