Se equivocan quienes mantienen que por la descomposición existente estamos en una crisis terminal de desestabilización que llevará a mejor vida al ‘orden constitucional’ vigente.
Mantenemos que esta tesis no se ajusta a la verdad porque no advierte que aquí la descomposición incide en la totalidad de la sociedad venezolana. Y eso significa que no hay partes que la hunden y otras que la salvan. Cada una cumple con su labor destructora como lo evidencia la actual campaña electoral.
Ambos polos, el gubernamental y el opositor, mantienen que la vida de uno depende de la desaparición del otro, pero a la vez establecen unas relaciones que se mueven entre el ‘estancamiento’ y las negociaciones para ‘la estabilidad’.
Una polarización que ignora por completo que la mayoría del cuadro político no está en esa vía y que sufre también los efectos de la descomposición. Pero ese colectivo, aunque en muchas ocasiones haya sido objeto de manipulación, es la única posibilidad de salida que tenemos para enfrentar la politiquería y cambiarle la dirección, el contenido y el rostro a la tragedia que sufrimos.
Si no es así, nos seguiremos hundiendo en las peores miserias. Lo deseable, en consecuencia, es que ese colectivo adquiera el sentido de responsabilidad, del que no han dado muestras hasta el presente los politiqueros, y proceda a la capacitación y reflexión que conduzca a una práctica capaz de producir una nueva resultante en esta sociedad. Esto significa luchar por la ruptura que no se ha dado en una historia que adquirió esta condición de ex-país.
Un hacer que forma parte de la politiquería del autoritarismo oficialista y el ‘unitario’. El primero actúa para beneficio de las cúpulas y el otro intenta convertir al colectivo en una simple y grosera ‘cúpula unitaria’ para los mismos fines.
¿Pero qué ocurrirá cuando esa deformación toque fondo y se convierta en sobre-descomposición? Un colectivo organizado puede avanzar a cumplir la misión de luchar por imponer el modelo de país que habrá de construirse sobre las ruinas materiales y morales que nos han legado las repúblicas de la destrucción.
Sancho, para pasar a otro estadio de esta historia, tenemos que superar la dura sobre-descomposición que aún nos aguarda! abm333@gmail.com
Últimas Noticias, 13 de septiembre del 2008.
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