domingo, enero 20, 2008

CINCUENTA AÑOS DESPUES

El grito fue terminante: ¡Viva la unidad que derrotó la tiranía! ¡Al fin la democracia! ¡Nunca más una dictadura con sus presos, torturas y crímenes! Ahora habrá respeto a la constitución y las leyes, división de los poderes, libertad de expresión y gobiernos elegidos en libres y limpios comicios, que contarán con el apoyo irrestricto de las fuerzas armadas.

La crisis final se inicia con el paro estudiantil del 21/11, continua con el plebiscito del 15/12/57, que extiende el mandato de Pérez Jiménez hasta 1963 y adquiere mayor velocidad el 01/01/58 con el alzamiento militar que, aun derrotado, desbarata los mecanismos de defensa del mando-poder. El 23/01 la dictadura da paso a una democracia administrada y dirigida por el Pacto de Punto Fijo.

Junto a la institucionalidad estaría la siembra del petróleo, para favorecer a los venezolanos de esta generación y siguientes, lográndose así la verdadera independencia-soberanía.

El triunfo electoral el 06/12/98 de quien lidera una conspiración de 10 años que intenta derrocar a Carlos Andrés Pérez el 04/02/92, se basa en una campaña que enfila el golpista contra ‘las cúpulas podridas de AD y Copei’ que sumieron al país durante 40 años en la corrupción y todas las miserias.

El 02F-99 el GP asume el mando-poder con el objetivo de refundar la República y producir un cambio de sistema. Pero hasta la fecha lo prevaleciente ha sido la continuación de las cúpulas podridas ahora revolucionarias y bolivarianas.

Y el cambio hacia el socialismo del siglo XXI, intentado por la vía electoral, consiguió enemigos en el propio seno del ‘proceso’. El referendo del 02D-07 produce un resultado a favor de ‘las oposiciones’ que nadie ha podido explicar, pero que aceptan las dos partes.

Cuando faltaba por procesar el 12% de las Actas de 9 millones de votantes el CNE declara que la diferencia del 1% es irreversible. Una burla del electorado a dos voces.

50 años después, el Pacto de la Reconciliación le permite al régimen desacelerar su desgaste y no hundirse en medio de sus propias contradicciones y puñaladas.
El reconocimiento de su derrota, la libertad de Usón y la llamada “Ley de Amnistía” serían muestras de su deseo de convivir en la democracia y la libertad. Sancho, con otro pacto de la desvergüenza-destrucción hemos topado! abm333@gmail.com

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