domingo, junio 12, 2005

Locura y tragedia boliviana

La petición del renunciante presidente Mesa fue clara y contundente: ‘Estamos al borde de la guerra civil’. Es hora de ponerle fin a esta locura. Y la única manera de evitar más violencia es con elecciones hoy mismo (EU, 09/06/05, p.1/2). Su solicitud fue finalmente escuchada. Las dos cabezas del poder legislativo relegaron la sucesión y asumió finalmente Eduardo Rodríguez, presidente del poder judicial.

Esto forma parte de las peticiones del diputado y líder cocalero Evo Morales. Lo mismo ocurre con la inmediata convocatoria a elecciones, el referéndum para aprobar o no las autonomías y en cierta medida con la nacionalización de los hidrocarburos. En esto último el dirigente político no ha sido del todo firme y en muchos momentos ha hablado de ‘recuperación’. Se alude de este modo a la obtención de los mejores beneficios en la comercialización del petróleo y el gas. De allí que tenga asidero la pregunta en relación al apoyo con que cuenta el dirigente. ¿Estarían dispuestas las etnias que le siguen a poner de lado la nacionalización?

Admitamos entonces que Morales sólo representa a una parte de aymaras, quechuas, guaraníes y demás etnias. Por ello no es aventurado sostener que para la firma de la tregua que comenzó con la designación del mandatario de la transición hubo una negociación intercúpulas. Cada una de las partes sabe a que atenerse y tiene conciencia de cuanto le corresponde por los favores concedidos. Estamos en presencia entonces de la misma tragedia que administran los mismos actores. La tragedia de un Alto Perú que no ha superado el otro trauma, el de la ‘República Bolívar’ creada para solucionar grandes problemas de ‘naciones no organizadas’.

BUSCADORES DE BENEFICIOS

Y hoy la transacción ocupa de nuevo la condición de inevitable. ¿Otra vez se utiliza el colectivo social? La realidad boliviana se caracteriza por la complejidad y el uso que de la misma hacen las ‘partes interesadas’ internas y externas. Sobre ella han recaído y recaen muchos buscadores de beneficios, que toman como punto de partida o instrumentos a los ‘originarios’. Y es de este modo como lo que en un principio son ‘naciones’, etnias con diferencias no esenciales, se convierten en entidades que comienzan a formar parte de bloques externos que reciben impulso y subsidio.

De allí que hoy se planteen las autonomías en las cuales tienen interés las corporaciones trasnacionales y países como Brasil, USA, Argentina, Chile. Los vecinos tipo Brasil en el pasado disfrutaron de las riquezas bolivianas y hoy está pendiente y activo para obtener una parte mayor del mismo botín petro-gasífero. Bolivia, es un país pobre, una inmensa geografía con una población que no llega a los diez millones de habitantes. Y hoy es un imán que atrae las más diversas ambiciones. Esta es una constante desde los tiempos de los ‘pobladores originarios’.

LA PERMANENTE UTILIZACIÓN DEL COLECTIVO

Esas comunidades siguen siendo utilizadas. Y cuando miramos hacia delante, la oscuridad llena muchos espacios. En el presente a Bolivia se le pone a formar parte de un proyecto que no ha creado ni impulsado. La ‘internacional bolivariana’ es obra de las cúpulas venezolana y cubana. La idea-programa consiste en lograr la integración alrededor del ALBA. Las gestiones fracasaron y por ello todo quedó en la unión Venecuba. Una evidente y estrepitosa derrota que trata de salvarse con la eventual incorporación de Bolivia al bloque que, aunque no se enfrente, se diferencia de MERCOSUR o CARICON. El ‘eje La Habana-Caracas’ iría tras la incorporación de La Paz. El fracaso seguiría pero estaríamos frente a una potencia energética.

El resto de los “aliados”, en especial Brasil, no se juntan ni identifican con ese ‘bloque’ en acciones diferentes a las que le pueden dar provechos. La actual situación boliviana registra en su cuadro causal mucho de lo actuado por su propio habitat. Pero a eso hay que agregar el componente exterior que en este caso tiene que ver con el propio desarrollo del ‘modelo revolucionario’ y para más señal con el ‘neosocialismo’. Nadie sabe de qué habla el golpista-presidente (GP), pero lo cierto es que, por todas partes se crea la sensación de quiebra y frustración. En efecto, por la vía del Plan Bolivariano no hay un mayor avance.

El fracaso del socialismo real aquí alcanza niveles de sobredimensión. No será posible entonces someter el pasado-atraso para abrir cauce a una señal de verdadero compromiso con el futuro. Por ello ante la carencia de componentes de auténtico compromiso para el ‘movimiento revolucionario’, habrá que debatir sobre el contenido de una revolución que nada ha tenido que ver con aquello de la toma del poder por parte del proletariado. Esto no se ha dado en ninguna parte y por lo tanto, esa revolución al menos está por desarrollar. Eso es lo que se busca hoy y aquí.

Pero en el fondo nos situamos ante una dura realidad: si este proyecto “socialista-revolucionario” no se ejecuta por falta de recursos humanos, nada más adecuado entonces que pensar en la ‘inmigración revolucionaria’. Y por esta vía no serán sólo los cubanos haciéndose dueños de este ex-país, habrá necesidad de echar mano de la colonización revolucionaria china. Entonces veremos a los herederos de Mao desarrollando zonas agrícolas y haciendo grandes aportes a la ‘nueva revolución’. Entonces la locura y tragedia boliviana habrá llegado a su mayor dimensión.
abm333@gmail.com

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