lunes, enero 11, 2010

A JORDÁN HERNÁNDEZ - NUEVO DELITO IMPONE EL GP




Con voz propia
Alberto Jordán Hernández


En el número 21 de sus testimonios violentos, Agustín Blanco Muñoz (ABM) pone al habla al capitán del Ejército Otto Gebauer Morales (OGM), condenado por un nuevo delito, el de ver llorar al GP (Golpista Presidente como define el historiador al teniente coronel Hugo Chávez)

El 11 A Yo lo vi llorar habla el capitan Otto Gebauer, El hijo de Dalile, que me correspondió presentar en Maracay, ofrece interesantes revelaciones dignas de análisis: “un verdadero expediente de la institución armada” y una “Minuciosa Biografía del 11 al 13 de Abril del 2002. Y pone en evidencia la vulneración de derechos humanos, constitucionalmente tratados como ninguna otra Ley Suprema, sin excluir la corrupción, característica de este autoritario régimen.

Es el tomo 21 de la citada colección, el séptimo relacionado con el GP. Los anteriores son los siguientes: Habla el Comandante, publicado a dos meses de la elección de 1998; El Comandante Irreductible Jesús Urdaneta Hernández; Herma Marksman, Chávez me utilizó; La Maisantera Chávez, capitán Luis Valderrama; Del Proyecto al Proceso, comandante Yoel Acosta Chirinos; Habla el que se fue, mensaje de Carlos Ortega; y, El Preso de Opinión, general Francisco Usón Ramírez, preso político y de conciencia.

Después, “Escribir sobre Chávez se ha vuelto un lugar común, pero es también una oportunidad para acceder a un mercado global ansioso por entender lo que ocurre en Venezuela”, reseñaba Marisol Pradas en El Nacional (30/06/2006). Pasan de 576 los editados según estimaciones del historiador Ramón Castellanos, en Últimas Noticias.

Igualmente podría señalarse lugar común a los textos del 11 A, golpe o vacío de poder, tal lo calificó sentencia del Tribunal Supremo de Justicia, que el régimen hizo anular. Un ligero censo nos llevó a contar veintidós libros, en buena parte subsidiados oficialmente.

De acuerdo con la cita periodística, y con referencia a la escasez del líquido vital, diremos de la mayoría de las obras dedicadas al GP, que terminan fastidiando de tanto repetirse, al igual que el cántaro (tapara en su léxico): tanto va al agua que termina rompiéndose.

Volviendo al libro del lloriqueo, OGM revela que “Jamás imaginé que el preso podía ser Chávez”. Cuando le ordenaron custodiar un detenido. Contacto con él tuvo en la mañana del 12 A.

Posteriormente PG manifiesta aprecio a oficiales de custodia; les dio “muchas gracias por haberme protegido, por el trato que me dieron”.

Atención especial tuvo para OGM a quien le regaló las botas norteamericanas que usaba, con el argumento: “no me van a hacer falta porque no me voy a volver a poner el uniforme’. De haber devuelto esas botas, tal se lo pidieron al preso torturado y humillado, hubiera recobrado su libertad, pero su dignidad le impidió aceptar.

“Me negué a mentir y por eso estoy aquí (en la Cárcel de Ramo Verde). Vi a un Chávez llorando y que me diga a mi que es mentira. A ese respecto hay que señalar que las damas son más fuertes que nosotros en este país. Llorando como el propio cobarde, como el hombre que no quiere afrontar lo que le viene producto de la conducta demostrada''. Derramó lágrimas para que le dieran un avión que le llevara a Cuba.

“El PG renunciante es devuelto a Miraflores por los mismos que lo detienen”. Ahora manda preso a quienes lo salvaron y coloca a su lado a quienes trabajaron por su prisión. Nos suministran una lista de los oficiales aludidos en primer término. Allí encontramos unos ascendidos, jubilados; algunos que siguen activos en la FAN; otros a quienes les facilitaron asilo; unos ocho que siguen trabajando. Todos sin juicios abiertos contra ellos.

albertojordanhernandez@yahoo.es



Solicítelo a los tlfs: 0416-6387320 / 0414 333 6515 / 0212 6052536

1 comentario:

Anónimo dijo...

Yo leí el libro y creo que es de los trabajos más serios que se ha hecho sobre el 11 de abril del 2002. Por los momentos me uno a la posición del capitán Otto Gebauer de que ahí no hubo ningún montaje sino una gran desorganización de parte y parte.

Un saludo para el capitán y para el profesor Blanco Muñoz.

Martín Velásquez