miércoles, enero 23, 2013

DECÍAMOS AYER 23-01-1998 : 23 DE E NERO: ¿TIEMPO DE DEMOCRACIA, UNIDAD Y LIBERTAD?


PUBLICADO EN ENERO DE 1998



23 DE ENERO DE 1958
¿TIEMPO DE DEMOCRACIA, UNIDAD Y LIBERTAD?


Las interrogantes hoy deben ir más allá del proceso que culmina el 23 de enero de 1958, con la huida del dictador y el ascenso al mando de una Junta Militar de Gobierno. Los actores principales de la sustitución de comandos no fueron las piedras, palos y gritos del pueblo, ni tampoco una acción orgánica y conjunta de Junta Patriótica, partidos políticos y Fuerzas Armadas. Lo determinante en este caso es la decisión del poder local que, en conexión con el Departamento de Estado Americano, consideraron necesario liquidar una administración que ya no garantizaba la estabilidad-gobernabilidad. Los demás elementos sirvieron de marco para el desenlace.

El presidente-dictador sale del país por su propia voluntad y medios. A La Carlota se presentó con su séquito y hasta con un piquete encargado de su custodia y seguridad. Las posiciones gubernamentales fueron abandonadas, en ningún momento, defendidas. Las preguntas deben enfilar entonces, hacia cuestiones que trasciendan lo anecdótico-circunstancial, porque de lo contrario se proseguirá por el camino de los exámenes efectistas y emocionales, que no tocan las consideraciones de orden histórico. Ya no es posible dar cabida y espacio a los estudios “comparativistas” destinados sólo a poner de relieve las virtudes de la democracia o el oprobio de la dictadura

Lo central es lo relativo a la implantación del proyecto democrático Un proceso que tiene una concreta y específica causalidad y que no es producto del capricho o la ocurrencia de alguno de los actores de este acontecer. Desde la muerte del Benemérito se intenta establecer un Estado democrático que se constituyera en la base de una sociedad que disfrutara de libertades, derechos y garantías. Pero esta propuesta, que adquiere su mayor dimensión a la hora del gobierno medinista, se produce en el marco de la lucha mundial contra el nazismo.

Hasta este momento, la democracia, en el país, es una invitada formal. Todas las constituciones de la historia republicana aluden a la democracia, la libertad, la igualdad, la solidaridad, los derechos, las garantías ciudadanas. Y en cada caso, no fueron más que postulados que en la práctica se violaron. Hasta los gobiernos dictatoriales ejercieron el mando en su nombre y con el más claro apego a las leyes.

El 23 de enero de 1958 asume como bandera principal la unidad, Todos unidos para, al fin, darle al Estado venezolano una organización que permitiese el establecimiento y desarrollo de la libertad y el pleno ejercicio democrático. Quedaría atrás todo un mundo de iniquidades, egoísmos y desigualdades. Entraría en vigencia un Estado capaz de garantizar la salud, vivienda, educación, el derecho a la vida, los derechos humanos.

Vivir en democracia significaría de este modo ingresar a la construcción y disfrute de otra realidad. Los venezolanos, en su conjunto, avanzarían hacia la conformación de una realidad que les asegurase una mejor forma de vida. Reforma agraria, industrialización nacional, sustitución de importaciones, nueva política petrolera, suspensión de concesiones, cese de las restricciones impuestas por el mercado norteamericano, son algunas de las propuestas.

El objetivo central en el orden económico estaba dado por la búsqueda de una mayor productividad-ingresos que sirviera para abrir fuentes de trabajo, disponer de los recursos necesarios para profundizar la democracia en todos los órdenes, e invertir en obras sociales que permitieran contener la intranquilidad social.

En ese marco se produce el Plan de Emergencia, que logró mantener en la calle a un contingente de defensores de la democracia capaces de enfrentar “a quienes intentaran retrotraer el país hacia etapas ya superadas”. Los recursos servirían también para invertir adecuadamente en unas FAN que garantizaran, conjuntamente con una buena policía, la estabilidad del régimen democrático.

En este momento, en realidad, se echan las bases formales y materiales para la conformación de una democracia que ya en la propia madrugada de su nacimiento, colocó a las mayorías sociales en plan de protesta contra los dos integrantes perezjimenistas de la Junta de Gobierno. Al amanecer estos oficiales fueron sustituidos por dos industriales y el colectivo entendió que había triunfado.

Desde entonces se representó formalmente las mayorías y rápidamente se organizaron las elecciones para poner fin al gobierno de facto y darle paso al régimen constitucional, a la instalación de todos los poderes y en especial a un legislativo que elaborase la ley de leyes de la democracia. Cuando el Ejecutivo promulga esta Constitución, en 1961, para que dejase de regir la “Constitución Dictatorial”, ya estaba encendido en el país el cuadro de violencia y se tenía conciencia de que cuanto había comenzado el 23 de enero de 1958 era exactamente una tiranía-unitario-libertaria-democrática. Una de las peores desgracias que ha recaído sobre la historia llamada republicana de lo que aún se considera un país-nación con el nombre de Venezuela.

publicado el 23 de enero de 1998.

1 comentario:

Unknown dijo...

Siguiendo con e 23 de enero, una de las grandes mentiras que se han venido repitiendo durante 55 años es que el heroico pueblo de Caracas derrocó a Marcos Pérez Jiménez. Falso de toda falsedad. Fue un conjunto de circunstancias que hicieron que políticos de Acción Democrática, Partido Comunista de Venezuela y COPEI, organizaran los pasos necesarios para que se desatara una huelga general y a continuación, un grupo de militares disidentes dieran un ultimatum a un gobierno que se caía a pedazos.
El glorioso pueblo de Caracas salió después!!!. Una vez que la "Vaca sagrada" estaba bien lejos con su cargamento que no era otro que el dictador, su familia y alguno que otro áulico y, por supuesto, una platica en efectivo para los primeros gastos.
Por tanto, cuando se conmemora el 23 de enero se celebra a los partidos de la democracia y a quienes combatieron al tirano desde la calle, la cárcel o el exilio, entre quienes estaban Rómulo Betancourt, Rafael Caldera y Jóvito Villalba.