domingo, septiembre 25, 2005

EL SOCIALISMO MAISANTERO Y LA PROPIEDAD PRIVADA



¿Por qué La Marqueseña se convierte en especie de campanada-alerta sobre el futuro de la propiedad privada en la recién nacida Venecuba? Desde que comenzó el proceso de invasiones se pensó que se trataba de situaciones coyunturales superables por vía legal o acuerdos, y no de expropiaciones. Pero en la acción sobre esta finca se expresa claramente el fin politiquero y las ansias de poder de este régimen y sus líderes.

Al intervenir en La Marqueseña se da inicio a las expropiaciones socialistas, tal y como lo establece el código-legislación venecubano. Se pone a un lado toda formalidad histórica o legal. En adelante se aplicará la violencia más abierta y descarada, en nombre de un ‘pueblo’ al que se dice beneficiar. Y nada más indicado que comenzar esta gran acción bolivariana en tierras con gran “abolengo heroicista”. Allí acampó Zamora según el cuento que su abuela Rosa Inés le sirviera al GP en la infancia. Pero éstas a la vez fueron tierras de su bisabuelo Pedro Pérez Delgado, alias Maisanta. Peón nacido en Ospino en 1880 y devenido en guerrero en el escenario de la Venezuela del alzamiento permanente.

Primero fue de la montonera de Castro y cuando éste cae se pasa a la de Gómez. Allí frecuenta hasta que se le ocurre participar en una acción contra el régimen que al final terminará por reducirlo al Castillo de Puerto Cabello donde no se cansó de pedirle clemencia-perdón al dictador para que le concediera la libertad. Su terrible drama culmina en un infarto en 1924.

En tiempos de Castro, quien lo nombra jefe civil y militar de Sabaneta, se hace propietario de La Marqueseña, según el testimonio que nos sirve su biznieto el 27 de abril de 1995 (Habla el Comandante. Caracas, 1998, pp.47-50). Gómez lo despoja de su propiedad y la pasa al Estado. El hoy GP considera llegado el momento de hacerle justicia a su antepasado y reconquistar estas tierras para el ‘pueblo’, para la causa familiar y la socialista que, en definitiva, son una misma cosa. De modo que la finca que fue del ‘cuatrero revolucionario’ comienza la transformación socialista del agro venecubano. Según anuncio extraoficial, hoy se hará en el sitio la declaración del inicio del Socialismo Maisantero.

¿Significa eso que vamos rumbo al despojo de toda propiedad para que sea el tal Socialismo de Estado, salvador y todopoderoso, quien administre y ejecute lo que le dé la gana? Ya se anunció que se pasará también a la transformación urbana. ¿Dejarán a cada quien con su vivienda principal y despojarán e ‘indemnizarán’ a quien tenga más de una propiedad en las ciudades? ¿Se resolverá así el problema de la vivienda? ¿Se apoderarán también de los ahorros y hasta de la posibilidad de movilización? En el primer caso se afecta supuestamente a los latifundistas y ‘oligarcas’. En la ciudad se perseguirá a la difícil clase media que no se ha caracterizado por tener una conciencia crítica, pero a la cual los duros golpes la han obligado a tomar el rumbo de la madurez. A esta clase le ha tocado sortear una difícil problemática entre la pobreza y la riqueza cuyo enfrentamiento está en la base del acontecer que ha destrozado este ex-país. Mientras, los gobernantes, burócratas y dueños del país, lejos de acortar brechas, las profundizan y agravan.

Aquí no hay un Estado dispuesto en la práctica a derrotar la pobreza para que las mayorías tengan acceso al trabajo, servicios, salud, vivienda, educación. Más allá del discurso lo que prevalece es un simple cambio de dueños. Y los necesitados del medio rural o urbano, lejos de avanzar, están cada vez más pobres y desvalidos. Entonces ¿cuál es la revolución y cuál la redistribución de la riqueza? ¿Es ese el comunismo Venecuba al que vamos?

En estas dos “revoluciones” ahora fusionadas bajo la invocación de Maisanta, hay una élite de privilegiados que son los dueños de todo y una mayoría que no tiene ni siquiera posibilidad de pensar por si misma. Y si bien no se trata de convalidar los invasores que desde 1492 acumulan tierras y privilegios, hay que preguntarse si el problema aquí hoy es la propiedad privada de la tierra o la forma como se ha manejado. ¿Está la solución en el Estado propietario y administrador de todas las tierras? ¿Cuál es el proyecto de transformación del agro? ¿Son los fundos zamoranos o endógenos el punto de partida para la transformación de nuestra realidad agraria? Porque el “socialismo irreal” demostró que el Estado propietario puso esa condición al servicio de la manipulación y represión de un colectivo que se sacrificó con la ilusión de crear una nueva sociedad.

Aquí a lo largo de casi siete años de ‘destrucción’, la corrupción-enriquecimiento ocupa la casi totalidad de las estructuras del poder. Son los principales acumuladores y traficantes. Sus cuentas sobrepasan cualquier estimación. Es gente unida a la compra de bienes inmuebles y a comisiones, prebendas, extorsiones, abuso en el ejercicio del poder, impunidad, ya presentes en los gobiernos anteriores pero que, lejos de desaparecer, se han repotenciado en este tiempo de miserias. Un estado de corrupción sobre el cual se habla pero no se enfrenta porque es un arma con capacidad suprema para devolverse y liquidar hasta el propio gobierno, donde hoy ejercen su poder los nuevos propietarios del robo mayor.

II
LA PROPIEDAD PRIVADA EN EL “NUEVO SOCIALISMO”

El llamado “viejo socialismo” no acabó con la propiedad privada. Intentó poner en práctica la tesis de Marx según la cual la propiedad social sobre los medios de producción permite avanzar hacia la extinción del Estado. ¿Pero dónde se creó un modo de producción distinto al capitalista? Por mucho tiempo se creyó que había surgido una nueva forma de propiedad y producción. Y se pone el caso de la Comuna como ejemplo de desarrollo de la revolución socialista. En l975 visitamos una unidad agrícola de ese tipo. Pero cuando preguntamos por su conexión con el mercado, se nos dijo que la entidad estaba constituida por propietarios que actuaban de manera autónoma e independiente y que al llegar el momento de la cosecha negociaban con el Estado.

¿Y quiénes conformaban ese Estado? ¿Es verdad como reza la teoría leninista en El Estado y la Revolución, que estaba constituido por un proletariado en funciones de poder? En ningún caso se ha creado una nueva sociedad y un nuevo modo de producción. La clase obrera, como hoy los ‘excluidos’, son tomados como instrumentos para consolidar en el poder a nuevas minorías propietarias, que se autoproclaman opuestas al capitalismo. Pero en la práctica ¿a qué se oponían? ¿Se creó acaso una estructura administrativa guiada y dirigida por el colectivo? En general, se estableció su ‘representación’.

Y a ese efecto, la élite capitalista se sustituyó por la socialista. Un nuevo discurso con sus correspondientes lineamientos y procedimientos. Una nueva legislación para una supuesta reorganización de la sociedad, la producción y el propio Estado. En sentido estricto se establece una estructura que apunta hacia una nueva forma de dominación. La banda opresora del capitalismo es cambiada por la “socialista”. Hasta la fecha ésta ha sido la dirección de “los procesos de cambio”. ¿Se hay construido un “mundo mejor” en alguna parte del planeta?

En ese marco, ¿qué propone entonces el neosocialismo, socialismo del siglo XXI, postcapitalismo o presocialismo, como lo denominó el GP en Guayana, el 20-09? ¿Qué significa ir construyendo espacios postcapitalistas “que se conviertan en el futuro en espacios socialistas¨? Refiere el GP un socialismo para Venezuela, no impuesto por nadie, sin exclusión de medios y de los ricos de la población. ¿De qué estamos hablando? ¿Acaso un Estado regido por los intereses y puntos de vista y deseos de los explotados-excluidos? Ese es el discurso. ¿Pero en verdad apunta en esa dirección la política-acción del proceso revolucionario-bolivariano? ¿Cuáles son los intereses que prevalecen en el actual Estado venezolano?

III

LA IMPOSICIÓN DEL FRACASADO MODELO CUBANO

La República Socialista de Venecuba (RSV) se rige hoy por una dinámica propia que crea e impone leyes específicas. El proceso de cambios aquí sigue lógica y servilmente lo que ya es su modelo. Y para corregir errores del pasado está planificada y en pleno cumplimiento la connivencia con el imperio a quien no le falta ni faltará un solo barril pues del caudal de dólares dependen ahora estas “revoluciones”.

EL cuerpo de “leyes revolucionarias” ya aprobadas: Fuerzas Armadas, Código Penal, Resorte, BCV, Ilícitos Cambiarios y las que vendrán como la de Educación, Propiedad, Custodia del Niño, Niña y Adolescente, Salud, le permitirán profundizar los cambios a favor del “nuevo Estado” y garantizar su supervivencia. Un régimen que proclama la acción-poder-gobierno del colectivo pero que finalmente se tranza por su representación. Esto conforma la existencia de un autoritarismo con firme inspiración totalitaria y fascista, cuya dirección corresponde a un jefe único o salvador de salvadores.

Por ello, cada vez habrá mayor participación-control del Estado venecubano en todas las áreas de la vida política, social, económica, religiosa, publicitaria. Los controles que coordina el G2 cubano estarán dirigidos a conformar estructuras que garanticen la tranquilidad del colectivo. Se le limita en su acción a partir de la compra de su voluntad-conciencia y esto se complementa con el control comunicacional, institucional, educacional. Se crea trabas en las posibilidades de movilización de la sociedad y se instrumentan medidas para atemorizar a quienes no sean afectos al régimen. Así se llegó a dividir al electorado entre firmantes o despreciables escuálidos y los buenos o ‘revolucionarios’. El propósito fundamental es controlar la clase media sobre la cual recae el peso fundamental de las protestas del año 02 y las luchas entregadas por la “politiquería blindada” que tiene una terrible culminación el 15Ag.-04, cuando se inicia el salto venecubano que nos hunde cada vez más.

Un proyecto que pretende imponer una economía endógena, solidaria o social, en la cual no predomine la ley de la ganancia sino una ayuda humanitaria, respaldada por créditos que se deben entender más bien como tarifas para la creación de una gran estructura de apoyo al mantenimiento del proyecto de destrucción que hoy ‘avanza a paso de vencedores’ para liquidar cada vez con mayor fuerza, empuje y decisión lo que ya es un ex-país.

Por esto hemos sostenido que estamos frente a una batalla entre dos pasados, con idénticos propósitos, apuntando a la consecución o conservación de espacios, en medio de lo cual, el colectivo es arreado, manipulado para que sirva de sostén y fundamento del nuevo-viejo poder.

En ese marco se producen medidas como las de La Marqueseña y habrá quien opine que se trata de expropiar a un expropiador, de tocar los intereses de quienes siempre los han esgrimido a su propio favor. ¿Pero realmente se trata de un acto de justicia social, que redundará en beneficio de ese hombre del campo históricamente expoliado? ¿O se trata de crear un nuevo estado latifundista a semejanza del de Gómez? Aquel se entregó al imperio yanqui, y éste pretende negociar su futuro en el diabólico juego de la guerra, declarando el fin de los imperialismos, mientras coquetea con él, para mantenerse en el poder con base al barril cada vez más alto.

IV

Y QUÉ HACER ANTE EL SOCIALISMO MAISANTERO

Y ante este terrible cuadro ¿qué hacer? Esto debe resolverse colectivamente, porque de lo contrario, profundizaremos la misma derrota-destrucción ahora llamada revolución. Indispensable avanzar en el trabajo consciente, en el estudio-comprensión del monstruo de doble cabeza que asedia al colectivo para establecer la política-acción para enfrentarlos. Porque el objetivo de la gran mayoría tiene que ser la refundación de Venezuela sobre las bases establecidas por ese colectivo, no en el viciado, corrupto, manipulador y tramposo pasquín electoral maisantista, ni en el enfrentamiento violento que conduzca a nuevas masacres, sino en nuevas y creadoras formas de acción que impliquen altos compromisos y mucho sacrificio para hacerlos realidad. Sólo así podrá enfrentarse un régimen dispuesto y armado para ejercer todo tipo de supeditación, control.

¿Seremos capaces de crear mecanismos colectivos de lucha dirigidos hacia la construcción de un futuro sin privilegiados disfrazados de víctimas para controlar y reprimir las mayorías? ¿Tendremos capacidad y fuerza para crear políticas más allá del electoralismo tramposo y la violencia masacradora? La pelea es dura y difícil. O se emprende o quedaremos inscritos en el registro de la complicidad de tan larga y ‘productiva’ historia en este expaís. abm333@gmail.com
Publicado en El Universal, 25/09/05

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