Historia Actual
VENEZUELA
EN LA HORA DE SU MÁXIMA TRAGEDIA
¿APRENDEREMOS ALGO DE ESTA TERRIBLE LECCION?
Agustín Blanco Muñoz
Decíamos ayer
Publicado en La Razón
el 19 de diciembre de 1999
ESTA TRAGEDIA NO
COMENZÓ AYER
La tragedia que se produce en el país,
a consecuencia de las intensas y prolongadas lluvias que azotaron, y azotan aún
a buena parte del territorio, no se
inicia el 15D-99. Tiene una larga data, que alcanza los 507 años, y está indisolublemente ligada a la historia de la
pobreza. Una historia que se inicia con la llegada del invasor, quien arremete
contra la propiedad colectiva, forma de vida y
organización del hombre de estas tierras, para establecer una sociedad a
la medida de sus intereses. A partir de ese momento, se imponen las leyes de
quien arriba a este continente en plan de dueño y señor. Y se conforma una
clara división entre riqueza y pobreza, superior e inferior, que se mantiene
inalterable hasta nuestros días.
Por ello hemos afirmado que el
pueblo-pobreza-explotación surge en estas tierras en 1492, al producirse la
invasión. Y no sólo se trata de aquel conglomerado que sobrevivió el genocidio
adelantado por el invasor contra más de 20 millones de aborígenes, sino que a
él se habría de sumar todo aquel sin acceso a bienes de fortuna. Ese conjunto
humano habrá de constituirse en el colectivo-pueblo-pobreza. Y las leyes del
invasor se encargan de dejar perfectamente delimitados los espacios que habrán
de ocupar y las condiciones y derechos a los que podrán aspirar.
LA RIQUEZA CREA SU POBREZA
Al pobre, en consecuencia, le
corresponde, por designio de la propia imposición, velar, alimentar, cuidar la
riqueza, aún por encima de la profundización de su propia agonía-destrucción.
La pobreza subsiste para que florezcan y perduren los beneficios-privilegios de
la riqueza. Pero debe tener bien definida su ubicación y la función que le
corresponde cumplir. En ese sentido, el colectivo-pobres, se constituye para la
riqueza en una institución en la cual se debe invertir a fin de que pague los
mejores dividendos y preste los más rentables servicios.
A pesar de la condición de
inferioridad que se les impone, resultan imprescindibles para garantizar el
crecimiento de la riqueza. De modo que se les asigna indistintamente el papel
que conviene a la clase dirigente de turno. En todo el período anterior a la
llamada república, la pobreza sirvió para extraer perlas del fondo del mar,
minerales del centro de la tierra, sembrar y cosechar los granos, atender y
servir a los dueños, cargar y construir lo que fuese de utilidad para la
riqueza.
EL ESPACIO DE LOS POBRES SIEMPRE HA ESTADO BIEN
DELIMITADO
A la hora del movimiento
independentista, el pobre es utilizado como el soldado- carne de cañón, a quien
se le gana con el ofrecimiento de cambios que mejorarían sus menguadas
condiciones de vida. Pero el triunfo de
los patriotas, sólo vino a consolidar la continuación de la sociedad regida por
la oligarquía, ratificando al colectivo-pueblo en su carácter de instrumento al
servicio de la riqueza. Por ello, el aparato de dominación se cuidó desde un
inicio en darle la ubicación más conveniente.
Se trataba de crear dos espacios
geográficos bien definidos, que permitieran delimitar los respectivos
intereses. En ese sentido, el espacio de los pobres, estuvo bien diferenciado.
En el casco urbano está la residencia de la riqueza y la
administración-gerencia, actividad comercial y control-gobierno de sus bienes.
Más allá, con clara separación, está el campo en el cual se realiza la acción
agrícola o pecuaria.
EL PETRÓLEO Y EL
POPULISMO DESPLAZARON
LA POBREZA HACIA LAS
CIUDADES
Esa situación materialmente perduró
hasta que se inscribió el petróleo en la economía nacional. En ese momento se
produce un desplazamiento del espacio de la pobreza. El campesinado es atraído
por una ciudad que ve crecer su actividad administrativa-comercial e
industrial. Por consiguiente la mano de obra se desplaza del agro a las
fábricas.
Y al producirse la proletarización del
colectivo-pueblo y la progresiva extinción del campesinado, se define un
espacio para la pobreza en el propio marco de la ciudad. Se registra así una
especie de convivencia, a pesar de que el modo de vida, tipo de vivienda y
ubicación específica conservan sus especificidades. Hay entonces las
urbanizaciones de los dueños-señores, ubicados en los mejores y más seguros lugares,
y los barrios de la pobreza agolpados en terrenos baldíos, en los parajes más
inhóspitos.
Mientras en el primer caso se trata de
construcciones firmes, provistas de todos los servicios, en el segundo, estamos
frente a viviendas improvisadas, situadas en terrenos inestables, que carecen
de adecuada infraestructura. No se produce un proyecto ni un diseño de vivienda
para este colectivo. Por el contrario, se le deja hacer, con lo cual crece
vertiginosamente la toma de espacios inseguros.
UN CINTURÓN DE
MISERIA QUE PAGA LOS DIVIDENDOS
DEL VOTO
La ciudad capital, además de centro
administrativo-gerencial de la riqueza, es el asiento de los poderes. Esto hace
posible la inversión de grandes sumas para ganar el favor político de los
pobres. Este es un fenómeno alimentado
abiertamente por la llamada democracia representativa puntofijista.
Una democracia que, al nacer, implanta
un Plan de Emergencia que produce un verdadero éxodo del colectivo-pueblo del
campo hacia la ciudad. Se acentúa la excesiva concentración de población en las
ciudades, particularmente Caracas, y el casi total abandono del campo. Y es a
partir de este momento cuando comienza a crecer vertiginosamente el llamado
cinturón de miseria.
La pobreza que se agolpa en la ciudad está
entonces muy por encima de la demanda para la producción de riqueza, pero el
“remanente” paga dividendos cuando se le llama a votar por quien le permite
vivir en el espacio de la riqueza del cual puede derivar despojos o sobras
urbanas con las cuales subsistir. La pobreza se ha acercado entonces –y ahora-
a la riqueza y a la fuerza política que ejerce el mando. De ambas aspira
obtener los beneficios para el simple subsistir. En este sentido, esa
fuerza-pobreza desde 1958 es objetivo de los políticos del populismo-subsidio.
UN COLECTIVO
DESPLAZADO SE REFUGIA
EN CUALQUIER ESPACIO
Pero este fenómeno no puede verse
aislado del propio proceso económico que vive el país al quedar inserto en la
globalexplotación. Los nuevos modelos económicos generan acumulación y riqueza
sin estar directamente vinculados a una masa obrera que es sustituida y
reemplazada por las nuevas tecnologías. En ese marco, la pobreza proletaria que
al menos percibía un sueldo miserable, pasa a convertirse en un colectivo
desplazado, sin lugar en la producción, sin recursos para subsistir, que se ve
empujada a los mayores padecimientos: hambre, hacinamiento, insalubridad, inseguridad, drogas, delincuencia, miseria.
Esta población busca refugio en cualquier
espacio, ubicación en cualquier rincón donde pueda levantarse un techo de zinc.
No importa la carencia de servicios, éstos los creará la necesidad. Y comienzan
así a apilarse casas tras casas, sin otro orden ni concierto que el de
sembrarse en un pedazo de tierra, por más inhóspita que sea.
LOS GOBIERNOS DEJAN
HACER Y HASTA ESTIMULAN ESTA MUERTE ANUNCIADA
Los diferentes gobiernos, a su vez,
dejan hacer, sin que medie planificación ni preocupación alguna por la vida de
quienes se agolpan alrededor y en medio de la ciudad. Por el contrario, lejos
de procurar políticas capaces de crear mejores condiciones de vida, se dedican
más bien a remendar y paliar, con lo cual multiplican los males y refuerzan los
peligros.
En lugar de procurar, como dicen las
ordenanzas, que no se construya en un perímetro determinado de las quebradas,
se procede a embaularlas, con lo cual materialmente se permite e invita a esa
población a asentarse a sus orillas, a enclavarse en los cerros, a configurar
un hábitat de alto riesgo y de inmensa peligrosidad.
Nada de esto es nuevo, por supuesto.
Es sabido que anualmente las lluvias cobran su cuota de muertos, damnificados
y despojados. Y pareciera que es un pago
que se acepta sin mayores dolientes.
ESTA TRAGEDIA DEJA AL
DESCUBIERTO LA ESENCIA
DE ESTA SOCIEDAD
DESHUMANIZADA
Pero ocurre que en esta ocasión, la
furia de la naturaleza multiplicó el desastre y dejó al descubierto el sentido
y esencia de una sociedad que, como la del invasor, permanece dividida entre
una riqueza que goza de los mejores privilegios y una pobreza dejada a la peor
de sus suertes.
Ese es el cuadro que presenciamos hoy.
Los desaparecidos, muertos, tapiados, damnificados pertenecen en su gran
mayoría, por no decir en su totalidad, al pueblo-colectivo-pobreza. Las casas
derrumbadas estaban a las orillas de quebradas embauladas, en cerros
inestables, en lugares que pertenecen a los cauces de los ríos.
Y el agua se llevó barriadas enteras,
dejando el dantesco espectáculo de la muerte instalada en el rostro de seres a
quienes no se les ha dado la oportunidad de vivir.
SÓLO UNA AUTÉNTICA
REVOLUCIÓN PODRÁ HACER
DESAPARECER AL
PUEBLO-COLECTIVO-POBRES
Ayer
fueron los pobres de El Limón o Cariaco. Hoy las voces de la compasión y el
dolor también se levantan. Pero, al pasar los días todo volverá a la normalidad
y se olvidará, como se ha hecho siempre,
que la pobreza vive en los espacios de la muerte y que la llamada
solidaridad y emergencia no debe servir para lavar las culpas y cubrir
temporalmente el fenómeno.
Tal vez la diferencia estribe ahora en que los
daños fueron de tal magnitud que la destrucción tocó también otros puntos
débiles de un sistema de explotación, incapaz hasta de organizarse para la
mejor obtención de beneficios.
La
improvisación, la incoherencia, la falta de planificación, producto de la
corrupción, la apetencia de ganancias rápidas, la burocracia, trae como
consecuencia que junto al desastre que acabó con las casas y las vidas de la
pobreza, se llevara también vialidad, accesos, aeropuertos, puertos, y centros
importantes para la economía de la global-explotación. Algo que no es aceptable para los socios
transnacionales.
VENDER REFORMISMO POR REVOLUCIÓN ES HACERLE
EL MEJOR SERVICIO A LA CONTRARREVOLUCIÓN
Por
ello, en esta hora triste y terrible de esta Venezuela damnificada y maltrecha,
se impone tocar la raíz, la causalidad-realidad de la pobreza y elaborar las
políticas y programas que reclama su superación. Algo que sólo puede adelantar
una auténtica revolución.
¿Llegamos
en este país al fin de la masacre de los pobres o estamos ante otra simple
oración que expresa el dolor momentáneo que ya mañana formará parte del olvido
que impone el reacomodo? ¿Llegará la cara festiva del sol y olvidaremos la
tragedia de este diciembre?
¿Vendrán
nuevas elecciones y volcaremos sobre ellas todas nuestras revolucionarias
energías? ¿De qué se trata, final y definitivamente? ¿De no hacer nada mientras
llega la verdadera revolución? De esto hemos hablado en esta misma columna.
Un
gobierno, en los términos del reformismo puede abrir importantes vías hacia la
participación que permita echar las bases para el futuro desarrollo de la
futura y auténtica acción revolucionaria. Mientras eso no ocurra y se venda el
reformismo por revolución, se estará haciendo el mejor servicio a la contrarrevolución.
EL GUAPO REVENTÓ MUCHAS VIDAS
La represa de El Guapo se reventó.
Arrasó con toda la vida que le circundaba. Dejó sin agua potable a mucha,
muchísima gente. La palabra presidencial se refiere a una investigación que
mandó a realizar porque hay la sospecha de que la construcción realizada hace
veinte años adolecía de fallas graves. Se establecerán responsabilidades
(CNN,17-12-99) Este, de verdad no parece ser el problema.
A esta hora, el objetivo no puede estar
dirigido a buscar los culpables en particular. Hay que tocar lo profundo
causal, las políticas y programas, la planificación urbana aplicada. Si el
examen va en esta dirección quedará claramente establecido que estamos ante el
caso tipo de muertes de la pobreza, muertes con sello y contenido de clase.
Porque, lo hemos dicho, la clase del
gran capital no cae abatida por lluvias ni quebradas, así como no cae liquidada
por la muerte en carretera en un asueto cualquiera.
¡CHAVEZ TIENE QUE
AYUDARME!
El testimonio es de un hombre de unos 65
años. Avejentado, con cara de asombro y padecimiento. Dice haber quedado sin
nada, sin familia, sin casa ni enseres. La pregunta periodística toca el cómo
se siente y qué va a hacer. Su respuesta es directa: yo solo espero que Chávez
me ayude. Yo siempre lo he ayudado con mi voto y creo que ahora no me va a
defraudar. Necesito un pedazo de techo para vivir mis últimos días. Mi gente no
me la pueden devolver, pero que me den un techito. (CNN,16-12-99).
Es el drama de la vivienda. El déficit que
registran las fuentes oficiales supera los dos millones. Pero es un registro
dudoso porque no se establecen las condiciones para que un alojamiento se le
pueda calificar de vivienda adecuada, digna o decente. En todo caso, podría
pensarse en una carencia mucho mayor.
Pero la cuestión no es sólo de precisión
numérica. Sean dos o cuatro millones, no podrán ser construidas con la actual
estructura económica y social. En el marco del reformismo no es posible
establecer ningún tipo de plan que garantice la construcción de un millón de
unidades en cinco años.
Esta es sólo una de las tantas miserias
de esta sociedad. Sólo con una transformación económica y social, producto de
una revolución auténtica, que comience por establecer la redistribución de la
riqueza, podrá pensarse en una población viviendo en su totalidad en
condiciones humanas. De resto, proseguiremos en la conformación de proyectos
para la irresponsabilidad, la mentira y la demagogia.
DEJEMOS DE CONTAR LOS MUERTOS
A lo largo del proceso venezolano, la institución
pueblo-pobres se ha visto obligada a poner y contar sus muertos. La tropa
realista y patriota, de los caudillos, dictadores o demócratas, se nutre de las
mayorías sociales. Y detrás de los activistas-guerreros andan sus familiares
tratando de ayudar y resguardar los suyos. Solidaridad y humanidad de pobres.
Los caídos son recogidos y muchas veces enterrados. A un
registro de muertos sigue otro y otro. A la hora de las catástrofes por causas
naturales, ocurre algo parecido. En una situación de insubordinación-protesta
como el 27F-89, que la respuesta gubernamental convierte en la mayor masacre de
la historia de este expaís, también debieron salir los familiares de los pobres
destrozados a recoger los cadáveres y registrar las huellas.
Hoy, ante esta dimensional tragedia, que toca y ataca
inclemente la pobreza y clase media empobrecida, por todas partes anda la
angustiosa búsqueda. ¿Dónde se encuentra? ¿Está vivo mi familiar, mi amigo?
¿Habrá sobrevivientes en los pueblos cercanos a El Guapo?
¿Hasta dónde
llegará la tragedia en El Litoral o en Galipán? Oficialmente no hay listas de
fallecidos, desaparecidos, heridos. Pero la gente que no sabe de los suyos, se
lanza a averiguar sin tener quien le pueda informar. La situación es muy
difícil. Los medios transmiten los mensajes de familiares buscando sus
desaparecidos. ¿Cuántos aparecerán? ¿Cuántos dejarán de existir?
Hay pueblos y barrios desaparecidos. La prensa de hoy
refiere 2000 desaparecidos en el Barrio Blandín. ¿Cuántos serán los miles de
muertos? El problema no está sólo en los números que serán registrados, sino en
que eso pudiera obligar a definir una política-programa para que no se
reproduzca esta terrible tragedia.
UNA TRAGEDIA ESCONDIDA POR LAS ELECCIONES
Los boletines metereológicos anunciaron que el 15D-99
estaría lleno de lluvias. La voz oficial fue enfática y repetitiva en su
mensaje. Bolívar dijo que si la naturaleza se opone, lucharemos contra ella y
la obligaremos a que nos obedezca. Y además hay que rezarle a San Isidro
Labrador para que quite el agua y ponga el sol. Y todo eso servirá para que la
gente vote.
El boletín refería que las lluvias serían fuertes y que
no era cuestión de invocar a Bolívar y San Isidro. Tal vez sea exagerado
afirmar que la pasión electoral no permitió hacer ningún tipo de consideración
del peligro que se avecinaba.
Todavía cerca de las cuatro de la tarde, el presidente de
la ANC declara a los medios que ha solicitado una prórroga para que los
comicios se extiendan hasta las 6 pm o hasta cuando haga falta. Al parecer,
nadie llegó a pensar lo que estaba planteado o en lo que ya había ocurrido. La
tragedia estaba totalmente escondida por las elecciones.
Sólo y en el momento en que llega la tragedia con toda su
carga de muerte y destrucción fue posible saber lo que significaban los
anuncios metereológicos. ¿Y entonces para qué sirve que en este expaís se
anuncie una catástrofe?
¿Cuáles son las previsiones que se tomaron en este caso?
Esta tragedia tiene una magnitud sin precedentes en la historia de este expaís.
Y va a ser necesario abrir una verdadera discusión respecto a la procedencia de
los planes de contingencia que existen hoy aquì.
SAQUEO A PROPIEDADES ABANDONADAS
El almirante Tinedo declara (Unión
Radio, 17-12-99) que uno de los problemas mayores en las labores de rescate lo
crea la constante amenaza de saqueos. Señala que se trata de desadaptados que
atentan contra propiedades que han quedado sin la vigilancia de sus
propietarios. Dijo también que se trata de gente que no les importa para nada
la tragedia que se está viviendo. A este respecto hay que señalar que la
conducta hamponil denunciada se corresponde con el nivel de degeneración que
caracteriza hoy la sociedad venezolana.
Al lado del pillaje común, está el
político que se materializa en la corrupción, y muchas otras formas como la que
se concreta en la masacre carcelaria. Y hoy, mientras se intenta saquear en los
lugares siniestrados, en La Planta se produce la fuga, vía túnel, de más de 60
presos. Por supuesto que se refiere la complicidad interna. La cárcel sigue en
manos de la mafia-droga-guardia.
La última refriega en Tocuyito deja 12
muertos (UN,17-12-99). El saqueo, el asesinato, la corrupción carcelaria,
tribunalicia, etc. ¿cómo pedirle a un delincuente que respete la propiedad de un
damnificado si hay funcionarios que roban desde su posición
ejecutivo-gerencial?
LA
MAYOR TRAGEDIA DE LA HISTORIA NACIONAL
El Ministro de Infraestructura declara
que toda la población de La Guaira será evacuada por vía marítima a partir de
las próximas horas, debido a la falta de recursos básicos que quedaron
destruidos. Esto da una medida de la dimensión de la tragedia.
Si esto se une al drama Miranda,
Quebrada Catuche, Quebrada Anauco, Galipan, Blandín, Miranda o Falcón, caemos
en cuenta que sobre tan grande tragedia no pudimos o supimos leer ningún
anuncio a pesar de los muchos días de lluvia y los recientes fenómenos
ocurridos en países vecinos.
La manifestación-estallido de la
naturaleza no podía desviarse ni impedirse, pero tal vez podría o debería, en
términos de las ciencias, manejarse alguna idea o hipótesis en torno a la
situación planteada. Eso no ocurrió.
Y
estamos frente a la mayor tragedia de la historia nacional y tal vez la de
mayor dimensión en América Latina. Cuando salga publicada esta columna, ya
deben manejarse cifras. No es posible mantener oculto un drama de esta
dimensión por mayor tiempo.
LA
DIMENSION DE LA TRAGEDIA NOS ENMUDECE
En el caso del litoral hay muchas partes
que materialmente desaparecieron como es el caso de Carmen de Uria, Naiguatá,
Quebrada Seca, Osma, Todasana, Chuspa, Caruao, buena parte de Caraballeda, Los
Corales, Tanaguarena, Punta Mulato, Anare, El Cojo. De igual modo
desaparecieron lugares como La Guzmania o Las Quince Letras.
DESAPARECIÓ MÁS DE LA
MITAD DE LA POBLACIÓN DE LA GUAIRA
La informante nos dice que todos los
ríos crecieron al mismo tiempo para traer la pena de los muertos. Yo diría,
agregó, que desapareció más de la mitad de la población de La Guaira. Y yo
entiendo lo que dice el Ministro de evacuar completo La Guaira por la
reconstrucción, porque no se puede hacer otra cosa. Reconstruir esto es hacerlo
de nuevo y esto llevará unos veinte años.
Esta es una de las mayores tragedias de
la historia latinoamericana y mundial. La palabra no llegó más allá: tu
testimonio me deja mudo. Había pensado en un elevado número de muertos, pero
nunca supuse que esa cifra pudiera alcanzar tan altos y terribles registros.
Ojalá y esta dolorosa lección pueda servir para echar a
andar otro esquema histórico, otra interpretación de esta realidad, y que los
actores del día no se consideren los gigantes de un tiempo y las figuras únicas
del porvenir. La reconstrucción de estas realidades siniestradas corresponde a
toda una población, a la participación de todos.
Si el Ejecutivo cree que puede asumir
ésta o cualquiera otra reconstrucción por sí solo, aumentarán los fracasos y
hasta las penas. Quedaremos sólo para realizar agitación electoral y todas
aquellas tareas que sirvan para alimentar la mediocridad y el infortunio de esta sociedad. Lo contrario
es la gran convocatoria nacional, la inmensa participación para que la gran
mayoría pueda establecer los verdaderos caminos de la transformación.
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