viernes, junio 28, 2013

¿ADIÓS A MI VENEZUELA QUERIDA Y CORRUPTA?





¿ADIÓS A MI VENEZUELA QUERIDA Y CORRUPTA?

Agustín Blanco Muñoz

 ¿Qué  decir sobre la situación que padecemos? ¿Este desastre tiene remedio o es mejor que quien pueda apague la luz y se vaya con sus macundales para otra parte?

Antes hemos señalado que 14 años del llamado gobierno socialista sin socialismo son suficientes para convencer  hasta a los más fanáticos que por esta vía sólo se puede llegar a un barranco.

Se quiso poner en vigencia un capital-socialismo de Estado con mercado propio y el fracaso fue estrepitoso. Aquí hoy no hay producción ni funcionan los mecanismos de importación. La inflación crece. Y no podrá  frenar sin  cambios económicos sustanciales.

La deuda aumenta. Los chinos son los nuevos y grandes beneficiarios. Y siguen más gestiones. Las reservas internacionales van en picada. La desconfianza en el bolívar ya es dimensional. Hay una marcada carencia de divisas para satisfacer la demanda  para importaciones de alimentos y  materias primas. La especulación con el dólar sigue su ascenso, lo que hace aún más escabroso el cuadro económico. Algo muy difícil de superar.

Y el problema radica no sólo en el déficit fiscal, la baja capacidad operativa, la casi nula producción sino también en  el robo público o  corrupción.

El discurso de Nicolás Maduro sobre el tema es explosivo. El 21 06 13 en  Carabobo relacionó la patria con la corrupción. Dijo que frente a la banalización de la idea de patria, hay que recordar que ahora tenemos patria verdadera. Y a renglón seguido señaló que ante  este flagelo “hay que cortar todo lo que haya que cortar para que haya patria”. ¿Dónde está entonces la patria verdadera?

Y si la corrupción niega la patria y  esta república ha tenido un registro permanente de corrupción, es evidente entonces que aquí no ha habido patria.

La situación es particularmente comprometedora. Por una parte se observa una gran intranquilidad social, debido a problemas sustanciales por la escasez de alimentos. Y por otra nos conseguimos con una administración pública deficiente  y  cargada de la corrupción que  daña  en forma proporcional y directa la acción de gobierno.

En principio se hizo creer que la base y fundamento de la gestión denominada socialista del siglo XXI, era radicalmente diferente a la anterior. Sin embargo, dada la señal de alarma que lanza NM, es inevitable advertir que la corrupción de hoy nada tiene que envidiar a la ejercida en “la cuarta”.

Y no es la única identidad con aquel tiempo y sus instituciones. Esta es una llamada revolución igualmente montada sobre un molde neoliberal que ha servido para que el gran capital obtenga los más altos beneficios que se conocen en el período republicano. El alto capital bancario-financiero nunca alcanzó mayores fortalezas.

Y esta es una de las grandes paradojas de este tiempo. Mientras se desarrollan altas cúpulas del capital, la miseria da vuelta hacia los sectores de la pobreza y hasta la clase media baja. Se aprecia en tales circunstancias lo que significa el agotamiento de un modelo capitalista con capacidad para mantener el orden-estabilidad en lo social,  político,  militar  e institucional.

Un cuadro de resultados cada vez más lamentables que es examinado en el comando superior de Venecuba para establecer  las medidas a tomar y pasos a ejecutar. Lo más significativo radica en la decisión  de dejar a un lado el llamado modelo socialista para concentrar los esfuerzos en el desarrollo de estructuras capitalistas que permitan una mayor inversión extranjera y un mercado a nivel de las exigencias de esta sociedad.

Hay claridad en esa instancia respecto a que la salvación de la  denominada revolución socialista y bolivariana está en el propio capitalismo, en el barril de petróleo bien pagado en el mejor de los mercados. Y la salvación de esta experiencia sirve para lograr el mismo propósito en la totalidad de Venecuba.

Una dimensión en la cual  se desarrolla  la novedad de un socialismo que nada tiene que ver con clase obrera y lucha de clases sino con el dólar petróleo como entidad financiera. Al igual que en la totalidad de experiencias de este tipo no hay el propósito de cambiar relaciones y modo de producción. La gran  novedad de esta “integración revolucionaria” es que se sostiene a punta de renta petrolera.

Por más de medio siglo se ha mantenido una revolución a noventa millas del imperio pero que no ha significado peligro alguno para su seguridad. De ella se ha obtenido más bien beneficios: es la mejor evidencia de las posibilidades de lo que se conoce como socialismo.

Y a la hora en la cual aquí se habla de revolución y de seguir el ejemplo cubano, pero con la particularidad de permanecer en el mercado petrolero yanqui, se le da luz verde a sus ejecutorias. Por ello desde un comienzo de este proceso hemos sostenido que se trata de una revolución made in USA.

Y hoy, ante esta hecatombe  se concluye que es necesario dejar cada vez más atrás al comandante gigante, supremo y eterno que hizo las mayores inversiones para obtener el más  alto producto a nivel socialista. Sin embargo, en la práctica sólo se llegó al más calificado  capitalismo salvaje.

Todo esto significa que aquí puede seguir la prédica, el discurso, los gestos y la mímica socialista, pero lo concreto-histórico está cada vez más identificado con el capitalismo  destructor, que hace buena el arma de una corrupción que opera con su disfraz socialista.

Y no falta hoy quien mire hacia Brasil. El descontento tomó la calle sin partidos ni “mesas unitarias”. Una población ya cansada de la domesticación politiquera reconquista su capacidad de protesta y exige cambios en la orientación política. El movimiento adquiere tal fuerza social que los guardianes del orden ya disparan y matan.

No es el caso de promover aquí ningún tipo de violencia sino de impulsar la fuerza social organizada y consciente para lograr verdaderos cambios históricos y ciudadanos a quienes ni siquiera les pasa por la mente la posibilidad de dejar a la deriva a su muy querida Venezuela.  ¡Qué historia amigos! T:@ablancomunoz / abm333@gmail.com

El Universal, 28 de junio del 2013

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Profesor, uno de los mejores artículos que le he leído. Una reflexión verdaderamente profunda.

Javier Ascanio

Anónimo dijo...

Mis respetos al Dr Muñoz, como siempre muy acertados sus análisis. Esperemos que los que aun se encuentran engañados por las dádivas que les han entregado, despierten y se den cuenta en la gran trampa que nos tendieron logremos enmendar el camino antes que sea irremediablemente tarde.