lunes, octubre 16, 2006

¡Y SEGUIMOS DESCUBIERTOS!


Miró

A COMIENZOS DE LOS 80, cuando ya se iniciaba la preparación del gran festejo para celebrar en Sevilla 92 los 500 años del llamado ‘descubrimiento de América’, desde la Cátedra ‘Pío Tamayo’ y el Centro de Estudios de Historia Actual de la FACES / UCV, levantamos la voz, conciencia y acción de los No Descubiertos.

Dijimos entonces, y repetimos hoy, que nos apartamos de la falacia que ha servido de base y fundamento, para hacer y explicar la historia que se realiza en estas tierras desde el momento en el cual se produce la invasión de 1492, que se vendió como descubrimiento.

¿Y qué es esto de ‘descubrimiento’? ¿Dónde, cómo y cuándo se comienza a utilizar esta denominación?

Las empresas de descubrimiento están referidas en las Leyes de Indias como exploraciones que permitan aumentar -vía ultramar- los territorios que ya se poseen.

En este sentido, se descubre, halla o localiza tierras ‘no vividas’ las cuales se apropian para realizar sobre ellas el respectivo poblamiento que dé origen a una sociedad.

Queda claro entonces que no hay descubrimiento de gente.

En el caso de lo que hoy se conoce como ‘América’, el único continente ‘descubierto’ en la historia de la humanidad, el invasor utiliza el cognomento para justificar la apropiación.

PERO OCURRE QUE éstas eran ‘tierras vividas’ por milenios. Y por ello la empresa descubridora crea el cuadro histórico de la usurpación.

La fuente de acusación es la gente. Por tanto se impone demostrar que no eran portadores de tal condición: no eran humanos. Apenas una especie de animalidad que, por supuesto, no tenía alma y como tal digna de ser exterminada para abrirle campo a la siembra de verdadera gente.

Esto explica la profundidad del más grande genocidio que conoce la humanidad. Por lo menos 20 millones de seres fueron liquidados por el civilizado y culto descubridor, conquistador y colonizador. Y cuando finalmente a los sobrevivientes se les otorga condición de gente con alma, se mantiene la del inferior-descubierto.

Por ello, en la medida en que extinguen el habitat originario levantan el tiempo e historia de los invasores, destructores y negadores de una procedencia que alcanza hasta los 60 mil años en los casos de mayas, aztecas e incas y entre 20 y 30 mil años en lo que hoy es Venezuela.

Desde entonces se desarrolla la historia de los descubiertos.

Y frente a este designio levantamos la voz y conciencia de los No Descubiertos. Y dijimos: ¡no hay sociedades cubiertas ni descubiertas!

¡NADIE DESCUBRE A NADIE! No aceptamos haber sido descubiertos, inventados o creados por el europeo.

Reivindicamos nuestra data milenaria, la historia total del hombre de estas tierras. Por ello somos una conciencia y una condición distintas. Y sólo una conciencia de esa dimensión nos permitirá apartarnos del designio de los invasores de ayer y de hoy.

Por ello enfrentamos todo régimen de imposición que ponga a un lado los valores de la igualdad, justicia, libertad y democracia.

Consideramos, en consecuencia, que es hora de luchar por una historia diferente que haga del colectivo el sujeto-agente principal. Atrás queda la historia del héroe Colón que tantos seguidores registra a lo largo de estos 514 años.

Por eso en la actualidad nos negamos a alimentar la permanencia de la historia-pasado-descubrimiento. Hoy se impone la construcción de una nueva perspectiva de la historia: la que tiene en el planteamiento-esencia de los No Descubiertos una nueva visión y contenidos que sirvan para plantear y realizar una verdadera ruptura con la historia impuesta desde l492.

Se impone entonces hoy librarnos de la historia caudillo-mesías-salvador y avanzar en la construcción de la historia de signo transformador y porvenirista.

LA TAREA ES DIFÍCIL y compleja. Pero mientras no lleguemos a entender la necesidad de actuar en términos de teoría y práctica para crear una nueva realidad, seguiremos repitiendo los viejos pasos, procedimientos y escenarios que nos mantienen en la historia de las conveniencias de las minorías. Y seguiremos viviendo la historia que se nos diseñó desde La Pinta, La Niña y La Santa Maria.

Y de lo que se trata es de recuperar a plenitud la humana condición y una historia realizada desde la perspectiva de un hombre dispuesto a construir su propio destino para no aceptar nunca más el impuesto por las “civilizaciones superiores”. Tarea que sólo un colectivo consciente y organizado puede emprender.

Y ese mensaje sigue vigente en estos tiempos del llamado ‘socialismo del siglo XXI’ que es continuación de la misma historia. Por ello estamos obligados a hacer la reflexión de y por la historia sin falsificadores descubiertos de uno u otro signo que nos invitan a permanecer unidos al pasado. abm333@gmail.com /



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