La charla se desarrollaba a ritmo normal hasta que hubo la participación de una amiga de la ‘sociedad civil’ que pidió precisión respecto a la forma de salir en el corto plazo de lo que llamó “esta pesadilla”. Nuestra respuesta fue vista como irreal y pesimista. No hay posibilidad -dije- de acabar con este régimen por ninguna vía en el corto plazo. ¿Eso quiere decir que tendremos que calarnos esto hasta el 2021 o el 2030? Decir fecha es un acto poco responsable. Lo importante es advertir que aquí no hay fuerzas organizadas para producir una acción de enfrentamiento contra este régimen y esas fuerzas no se van a crear en forma inmediata para responder al deseo de quienes sienten la necesidad de producir un resultado tipo ‘ya’.
¿Pero es o no verdad que la propia constitución señala el camino a seguir frente a los gobiernos que se apartan de los fines democráticos que le han sido encomendados? ¿Quién puede negar que el artículo 350 de la constitución contempla el desconocimiento y desobediencia de un régimen que avanza a paso de destrucción? En realidad, el diagnóstico está hecho. Pero eso no significa que todos acepten estar frente a régimen autoritario con profunda vocación totalitario-fascista.
¿SOCIALISMO NEOLIBERAL?
Este régimen está apegado al esquema neoliberal-salvaje pero se esconde tras el disfraz de un socialismo del siglo XXI. Algo que sólo puede proceder en el territorio del vacío y la improvisación que evidencia el golpista presidente (GP) cada vez que trata de decir lo que es el ‘nuevo socialismo’. El último disparate alude a que se trata de algo que es ‘fresco, bonito y cristiano’, porque el primer socialista de la humanidad fue el camarada Cristo. Esto lleva el análisis, como diría Don Luis, a una situación en la cual la gata decide permanecer en la batea y no dejar lavar a nadie todo el tiempo que le dé la gana.
Pero, profesor, apartando el rollo del socialismo ¿no hay nada que hacer para que esta situación mejore? Porque si usted dice que este gobierno estará ahí para rato, ¿entonces qué nos espera? ¿Terminaremos todos despedazados en una lucha entre nosotros mismos y en la cual se meterían los militares, unos para ayudar de un lado y otros para ayudar del otro? Porque todo se puede esperar de una sociedad tan arrechamente dividida. ¿No cree usted?
Creo que lo que usted califica como ‘el rollo del socialismo’ no se puede dejar a un lado porque es una de las claves de la situación. No podemos creer que se echó mano de este recurso por simple deseo. Ya sabemos que el GP no conoce ni tiene nada que ver con marxismo, comunismo y teoría revolucionaria en general. Y esto está muy claro en el menjurje ideológico-político que por todas partes proclama y del cual Bolívar es el centro y fundamento. Y en un momento determinado, y dado el nivel de desarrollo de los radicales de su movimiento, decide, bajo la sabia conducción de Fidel Castro, dar el paso hacia ese gran enigma del neosocialismo del siglo XXI.
Pero ni siquiera hoy cuando esboza esta ‘novedosa teoría’ se atreve a mezclar marxismo con bolivarianismo. En el pasado se aprovechó de un Douglas Bravo quien combinaba marxismo con bolivarianismo y militarismo, para luego agregar indigenismo. Y es posible que haya tenido acercamientos con otros marxistas de entonces, como Teodoro Petkoff o con camaradas de Bandera Roja, pero en ningún caso puede aceptar que tiene nada que ver con marxismo-comunismo. Ahora resulta que el GP es el cristiano-católico que no existe en ABM, Habla el Comandante (Caracas, l998).
LA TRAMPA SOCIALISTA
De modo que cuando dice socialismo siglo XXI está montando una trampa más. Esta es la manera de esconder sus verdaderos objetivos, su ‘real política’ que no es otra que la neoliberal. Porque en el mundo actual y luego de las experiencias que se originan con la llamada caída del ‘socialismo irreal’, el mundo económico queda bajo el eje de influencia neoliberal, determinado por la globalización, un fenómeno de una significación y trascendencia que no siempre ha sido debida y profundamente comprendida.
EL IMPERIO GLOBAL
Estamos ante una nueva realidad en la cual el capital financiero se hizo dueño del mundo. No hay producción que esté por encima de este componente que, en términos de velocidad, informática y ‘nuevos’ mercados, se adueñan del mundo tanto en su expresión corporativo-estatal como en lo político-ideológico, militar, social, ‘religioso’. También se inscribe aquí una apreciable conexión con un terrorismo que llegó para quedarse como maquinaria que alguna vez habrá que pensar como instrumento de una globalización que ha venido a poner a cuestionar el mundo de los Estados-Potencias.
No es pequeña cosa que a esta hora se sientan grietas apreciables e imborrables en el principal imperio que lleve hoy a plantear una pregunta como ésta: ¿y cómo harán para salir airosos de Irak? ¿Se atreverán a planificar una próxima invasión? Y de no ser así, ¿hacia dónde orientar su poderío bélico?
LA PAYASADA DEL SOCIALISMO SIGLO XXI
En este contexto tenemos que ubicarnos cuando examinamos la payasada del socialismo siglo XXI. La idea es ocultar lo inocultable. Hay un agente neoliberal atrasado que tiene nada más y nada menos que la supuesta pretensión de competir con los mercados dominantes en un plano de libertad e igualdad. De antemano se sabe que tal requisito está negado. El mercado tiene sus leyes y el pez chico o lo que fue el ‘socialismo irreal’ las conocen muy bien. El GP y su entorno, que cuenta además con la sabia orientación de Castro, no puede ser la excepción de la regla.
De modo que esta es “una revolución” que está neoliberalmente con el imperio pero que, para efectos políticos y control ‘revolucionario’ de su militancia, se presenta como la máxima expresión del radicalismo socialista. Dentro de esta contradicción ni siquiera puede asimilarse a la fórmula china que se define como socialista hacia adentro y capitalista hacia fuera, desarrollando una revolución a partir de dos modos de producción, sin que hasta el presente nadie conozca lo que se llamaría modo de producción socialista.
El problema es de una apreciable complejidad que debe tenerse en cuenta a la hora del examen de lo que está planteado aquí hoy. No es verdad que un régimen como el que aplasta a este ex-país va a ser liquidado por arte de un decreto que actuaría en forma inmediata. Esto puede funcionar como un llamado de atención en una coyuntura en la cual el actor principal es lo electoral. ¿Pero es que nuestro principal problema es de esa índole?
Si en este momento se convocara unas elecciones alejadas de toda trampa-fraude lo más probable es que ‘las oposiciones’ pugnarían a muerte por establecer la correspondiente hegemonía. Por todas partes se vería un cúmulo de resacas de ambiciones que nada pueden significar en cuanto a posibilidades para la construcción de una política diferente.
LA VIEJA POLITICA DEL CAMBIO DE NOMBRES
Y no se trata simplemente de negar o descalificar. Hemos insistido mucho en la idea de que mientras no se construya una historia a partir de conceptos que apunten hacia otra interpretación y manera de hacer las cosas, estaremos simplemente repitiendo videos sobre el mismo y gastado fracaso. Hoy no puede nadie plantearse como política el simple cambio de hombres. Para muchos el GP es el problema de Venezuela, en la misma forma como antes lo fueron Páez, Guzmán, Gómez, Pérez Jiménez o Betancourt. Y no ha faltado quien piense que hay que acabar con el generador de rabias.
DE LA REPRESENTACION DEMOCRÁTICA A LA SOCIALISTA
Hoy se trata de proponernos impulsar y construir una historia que parta de otra visión del mundo, otros criterios y valores ético-morales. Lo decíamos en un trabajo anterior. No podemos seguir esperando que nos baje la línea de la consabida organización vertical para saber qué hacer. Es indispensable apartarse de ese camino impuesto y partir de nosotros mismos, para desarrollar un liderazgo propio, que impulse un esquema horizontal de participación, que deje atrás la tan conocida como perversa representación ‘democrática’, que luego se traslada a la socialista del engaño y la misma miseria.
Por esto mantenemos que lo fundamental no reside en una convocatoria 350, sino en lo que esto puede significar como inicio de un debate sobre el camino a seguir para la construcción de una sociedad alejada de las definiciones impuestas por los intereses económicos y sociales y en los cuales el colectivo ocupa el lugar de simple ficha que debe cumplir el papel que se le asigne.
LA MISMA HISTORIA DE TODAS LAS ERAS
Este es el esquema de unas minorías que disponen y unas mayorías que ejecutan. La misma historia de todas las eras. Lo planteado hoy en consecuencia no puede limitarse a cambiar la fuente de la emanación de las órdenes sino la raíz de una historia para que en lo sucesivo atienda a la acción, intereses y puntos de vista y creación del colectivo. Entonces estaremos al frente de un hacer que tiene en lo social-colectivo su arma y razón de ser. Es crear en ese colectivo la conciencia de que se es y se tiene un poder que hasta el presente ha sido utilizado por los otros y nunca por el propio productor de la riqueza como tanto insiste Marx.
CONCIENCIA COLECTIVA, ORGANIZACION HORIZONTAL
Hoy es indispensable en consecuencia, no dejarse atrapar por los esquemas de las circunstancias y volar hacia la perspectiva que permita tareas concretas para la siembra colectiva de futuro. Hacer del habitat inmediato y mediato, por ejemplo, un establecimiento de la otra historia no es tarea inalcanzable. Esa comunidad debe crecer en conciencia y a partir de este logro impulsar un hacer que lo coloque en plan creador y festivo. Es levantar su propio registro histórico, crear las metas de esa comunidad, inventar la organización para el estudio, el trabajo y el cumplimiento de las tareas destinadas a la construcción de otra realidad. Una comunidad que sabe lo que quiere, con preparación ideológica, política e histórica, con una organización horizontal, donde cada quien se sienta dueño de su propio destino, difícilmente producirá un presente o futuro lleno de fracasos.
Y es que en un tiempo como el que vivimos tan lleno de perversiones y deformaciones, un mundo que ha hecho de la destrucción su máximo valor, tiene un camino trazado que es obligado corregir. Y eso sólo puede hacerlo el hombre consciente del tiempo que vivimos y el papel que le corresponde desempeñar en el mismo.
PARA DESOBEDECER HAY QUE OBEDECER
A UNA CONCIENCIA CREADORA
Importa, por eso, que la convocatoria púrpura no se convierta en otro santuario de la prepotencia y de las verdades excluyentes que tan lamentable historia tienen en este ex país. Para desobedecer hay que obedecer a una conciencia trascendente y creadora que nos impida seguir repitiendo los fracasos como aportes. Y nos obligue a la vez a reflexionar sobre lo que es hoy el mundo de los propietarios cada vez más engreídos de un mundo al cual le falta mucho todavía por llegar a ser.
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