domingo, noviembre 06, 2005

HACIA EL SOCIALISMO DEPORTIVO?



El asunto está claro: el beisbol profesional se convierte en laboratorio para una “buena y profunda” aplicación de la Ley Resorte. El objetivo: impedir en estos espectáculos la publicidad de alcohol y cigarrillos. Porque éste es un régimen revolucionario que vela por la salud-vida del futuro de la juventud venezolana.

Pero no queda la aludida ley en el control publicitario sino que ataca los llamados símbolos de los patrocinantes. En este caso específico a la conocida cervecera cuyo logotipo exhiben los uniformes de los peloteros. El trabajo de Johan Ramírez: ‘Ponchado sin tirarle’ (EU, 02/10/05, 3/6) considera con mucha propiedad la relación y diferencias entre publicidad y patrocinio. Advierte que si no se puede exhibir patrocinantes materialmente habrá llegado el momento de cerrar nuestra televisión al mundo del deporte.

Lo cierto es que la manera de enfrentar el fenómeno no es mediante el ocultamiento de la imagen, sino abordándolo en su fondo-raíz. Y está claro que ese no es el caso de esta seccional de Venecuba. Con lo de la publicidad se toca la forma y no los contenidos reales. El consumo de alcohol en los estadios del mundo capitalista forma parte de la rutina. En nuestro caso el universitario y el olímpico, como puntos de venta, están al frente a nivel nacional. Y Venezuela está a la cabeza del uso alcohólico latinoamericano.

¿Por qué, en todo caso, no hacer una gran campaña contra el uso del alcohol y un verdadero proyecto para sembrar el país de campos deportivos? En la Cátedra del Deporte de la UCV (cerrada hoy por el Rectorado) hemos insistido en la necesidad de establecer el deporte colectivo como un instrumento de vida que aparte al joven de vicios y lo ayude a construir el futuro.

¿Pero cuál es el otro fondo del asunto? Tal vez haya que pensar que aquí, de acuerdo con la mentalidad prestada que caracteriza a buena parte de los gobernantes de esta república de la destrucción, esté planteado acabar con el deporte profesional e igualarnos con la experiencia cubana. En esta dirección todo el deporte se convertiría en una maquinaría del Estado-proceso-revolución. Algo que entusiasmaría y alegraría mucho a Fidel Castro, en su condición de presidente de Venecuba.

La orden está dada: vamos a ir limitando la ‘empresa capitalista en el área deportiva’. Claro, esto es algo que forma parte del pantallerismo revolucionario, porque se sabe que en la práctica esto ocurrirá de otro modo. Estos ‘revolucionarios’ no se atreverán a liquidar la industria del deporte. Buscarán los acuerdos para que sigan funcionando con la gracia gubernamental. No es de extrañar que en las próximas horas se exhiba el método Chávez/Polar (Chalar) para que todo quede resuelto con méritos socialistas para Miraflores y el agradecimiento y votos de los empresarios y los fanáticos.

En cualquier caso se seguirá vendiendo la idea de la revolución que avanza a paso de vencedores, incluso en el deporte, aunque sin olvidar que a buena parte de los venezolanos no se les puede tocar a la progenitora ni a su equipo profesional. ¿También impondrán la payasada ‘deportivo-socialista’? abm333@gmail.com

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