Estamos, como los personajes de Kafka, atrapados en el mayor de los absurdos, sin que tengamos, como él, conciencia de nuestra propia responsabilidad en la construcción de los muros que nos limitan, la incomunicación de que hacemos gala, la indiferencia que determina nuestro paso solitario entre una multitud de gritos que ni siquiera alcanzamos a escuchar.
Invitamos a releerlo, conscientes de cuánto tenemos que trabajar para reinventar un mundo a la medida de un hombre que se encuentre a sí mismo, en su relación con el otro, que lejos de ser suma, se trasmute en síntesis de vida y porvenir.
FRANZ KAFKA, EL DEMIURGO
03 de julio de 1883 / 03 de junio de 1924
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