DIFÍCIL OCUPARSE de cosas banales y domésticas cuando crece la intensidad de la guerra. Sin embargo, y aunque no lo advirtamos, todo se interrelaciona. Por esto reiteramos que en nuestra guerra interno-electoral-global no habrá salida inmediata, porque no se concederán las tales condiciones: voto manual, depuración del REP y no a las capta-huellas.
Carece de sentido entonces crear el cuadro electoral que necesita el régimen para cuidar su discutible legitimidad. La idea es incorporar a la AN una oposición que salve el pluralismo democrático y la formalidad de una paz-convivencia inexistente. De no lograrlo, crecerán las posibilidades de violencia. Sin embargo, prevalece el festejo electoral impulsado básicamente por la incapacidad de ‘las oposiciones’ para crear otra política.
¿Y cómo se visualiza hoy y aquí la violenta crisis del medio oriente? ¿Cuán su repercusión? ¿Estamos ante la III guerra mundial? A lo largo del mundo de la propiedad ha predominado la guerra. Y en cada caso los poderes mayores planifican las acciones para mantener el sometimiento de ‘los otros’. Lo importante es avanzar, apropiar y destruir. El objetivo lo marca el expansionismo. De allí que los poderes toman y se anexan. Es la permanente invasión. Las llamadas guerras mundiales son tales porque los poderes implican a las partes que puedan sumarse a su influencia y actuación dispuestas a dominarlo todo. Por tanto, el problema central hoy radica en el viejo tema de la hegemonía. Y no es sólo obtenerla sino saber mantenerla.
Carece de sentido entonces crear el cuadro electoral que necesita el régimen para cuidar su discutible legitimidad. La idea es incorporar a la AN una oposición que salve el pluralismo democrático y la formalidad de una paz-convivencia inexistente. De no lograrlo, crecerán las posibilidades de violencia. Sin embargo, prevalece el festejo electoral impulsado básicamente por la incapacidad de ‘las oposiciones’ para crear otra política.
¿Y cómo se visualiza hoy y aquí la violenta crisis del medio oriente? ¿Cuán su repercusión? ¿Estamos ante la III guerra mundial? A lo largo del mundo de la propiedad ha predominado la guerra. Y en cada caso los poderes mayores planifican las acciones para mantener el sometimiento de ‘los otros’. Lo importante es avanzar, apropiar y destruir. El objetivo lo marca el expansionismo. De allí que los poderes toman y se anexan. Es la permanente invasión. Las llamadas guerras mundiales son tales porque los poderes implican a las partes que puedan sumarse a su influencia y actuación dispuestas a dominarlo todo. Por tanto, el problema central hoy radica en el viejo tema de la hegemonía. Y no es sólo obtenerla sino saber mantenerla.
LA ‘GUERRA MUNDIAL’ permite el control del mundo por parte de los vencedores, que hacen las veces de los imperios de todos los tiempos. Los nuevos mapas son el resultado de dominaciones que extinguen la ‘multipolaridad’. Esa es la historia de la humanidad hasta nuestros días. Con el ‘agravante’ de la simplificación por la vía de la concentración de poderes. Llegamos así a la bipolaridad. Pero el desmoronamiento del ‘socialismo real’ reproduce la unipolaridad y reactiva en lo específico el imperio unipolar norteamericano.
Pero el 11S-01 se produce el mayor desafío a ese poder. Allí actúa una gran fuerza-potencia-superior: la globalización, la máxima expresión del capital financiero. Ya no estamos en ‘la fase superior del capitalismo’ sino en una que está por encima de todas las manifestaciones de los Estados-poder-país-nación. Poderes unidos a la informática-tecnología de punta y a nuevas formas de concebir y realizar el orden mundial. Quedaron atrás entonces las “guerras mundiales”. El lugar lo ocupa ahora la guerra globalizada que está muy por encima de las antiguas entidades de poder.
LA CAÍDA DE LAS TORRES GEMELAS es al capitalismo-imperialismo lo que el muro de Berlín para el socialismo. Y se impone un añadido: el socialismo sin socialismo que hoy toma el rumbo del capitalismo quedó materialmente liquidado. Y el mismo capitalismo-imperialismo es rebasado por la globalización. Este componente no sólo pone en el suelo las ‘gemelas’ sino que marca el más permanente y destructor aparato de control del mundo. Los frentes-bloques financieros-ideológicos-religiosos avanzan hacia la conquista-invasión global. Mientras, aquí jugamos al carnaval del sin sentido electoralista. ¡Qué historia!
Pero el 11S-01 se produce el mayor desafío a ese poder. Allí actúa una gran fuerza-potencia-superior: la globalización, la máxima expresión del capital financiero. Ya no estamos en ‘la fase superior del capitalismo’ sino en una que está por encima de todas las manifestaciones de los Estados-poder-país-nación. Poderes unidos a la informática-tecnología de punta y a nuevas formas de concebir y realizar el orden mundial. Quedaron atrás entonces las “guerras mundiales”. El lugar lo ocupa ahora la guerra globalizada que está muy por encima de las antiguas entidades de poder.
LA CAÍDA DE LAS TORRES GEMELAS es al capitalismo-imperialismo lo que el muro de Berlín para el socialismo. Y se impone un añadido: el socialismo sin socialismo que hoy toma el rumbo del capitalismo quedó materialmente liquidado. Y el mismo capitalismo-imperialismo es rebasado por la globalización. Este componente no sólo pone en el suelo las ‘gemelas’ sino que marca el más permanente y destructor aparato de control del mundo. Los frentes-bloques financieros-ideológicos-religiosos avanzan hacia la conquista-invasión global. Mientras, aquí jugamos al carnaval del sin sentido electoralista. ¡Qué historia!
Publicado en El Universal, 21 de julio del 2006
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