El urgente de última hora son los muñecos-esqueletos-fantasmas. Un esqueleto, una imagen-burla, un lamento. Una desproporción toma las rutas. Y amenaza con desplegar ristres y fuerzas. Pide que no fuyan los cobardes y viles canallas, cuando avanzan los señores de la justicia y hasta de los amores. ¿Pero para dónde va todo? A estas lides nos traslada este desgobierno que impuso desde un comienzo la locura para la falsificación y la corrupción. De eso se agarró para apartarse de todo pensamiento. De allí que hoy prosperen los esqueletos por todas partes, tanto propios como ajenos. Y en cada caso, y sin tapujos, ha quedado demostrada la mayor incapacidad para desarrollar ideas-respuestas a la tragedia-burla que se vive.
Por eso hoy impera aquí la política que hace del esqueleto un símbolo que convoca otros símbolos. Con el tiempo se impondrá la política de puros esqueletos que se reproducirán como máquinas-series. Y cada político tendrá el de su preferencia. Será como una mascota, ya sea orangután, gato, gallina, burro, caballo, tigre, elefante u hormiga. Nada que temer. Porque el pensamiento no está presente. Ni pensado. Es simple y gastada espera.
Formamos parte de la Venezuela distracción que ya no tiene analfabetos, desempleados ni pobres. Nadie a quien mandar a hacer un mandado. Cada quien está ahora en plan de gendarme presidencial. Es el submundo de la política. Cada quien con sus esqueletos, muñecos, distracciones, payasadas. Para nada sirve la seriedad. Ni las ideas. No basta con la tragedia que vivimos. Con el sufrimiento que llevamos a cuesta. Con el tango que se hizo vida nuestra. Le cae al que piense más allá de la política muñecos. ¡Cuidado con doctrinas políticas o ideológicas!
Y es la cosa de la envidia. ¡Y no habérsenos ocurrido a nosotros! Mira como cogieron cámaras y luces y votos. Y nosotros nada. Nos faltó hacer y parir muñecos. Ser muñecos. Vivir como encantados por la muñequería. Y por la fama que cogemos a partir de los esqueletos de los muñecos que segurito se vuelven votos. Que viva el voto, la pepa (que está olvidada últimamente) y la democracia muñequera. Y nadie se da cuenta que nuestra democracia necesitaba de sus muñecos y sus esqueletos. Y llegaron ellos. Y cogieron calles. Y triunfaron y todo. Se pensó nada menos que en el fin de nuestra tragedia.
En buena hora hicieron acto de existencia esqueletos y muñecos para los esqueletizadores. Pero la Fiscalía de Isaías con sus muchachos tomó la decisión de impedir la incitación al odio, al desprecio, a la burla e imputó y suponemos que condenarán a los jóvenes de Primero Justicia por muñequear (EU, 01/11/05, 1-4) Un muñeco-esqueleto dijo ser un fantasma. Y fue más allá: fantasma el presidente más preocupado en invocar el espíritu presidencial de Fidel y Maisanta que en gobernar. Fantasma el fiscal (que pronto anunciará quien mató a Danilo), el contralor, el defensor, la contralora, los diputados, los jueces, los ministros, los diputados, los rectores electorales y los otros. Fantasma Fidel Castro porque puso a andar aquí su socialismo neoliberal. Y es por eso que este es hoy un país fantasma, un ex-país que junto con otro forman parte del fantasma Venecuba.
II
SOMOS MUÑECOS DE MUÑECOS
Nos volvimos livianos y terribles muñecos. Peso de conciencia. Acusación Mayor. Señalamiento de la mediocridad que nos acusa. Porque todos somos y vivimos en los muñecos. Hacemos una historia para-esqueletos. Sin tropiezos ni complicaciones. Somos la tranquilidad de la conformidad y no nos importa que cada quien actúe ‘democráticamente’ para hacernos más fantasmas.
Por eso dice el presidente del CNE estar enojado porque una policía detuvo media docena de jóvenes que muñequeaban en solicitud de votos. Y dijo el psiquiatra que todo ocurrió por culpa de unos policías necios que se consiguieron a un juez necio que le dieron bastante publicidad a los muñecos justicieros. Este no es de los jueces que juegan a la demora. De inmediato se puso las botas y sentenció: imputados por incitar al odio-desprecio. Por crear temor, angustia, miedo. Por intimidar. Y lo que son las cosas. Hay quien pensaba que ese cometido estaba en manos del Estado ‘corporativo’ con una capacitación cada vez mayor para el crimen y la delincuencia.
Es el Estado más perverso y despreciable. Allí están las cifras: miles de desaparecidos y exterminados acusando sin esqueletos ni muñecos. La masacre de los tres muchachos en Paraguaná es la continuación de la política 27F-89, Amparo, Yumare, Cantaura, o la masacre ‘científica’ diaria. Con muerte encubierta y a voluntad de todos los poderes ‘democráticos. Más de 300 muertos y más de 800 heridos-cárceles en lo que va de año. Miles de muñecos damnificados a lo largo de Venecuba, mientras el fabuloso Estado distribuye para que el neoliberalismo sea cada vez más una verdad de las irrefutables.
LA SOCIEDAD CASCARÓN
En su conjunto esta sociedad se volvió cascarón de vacío fantasma. Derrota que se vuelve espectáculo. No somos nada en definitiva. Y no podemos llegar a ninguna conclusión. No somos portadores de futuro. Somos simplemente esqueletos, muñecos, pasado. Esa es la verdad grande de nuestra política vieja y de las “nuevas” que están hechas por las viejas para que cada quien permanezca en la condición de esqueleto, sin onda de pensamiento o creación. Apegado a todo lo que sea superficialidad. ¡Viva el Voto! ¡Viva la abstención!
No es con la política esquelética como llegaremos más allá. ¿Dónde está el pensamiento doctrinario que sirva para pensar un país más allá del espectáculo? Tenemos 200 años de esqueletos y muñecos. Estuvieron detrás de Emparan indicándole al pueblo que dijese que no querían el mando del emisario de la ‘Corona’. En el decreto de Guerra a Muerte con los venezolanos condenados a otra forma de la misma muerte. En el juicio a Piar condenando a quien era capaz de retar al jefe máximo. En la Cosiata separando los esqueletos de lo que ya estaba bien separado. En la Valencia de 1830 el esqueleto toma forma constitucional. Y se ha mantenido a tal punto que ahora va para muñeco neosocialista.
Ya pasó la hora de los esqueletos federales que armaron el pacto que detuvo la amenaza de los pobres Y vinieron luego los muñecos anti-guzmancistas, anti-castristas, anti-gomecistas, anti-lopecistas. La revolución adeca trajo sus propios muñecos juanbimberos. El esqueleto dictatorial viene rodando desde Bolívar, Páez y todos los demás. Lo vemos todavía en Pérez Jiménez o en los tiempos de la flamante democracia.
Somos una sociedad muñeco-esquelética en un contexto de sobre-decadencia-hundimiento que hace suponer la peor tragedia. Más allá de muñecos y esqueletos nos han convertido en verdaderos títeres que otros muñecos manejan a su antojo y albedrío. Nos han anulado hasta tal punto que no somos capaces siquiera de identificar el hilo que nos guía. Todavía creemos que hablamos y pensamos por cuenta propia.
Al colectivo simplemente le han legitimado su condición de excluidos y de pobreza. Sin ellos no sería posible levantar el esqueleto-burla de una revolución inexistente. Por tanto tienen garantizada su exclusión y las migajas necesarias para que bailen al son que se les toque. La riqueza maneja sus propios esqueletos, los virtuales y los reales, porque simplemente no tiene quien le ponga freno a su ambición.
El despojado y expropiado de pensamiento, sueños y acción es ese colectivo confundido, angustiado y en zozobra, a quien históricamente se le ha conducido a creer en cualquier muñeco que lo dirija. No obtiene los altos beneficios de la riqueza pero se ha convertido ya en propietario. No es dueño de sus ideas, pero desarrolla la creencia de que es un ser pensante. E incluso tiene una especie de conciencia de la justicia que le hace ver que la distribución del bienestar es algo desigual e injusto, pero no sabe qué hacer con ese sentimiento. Es algo que los hilos de otros muñecos manejarán a su antojo. Lo pondrán a rezar o a incorporarlos a las acciones filantrópicas. No le enseñarán a ser actores de una historia distinta
IV
HACIA EL GOBIERNO SIN FANTASMAS
En ese marco ¿cómo dejar de ser muñecos con fuertes posibilidades de convertirnos en esqueletos de papel o de carne y hueso? Esta es nuestra tragi-comedia actual y el anuncio de la masacre que vendrá, cuando los hilos de todos los esqueletos se enreden y confundan en un solo desespero y, una vez más, la historia quede registrada con la sangre de los muchos. Terrible y contradictorio aceptar que tenemos claridad sobre nuestro destino pero ninguna voluntad-pensamiento para cambiarlo.
El qué hacer se vuelve a transformar en qué hago. Los muñecos son muy rentables para que sus dueños aflojen sus hilos. Sólo queda que el muñeco en sí mismo adquiera condición de su propia potencialidad, de su capacidad creadora y en giro circular él mismo corte sus ataduras y eche a andar. Que en el escenario de su propia historia tenga valor y valer para decirle a unos y otros teatreros que aquí se acabó el espectáculo y que comienza la vida sin esqueletos ni burlas, muñecos ni farsas. Que no aceptaremos imposiciones ni arbitrariedades ni de unos ni de otros, que no aprobaremos dirigencias que no surjan como expresión horizontal de la propia organización del colectivo.
Que ya no iremos como reses al matadero a votar por rojos ni por azules, así se esgañiten los dueños del teatro para hacernos entrar en el redil de sus negociaciones y complicidades. Que es hora, en este expaís, de hacer un verdadero y definitivo deslinde entre muñecos-esqueletos y seres pensantes, con proyección de porvenir, al margen de toda manipulación-engaño-represión. ¿Será posible ese ‘milagro’ o ya nuestra suerte Venecuba es definitiva? Sabemos y sentimos que hemos topado con esqueléticos fantasmas que invitan a llenarnos la vida. ¿Pero porqué no echar a andar la aventura tumba fantasmas destructores de vida y pensamiento para la construcción de la historia que tendrá que ser? ¿Hasta cuándo nos gobiernan esqueletos y fantasmas con “revolución” o sin ella? abm333@gmail.com 01 /11/2005
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