domingo, enero 27, 2008

REFLEXION-COMENTARIO SOBRE 'EL PRESO DE OPINIÓN' II

El Preso de Opinión, habla el General Usón, preso político y de conciencia, Cátedra Pío Tamayo, Caracas, UCV, 2007. Ramón Santaella Yegre
(Segunda parte de comentario-reflexión).

En las 26 páginas de introducción de la obra, ABM asume en uno de los subtítulos: “La Globalización desplaza al Capitalismo y al Socialismo” (p. 26)

Hemos leído y releído dicho subtítulo, y nos ha costado entenderlo, porque la Globalización no ha podido existir sino como producto de la dinámica del Capitalismo, al que le ha servido no para desplazar, sino para succionar, por ejemplo, al socialismo soviético, a consecuencia de un proceso implosivo de sus estructuras, o bien, para penetrar en el socialismo chino, dónde anida tal vez, la más grande de sus victorias, aun cuando ésta se traduzca en el futuro casi inmediato, en el mayor de los desastres sociales, a consecuencia de una mayor cuota de participación en el proceso de calentamiento de la atmósfera en la historia del planeta.

No compartimos con ABM su afirmación: “La globalización ha creado una nueva realidad y leyes distintas a las que conocíamos hasta el presente” (Idem.); entendemos la Globalización como una nueva realidad, producto de nuevas relaciones que mantiene el Sistema Capitalista, creador de nuevas tecnologías, producto de los avances de la ciencia, con las diferentes estructuras espaciales existentes en el planeta; sin negar, por supuesto, que la Globalización, en la medida en que crece y se desarrolla, haya estado configurando y acelerando determinadas relaciones, hasta emerger en condición de “top-ley” del Sistema Capitalista en la actualidad.

La Globalización funciona en la unidad sistémica del capital, no fuera de ella, ni paralela a cualquier otro sistema económico social existente, al que pudiera asumir o penetrar para aprovecharse del mismo y alcanzar sus objetivos. En razón de ello, solo percibimos dos tipos de estructuras espaciales en la superficie del planeta, las integradas al proceso productivo globalizado, y las residuales o residualizadas, pero, ambas, integradas a las relaciones de mercado capitalista (Incluso, se pudiera plantear la posibilidad de hacer una clasificación de mayor especificidad, y hablar de estructuras integradas, incorporadas –término medio de la clasificación-, y residualizadas).

El marxismo, es sabido, ha reconocido que toda unidad lo es de la diversidad, se asume como ley dialéctica, se incluye la más abstracta de las manifestaciones de la ciencia, la Matemática, cuando se habla de conjunto y subconjuntos; esto lo traemos a colación porque ABM, a consecuencia del subtítulo, cuya esencia pretende sostener, considera que la Globalización “trasciende” al Capitalismo, y la percibe como “un sistema de sistemas”. Objetivamente, desconocemos el propósito y sentido de tal afirmación, que en términos generales se nos presenta como una situación axiomática que sirve para caracterizar a cualquier sistema existente (ley derivada de la dialéctica).

En este sentido, al referirse a la Globalización como “sistema de sistemas”, la coloca fuera de la unidad capitalista, puesto que, a nuestro juicio, el sistema de sistemas, históricamente hablando, no es otro que el configurado por el capitalismo, al que corresponde la Globalización como una de sus partes-desarrollo, incluyendo manifestaciones de socialismo existentes; cuestión que nos lleva a considerar que más que desplazamiento, casi equivalente a exclusión desde la unidad, deberíamos pensar en integración, incorporación, inclusión y, por qué no, succión de sistemas por el capital, gracias precisamente, a su globalización.

Cuando hablamos de unidad, pudiéramos coincidir con ABM cuando expresa: “lo que está en frente no es, simplemente, el sistema capitalista, sino éste más el poder global” (Idem.); sin embargo, admitimos que la unidad integra, o residualiza para darle tiempo al tiempo en muchos de los espacios que le pertenecen, es decir, no suma, no resta, no excluye ni desplaza; sin dejar de admitir que la globalización hace del capitalismo actual un sistema diferente (dialéctica de la historia), totalmente cambiado al de hace unas décadas.

No podemos entender la Globalización como sumatoria del capitalismo, es mucho más que eso, es expresión de nuevas relaciones del capital con los espacios (sociales), es ley general, es arma poderosa del capital que somete, integra o incorpora a otros sistemas económico sociales, pero todo cuanto pueda impulsarla, deriva de las otras leyes del capital.

Otra afirmación de ABM: “el enfrentamiento al imperio del capital, es obra de la globalexplotación, en medio de un complejo e intrincado juego de piezas en la geografía mundial, que tiene como objetivo fundamental reajustar las cuotas de ganancia y poder” (p. 27).

Es posible que el autor en cuestión haya querido dar a entender que en la actualidad el poder absoluto es del capitalismo, mientras las estructuras espaciales a las que el mismo sistema les había otorgado el derecho al poder económico, financiero y bélico, han quedado residualizadas de esa relación de poder, mientras son seleccionadas otras más convenientes tanto del G-8 como del G-5, que pudieran asumir nuevas relaciones, y una posible diferente cuota de poder, siempre designada por el capital.

Cuando se habla de “reajustar cuotas de ganancia” parece quedar claro que se trata del imperio del capital, donde no hemos percibido discontinuidad en su capacidad de continuar siendo el sistema económico social dominante en cuanta estructura espacial existe, manifestación misma de la globalización que le es propia, de manera tal que, los cambios y transformaciones que ha sufrido el capitalismo con la globalización, no dejan de ser manifestaciones importantes pero que, históricamente hablando, no han producido transformación de la medida que le permite continuar siendo lo que hasta la actualidad ha sido.

La Globalización no puede enfrentar al sistema o “imperio del capital”, por el contrario, le refuerza y le universaliza, le ha permitido al capital divorciarse de la legislación administrativa de diversos estados, específicamente de la ley antimonopolio, mediante toda la gama de fusiones inventadas para ello. En la actualidad, más que nunca, el capital se mueve con libertad entre las estructuras espaciales del planeta, escoge sus nuevas residencias, y obliga a los estados a modificar su legislación nacional para su propio beneficio (caso China); todo gracias a la Globalización, cierto, pero como expresión del “imperio del capital”, no de manera paralela o individual.

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